SALUDO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS REPRESENTANTES DE
EL SEMBRADOR - NUEVA EVANGELIZACIÓN
Sala Clementina
Jueves, 28 de noviembre de 2024
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Queridos y queridas “Noeles Díaz”, ¡bienvenidos!
Saludo a Noel Díaz, fundador, que me lustró los zapatos en un viaje, y le doy las gracias por iniciar esta “misión” comunicativa que lo llevó a crear el canal de televisión ESNE. Todavía recuerdo cuando lo conocí, en el avión que nos llevaba de Roma a Cuba y luego a México, en febrero del 16. Estaba terminando mi ronda entre los periodistas, cuando vi que uno de ellos —fue cuando me lustró los zapatos— se tiraba al suelo, “aterrizó” ahí, y se ponía a limpiarme los zapatos: Noel le había prometido a su madre que limpiaría los zapatos del Papa. Y aquí me detengo un attimo —un momentito— para que cada uno de ustedes piense en su madre. Algunos la tienen viva, otros la tienen en el Cielo, pero con el corazón de gratitud a todo lo que han recibido de su madre, a esa herencia que sólo las mamás saben dar.
Me llama la atención la mirada de fe que él tiene, la entrega a la Providencia. Y así empezó ESNE. Así empezó ese sueño, que es posible y continúa gracias a la dedicación de esta comunidad de comunicadores, de ustedes que están aquí y de tantos otros colaboradores. ¿Ustedes saben quién es el principal patrono de la comunicación? La Santísima Trinidad, porque viven comunicándose, viven comunicándose. Piénsenlo. ¡Gracias por seguir soñando! ¡Gracias por seguir evangelizando, fieles a la llamada de san Juan Pablo II a la nueva evangelización!
Oí hablar del hermoso proyecto «Yo soy el 73», una consagración especial a Jesús para construir una comunidad de evangelizadores capaces de comunicar la alegría del Evangelio y la misericordia de Dios. Y hoy tenemos una gran necesidad de discípulos que continúen la misión encomendada por el Señor, evangelizando también a través de los medios de comunicación. Gracias por el trabajo que ustedes realizan.
Y gracias por llevar la voz y el mensaje del Papa a tantas personas en Estados Unidos y en otros países de habla hispana. Gracias por ayudar a tantos hermanos y hermanas a rezar, a seguir la Santa Misa desde sus casas si no pueden desplazarse, a recibir formación cristiana y noticias eclesiales.
Y les doy las gracias también y sobre todo porque con su trabajo se hacen cercanos a tantos inmigrantes de distintos países de América Latina que necesitan tener puntos de referencia, mensajes de consuelo en su lengua materna. No dejen de hacerlo. Les agradezco también la colaboración que desde hace años mantienen con los medios vaticanos del Dicasterio de la Comunicación.
Los animo a seguir adelante, sin dejar de mirar al Cielo y a sus hermanos más necesitados: miren a Jesús y miren a los más necesitados, y háganlo con generosidad y creatividad, siempre anclados en la roca de Pedro, siempre dóciles a las indicaciones de la Iglesia.
Rezo por ustedes y los acompaño con mi bendición. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Recen a favor, no en contra. Recen. Gracias.
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