El Papa visitó esta tarde el Poliambulatorio de los Padres Camilianos “Redemptor Hominis,”, construido también gracias a la ayuda de Caritas italiana y de otros organismos internacionales católicos, cuyo radio de acción se extiende a unas 400.000 personas, y se presenta como modelo del servicio de asistencia nacional. El centro desarrolla además su servicio en favor de los más pobres de forma absolutamente gratuita y cuenta con numerosas especialidades. Colaboran en él 70 operadores sanitarios.
También encontró allí a los responsables de la Caritas georgiana que además de sus numerosas actividades en el ámbito de la asistencia han puesto en marcha un programa de ayuda especial a los refugiados de los territorios golpeados por los conflictos, sobre todo de Siria e Irak; una obra en la que participa ampliamente la comunidad católica de rito asirio-caldeo.
Entre los organismos católicos estaba también la Comunidad Papa Juan XXIII que ha abierto una casa de acogida para jóvenes alcoholizados o con problemas, mientras que en el ámbito de la educación desempeñan un papel fundamental las Hermanas Salesianas. Por último, la Universidad Católica Sulkhan-Saba Orbeliani, fundada en 2002 en Tiflis por iniciativa del obispo Giuseppe Pasotto, administrador apostólico del Caúcaso.
Unas 700 personas, entre enfermos, asistidos y representantes de los organismos caritativos recibieron al aire libre al Papa que les bendijo y les dirigió un breve saludo
“Os saludo con afecto y me complace encontrarme con vosotros, que trabajáis en el ámbito de la caridad aquí en Georgia, y que con vuestra solicitud expresáis de manera elocuente el amor al prójimo, distintivo de los discípulos de Cristo –dijo Francisco- Agradezco al P. Zurab las palabras que me ha dirigido en nombre de todos. Vosotros representáis a los diversos centros caritativos del País: Institutos religiosos masculinos y femeninos, Caritas, Asociaciones eclesiásticas y otras organizaciones y grupos de voluntariado. A cada uno expreso mi gratitud por el generoso compromiso al servicio de los más necesitados”.
“Vuestra actividad es un camino de colaboración fraterna entre los cristianos de este País y entre los fieles de diversos ritos. Este encuentro bajo el signo de la caridad evangélica es testimonio de comunión y promueve el camino de la unidad. Os animo a continuar por esta senda exigente y fecunda: las personas pobres y débiles son la «carne de Cristo» que interpela a los cristianos de cualquier confesión, que los mueve a obrar sin intereses personales, siguiendo únicamente el impulso del Espíritu Santo”.
El Santo Padre dirigió un saludo especial a los ancianos, a los enfermos, a cuantos sufren y a las personas atendidas en las diversas obras de caridad. “Me alegra estar un momento con vosotros y animaros: Dios nunca os abandona, siempre está cerca, pronto a escucharos, a daros fortaleza en los momentos de dificultad. Vosotros –afirmó-sois los predilectos de Jesús, que quiso identificarse con las personas que sufren, sufriendo él mismo en su pasión”.
“Las iniciativas caritativas –concluyó- son el fruto maduro de una Iglesia que sirve, que ofrece esperanza y manifiesta la misericordia de Dios. Por lo tanto, queridos hermanos y hermanas, tenéis una misión muy grande. Continuad viviendo la caridad en la Iglesia y manifestándola en toda la sociedad, con el entusiasmo del amor que viene de Dios. Que la Virgen María, icono del amor gratuito, os guíe y proteja. Que os sostenga también la bendición del Señor que invoco de corazón sobre todos vosotros”.