Después de la catequesis el Papa saludó a los fieles y peregrinos de diversos países presentes en el Aula Pablo VI, entre ellos a los de habla francesa procedentes de Francia y Suiza y a los de habla inglesa llegados de Reino Unido, Dinamarca y Estados Unidos. Entre los de lengua española dio la bienvenida en particular a los formadores y alumnos del Seminario Diocesano de Orihuela-Alicante, “Monseñor Murgui –dijo refiriéndose a su obispo- tiene un buen seminario”.
Un saludo especial fue al grupo de párrocos católicos y evangélicos de lengua alemana, provenientes de Carinzia y acompañados por monseñor Alois Schwarz y entre los de lengua árabe a los procedentes de Oriente Medio.
“Recordábamos ayer a los santos patronos de Europa: Cirilo, monje y Metodio, obispo- dijo dirigiéndose a los peregrinos polacos- Estos dos hermanos de Tesalónica llevaron el evangelio a los pueblos eslavos. Todavía hoy recuerdan a Europa y a todos nosotros la necesidad de mantener la unidad de la fe, la tradición, la cultura cristiana y de vivir cada día el Evangelio. A todos vosotros que afrontáis estos retos, sosteniéndolos con vuestras plegarias, imparto de corazón mi bendición”.
Al final, saludó a los fieles de lengua italiana, en particular a la asociación Nessuno escluso (Ninguno excluido) de Taranto, exhortando a promover siempre “una cultura inclusiva para las perrsonas solas y sin domicilio fijo”. Agradeció los cantos de los coros Prealpi de Villapedergnano-Erbusco y Note Ascendenti di Sant’Eufemia-Lamezia Terme, diciendo: “ Cuando se quiere algo, se hace así: Así tenemos que hacer nosotros con la oración cuando pedimos algo al Señor: insistir, insistir, insistir…Es un buen ejemplo de oración”.
De los santos Cirilo y Metodio volvió a hablar dirigiéndose a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Que su ejemplo os ayude queridos jóvenes –dijo- a convertiros en cada ambiente en discípulos misioneros. Que su tenacidad os aliente, queridos enfermos, a ofrecer vuestros sufrimientos por la conversión de los alejados y que su amor por el Señor os ilumine, queridos recién casados, para hacer del Evangelio la regla fundamental de vuestra vida familiar”.