Al final de la santa misa por el jubileo de los catequistas, el Papa rezó el ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

“Ayer en Würzburg (Alemania) –dijo- fue proclamado beato Engelmar Unzeitig, sacerdote de la Congregación de los Misioneros de Marianhill. Asesinado por odio a la fe en el campo de exterminio de Dachau contrapuso el amor al odio y a la ferocidad respondió con mansedumbre. ¡Que su ejemplo nos ayude a ser testigos de caridad y de esperanza incluso en medio de las tribulaciones!”.

“Me uno de buen grado –prosiguió- a los obispos de México a la hora de sostener el compromiso de la Iglesia y de la sociedad civil en favor de la familia y de la vida, que en este tiempo requieren una atención pastoral y cultural especial en todo el mundo. Y además aseguro mi oración por el querido pueblo mexicano para que cese la violencia que en estos días se ha cebado también en algunos sacerdotes”.

Después recordó que hoy es la Jornada Mundial del Sordo. “Quiero saludar a todas las personas sordas, aquí también representadas, y animarlas a dar su aportación a una Iglesia y a una sociedad cada vez más capaces de acoger a todos”.

Por último saludó en especial a los catequistas dándoles las gracias por su compromiso en la Iglesia al servicio de la evangelización, en la transmisión de la fe y pidó a la Virgen que los ayudase a perserverar en el camino de la fe y a dar testimonio con su vida de lo que transmiten en la catequesis”.