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Cracovia, cuna de la cultura polaca, espera la llegada del Papa Francisco, 27.07.2016

El Papa Francisco llega esta tarde a Cracovia, la antigua capital de Polonia y su ciudad más conocida. Con 762.000 habitantes y situada en las orillas del Vístula, las primera fuentes escritas hablan de su existencia en el siglo X cuando formaba parte del Gran Ducado de Moravia hasta el año 990. El cristianismo llegó mucho antes de la fecha oficial –en el año 966- del bautismo de Polonia.

Cracovia fue capital del reino desde 1038 bajo la dinastía de los Piast. En el siglo XII se establecen en el barrio de Kazimierz varias comunidades judías (el 26% de la población en 1939). Casi destruida por los tártaros entre 1241 y 1242 la ciudad resurge rápidamente gracias a la influencia de la población de origen alemán. Después de algunos años bajo el dominio checo, en 320 Wladyslaw Lokietek es coronado rey de Polonia por primera vez en la catedral de Wawel que se convierte así en el lugar de la coronación hasta el final de la monarquía en 1795.

A lo largo de los siglos su universidad (Akademia Krakowska), frecuentada entre otros por Nicolás Copérnico, la convirtió en uno de los centros culturales y artísticos más vivaces de Europa, pero el traslado a Varsovia, primero de la residencia real en 1596 después de un incendio ,y posteriormente de  la capital, provoca la decadencia de la ciudad agravada ulteriormente por  la partición de Polonia y,  no obstante la insurrección de 1794, pasa definitivamente bajo el dominio austríaco en 1846 para volver a ser parte de la reconstituida Polonia solamente en 1918. En el siglo XIX Cracovia vuelve a ser el centro de la cultura y el arte polacos y conoce un gran desarrollo económico gracias a la explotación de las minas de  la cercana Silesia.

El 1 de septiembre de 1939 la Alemania nazi invade Polonia y ese mismo mes son deportados al campo de concentración de Sachsenhausen 184 profesores de la Universidad Jaguelónica y se extermina a la población judía (68.000 personas). En la ciudad surgen tres campos de concentración en los que también hallan la muerte 20.000 polacos no judíos y son asesinados 34 sacerdotes. Cracovia pasa a ser la capital de la Gobernación General (los territorios polacos ocupados por los alemanes y no anexionados al Reich). Los nazis confiscan numerosas obras de arte; la rápida intervención del ejército soviético salva de la destrucción a varios monumentos de Cracovia, en los que los alemanes habían colocado minas, pero comporta muchas víctimas entre la población.

El resurgir de Cracovia  después de la Segunda Guerra Mundial, comienza en 1949 gracias a un rápido crecimiento demográfico y  a la creación del barrio industrial de Nowa Huta a las puertas de la ciudad,  con el cual el regimen socialista quería demostrar la fuerza de su ideología contrapuesta a la “conservadora y “clerical” capital.  Fue  aquí en la Nochebuena de 1973, donde  Karol Wojtyla siendo arzobispo de Cracovia, y ante la intención del gobierno de no conceder espacio para la construcción de un templo católico, celebró la misa al aire libre con una afluencia extraordinaria de fieles. San Juan Pablo II fue arzobispo de Cracovia de 1964 a 1978 y como pontífice la visitó en cinco de sus viajes apostólicos (1979, 1983, 1991, 1999, 2002) mientras Benedicto XVI la visitó en el curso de su viaje apostólico a Polonia en 2006 y celebró la misa dominical en Blonia en la que participaron más de un millón de personas.

Junto con  la Universidad, Cracovia cuenta con 14 centros académicos que albergan a 85.000 estudiantes y tiene 12 seminarios mayores, además de ser la ciudad con el mayor número de museos en Polonia, 30. En 1978 el complejo monumental de Cracovia junto con la cercana mina de sal de Wieliczka fue declarado por la UNESCO,patrimonio de la humanidad. En el año 2000 fue Ciudad Europea de la Cultura, mientras que en 2013 recibió, siempre de la UNESCO, el reconocimiento de Ciudad de la Literatura, la primera ciudad europea en tener este título.