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Angelus: La predicación de Jesús empieza en la periferia , 22.01.2017

En el ángelus de hoy el Papa Francisco habló del inicio de la predicación de Jesús en Galilea después de dejar Nazaret, una aldea en la montaña,  para establecerse eb Cafarnaúm, un centro importante en las orillas del Tiberíades, habitado en su mayoría por paganos y encrucijada entre el Mediterráneo y el interior mesopotámico. “Una elección, dijo el Santo Padre, que indica que los destinatarios de su predicación no son solamente sus paisanos, sino todos los que llegan a la cosmopolita «Galilea de los gentiles» como la llamaban. Vista desde la capital, Jerusalén, es una tierra geográficamente periférica y religiosamente impura, porque estaba llena de paganos, debido a la mescolanza con los que no pertenecían a Israel. De Galilea no se esperaban, desde luego, grandes cosas para la historia de la salvación. Sin embargo, precisamente desde allí …se difunde esa “luz” sobre la que hemos meditado en los domingos pasados: la luz de Cristo.  Precisamente desde la periferia”.

El mensaje de Jesús recalca el de san Juan  Bautista, anunciando el «Reino de los Cielos». Un reino que no implica la instauración  de un nuevo poder político, sino el cumplimiento de la alianza entre Dios y su pueblo, que inaugurará una temporada de paz y de justicia. “Para estrechar este pacto de alianza con Dios –destacó el Pontífice-  cada uno está llamado a convertirse, transformando su propio modo de pensar y de vivir. Esto es importante: convertirse no es solamente cambiar la manera de vivir, sino también el modo de pensar. Es una transformación del pensamiento… Lo que diferencia a Jesús de Juan el Bautista es el estilo y el método. Jesús elige ser un profeta itinerante. …No se queda esperando a la gente, sino que sale a su encuentro. Sus primeras salidas misioneras tienen lugar  en torno al lago de Galilea, en contacto con la multitud, en particular con los pescadores. Allí Jesús no sólo proclama la venida del reino de Dios, sino que busca a los compañeros que se unan  a su misión de salvación. En ese lugar encuentra a dos parejas de hermanos: Simón y Andrés, Santiago y Juan; los llama diciendo: «Segudime y os haré pescadores de hombres». La llamada les llega en medio de sus actividades cotidianas: el Señor no se  revela  en modo extraordinario o sensacional, sino en la cotidianeidad de nuestra vida. Ahí debemos encontrarlo al Señor; y ahí Él se revela …y con este diálogo con Él en la cotidianeidad de nuestra vida  cambia nuestro corazón. La respuesta de los cuatro pescadores es inmediata y rápida: «Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron». Sabemos, de hecho, que eran discípulos de Juan el Bautista y que, gracias a su testimonio, ya habían empezado a creer en Jesús como el Mesías”.

“Nosotros,  cristianos de hoy  tenemos la alegría de anunciar y de dar testimonio de nuestra fe, porque existió ese primer anuncio, porque existieron aquellos hombres humildes y valientes que respondieron generosamente a la llamada de Jesús. En las orillas del lago, en una tierra impensable, nació la primera comunidad de discípulos de Cristo. ¡Que la conciencia de estos inicios inspire en nosotros –exclamó Francisco- el deseo de llevar la palabra, el amor y la ternura de Jesús a cada contexto, incluso al más inaccesible y resistente. ¡Llevar la Palabra a todas las periferias! Todos los espacios del vivir humano son terreno donde  arrojar las semillas del Evangelio, para que dé frutos de salvación¡”.

“¡Y que la Virgen María nos ayude con su maternal intercesión a responder con alegría a la llamada de Jesús y a ponernos al servicio del Reino de Dios!”, terminó el Santo Padre