DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A UNA DELEGACIÓN DE LOS "SCOUTS UNITAIRES DE FRANCE"
Sala Clementina
Viernes, 14 de mayo de 2021
Bonjour:
Me alegra encontrarme con vosotros, miembros de los Scouts Unitaires de France, que celebráis el 50º aniversario de vuestro nacimiento, y os doy mi más cordial bienvenida a Roma.
Agradezco al Consejo de la Pastoral de la Infancia y de la Juventud de la Conferencia Episcopal de Francia, así como a vosotros, responsables, esta iniciativa que os reconoce, a vosotros, los jóvenes scouts, como protagonistas de la evangelización y de la construcción de la sociedad. También os agradezco vuestras amables palabras de presentación. Très poétique, très poétique! Cela que vous avez dit sur Saint Joseph : très bon !
En la sociedad, encontramos con demasiada frecuencia una degradación de las relaciones humanas y una falta de modelos fiables para los jóvenes en busca de formación. Esta situación se hace aún más precaria por la actual crisis sanitaria, que ha reducido las posibilidades de encontrarse para confraternizar y tejer nuevas amistades. Frente a todas estas dificultades, vuestro movimiento scout es un signo de aliento para los jóvenes, porque les invita a soñar y a actuar, a tener el valor de mirar al futuro con esperanza. En efecto, a través de vuestra pedagogía del hermano mayor que protege y acompaña a los más pequeños, ayudándoles pacientemente a descubrir y hacer fructificar los talentos recibidos del Señor, mostráis cómo «todos necesitamos experimentar relaciones humanas reales y no sólo virtuales, especialmente en la edad en que se forman el carácter y la personalidad» (Mensaje Urbi et Orbi, 4 de abril de 2021). Y estoy especialmente agradecido a las parejas que os apoyan y que dan testimonio entre vosotros de la belleza del matrimonio.
El scout, con su disponibilidad para servir al prójimo, también está llamado a trabajar por una Iglesia más “extrovertida” y por un mundo más humano. Tenéis para ello la noble misión de testimoniar allí donde estéis que, con vuestra fe y vuestro compromiso, podéis potenciar la riqueza de las relaciones humanas y hacer de ellas un bien común que ayude a la renovación social. Por lo tanto, os insto a ser tanto cristianos dinámicos como scouts fieles. Y lo seréis tratando de ser coherentes con los valores que tenéis, teniendo fuertes convicciones basadas en el Evangelio, con un espíritu de apertura a los otros. Entonces vuestras acciones beneficiarán, de diversas maneras, a la sociedad en la que vivís (cf. Enc. Fratelli tutti, 203).
Gracias a vuestra relación con la naturaleza, lleváis el mensaje de que el respeto a los demás y al medio ambiente van de la mano y que, por tanto, «no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano» (Encíclica Laudato si', 119).
Os invito a no desanimaros por el egoísmo del mundo, a no encerraros en vosotros mismos, a no ser jóvenes inertes, sin ideales y sin sueños. No perdáis nunca de vista que el Señor os llama a todos a llevar sin miedo el anuncio misionero allí donde estéis, especialmente entre los jóvenes, en vuestros barrios, en el deporte, cuando salís con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo. ¡Compartid siempre y en todas partes la alegría del Evangelio que os hace vivir! El Señor quiere que seáis sus discípulos y que derraméis luz y esperanza, porque cuenta con vuestra audacia, vuestro valor y vuestro entusiasmo (cf. Exhortación apostólica postsinodal Christus vivit, 177).
Queridos amigos, una vez más os animo en vuestros esfuerzos por hacer del escoutismo católico un movimiento de sembradores de esperanza y de redescubrimiento de la vida comunitaria. Doy gracias a Dios por vuestro testimonio durante estos cincuenta años al servicio de vuestros hermanos y de la Iglesia, a la que sostenéis sobre todo con vuestras oraciones.
Espero que este jubileo sea para cada uno de vosotros la ocasión de renovar vuestros compromisos, según la herencia recibida de los que os han precedido, para ayudar a los jóvenes a convertirse en personas libres y responsables, respetuosas con los demás y con su entorno.
Encomiendo a los Scouts Unitaires de France a la protección maternal de la Virgen María. Que vuelva su mirada llena de misericordiosa a cada uno de vosotros y os lleve a ser fieles discípulos de su Hijo. Os bendigo a todos, a vuestras familias y a las personas que os acompañan con su apoyo espiritual y material. Y os pido, por favor, que no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.
Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 14 de mayo de 2021.
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