MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON MOTIVO DE LA INAUGURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN
(RE)VERSUS. RESCATE Y REUTILIZACIÓN EN EL PATRIMONIO DE LA
BIBLIOTECA APOSTÓLICA VATICANA Y EN EL ARTE DE SIDIVAL FILA
Queridos hermanos y hermanas:
En diferentes ocasiones, y de forma más amplia y puntal en la Encíclica Laudato si’, me he detenido a reflexionar sobre las posibles causas, sobre los mecanismos y sobre las consecuencias de la “cultura del descarte”. Se trata de uno de los fenómenos más dramáticos de nuestro tiempo, por el cual la sociedad humana tiende a dejar de lado todo lo que no responde a criterios de eficiencia, productividad, reactividad, pero también de belleza, juventud, fuerza y vivacidad. Mis reflexiones al respecto se mueven naturalmente desde una perspectiva teológica-pastoral, pero hoy veo con estupor e interés cómo la cultura del descarte puede ser abordada también desde el punto de vista estético e incluso libro-biblioteconómico. ¡Esta es una hermosa sorpresa!
La exposición, de hecho, que se inaugura hoy en la Biblioteca Vaticana —la cuarta de este nuevo proyecto de encuentro entre patrimonio histórico y arte contemporáneo— presenta ya en el título y en el subtítulo dos significativas pistas para explorar: «(Re)versus. Rescate y reutilización en el patrimonio de la Biblioteca Apostólica Vaticana y en el arte de Sidival Fila». En efecto, haciendo “reaccionar” —por usar un término químico— el patrimonio milenario de la Biblioteca Apostólica con la obra del artista brasileño y franciscano padre Sidival Fila, se cruzan dos caminos que permiten superar la “cultura del descarte” de forma tan creativa como poética, y sazonada con sana ironía.
Por un lado, está el concepto de “rescatar”, es decir de recuperar lo descartado, practicado por el padre Fila recogiendo tejidos, bordados, fragmentos de seda. Él les da una nueva vida, que no consiste ni en la reconstrucción de la de su origen ni en un nuevo funcionalismo, sino simplemente en el proponerlos de nuevo en un fondo neutro, donde encuentran, aislados como están, una dignidad y una consideración como quizá nunca antes había tenido. Casi corroborados por su misma condición de fragmentos, como restos de un naufragio del que afortunadamente escaparon.
Por otro lado, la idea de la “reutilización”, de la que los comisarios de la exposición han ido a rescatar los casos más dispares e interesantes en la reserva de la biblioteca de la Sede Apostólica: reutilizaciones artísticas, restauradoras, decorativas, incluso “fraudulentas” que han permitido que fragmentos de nuestro pasado sobrevivan a su época y lleguen a la nuestra.
Me parece que la necesidad de superar la “cultura del descarte”, a través de la visita, pero diría también la meditación de las obras y de los volúmenes expuestos, encuentra en esta exposición no solo nuevas y más complejas motivaciones, sino también soluciones, perspectivas y salidas. Las salidas que sólo el arte y el estudio saben dar, que vienen de la acogida de la inspiración y del ejercicio de la memoria, como pensé precisamente visitando la Biblioteca Apostólica hace algunos años, cuando de repente sentí resurgir y resonar en mí el famoso: Sunt lacrimae rerum, et mentem mortalia tangunt (Aeneis I, 462).
Doy las gracias a los responsables de la Biblioteca, a los comisarios de la exposición y al padre Sidival Fila, por este interesante viaje que se ofrecerá a los visitantes. Sin ningún fin confesional, es más, cumpliendo sólo los criterios de investigación científica y del trabajo artístico, pretende ofrecer a todos elementos de reflexión para pasar de la “cultura del descarte” a la “cultura de la armonía”. Bendigo el trabajo y los esfuerzos, deseando el más amplio y sentido éxito.
Del Vaticano, 26 de abril de 2023
Francisco
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