Al final de la catequesis el Papa saludó, como es habitual, a los fieles y peregrinos procedentes de diversos países presentes en el Aula Pablo VI. Buena parte de las palabras de sus palabras estuvieron dedicadas a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que empieza hoy, como recordó en primer lugar a los peregrinos de habla francesa. “Nuestra esperanza de unidad se expresa a través de nuestra oración –dijo-, una esperanza que no defrauda. Os invito a rezar por esta intención”.
El Pontífice saludó posteriormente a los peregrinos de habla inglesa y a los de habla española pidiéndoles que « rezasen insistentemente al Padre por la unidad de todos los cristianos ».
“Saludo a los peregrinos de lengua alemana –prosiguió- Al comienzo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos doy una cálida bienvenida, en particular, a la delegación del Itinerario Ecuménico Europeo, dirigida por la señora Dean Annette Kurschus. Queridos hermanos y hermanas, vuestra etapa en Roma es un signo ecuménico importante, que expresa la comunión alcanzada entre nosotros a través de la vía del diálogo en las últimas décadas. El Evangelio de Cristo está en el centro de nuestras vidas y une a las personas que hablan diferentes idiomas, residen en diferentes países y viven la fe en diferentes comunidades.
Recuerdo con emoción la oración ecuménica en Lund, Suecia, el pasado 31 de octubre. En el espíritu de aquella conmemoración conjunta de la Reforma, nos fijamos más en lo que nos une que en lo que nos divide, y continuamos nuestro viaje juntos para profundizar nuestra comunión y darle una forma cada vez más visible.
En Europa esta fe común en Cristo es como un hilo verde de esperanza: pertenecemos los unos a los otros. La comunión, la reconciliación y la unidad son posibles. Como cristianos, tenemos la responsabilidad de este mensaje y tenemos que testimoniarlo con nuestras vidas. Dios bendiga esta voluntad de unión y guarde a todas las personas que caminan por el camino de la unidad”.
También saludó a los peregrinos de lengua portuguesa, en particular a los jóvenes del grupo "Los violines de Brasil Tropical", a quienes reiteró que el Octavario por la Unidad de los Cristianos era “un motivo más de llamada a nuestra comunión de oraciones y esperanzas. El movimiento ecuménico está fructificando con la gracia de Dios –afirmó- ¡Que el Padre celestial siga derramando sus bendiciones tras las huellas de todos sus hijos!. Queridísimos hermanos y hermanas: servid a la causa de la unidad y de la paz”.
Una cordial bienvenida fue a los fieles de lengua árabe, en particular a los procedentes de Oriente Medio. “¡Queridos hermanos y hermanas –exclamó- la oración es la llave que abre el corazón misericordioso de Dios!. Es la fuerza más grande de la Iglesia que nunca debemos dejar. Sed perseverantes y concordes en la oración, como la Virgen y los apóstoles”.
El Papa recordó a los peregrinos polacos que el lema de esta Semana de Oración “ Reconciliación.El amor de Cristo nos apremia” era un reto para todos. “Roguemos al Señor para que todas las comunidades cristianas, al conocer mejor su propia historia, teología y derecho, se abran cada vez más a la reconciliación. ¡Que el Espíritu de benevolencia y comprensión así como el deseo de trabajar juntos nos impregne!”.
“¡Saludo a los peregrinos de Croacia! –dijo después- Y doy la bienvenida con especial alegría a los niños y jóvenes de Bosnia y Herzegovina, junto con las familias que los acogen en Sicilia. Queridos niños, pasando tiempo juntos como hermanos y hermanas en las familias que os alojan, tenéis la oportunidad de crecer en un atmósfera de esperanza. Sólo así, vosotros jóvenes católicos, ortodoxos y musulmanes, podréis salvar la esperanza para vivir en un mundo más fraterno, justo y pacífico, más sincero y más humano. Permaneced siempre firmes en la fe y rezad por la paz y la unidad de vuestro país y del mundo entero. Agradezco sinceramente a las familias de acogida por el ejemplo de amor y solidaridad cristiana: los huérfanos siempre deben ser defendidos, protegidos y acogidos con amor. Os aseguro mi cercanía espiritual y de corazón os imparto a todos mi bendición apostólica.
Al final se dirigió a los italianos, saludando a la peregrinación de las Hermanas Agustinas Siervas de Jesús y María, a los religiosos agustinos y a la Asociación de Notarios católicos, acompañados por el arzobispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino. “Expreso a todos la esperanza de que la visita a la Ciudad Eterna empuje a cada uno de vosotros a profundizar en la Palabra de Dios para reconocer a Jesús como el Salvador.
Por último, saludó a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Hoy comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que este año nos hace reflexionar sobre el amor de Cristo, que apremia a la reconciliación. Queridos jóvenes, rezad para que todos los cristianos vuelvan a ser una sola familia; queridos enfermos, ofreced vuestros sufrimientos por la causa de la unidad de la Iglesia; y vosotros, queridos recién casados, haced experiencia de ese amor gratuito, que es el de Dios por la humanidad”.