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Via Crucis: Jesús revive su Pasión en la humanidad, 08.03.2016

El Via Crucis de Jesucristo, como el calvario de la humanidad de esta época, es el hilo conductor de las meditaciones que acompañarán este año las catorce estaciones del camino a la cruz del Viernes Santo que tendrá lugar en el Coliseo de Roma el próximo 25 de marzo. Su autor, por voluntad del Papa Francisco, es el cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo metropolitano de Perugia-Città delle Pieve (Italia).

El purpurado contaba a Radio Vaticano que se había inspirado en un cuadro de Perugino que se encuentra en el convento de Santa María Magdalena de Pazzi en Florencia, que muestra la armonía profunda entre la Pasión de Jesús y la pasión del ser humano. Las meditaciones del Via Crucis, siempre partiendo de la Palabra de Dios, dice el cardenal, hablan también de lo que está sucediendo en el mundo, sobre todo en los lugares donde se sufre a consecuencia de la guerra, de la pobreza y donde la dignidad de la persona se viola todos los días porque ''Jesús vive su Pasión personalmente pero la revive en la humanidad''. “Por eso -añade- he intentado leer el dolor a la luz del gran amor de Dios por la humanidad porque, si no, el dolor no tiene sentido. El dolor solamente se puede leer a la luz del amor de Dios y está claro que en el Año de la Misericordia el horizonte de este Via Crucis no puede ser otro que el amor y el perdón”.

La familia es otra cuestión recurrente en esas meditaciones. Al lado del drama de la Virgen María que encuentra a su Hijo en la IV estación, el arzobispo de Perugia rememora la situación dramática de tantas familias, de los jóvenes sin trabajo, de los grandes y pequeños dramas de la humanidad y de la Iglesia de hoy, y afirma que su deseo es que partiendo de la cercanía de la Pasión de Cristo a la de tantos seres humanos hoy, los fieles reflexionen sobre la necesidad del perdón y la reconciliación pues, ''en el fondo la Pasión y la muerte de Jesús son nuestra reconciliación con Dios. Pero, si de esta reconciliación tenemos necesidad personalmente, también la necesitan la humanidad y la Iglesia. Pensemos en tantos jóvenes que están perdiendo el sentido de la vida, pensemos en la precariedad económica, en tener que dejar la propia tierra a causa de la miseria”.

A la luz de la “Misericordia Vultus”, la bula con que el Papa convocó el Año Santo, el cardenal Bassetti se propone compendiar en la Pasión de Jesús también la de los cristianos perseguidos porque “meditando sobre la muerte de Jesús en la cruz no se puede por menos que referirse también a la persecución de los cristianos en el mundo contemporáneo. Y, desgraciadamente, en este sentido, muchos hermanos nuestros viven en su propia carne este calvario en tantos lugares de la tierra. Los mártires del siglo XXI son indudablemente los apóstoles de hoy. Como dice el Santo Padre, cuando te asesinan por Cristo no te preguntan si eres católico o protestante u ortodoxo. Es por el odio a la fe de la que eres testigo, de la fe que expresas''.

Para la estación de la muerte en la cruz, el cardenal ha elegido una poesía del fraile servita y poeta David Maria Turoldo (1916-1992) que describe la soledad absoluta de Jesús ,el abandono del Padre, cuando cargó sobre sí con el drama de toda la humanidad. “Y lo que nos llama a todos la atención -dice el cardenal- es que Jesús subió a la cruz porque quiso subir – y habría podido evitarlo- y no bajó de la cruz y habría podido hacerlo porque era Hijo de Dios''.

“Creo que este año el Via Crucis de Jesucristo es, por un motivo u otro, el viacrucis de los seres humanos -concluye- Pero todo se ilumina con la luz de la Pascua de la Resurrección. Este es el gran mensaje de esperanza que seguimos llevando: Cristo muere y resucita por la salvación del mundo entero”.