Visita alla Sophia University di Tokyo
Discorso del Santo Padre
Traduzione in lingua italiana
Traduzione in lingua francese
Traduzione in lingua inglese
Traduzione in lingua tedesca
Traduzione in lingua portoghese
Traduzione in lingua polacca
Traduzione in lingua araba
Questa mattina, dopo essersi congedato dalla Nunziatura Apostolica con il saluto al personale e ai benefattori, il Santo Padre Francesco si è trasferito in auto alla Sophia University dove alle 7.45 locali (23.45 ora di Roma) ha celebrato in forma privata la Santa Messa con i membri della Compagnia di Gesù nella Cappella del Kulturzentrum. Al termine della Messa, il Papa ha salutato i sacerdoti concelebranti.
Dopo essersi intrattenuto nel refettorio per la prima colazione e aver incontrato in privato il Collegio Massimo, il Santo Padre ha visitato i sacerdoti anziani e malati. Successivamente ha incontrato in forma privata i sacerdoti presenti nel refettorio e all’uscita ha salutato 15 impiegati della comunità.
Alle 9.45 locali (1.45 ora di Roma), il Papa ha visitato la Sophia University. Accompagnato dal Provinciale dei Gesuiti e dal Cancelliere dell’Università, ha raggiunto il podio e, dopo il canto d’ingresso e l’indirizzo di saluto del Cancelliere, ha pronunciato il Suo discorso.
Al termine, dopo lo scambio dei doni, il Santo Padre ha lasciato la Sophia University e si è trasferito in auto all’Aeroporto di Tokyo-Haneda.
Pubblichiamo di seguito il discorso che Papa Francesco ha pronuncia nel corso della visita alla Sophia University:
Discorso del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas:
Me alegra mucho poder estar unos minutos con ustedes al final de mi visita apostólica, poco antes de dejar Japón y regresar a Roma. Es el adiós.
Mi estadía en este país ha sido breve pero intensa. Agradezco a Dios y a todo el pueblo nipón por la oportunidad de poder visitar este país, que dejó una gran huella en la vida de san Francisco Javier, y donde tantos mártires dieron testimonio de su fe cristiana. A pesar de que los cristianos son una minoría, su presencia se siente. Yo mismo he sido testigo de la estima general que se tiene hacia la Iglesia Católica, y espero que este respeto mutuo pueda aumentar en el futuro. También he observado que, a pesar de la eficiencia y el orden que caracterizan la sociedad japonesa, se percibe que se desea y se busca algo más: un hondo anhelo por crear una sociedad cada vez más humana, más compasiva, más misericordiosa.
El estudio y la meditación son parte de toda cultura, y vuestra cultura japonesa está, en este sentido, orgullosa de su herencia antigua y rica. Japón ha podido integrar el pensamiento y las religiones de Asia en su conjunto y crear una cultura con identidad definida. La Escuela Ashikaga, que tanto impresionó a san Francisco Javier, es un ejemplo de la capacidad de la cultura japonesa para absorber y transmitir el conocimiento. Los centros de estudio, meditación, investigación, siguen desempeñando un papel importante en la cultura actual. Por esta razón, es necesario que conserven su autonomía y su libertad, en aras de un futuro mejor. Puesto que las universidades siguen siendo el lugar principal en el que se capacitan los líderes futuros, es necesario que el conocimiento y la cultura en toda su amplitud inspire todos los aspectos de las instituciones educativas volviéndose cada vez más inclusivas y generadoras de oportunidad y de promoción social.
Sophia. Siempre el hombre, para administrar sus recursos de manera constructiva y eficiente, necesitó de la verdadera Sophia, de la verdadera Sabiduría. En una sociedad tan competitiva y tecnológicamente orientada, esta universidad debería ser un centro no sólo de formación intelectual, sino también un lugar donde pueda ir tomando forma una sociedad mejor, un futuro más lleno de esperanza. En el espíritu de la encíclica Laudato si’, añadiría que el amor por la naturaleza, tan típico de las culturas asiáticas, aquí debería expresarse en una inquietud inteligente y previsora por la protección de la tierra, nuestra casa común. Inquietud que puede amalgamarse con la promoción de una nueva episteme capaz de ampliar y cuestionar todo intento reduccionista de parte del paradigma tecnocrático (cf. nn. 106-114). No perdamos de vista que «la auténtica humanidad, que invita a una nueva síntesis, parece habitar en medio de la civilización tecnológica, casi imperceptiblemente, como la niebla que se filtra bajo la puerta cerrada. ¿Será una promesa permanente, a pesar de todo, brotando como una empecinada resistencia de lo auténtico?» (ibíd., 112).
La Sophia University ha estado siempre marcada por una identidad humanista, cristiana, internacional. Desde su fundación, la Universidad se ha enriquecido con la presencia de profesores de varios países, incluso a veces de países en conflicto entre sí. Sin embargo, todos estaban unidos por el deseo de dar lo mejor a los jóvenes de Japón. Ese mismo espíritu perdura también en las muchas formas en las que ustedes brindan ayuda a quienes más lo necesitan, aquí y en el extranjero. Estoy seguro de que este aspecto de la identidad de vuestra Universidad se fortalecerá cada vez más, de modo que los grandes avances tecnológicos de hoy puedan ponerse al servicio de una educación más humana, más justa y ecológicamente responsable. La tradición ignaciana, en la que se basa Sophia, debe impulsar a profesores y estudiantes por igual a crear una atmósfera que fomente la reflexión y el discernimiento. Ningún estudiante de esta universidad debería graduarse sin haber aprendido cómo elegir, responsable y libremente, lo que en conciencia sabe que es lo mejor. Que en cada situación, incluso en las más complejas, se interesen por lo que en su conducta es justo y humano, cabal y responsable, decididos defensores de los vulnerables, y sean conocidos por esa integridad que tanto se necesita en estos momentos en que las palabras y las acciones a menudo son o falsas o engañosas.
Las Preferencias Apostólicas Universales que propuso la Compañía de Jesús dejan claro que el acompañamiento de los jóvenes es una realidad importante en todo el mundo, y que todas las instituciones ignacianas deben fomentar ese acompañamiento. Como lo demuestra el Sínodo sobre los jóvenes y sus documentos, la Iglesia universal también mira con esperanza e interés a los jóvenes de todo el mundo. Vuestra Universidad en su conjunto debe centrarse en los jóvenes, que no sólo han de ser receptores de una educación preparada, sino también parte de esa educación, ofreciendo sus ideas, compartiendo su visión y esperanzas para el futuro. Que vuestra Universidad sea conocida por ese modelo de intercambio y por el enriquecimiento y vitalidad que esto genera.
La tradición cristiana y humanista de Sophia University está totalmente en consonancia con otra de las preferencias que mencioné, la de caminar con los pobres y los marginados de nuestro mundo. La Universidad, enfocada en su misión, debería estar abierta siempre a crear un archipiélago capaz de interconectar lo que social y culturalmente puede llegar a concebirse como separado. Los marginados serán creativamente involucrados e incorporados en el currículo universitario, buscando posibilitar las condiciones para que esto se traduzca en la promoción de un estilo educativo capaz de achicar brechas y distancias. El estudio universitario de calidad, más que ser considerado el privilegio de unos pocos, tiene que ir acompañado por la conciencia de saberse servidores de la justicia y del bien común; servicio a implementarse en el área que a cada uno le toque desarrollar. Una causa que nos compete a todos; el consejo de Pedro a Pablo sigue siendo cierto hoy: no olvidemos a los pobres (cf. Ga 2,10).
Queridos jóvenes, queridos profesores, queridos todos los que trabajan en la Sophia University: Que estas reflexiones y nuestro encuentro de hoy den fruto en sus vidas y en las de esta comunidad académica. El Señor y su Iglesia cuentan con ustedes para que participen en la misión de buscar, hallar y expandir la Sabiduría divina y ofrecer alegría y esperanza a la sociedad actual. Por favor, no se olviden también de rezar por mí y por todos los que más necesitan de nuestra ayuda.
Y ahora, mientras me dispongo a dejar Japón, les agradezco, y a través de ustedes a todo el pueblo japonés, por la amable acogida y bienvenida que me han brindado durante esta visita. Les aseguro que los tendré presentes en mi corazón y en mi oración. Muchas gracias.
[01865-ES.02] [Texto original: Español]
Traduzione in lingua italiana
Cari fratelli e sorelle!
Sono molto felice di stare con voi per alcuni minuti alla fine della mia visita apostolica, poco prima di lasciare il Giappone e tornare a Roma. È l’addio.
Il mio soggiorno in questo Paese è stato breve ma intenso. Ringrazio Dio e tutto il popolo giapponese per l’opportunità di visitare questo Paese, che lasciò una forte impronta nella vita di San Francesco Saverio e dove tanti martiri hanno dato testimonianza della loro fede cristiana. Sebbene i cristiani siano una minoranza, la loro presenza si sente. Io stesso posso attestare la stima generale nei confronti della Chiesa Cattolica, e spero che questo rispetto reciproco possa aumentare in futuro. Ho anche osservato che, nonostante l’efficienza e l’ordine che caratterizzano la società giapponese, si percepisce che si desidera e si cerca qualcosa di più: un desiderio profondo di creare una società sempre più umana, più compassionevole, più misericordiosa.
Lo studio e la meditazione fanno parte di ogni cultura, e la vostra cultura giapponese è, in questo senso, orgogliosa del suo antico e ricco patrimonio. Il Giappone è stato in grado di integrare il pensiero e le religioni dell’Asia nel loro insieme e creare una cultura con identità specifica. La Scuola Ashikaga, che tanto impressionò San Francesco Saverio, è un esempio della capacità della cultura giapponese di assorbire e trasmettere la conoscenza. I centri di studio, meditazione e ricerca continuano a svolgere un ruolo importante nella cultura di oggi. Per questo motivo, è necessario che mantengano la loro autonomia e la loro libertà, quale pegno di un futuro migliore. Poiché le università rimangono il luogo principale in cui vengono formati i futuri leader, occorre che la conoscenza e la cultura in tutta la loro ampiezza ispirino tutti gli aspetti delle istituzioni educative rendendole sempre più inclusive e capaci di generare opportunità e promozione sociale.
Sophia. Sempre l’uomo, al fine di gestire le proprie risorse in modo costruttivo ed efficiente, ha avuto bisogno della vera Sophia, della vera Sapienza. In una società così competitiva e tecnologicamente orientata, questa Università dovrebbe essere non solo un centro di formazione intellettuale, ma anche un luogo in cui una società migliore e un futuro più ricco di speranza possono prendere forma. Nello spirito dell’Enciclica Laudato si’ , aggiungerei che l’amore per la natura, così tipico delle culture asiatiche, qui dovrebbe esprimersi in una preoccupazione intelligente e anticipatrice per la protezione della terra, nostra casa comune. Preoccupazione che può coniugarsi con la promozione di una nuova episteme in grado di allargare e mettere in discussione ogni tentativo riduzionista da parte del paradigma tecnocratico (cfr nn. 106-114). Non perdiamo di vista che «l’autentica umanità, che invita a una nuova sintesi, sembra abitare in mezzo alla civiltà tecnologica, quasi impercettibilmente, come la nebbia che filtra sotto una porta chiusa. Sarà una promessa permanente, nonostante tutto, che sboccia come un’ostinata resistenza di ciò che è autentico?» (ibid., 112).
L’Università Sophia si è sempre distinta per un’identità umanistica, cristiana e internazionale. Fin dalla sua fondazione, l’Università è stata arricchita dalla presenza di professori provenienti da diversi Paesi, a volte anche da Paesi in conflitto tra loro. Tuttavia, tutti erano uniti dal desiderio di dare il meglio ai giovani del Giappone. Tale medesimo spirito permane anche nei molti modi in cui voi offrite aiuto a chi ne ha più bisogno, qui e all’estero. Sono certo che questo aspetto dell’identità della vostra Università andrà sempre rafforzandosi, in modo che i grandi progressi tecnologici di oggi possano essere messi al servizio di un’educazione più umana, più giusta ed ecologicamente responsabile. La tradizione ignaziana, su cui si basa Sophia, deve stimolare tanto gli insegnanti quanto gli studenti a creare un’atmosfera che favorisca la riflessione e il discernimento. Nessuno studente di questa università dovrebbe laurearsi senza aver imparato come scegliere, responsabilmente e liberamente, ciò che in coscienza sa essere il meglio. Possiate, in ogni situazione, anche in quelle più complesse, interessarvi a ciò che nella vostra condotta è giusto e umano, onesto e responsabile, come decisi difensori dei vulnerabili, e possiate esser conosciuto per quell’integrità che è tanto necessaria in questi momenti, nei quali le parole e le azioni sono spesso false o fuorvianti.
Le Preferenze Apostoliche Universali proposte dalla Compagnia di Gesù evidenziano che l’accompagnamento dei giovani è una realtà importante in tutto il mondo e che tutte le istituzioni ignaziane devono favorire tale accompagnamento. Come dimostra il Sinodo sui giovani e i suoi documenti, anche la Chiesa universale guarda con speranza e interesse ai giovani di tutto il mondo. La vostra Università nel suo insieme è chiamata a concentrarsi sui giovani, che non solo devono essere destinatari di un’educazione qualificata, ma anche partecipare a tale educazione, offrendo le loro idee e condividendo la loro visione e le speranze per il futuro. Possa la vostra Università essere conosciuta per questo modello di confronto e per l’arricchimento e la vitalità che esso produce.
La tradizione cristiana e umanistica dell’Università Sophia è pienamente in linea con un’altra delle Preferenze che ho citato, quella di camminare con i poveri e gli emarginati del nostro mondo. L’Università, focalizzata sulla sua missione, dovrebbe essere sempre aperta a creare un arcipelago in grado di mettere in relazione ciò che socialmente e culturalmente può essere concepito come separato. Gli emarginati saranno coinvolti e inseriti in modo creativo nel curriculum universitario, cercando di creare le condizioni perché ciò si traduca nella promozione di uno stile educativo capace di ridurre le fratture e le distanze. Lo studio universitario di qualità, piuttosto che essere considerato un privilegio di pochi, va accompagnato dalla consapevolezza di essere servitori della giustizia e del bene comune; servizio da attuare nell’area che ognuno è chiamato a sviluppare. Una causa che ci riguarda tutti; il consiglio di Pietro a Paolo è valido ancor oggi: non dimentichiamoci dei poveri (cfr Gal 2,10).
Cari giovani, cari professori e tutti voi che lavorate nell’Università Sophia, possano queste riflessioni e il nostro incontro di oggi portare frutto nella vostra vita e nella vita di questa comunità accademica. Il Signore e la sua Chiesa contano su di voi quali protagonisti nella missione di cercare, trovare e diffondere la Sapienza divina e offrire gioia e speranza alla società di oggi. Per favore, non dimenticatevi anche di pregare per me e per tutti coloro che hanno maggiormente bisogno del nostro aiuto.
Ed ora, mentre mi preparo a lasciare il Giappone, vi ringrazio, e attraverso di voi ringrazio tutto il popolo giapponese per l’accoglienza che con tanta cortesia mi avete dato durante questa visita. Vi assicuro che vi porterò nel mio cuore e nella mia preghiera. Grazie!
[01865-IT.02] [Testo originale: Spagnolo]
Traduzione in lingua francese
Chers frères et sœurs,
je suis très heureux de pouvoir être un moment avec vous, à la fin de ma visite apostolique, avant de quitter bientôt le Japon et de retourner à Rome. C’est l’heure des adieux!
Mon séjour dans ce pays a été court mais intense. Je remercie Dieu et tout le peuple japonais de m’avoir offert l’occasion de visiter ce pays qui a beaucoup marqué la vie saint François Xavier, et où beaucoup de martyrs ont témoigné de leur foi chrétienne. En dépit du fait que les chrétiens constituent une minorité, leur présence se fait sentir. J’ai été moi-même témoin de l’estime générale que l’on a pour l’Eglise catholique, et j’espère que ce respect mutuel pourra grandir dans l’avenir. J’ai observé aussi que, malgré l’efficacité et l’ordre, caractéristiques de la société japonaise, l’on cherche et désire, manifestement, quelque chose de plus: une profonde aspiration à créer une société toujours plus humaine, plus compatissante, plus miséricordieuse.
L’étude et la méditation font partie de toute culture, et votre culture japonaise est, à cet égard, fière de son héritage ancien et riche. Le Japon a pu intégrer la pensée et les religions de l’Asie dans leur ensemble et créer une culture à l’identité bien définie. L’École Ashikaga, qui a tellement impressionné saint François Xavier, est un exemple de la capacité de la culture japonaise à assimiler et à transmettre la connaissance. Les centres d’études, de méditation, de recherche continuent à jouer un rôle important dans la culture actuelle. C’est pourquoi, il faut qu’ils conservent leur autonomie et leur liberté, en vue d’un avenir meilleur. Puisque les Universités continuent d’être le lieu principal où se forment les responsables de demain, la connaissance et la culture dans toute leur étendue doivent inspirer tous les dimensions des institutions éducatives afin qu’elles deviennent toujours plus inclusives et créatrices d’opportunités et de promotion sociale.
Sophia. Pour administrer ses ressources de manière fructueuse et efficace, l’homme a toujours eu besoin de la vraie Sophia, de la vraie sagesse. Dans une société si compétitive et orientée du point de vue technologique, cette Université doit être un centre non seulement de formation intellectuelle, mais aussi un lieu où une société meilleure et un avenir davantage rempli d’espérance puissent progressivement se forger. Dans l’esprit de l’Encyclique Laudati si’, j’ajouterai que l’amour pour la nature, si typique des cultures asiatiques, doit s’exprimer ici dans un souci intelligent et prévoyant pour la protection de la terre, notre maison commune. Un souci en mesure d’aller de pair avec la promotion d’une nouvelle épistémè en mesure d’élargir et de questionner toute tentative réductionniste de la part du paradigme technocratique (cf. n. 106-114). Ne perdons pas de vue que«l’authentique humanité, qui invite à une nouvelle synthèse, semble habiter au milieu de la civilisation technologique presque de manière imperceptible, comme le brouillard qui filtre sous une porte close. Serait-ce une promesse permanente, malgré tout, jaillissant comme une résistance obstinée de ce qui est authentique ? » (ibid., n. 112).
La Sophia University a toujours été marquée par une identité humaniste, chrétienne et internationale. Depuis sa fondation, l’Université s’est enrichie de la présence de professeurs de divers pays, y compris parfois de pays en conflit entre eux. Cependant, ils sont tous unis par le désir de donner le meilleur aux jeunes du Japon. Ce même esprit perdure aussi dans les nombreuses manières dont vous aidez ceux qui en ont le plus besoin, ici et à l’étranger. Je suis sûr que cet aspect de l’identité de votre Université se renforcera de plus en plus, de sorte que les grandes avancées technologiques d’aujourd’hui puissent être mises au service d’une éducation plus humaine, plus juste et écologiquement responsable. La tradition ignacienne, sur laquelle se fonde Sophia, doit inciter les professeurs, de même que les étudiants, à créer une atmosphère qui favorise la réflexion et le discernement. Aucun étudiant de cette Université ne devrait obtenir un diplôme sans avoir appris comment choisir, de manière responsable et libre, ce qu’il sait, en conscience, être le meilleur. Qu’en chaque situation, y compris les plus compliquées, ils s’efforcent d’avoir une conduite juste et humaine, droite et responsable; qu’ils soient des défenseurs déterminés des personnes fragiles et qu’ils soient réputés pour cette intégrité dont on a tant besoin en ces moments où les paroles et les actions sont souvent fausses ou mensongères.
Les Priorités Apostoliques Universelles qu’a proposées la Compagnie de Jésus disent clairement que l’accompagnement des jeunes est une tâche importante dans le monde entier, et que toutes les institutions ignaciennes doivent favoriser cet accompagnement. Comme le montrent le Synode sur les jeunes et ses documents, l’Eglise universelle regarde aussi avec espérance et intérêt les jeunes du monde entier. Votre Université dans son ensemble doit se focaliser sur les jeunes qui doivent, non seulement recevoir une éducation soignée, mais aussi, comme partie de cette éducation, proposer leurs idées et partager leur vision ainsi que leurs espérances concernant l’avenir. Que votre Université soit connue pour ce modèle d’échange ainsi que pour l’enrichissement et la vitalité que cela génère!
La tradition chrétienne et humaniste de la Sophia University est en totale consonance avec les autres priorités que j’ai mentionnées: marcher avec les pauvres et les marginalisés de notre monde. L’Université, focalisée sur sa mission, devrait être toujours prête à créer un archipel en mesure de relier ce qui, culturellement et socialement, peut même être considéré comme séparé. Les personnes marginalisées seront impliquées et incorporées avec créativité dans le cursus universitaire, en cherchant à créer les conditions pour que cela se traduise par la promotion d’une forme d’éducation capable de réduire les fossés et les distances. Les études universitaires de qualité, loin d’être considérées comme le privilège d’un petit nombre, doivent être accompagnées de la conscience d’être des serviteurs de la justice et du bien commun; un service qui doit être assuré dans le domaine où chacun est appelé à s’investir. C’est une cause qui nous concerne tous; le conseil de Pierre et de Paul est encore valable aujourd’hui: n’oublions pas les pauvres (cf. Ga 2, 10).
Chers jeunes, chers professeurs, vous tous chers amis qui travaillez à la Sophia University: que ces réflexions et que notre rencontre d’aujourd’hui portent des fruits dans vos vies et dans celle de cette communauté universitaire. Le Seigneur et son Eglise comptent sur vous pour participer à la mission de chercher, de découvrir et de répandre la sagesse divine, et pour offrir la joie et l’espérance à la société actuelle. S’il vous plait, n’oubliez pas de prier pour moi et pour tous ceux qui ont le plus besoin de notre aide.
Et à présent, alors que je m’apprête à quitter le Japon, je vous remercie, et à travers vous, tout le peuple japonais pour l’aimable accueil et l’hospitalité que vous m’avez réservés pendant cette visite. Je vous assure que je vous garderai présents dans mon cœur et dans ma prière. Merci beaucoup!
[01865-FR.02] [Texte original: Espagnol]
Traduzione in lingua inglese
Dear Brothers and Sisters,
It is a great joy for me to be able to spend a few minutes with you at the conclusion of my apostolic visit, shortly before leaving Japan and returning to Rome. It is time to say goodbye.
My stay in this country has been short and very intense, but I would like to thank God and all of you for the opportunity to visit this country which Saint Francis Xavier so greatly desired to know, and where so many martyrs bore witness to their Christian faith. Despite the fact that Christians are a minority, their presence is felt. I myself have witnessed the general esteem in which the Catholic Church is held, and I hope that this mutual respect may increase in the future. I would also observe that, for all the efficiency and order that mark Japanese society, I have sensed a yearning, too, for something greater: a profound desire to create an ever more humane, more compassionate, more merciful society.
Study and meditation are part of every culture, and your Japanese culture is rightly proud of its ancient and rich heritage in this regard. Japan has been able to integrate the thinking and the religions of Asia as a whole, and to create a culture with a well-defined identity. The Ashikaga School, which so impressed Saint Francis Xavier, is an example of the capacity of Japanese culture to absorb and to pass on knowledge. Centers of study, meditation and research continue to play an important role in present-day culture. For this reason, it is important that they preserve their autonomy and freedom, for the sake of a better future. Since universities continue to be the primary place where future leaders are trained, it is necessary that a breadth of knowledge and culture inspire every aspect of the life of educational institutions, making them ever more inclusive and capable of generating opportunities and social advancement.
Sophia. In order to manage our resources in constructive and efficient ways, we have always been in need of true sophia, true Wisdom. In a society as competitive and technologically oriented as present-day Japan, this university should be a center not only of intellectual formation, but also a place where a better society and a more hope-filled future can take shape. In the spirit of my encyclical Laudato Si’, I would add that love for nature, so typical of Asian cultures, should here find expression in a sapient and foresighted concern for the protection of the earth, our common home. A concern that can join in the promotion of a new “episteme” that can provide a broader vision as opposed to the reductionism born of the technocratic paradigm (cf. Nos. 106-114). Let us not forget that “an authentic humanity, calling for a new synthesis, seems to dwell in the midst of our technological culture, almost unnoticed, like a mist seeping gently beneath a closed door. Will the promise last, in spite of everything, with all that is authentic rising up in stubborn resistance?” (ibid., 112).
Sophia University has always been marked by a humanistic, Christian and international identity. From its foundation, the university has been enriched by the presence of professors from various countries, even at times from countries in conflict with one another. Yet all were united by the desire to give the best of themselves to the young people of Japan. That same spirit continues in the many ways that you provide help to those in greatest need, here and abroad. I am confident that this aspect of your university’s identity will grow ever stronger, so that today’s great technological advances can be put at the service of a more humane, more just and ecologically responsible education. The Ignatian tradition, on which Sophia is based, ought to inspire professors and students alike to create an atmosphere that fosters reflection and discernment. No student of your university should graduate without having learned how to choose, responsibly and freely, what he or she knows in conscience is best. In every situation, even the most complex, may they be concerned that their conduct is just and humane, conscientious and responsible, and show themselves resolute defenders of the vulnerable. May they be known for the integrity so greatly needed in these times when words and actions are often either misleading or deceitful.
The Universal Apostolic Preferences that the Society of Jesus proposed and that I approved this year make it clear that the accompaniment of young people is an important priority worldwide, and that all Ignatian institutions must foster that accompaniment. As evidenced by the Synod on Youth and its documents, the universal Church likewise looks with hope and interest to young people worldwide. Your university as a whole ought to focus on the young, who should not only receive excellent education, but also be part of that education, offering their insights and sharing their vision and hopes for the future. May your university be known for such a model of sharing and for the enrichment and vitality that it generates.
The Christian and humanistic tradition of Sophia University is fully consonant with yet another of the Preferences that I mentioned, namely that of walking with the poor and the outcasts of our world. The university, focused on its mission, should always be open to creating an “archipelago” capable of connecting realities that might be considered culturally and socially separate. The marginalized would be creatively incorporated into the life and curriculum of the university, in an effort to bring about an educational approach aimed at reducing distances and disconnects. Quality university education should not be the privilege of a few, but constantly informed by the effort to serve justice and the common good. A service to be carried out by each one in the sector in which he or she is called to work. This is a concern that regards everyone. Peter’s advice to Paul remains true today: that we not forget the poor (cf. Gal 2:10).
Dear young people, dear professors and all who work at Sophia University: may these reflections and our meeting today bear fruit for your lives and for the life of this academic community. The Lord and his Church are counting on you to share in the mission of seeking, finding and spreading divine Wisdom, and thus offering joy and hope to present-day society. Please, remember too, to pray for me and for all those most in need of our help.
And now, as I prepare to leave Japan, I thank you, and through you, the entire Japanese people for the kind reception and welcome accorded me during my Apostolic Visit. I assure you that I will keep all of you in my heart and my prayers. Thank you.
[01865-EN.02] [Original text: Spanish]
Traduzione in lingua tedesca
Traduzione in lingua tedesca
Liebe Brüder und Schwestern,
ich freue mich sehr, zum Schluss meiner apostolischen Reise einige Minuten mit euch zu verbringen, kurz bevor ich Japan wieder verlasse und nach Rom zurückkehre. Es ist der Abschied.
Mein Aufenthalt in diesem Land war kurz, aber intensiv. Ich danke Gott und dem ganzen japanischen Volk für die Gelegenheit zum Besuch dieses Landes, das das Leben des heiligen Franz Xaver stark geprägt hat und wo viele Märtyrer für ihren christlichen Glauben Zeugnis abgelegt haben. Auch wenn die Christen eine Minderheit sind, so spürt man doch ihre Anwesenheit. Ich selbst kann die allgemeine Wertschätzung gegenüber der katholischen Kirche bezeugen und hoffe, dass diese gegenseitige Achtung in Zukunft weiterwächst. Ich habe auch beobachtet, dass trotz der Effizienz und der Ordnung, die die japanische Gesellschaft kennzeichnen, doch ein Wunsch nach einem Mehr wahrzunehmen ist: ein tiefer Wunsch, eine immer menschlichere, mitfühlendere und barmherzigere Gesellschaft zu schaffen.
Das Studium und die Meditation sind Teil jeder Kultur; eure japanische Kultur ist in dieser Hinsicht stolz auf ihr altes und reiches Erbe. Japan ist es gelungen, das Gedankengut und die Religionen Asiens in ihrer Gesamtheit zu integrieren und eine Kultur mit einer spezifischen Identität zu schaffen. Die Ashikaga-Schule, die den heiligen Franz Xaver so beeindruckte, ist ein Beispiel für die Fähigkeit der japanischen Kultur, sich Wissen anzueignen und weiterzugeben. Die Zentren für Studium, Meditation und Forschung besitzen weiterhin eine wichtige Rolle in der heutigen Kultur. Deshalb ist es notwendig, dass sie ihre Autonomie und ihre Freiheit als Garantie für eine bessere Zukunft bewahren. Damit die Universitäten der wichtigste Ort bleiben, an dem die zukünftigen Führungskräfte herangebildet werden, müssen das Wissen und die Kultur in ihrer ganzen Bandbreite alle Bereiche der Bildungseinrichtungen beeinflussen. Dann werden diese immer inklusiver und stärker fähig, Chancen und soziale Förderung zu schaffen.
Sophia. Der Mensch hat immer der wahren Sophia, der wahren Weisheit bedurft, um seine Ressourcen auf konstruktive und wirksame Weise zu verwalten. In einer stark auf Wettbewerb und Technologie ausgerichteten Gesellschaft sollte diese Universität nicht nur ein Zentrum für intellektuelle Bildung sein, sondern auch ein Ort, an dem eine bessere Gesellschaft und eine hoffnungsvollere Zukunft Gestalt annehmen können. Im Geist der Enzyklika Laudato si’ würde ich hinzufügen, dass die Liebe zur Natur, die für die asiatischen Kulturen so typisch ist, hier in einer intelligenten und vorausschauenden Sorge für den Schutz der Erde, unserem gemeinsamen Haus, zum Ausdruck kommen sollte. Eine Sorge, die sich mit der Entwicklung einer neuen Episteme verbinden kann, die jeden reduktionistischen Versuch von Seiten des technokratischen Paradigmas zu überschreiten und in Frage zu stellen vermag (vgl. Nr. 106-114). Verlieren wir das nicht aus den Augen: »Die echte Menschlichkeit, die zu einer neuen Synthese einlädt, scheint inmitten der technologischen Zivilisation zu leben – gleichsam unmerklich, wie der Nebel, der unter der geschlossenen Tür hindurchdringt. Wird sie trotz allem eine fortwährende Verheißung sein, die wie ein zäher Widerstand des Echten hervorsprießt?« (ebd., 112).
Die Sophia University hat sich immer durch eine humanistische, christliche und internationale Identität ausgezeichnet. Seit ihrer Gründung wurde die Universität durch die Anwesenheit von Professoren aus verschiedenen Ländern bereichert, zuweilen auch aus Ländern, die im Konflikt zueinanderstanden. Dennoch waren alle einig im Wunsch, den jungen Menschen Japans das Beste geben zu wollen. Der gleiche Geist bleibt auch in den vielen Arten von Hilfsangeboten an die Bedürftigen hier und im Ausland, gegenwärtig Ich bin sicher, dass dieser Aspekt der Identität eurer Universität immer stärker wird, so dass die großen technologischen Fortschritte von heute einer menschlicheren, gerechteren und ökologisch verantwortlicheren Bildung dienen. Die ignatianische Tradition, auf die Sophia gründet, muss die Lehrenden ebenso wie die Studenten ermutigen, eine für Reflektion und Unterscheidung günstige Atmosphäre zu schaffen. Kein Student dieser Universität sollte einen Abschluss erwerben, ohne gelernt zu haben, wie man sich verantwortlich und frei für das entscheidet, was im Gewissen als das Bessere erkannt wird. Möge es euch in jeder, auch komplexesten Situation, um das gehen, was in eurem Verhalten richtig und menschlich ist, ehrlich und verantwortlich, als entschlossene Verteidiger der Schwachen. Möget ihr für jene Geradlinigkeit bekannt sein, die gerade in den Situationen so notwendig ist, in denen Worte und Handlung oft entweder falsch oder irreführend sind.
Die von der Gesellschaft Jesu festgelegten weltweiten apostolischen Präferenzen unterstreichen, dass die Begleitung von jungen Menschen auf der ganzen Welt eine wichtige Realität darstellt und dass alle ignatianischen Einrichtungen diese Begleitung fördern sollen. Die Jugendsynode und ihre Dokumente zeigt, dass auch die Weltkirche mit Hoffnung und Interesse auf die jungen Menschen der ganzen Welt blickt. Eure gesamte Universität ist aufgerufen, sich auf die jungen Menschen zu konzentrieren, die nicht nur Empfänger einer qualifizierten Bildung sein müssen, sondern auch an dieser Ausbildung mitwirken sollen, indem sie ihre Ideen einbringen und ihre Visionen und Hoffnungen für die Zukunft mitteilen. Möge eure Universität für dieses Modell des Austauschs und für die Bereicherung und die Lebendigkeit, die es bewirkt, bekannt sein.
Die christliche und humanistische Tradition der Sophia University ist mit einer weiteren der genannten Präferenzen vollständig auf einer Linie, nämlich mit den Armen und Ausgegrenzten dieser Welt auf dem Weg zu sein. Die Universität, die auf ihre Aufgabe fokussiert ist, sollte immer offen dafür sein, einen Archipel zu schaffen, der das in Beziehung zu setzen vermag, was gesellschaftlich und kulturell als getrennt betrachtet werden könnte. Die Ausgegrenzten sollen auf kreative Weise in den akademischen Bildungsplan miteinbezogen und aufgenommen werden, indem man Bedingungen zu schaffen sucht, um einen Bildungsstils zu fördern, der Brüche und Distanzen mildern kann. Das niveauvolle Universitätsstudium darf nicht als ein Privileg von Wenigen betrachtet werden, sondern muss von dem Bewusstsein begleitet werden, Diener der Gerechtigkeit und des Gemeinwohls zu sein; ein Dienst, den jeder gerufen ist, in dem Gebiet umzusetzen, zu dessen Entwicklung er gerufen ist. Das ist eine Aufgabe, die uns alle betrifft; der Rat von Petrus an Paulus gilt noch heute: Wir sollten an die Armen denken (vgl. Gal 2,10).
Liebe junge Freunde, liebe Professoren und alle Angestellten der Sophia University, mögen diese Überlegungen und unsere heutige Begegnung in eurem Leben und im Leben dieser akademischen Gemeinschaft Frucht tragen. Der Herr und seine Kirche zählen auf euch als Protagonisten in der Sendung, die göttliche Weisheit zu suchen, zu finden und zu verbreiten und der Gesellschaft von heute Freude und Hoffnung anzubieten. Bitte, vergesst nicht, auch für mich zu beten und für all die, die am meisten unserer Hilfe bedürfen.
Und während ich mich nun aufmache, Japan zu verlassen, danke ich euch und durch euch danke ich dem ganzen japanischen Volk für den Empfang, den ihr mir mit so viel Freundlichkeit während dieses Besuchs bereitet habt. Ich versichere euch, dass ich in meinem Herzen und in meinem Gebet an euch denken werde. Vielen Dank!
[01865-DE.02] [Originalsprache: Spanisch]
Traduzione in lingua portoghese
Queridos irmãos e irmãs!
Estou muito feliz por estes momentos que posso transcorrer convosco no final da minha Visita, pouco antes de deixar o Japão e regressar a Roma. É o «Adeus».
Minha estada neste país foi breve, mas intensa. Agradeço a Deus e a todo o povo japonês pela oportunidade de visitar este país, que marcou fortemente a vida de São Francisco Xavier e no qual tantos mártires deram testemunho da sua fé cristã. Embora os cristãos sejam uma minoria, sente-se a sua presença. Fui testemunha da estima geral pela Igreja Católica, e espero que este respeito mútuo possa aumentar no futuro. Notei também que, apesar da eficiência e da ordem que a caraterizam, a sociedade japonesa deseja e procura algo mais: um anseio profundo de criar uma sociedade cada vez mais humana, compassiva e misericordiosa.
O estudo e a meditação fazem parte de todas as culturas, sendo a cultura japonesa orgulhosa do seu antigo e rico património a tal respeito. O Japão conseguiu integrar o pensamento e as religiões da Ásia no seu conjunto e criar uma cultura com identidade específica. A Escola Ashikaga, que impressionou imenso São Francisco Xavier, é um exemplo da capacidade que possui a cultura japonesa de absorver e transmitir o conhecimento. Os centros de estudo, meditação e pesquisa continuam a desempenhar um papel importante na cultura atual. Por este motivo, é necessário que mantenham a sua autonomia e liberdade, como penhor dum futuro melhor. Dado que as universidades continuam a ser o lugar principal onde se formam os futuros líderes, é preciso que o conhecimento e a cultura em toda a sua amplitude inspirem todos os aspetos das instituições educacionais, tornando-se cada vez mais inclusivas e capazes de gerar oportunidades e promoção social.
Sophia. Para administrar construtiva e eficientemente os seus recursos, o homem sempre precisou da verdadeira Sophia, da verdadeira Sabedoria. Numa sociedade tão competitiva e tecnologicamente orientada, esta Universidade deveria ser não só um centro de formação intelectual, mas também um local onde se pode ir modelando uma sociedade melhor e um futuro mais esperançoso. E acrescentaria – no espírito da encíclica Laudato si’ – que o amor à natureza, tão típico das culturas asiáticas, aqui se devia expressar numa lúcida e previdente preocupação pela proteção da terra, nossa casa comum; preocupação que pode conjugar-se com a promoção duma nova ciência capaz de questionar e fazer expandir qualquer tentativa reducionista por parte do paradigma tecnocrático (cf. nn. 106-114). Não percamos de vista que «a humanidade autêntica, que convida a uma nova síntese, parece habitar no meio da civilização tecnológica de forma quase impercetível, como a neblina que filtra por baixo da porta fechada. Será uma promessa permanente que, apesar de tudo, desabrocha como uma obstinada resistência daquilo que é autêntico?» (Ibid., 112).
A Universidade Sophia sempre se distinguiu por uma identidade humanista, cristã e internacional. Desde a sua fundação, a Universidade foi enriquecida pela presença de professores provenientes de vários países, às vezes até de países em conflito entre si. Mas todos estavam unidos pelo desejo de dar o melhor aos jovens do Japão. O mesmo espírito perdura também nas inúmeras formas com que prestais ajuda àqueles que mais precisam, aqui e no estrangeiro. Estou certo de que este aspeto da identidade da vossa Universidade se revigorará cada vez mais, de modo que os grandes progressos tecnológicos atuais possam ser colocados ao serviço duma educação mais humana, mais justa e ecologicamente responsável. A tradição inaciana, na qual se baseia Sophia, deve estimular tanto os professores como os alunos a criarem uma atmosfera que favoreça a reflexão e o discernimento. Nenhum estudante desta Universidade deveria conseguir a formatura sem antes ter aprendido como escolher, responsável e livremente, aquilo que em consciência sabe ser o melhor. Possais em cada situação, mesmo nas mais complexas, interessar-vos pelo que, na vossa conduta, é justo e humano, honesto e responsável, como resolutos defensores dos vulneráveis, e possais ser conhecidos pela integridade que tão necessária é nestes tempos em que as palavras e as ações, frequentemente, são falsas ou enganadoras.
As Preferências Apostólicas Universais que propus à Companhia de Jesus mostram claramente que o acompanhamento dos jovens é uma realidade importante em todo o mundo e que todas as instituições inacianas devem favorecer este acompanhamento. Como demonstra o Sínodo sobre os jovens com os seus documentos, também a Igreja universal olha, com esperança e interesse, para os jovens de todo o mundo. No seu conjunto, a vossa Universidade é chamada a concentrar-se nos jovens, que não só devem ser destinatários duma educação qualificada, mas também participar nessa educação, oferecendo as suas ideias e partilhando a sua visão e esperanças para o futuro. Que a vossa Universidade seja conhecida por este modelo de intercâmbio e pelo enriquecimento e vitalidade que isso gera.
A tradição cristã e humanista da Universidade Sophia está plenamente em linha com outra das Preferências que mencionei: caminhar com os pobres e os marginalizados do nosso mundo. A Universidade, centrada na sua missão, deveria estar sempre aberta à criação dum arquipélago capaz de interligar aquilo que, social e culturalmente, pode ser concebido como separado. Os marginalizados hão de ser envolvidos e introduzidos criativamente no currículo universitário, procurando criar as condições para que isto se traduza na promoção dum estilo educativo capaz de reduzir as fraturas e as distâncias. O estudo universitário de qualidade, em vez de se considerar um privilégio de poucos, seja acompanhado pela consciência de se saberem servidores da justiça e do bem comum; serviço a ser implementado na área que cada um é chamado a desenvolver. Trata-se duma causa que tem a ver com todos nós; a recomendação feita a Paulo por Pedro continua a ser válida ainda hoje: não nos esqueçamos dos pobres (cf. Gal 2, 10).
Queridos jovens, amados professores e todos vós que trabalhais na Universidade Sophia, possam estas reflexões e o nosso encontro de hoje produzir fruto na vossa vida e na vida desta comunidade académica. O Senhor e a sua Igreja contam convosco como protagonistas na missão de buscar, encontrar e difundir a Sabedoria divina e oferecer alegria e esperança à sociedade atual. Por favor, não vos esqueçais também de rezar por mim e por todos os que mais precisam da nossa ajuda.
E agora, preparando-me para deixar o Japão, agradeço a vós e, por vosso intermédio, a todo o povo japonês a amável receção e hospitalidade que me proporcionaram durante esta Visita. Asseguro que vos levo no coração e ter-vos-ei presente nas minhas orações
Muito obrigado!
[01865-PO.02] [Texto original: Espanhol]
Traduzione in lingua polacca
Drodzy bracia i siostry!
Bardzo się cieszę, że mogę być z wami przez kilkanaście minut pod koniec mojej wizyty apostolskiej, krótko przed opuszczeniem Japonii i powrotem do Rzymu. To pożegnanie.
Mój pobyt w tym kraju był krótki, ale intensywny. Dziękuję Bogu i całemu narodowi japońskiemu za możliwość odwiedzenia tego kraju, który pozostawił wielki ślad w życiu św. Franciszka Ksawerego, i gdzie wielu męczenników złożyło świadectwo swojej chrześcijańskiej wiary. Chociaż chrześcijanie stanowią mniejszość, ich obecność jest odczuwalna. Sam byłem świadkiem ogólnego szacunku dla Kościoła katolickiego i mam nadzieję, że ten wzajemny szacunek może wzrosnąć w przyszłości. Zauważyłem również, że pomimo skuteczności i porządku, charakteryzujących społeczeństwo japońskie, można dostrzec, że pragnie się i poszukuje czegoś więcej: jest to głębokie pragnienie stworzenia społeczeństwa coraz bardziej humanitarnego, bardziej współczującego i bardziej miłosiernego.
Studia i medytacja są częścią każdej kultury, a wasza kultura japońska jest dumna ze swojego starożytnego i bogatego dziedzictwa. Japonia potrafiła zintegrować myśl i religie Azji w całość i stworzyć kulturę o specyficznej tożsamości. Szkoła Ashikaga, która tak bardzo zachwyciła św. Franciszka Ksawerego, jest przykładem zdolności japońskiej kultury do przyswajania i przekazywania wiedzy. W dzisiejszej kulturze nadal ważną rolę odgrywają ośrodki badawcze, medytacyjne i badawcze. Z tego powodu trzeba, by zachowały swoją autonomię i wolność, jako zadatek lepszej przyszłości. Ponieważ uniwersytety pozostają głównym miejscem, w którym kształtowani są przyszli liderzy, trzeba, aby wiedza i kultura w całym swym zakresie inspirowały wszystkie aspekty instytucji edukacyjnych, czyniąc je coraz bardziej integrującymi i zdolnymi do generowania szans i promocji społecznej.
Sophia. Człowiek zawsze, aby zarządzać swoimi zasobami w sposób konstruktywny i skuteczny, potrzebował prawdziwej Sophia, prawdziwej Mądrości. W społeczeństwie tak bardzo nastawionym na konkurencyjność i zorientowanym technologicznie, uniwersytet ten powinien być nie tylko ośrodkiem formacji intelektualnej, ale także miejscem, w którym może kształtować się lepsze społeczeństwo i nadzieja na przyszłość. W duchu encykliki Laudato si' dodałbym, że miłość do natury, tak typowa dla kultur azjatyckich, powinna wyrażać się tutaj w inteligentnej i przewidującej trosce o ochronę ziemi, naszego wspólnego domu. Trosce, która łączy się z promocją nowej episteme, zdolnej do poszerzenia i zakwestionowania wszelkich prób redukcjonistycznych ze strony paradygmatu technokratycznego (por. nn. 106-114). Nie zapominajmy o tym, że „autentyczne człowieczeństwo, które zachęca do nowej syntezy, zdaje się istnieć pośród cywilizacji technologicznej niemal niezauważalnie, jak mgła, która przenika pod zamkniętymi drzwiami. Czy będzie to nieustanna obietnica, która mimo wszystko rodzi się jako konsekwentny opór ze strony tego, co autentyczne?” (tamże, 112).
Uniwersytet Sophia zawsze wyróżniał się tożsamością humanistyczną, chrześcijańską i międzynarodową. Od momentu powstania uniwersytet był ubogacany obecnością profesorów pochodzących z różnych krajów, czasem nawet z krajów będących ze sobą w konflikcie. Jednak wszystkich łączyło pragnienie, aby dać młodzieży Japonii to, co najlepsze. Ten sam duch trwa również na wiele sposobów, w jakie zapewniacie pomoc tym, którzy jej najbardziej potrzebują, tutaj i za granicą. Jestem pewien, że ten aspekt tożsamości waszego uniwersytetu będzie się coraz bardziej umacniał, aby dzisiejsze wielkie postępy technologiczne mogły zostać wykorzystane w celu zapewnienia edukacji bardziej humanitarnej, bardziej uczciwej i odpowiedzialnej ekologicznie. Tradycja ignacjańska, na której opiera się Sophia, powinna pobudzać zarówno wykładowców, jak i studentów, do tworzenia atmosfery sprzyjającej refleksji i rozeznaniu. Żaden student tego uniwersytetu nie powinien ukończyć studiów, jeśli nie nauczy się wybierać, odpowiedzialnie i swobodnie, tego, co według sumienia uzna za najlepsze. Obyście w każdej sytuacji, nawet w tych najbardziej złożonych, interesowali się tym, co w waszym zachowaniu jest słuszne i ludzkie, uczciwe i odpowiedzialne, jako stanowczy obrońcy bezbronnych i obyście byli znani z tej uczciwości, która jest tak bardzo potrzebna w tych momentach, w których słowa i czyny są często fałszywe lub zwodnicze.
Uniwersalne Preferencje Apostolskie, zaproponowane przez Towarzystwo Jezusowe podkreślają, że towarzyszenie ludziom młodym jest ważną rzeczywistością na całym świecie i że wszystkie instytucje ignacjańskie powinny promować takie towarzyszenie. Jak ukazuje Synod o młodzieży i jego dokumenty, Kościół powszechny patrzy również z nadzieją i zainteresowaniem na ludzi młodych na całym świecie. Wasza uczelnia jako całość powinna koncentrować się na młodych, którzy nie tylko muszą być adresatami wyspecjalizowanej edukacji, ale także uczestniczyć w tej edukacji, oferując swoje idee i dzieląc się swoją wizją i nadziejami na przyszłość. Oby wasz uniwersytet był znany z tego modelu debaty oraz z ubogacania się i witalności, jaką ona wytwarza.
Tradycja chrześcijańska i humanistyczna Uniwersytetu Sophia jest całkowicie zgodna z kolejną preferencją, o której wspomniałem, dotyczącą podążania z ubogimi i zmarginalizowanymi naszego świata. Uniwersytet, skoncentrowany na swojej misji, powinien być zawsze otwarty na tworzenie archipelagu zdolnego do połączenia tego, co społecznie i kulturowo można postrzegać jako odrębne. Osoby zmarginalizowane zostaną twórczo zaangażowane i włączone do programu uniwersyteckiego, starając się stworzyć warunki, aby przełożyło się to na promocję stylu edukacyjnego zdolnego do pomniejszania pęknięć i dystansów. Dobre jakościowo studium uniwersyteckie powinno być nie tyle uważane za przywilej nielicznych, ile musi mu towarzyszyć świadomość bycia sługami sprawiedliwości i dobra wspólnego. Służba ta musi być realizowana w obszarze, do rozwijania którego każdy jest powołany. Sprawa ta dotyczy nas wszystkich. Rada Piotra skierowana do Pawła jest nadal aktualna: nie zapominajmy o ubogich (por. Ga 2, 10).
Drodzy młodzi, profesorowie i wy wszyscy pracownicy Uniwersytetu Sophia: niech te refleksje i nasze dzisiejsze spotkanie zaowocują w waszym życiu i w życiu tej społeczności akademickiej. Pan i Jego Kościół liczą na was jako uczestników w misji poszukiwania, odnajdywania i upowszechniania Bożej Mądrości oraz oferowania radości i nadziei dzisiejszemu społeczeństwu. Proszę, nie zapomnijcie też modlić się za mnie i za wszystkich, którzy najbardziej potrzebują naszej pomocy.
A teraz, przygotowując się do opuszczenia Japonii, dziękuję wam i poprzez was, całemu narodowi japońskiemu za gościnność, jakiej mi w tych dniach udzieliliście z tak wielką uprzejmością. Zapewniam was, że zabiorę was w moim sercu i w mojej modlitwie. Dziękuję!
[01865-PL.02] [Testo originale: Spagnolo]
Traduzione in lingua araba
الزيارة الرسولية إلى اليابان
كلمة قداسة البابا فرنسيس
زيارة إلى جامعة الحكمة
طوكيو، 26 نوفمبر/تشرين الثاني 2019
أصدقائي الأعزّاء، صباح الخير!
أنا سعيد جدًا لوجودي معكم ولو لبضع دقائق في نهاية زيارتي الرسولية، قبل مغادرة اليابان والعودة إلى روما. إنه الوداع.
كانت إقامتي في هذا البلد قصيرة ولكن مكثّفة. أشكر الله وكلّ الشعب الياباني على الفرصة التي أتيحت لي لأزور هذا البلد، الذي ترك أثرًا بالغًا في حياة القدّيس فرنسيس كسافاريوس، وحيث قدّم الكثير من الشهداء شهادةً لإيمانهم المسيحي. على الرغم من أن المسيحيّين أقلّية، لكن لهم حضور ملموس. أنا شخصيًّا أشهد على الاحترام العام للكنيسة الكاثوليكية، وأرجو أن يزداد هذا الاحترام المتبادل في المستقبل. لاحظت أيضًا أنه على الرغم من الفعالية في العمل والنظام اللذين يميّزان المجتمع الياباني، أنه مجتمع يرغب ويبحث عن المزيد: لديه رغبة عميقة بخلق مجتمع أكثر إنسانية، وأكثر حنان وأكثر رحمة.
الدراسة والتأمّل هما جزء من كلّ ثقافة، وثقافتكم اليابانية تفتخر بتراثها القديم والغني. استطاع اليابان أن يستوعب ديانات آسيا وفكرها بمجملها وأن يخلق منها ثقافةً تتمتّع بهويّة خاصّة. تُعدّ مدرسة أشيكاغا، التي أثارت إعجاب القدّيس فرنسيس كسافاريوس، مثالًا على قدرة الثقافة اليابانية على استيعاب المعرفة ونقلها. وما زالت مراكز الدراسة والتأمّل والبحث تلعب دورًا مهمًّا في ثقافة اليوم. لهذا السبب، من الضروريّ أن تحافظ على استقلاليّتها وحرّيتها، كضمان لمستقبل أفضل. بما أن الجامعات هي المكان الرئيسي التي يتمّ فيها تنشئة قادة المستقبل، يجب أن تُلهِمَ المعرفةُ والثقافةُ بكلّ اتّساعها جميعَ جوانب المؤسّسات التربوية، فتجعلها أكثر شمولًا وقادرة على توليد الفرص والتقدّم الاجتماعي.
الحكمة. كان الإنسان دائمًا بحاجة إلى الحكمة الحقيقية لإدارة وتنمية طاقاته بطريقة بنّاءة وفعّالة. في مجتمعنا التنافسيّ وذات التوجّه التكنولوجي، يجب أن تكون هذه الجامعة ليس فقط مركزًا للتنشئة الفكرية، بل أيضا مكانًا لتكوين مجتمع أفضل ومستقبل مليء بالرجاء. انطلاقًا من روح الرسالة العامة "كُنْ مُسَبَّحًا"، أودّ أن أضيف أن محبّة الطبيعة، وهي مِيزة الثقافات الآسيوية، يجب أن تظهر عبر اهتمامٍ بحماية الأرض، بيتنا المشترك، يتميّز بالذكاء والاستباق. هذا الاهتمام يجب أن تعزّزه "معرفة" جديدة، قادرة على توسيع ومناقشة كلّ محاولة اختزال من قِبَلِ النموذج التكنولوجي (را. 106-114). يجب ألّا ننسى أن "الإنسانية الأصيلة، التي تدعوّ إلى تكوين صيغة جديدة، تبدو غارقة في وسط الحضارةِ التكنولوجية بصورة خفيّة مثل الضباب الذّي يتسرّب من تحت باب مغلق. هل تبقى التكنولوجيا دائمًا وعدًا، يبرز بالرغم من كلّ شيء، مثل مقاومة عنيدة لكلّ ما هو أصيل؟" (را. نفس المرجع، 112).
لقد تميّزت جامعة الحكمة دائمًا بهويّتها ذات الطابع الإنساني والمسيحي والدولي. واغتنت منذ تأسيسها، بخبرة أساتذة من مختلف البلدان، وأحيانًا حتى من بلدان متصارعة فيما بينها. ومع ذلك، فقد وحدّت بين الجميع الرغبة في تقديم الأفضل لشباب اليابان. وما زالت هذه الروح نفسها أيضًا قائمة في الطرق المختلفة التي تقدّمون بها المساعدة لمَن يحتاجها، هنا وفي الخارج. أنا متأكّد من أن هذا الجانب من هويّة جامعتكم سيزداد قوّة دائمًا، بحيث يمكن وضع التطوّرات التكنولوجية العظيمة اليوم في خدمة تربية أكثر إنسانيّة وأكثر عدلًا كما وتربية بيئيّة مسؤولة. على التقليد الأغناطي (للقديس أغناطيوس)، الذي تقوم عليه جامعة الحكمة، أن يحفّز المعلّمين والطلّاب على حدّ سواء، على خلق جوّ يشجّع على التفكير والتمييز. لا يجب أن يتخرّج أيّ طالب من هذه الجامعة دون أن يتعلّم كيف يختار، بمسؤولية وحرّية، ما يعرف بحسب ضميره أنه الأفضل. في كلّ الحالات، حتى في الحالات الأكثر تعقيدًا، أرجو أن تهتمّوا في سيرتكم لكلّ ما هو عادل وإنسانيّ وصادق ومسؤول، فتكونوا مدافعين حازمين عن المستضعفين، وعسى أن تُعرَفوا بهذه النزاهة الضرورية جدًا في أيامنا، حيث كَثُر الزيف والتضليل في الكلام والأفعال.
تبيّن الأولويّات الرسوليّة الشاملة التي تقدّمها الرهبنة اليسوعيّة، أن مرافقة الشباب هو أمر مهمّ في جميع أنحاء العالم، وأن جميع المؤسّسات اليسوعية يجب أن تشجّع على هذه المرافقة. ويبيّن السينودس للشباب ووثائقه، أن الكنيسة الجامعة أيضًا تنظر برجاء واهتمام إلى الشباب في كلّ العالم. وجامعتكم أيضًا مدعوّة بجملتها إلى التركيز على الشباب، الذين لا يجب أن يستفيدوا فقط من تعليم متميّز، بل أن يكونوا شركاء فيه، فيقدّموا أفكارهم ويشاركوا في رؤاهم وآمالهم من أجل المستقبل. أرجو أن تُعرَف جامعتكم بهذا النهج من المشاركة والمقارنة وبما ينجم عنه من غنى وحيويّة.
التقليد المسيحي والفكر الانساني في جامعة الحكمة يّتفقان مع الأوليّات التي ذكرتها أعلاه، أي الاهتمام بالفقراء والمهمّشين في عالمنا. فيما تركّز الجامعة اهتمامها على رسالتها، يجب أن تكون في الوقت نفسه منفتحة على تكوين شبكة قادرة على إنشاء روابط مع ما يُعتبر منفصلًا أو مهمّشا، من الناحية الاجتماعيّة أو الثقافيّة. فيتمّ إشراك المهمّشين ودمجهم بطريقة خلّاقة في مناهج الجامعة، في محاولة لتهيئة الظروف اللازمة لترجمة ذلك إلى أسلوب تعليمي قادر على الحدّ من الفجوات والمسافات. إن الدراسة الجامعية الجيّدة، بدلًا من اعتبارها امتيازًا لعدد قليل، يجب أن تكون مصحوبةً بالوعي بأن الطلّاب هم خدَّام للعدالة والخير العام. ويجب تقديم هذه الخدمة في المجال الذي كلّ واحد مدعوّ لتطويره. هذه قضيّة تهمّنا جميعًا. نصيحة بطرس لبولس لا تزال صالحة اليوم: لا ننسَ الفقراء (را. غلا 2، 10).
أعزّائي الشبيبة، أعزّائي الأساتذة، وأنتم جميع العاملين في جامعة الحكمة، أرجو أن تثمر أفكارنا ولقاؤنا اليوم في حياتكم وفي حياة هذه الجماعة الأكاديمية. يعتمد عليكم الربّ والكنيسة: فأنتم تلعبون دورًا رئيسيًّا في رسالة البحث عن الحكمة الإلهيّة وإيجادها ونشرها، وتقدمة الفرح والرجاء لمجتمع اليوم. من فضلكم، لا تنسوا أن تصلّوا من أجلي ومن أجل جميع الذين يحتاجون كثيرًا إلى مساعدتنا.
والآن، بينما أستعدّ لمغادرة اليابان، أشكركم، وأشكر من خلالكم كلّ الشعب الياباني على الترحيب الذي استقبلتموني به خلال هذه الزيارة. أؤكّد لكم أني أحملكم في قلبي وفي صلاتي. شكرًا!
[01865-AR.01] [Original text: Spanish]
[B0926-XX.02]