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Viaggio Apostolico di Sua Santità Francesco a Cuba, negli Stati Uniti d’America e Visita alla sede dell’ONU, in occasione della partecipazione all’Incontro Mondiale delle Famiglie in Philadelphia (19-28 settembre 2015) – Visita alla scuola “N.S. Regina degli Angeli” di New York e incontro con bambini e famiglie di immigrati, 25.09.2015


Visita alla scuola “Our Lady Queen of Angels” ad Harlem (New York) e incontro con bambini e famiglie di immigrati

Discorso del Santo Padre

Traduzione in lingua inglese

Traduzione in lingua italiana

Alle ore 16 di questo pomeriggio il Santo Padre si è recato in visita ad Harlem alla scuola elementare e media “Our Lady Queen of Angels” dove ha incontrato bambini e famiglie di immigrati a New York.

La scuola fa parte di un circuito di sei scuole cattoliche situate nei quartieri disagiati di Harlem e del South Bronx, che sono finanziate e gestite dalla fondazione caritativa cattolica “Partnership”, in stretta collaborazione con l’Arcidiocesi di New York.

Nella palestra della scuola, dopo l’indirizzo di saluto del Presidente della Fondazione “Partnership”, il Papa ha pronunciato il discorso che riportiamo di seguito:

Discorso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, buenas tardes.

Estoy contento de estar hoy aquí con ustedes junto a toda esta gran familia que los acompaña. Veo a sus maestros, educadores, padres y familiares. Gracias por recibirme y les pido perdón especialmente a los maestros por «robarles» unos minutos de la lección, en la clase… Están todos contentos, ya sé.

Me han contado que una de las lindas características de esta escuela y de este trabajo es que algunos de sus alumnos, algunos de ustedes, vienen de otros lugares, y muchos de otros países. Y eso es bueno. Aunque sé que no siempre es fácil tener que trasladarse y encontrar una nueva casa, encontrar nuevos vecinos, amigos; no es fácil, pero hay que empezar. Al principio puede ser algo cansador. Muchas veces aprender un nuevo idioma, adaptarse a una nueva cultura, un nuevo clima. Cuántas cosas tienen que aprender. No solo las tareas de la escuela, sino tantas cosas.

Lo bueno es que también encontramos nuevos amigos. Y esto es muy importante, los nuevos amigos que encontramos. Encontramos personas que nos abren puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños, extranjeros. Es todo un trabajo de gente que nos va ayudando a sentirnos en casa. Aunque a veces la imaginación se vuelve a nuestra patria, pero encontramos gente buena que nos ayuda a sentirnos en casa. Qué lindo es poder sentir la escuela, los lugares de reunión, como una segunda casa. Y esto no sólo es importante para ustedes, sino para sus familias. De esta manera, la escuela se vuelve una gran familia para todos, donde junto a nuestras madres, padres, abuelos, educadores, maestros y compañeros aprendemos a ayudarnos, a compartir lo bueno de cada uno, a dar lo mejor de nosotros, a trabajar en equipo, a jugar en equipo, que es tan importante, y a perseverar en nuestras metas.

Bien cerquita de aquí hay una calle muy importante con el nombre de una persona que hizo mucho bien por los demás, y quiero recordarla con ustedes. Me refiero al Pastor Martin Luther King. Un día dijo: «Tengo un sueño». Y él soñó que muchos niños, muchas personas tuvieran igualdad de oportunidades. Él soñó que muchos niños como ustedes tuvieran acceso a la educación. Él soñó que muchos hombres y mujeres, como ustedes, pudieran llevar la frente bien alta, con la dignidad de quien puede ganarse la vida. Es hermoso tener sueños y es hermoso poder luchar por los sueños. No se lo olviden.

Hoy queremos seguir soñando y celebramos todas las oportunidades que, tanto a ustedes como a nosotros los grandes, nos permiten no perder la esperanza en un mundo mejor y con mayores posibilidades. Y tantas personas que he saludado y que me han presentado también sueñan con ustedes, sueñan con esto. Y por eso se involucran en este trabajo. Se involucran en la vida de ustedes para acompañarlos en este camino. Todos soñamos. Siempre. Sé que uno de los sueños de sus padres, de sus educadores y de todos los que los ayudan - y también del Cardenal Dolan, que es muy bueno - es que puedan crecer y vivir con alegría. Aquí se los ve sonrientes: sigan así, ayuden a contagiar la alegría a todas las personas que tienen cerca. No siempre es fácil. En todas las casas hay problemas, hay situaciones difíciles, hay enfermedades, pero no dejen de soñar con que pueden vivir con alegría.

Todos ustedes los que están acá, chicos y grandes, tienen derecho a soñar y me alegra mucho que puedan encontrar, sea en la escuela, sea aquí, en sus amigos, en sus maestros, en todos los que se acercan a ayudar, ese apoyo necesario para poder hacerlo. Donde hay sueños, donde hay alegría, ahí siempre está Jesús. Siempre. En cambio, ¿quién es el que siembra tristeza, el que siembra desconfianza, el que siembra envidia, el que siembra los malos deseos? ¿Cómo se llama? El diablo. El diablo siempre siembra tristezas, porque no nos quiere alegres, no nos quiere soñar. Donde hay alegría está siempre Jesús. Porque Jesús es alegría y quiere ayudarnos a que esa alegría permanezca todos los días.

Antes de irme quisiera dejarles un homework, ¿puede ser? Es un pedido sencillo pero muy importante: no se olviden de rezar por mí para que yo pueda compartir con muchos la alegría de Jesús. Y recemos también para que muchos puedan disfrutar de esta alegría, como la que tienen ustedes cuando se sienten acompañados, ayudados, aconsejados, aunque haya problemas. Pero está esa paz en el corazón de que Jesús nunca abandona.

Que Dios los bendiga a todos y a cada uno de ustedes y que la Virgen los cuide. Gracias.

[Palabras añadidas a los niños]
¿Y no saben cantar algo? ¿Ustedes no saben cantar? A ver, ¿quién es el más cara dura? A ver…
[canto]
Gracias. Muchas gracias. Thank you very much.
Entonces, todos juntos… Bueno, una canción y después rezamos todos juntos el Padre Nuestro.
[canto]
Gracias. Y ahora rezamos. Todos juntos rezamos el Padre Nuestro.
Padre Nuestro…
Los bendiga Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. [Amén]
Y recen por mí. Don’t forget the homework.

[01511-ES.02] [Texto original: Español]

Traduzione in lingua inglese

Dear Brothers and Sisters, good afternoon!

I am very happy to be with you today, together with this big family which surrounds you. I see your teachers, your parents and your family members. Thank you for letting me come, and I ask pardon from your teachers for “stealing” a few minutes of their class time. I know that you don’t mind that!

They tell me that one of the nice things about this school, about your work, is that some students come from other places, and many from other countries. That is nice! Even though I know that it is not easy to have to move and find a new home, to meet new neighbors and new friends. It is not easy, but you have to start. At the beginning it can be pretty hard. Often you have to learn a new language, adjust to a new culture, even a new climate. There is so much to learn! And not just homework, but so other many things too.

The good thing is that we also make new friends. This is very important, the new friends we make. We meet people who open doors for us, who are kind to us. They offer us friendship and understanding, and they try to help us not to feel like strangers, foreigners. People work hard to help us feel at home. Even if we sometimes think back on where we came from, we meet good people who help us feel at home. How nice it is to feel that our school, or the places where we gather, are a second home. This is not only important for you, but also for your families. School then ends up being one big family. A family where, together with our mothers and fathers, our grandparents, our teachers and friends, we learn to help one another, to share our good qualities, to give the best of ourselves, to work as a team, for that is very important, and to pursue our dreams.

Very near here is a very important street named after a man who did a lot for other people. I want to talk a little bit about him. He was the Reverend Martin Luther King. One day he said, “I have a dream”. His dream was that many children, many people could have equal opportunities. His dream was that many children like you could get an education. He dreamed that many men and women, like yourselves, could lift their heads high, in dignity and self-sufficiency. It is beautiful to have dreams and to be able to fight for our dreams. Don’t ever forget this.

Today we want to keep dreaming. We celebrate all the opportunities which enable you, and us adults too, not to lose the hope of a better world with greater possibilities. So many of the people I have met are also dreaming with you, they are dreaming of this. That is why they are doing this work. They are involved in your lives to help you move ahead. All of us dream. Always. I know that one of the dreams of your parents and teachers, and all those who help them – and Cardinal Dolan too, who is a good fellow – is that you can grow up and be happy. Here I see you smiling. Keep smiling and help bring joy to everyone you meet. It isn’t always easy. Every home has its problems, difficult situations, sickness, but never stop dreaming so you can be happy.

All of you here, children and adults, have a right to dream and I am very happy that here in school, in your friends and your teachers, in all who are here to help, you can find the support you need. Wherever there are dreams, wherever there is joy, Jesus is always present. Always. But who is it that sows sadness, that sows mistrust, envy, evil desires? What is his name? The devil. The devil always sows sadness, because he doesn’t want us to be happy; he doesn’t want us to dream. Wherever there is joy, Jesus is always present. Because Jesus is joy, and he wants to help us to feel that joy every day of our lives.

Before going, I would like to give you some homework. Can I? It is just a little request, but a very important one. Please don’t forget to pray for me, so that I can share with many people the joy of Jesus. And let us also pray that many other people can share joy like your own, whenever you feel supported, helped and counseled, even when there are problems. But we still feel peace in our hearts, because Jesus never abandons us.

May God bless everyone of you today and may Our Lady watch over all of you. Thank you.

[Unscripted words to children]
Don’t you know any songs? Don’t you know how to sing? Let’s see, who is the bravest one here…
[song]
Thank you very much.
Now, all together… one song, and then we can all pray the Our Father
[song, followed by the Our Father].
May almighty God bless you, the Father, the Son, and the Holy Spirit. [Amen].
Pray for me! Don’t forget the homework!

[01511-EN.02] [Original text: Spanish]

Traduzione in lingua italiana

Cari fratelli e sorelle, buonasera!

Sono contento di essere qui con voi, insieme a tutta questa grande famiglia che vi accompagna. Vedo i vostri insegnanti, gli educatori, i genitori e i parenti. Grazie per l’accoglienza! E chiedo scusa specialmente agli insegnanti perché “rubo” qualche minuto alla lezione in classe… ma sono tutti contenti, lo so!

Mi hanno spiegato che una delle belle caratteristiche di questa scuola e di questo lavoro è che alcuni alunni e alcuni di voi vengono da altri luoghi, e molti da altri Paesi. E questo è bello. Anche se so che non è sempre facile doversi spostare e trovare una nuova casa, trovare nuovi vicini, amici; non è facile, però bisogna cominciare. All’inizio può essere un po’ faticoso. Tante volte imparare una nuova lingua, adattarsi a una nuova cultura, un nuovo clima. Quante cose bisogna imparare! Non solo i compiti della scuola, ma tante cose.

Il bello è che incontriamo anche nuovi amici, e questo è molto importante, i nuovi amici che incontriamo. Incontriamo persone che ci aprono le porte e ci mostrano la loro tenerezza, la loro amicizia, la loro comprensione, e cercano di aiutarci perché non ci sentiamo estranei, stranieri. E’ tutto un lavoro di gente che ci aiuta a sentirci a casa. Anche se a volte l’immaginazione ritorna alla nostra patria, però incontriamo gente buona che ci aiuta a sentirci a casa. Che bello è poter sentire la scuola, i luoghi di riunione, come una seconda casa. E questo è importante non solo per voi, ma per le vostre famiglie. In questo modo la scuola diventa una grande famiglia per tutti, dove insieme alle nostre mamme, papà, nonni, educatori, insegnanti e compagni impariamo ad aiutarci, a condividere quello che c’è di buono in ciascuno, a dare il meglio di noi stessi, a lavorare in gruppo, a giocare in gruppo – che è tanto importante – e a perseverare nei nostri obiettivi.

Molto vicino a qui c’è una via molto importante con il nome di una persona che ha fatto tanto bene per gli altri, e che voglio ricordare con voi. Mi riferisco al Pastore Martin Luther King. Egli un giorno disse: “Ho un sogno”. Sognò che tanti bambini, tante persone avrebbero avuto uguaglianza di opportunità. Sognò che tanti bambini come voi avrebbero avuto accesso all’educazione. Sognò che tanti uomini e donne, come voi, potessero andare a testa alta, con la dignità di chi può guadagnarsi da vivere. E’ bello avere dei sogni ed è bello poter lottare per i sogni. Non dimenticatelo.

Oggi vogliamo continuare a sognare e “festeggiamo” tutte le opportunità che, tanto a voi quanto a noi grandi, permettono di non perdere la speranza in un mondo migliore e con maggiori possibilità. E anche tante persone che ho salutato e che mi hanno presentato sognano come voi, sognano questo. E per questo si coinvolgono in questo lavoro. Si coinvolgono nella vostra vita per accompagnarvi in questo cammino. Tutti sogniamo. Sempre. So che uno dei sogni dei vostri genitori, dei vostri educatori e di tutti quelli che vi aiutano – e anche del Cardinal Dolan, che è molto buono! – è che possiate crescere e vivere con gioia. Qui si vede che siete sorridenti: continuate così, aiutate a contagiare la gioia a tutte le persone che avete vicino. Non sempre è facile. In tutte le case ci sono problemi, ci sono situazioni difficili, ci sono malattie, ma non smettete di sognare che potete vivere con gioia.

Tutti voi che siete qui, piccoli e grandi, avete il diritto di sognare, e mi rallegro molto che possiate trovare, sia nella scuola, sia qui, nei vostri amici, nei vostri insegnanti, in tutti quelli che si avvicinano per aiutare, l’appoggio necessario per poterlo fare. Dove ci sono sogni, dove c’è gioia, lì c’è sempre Gesù. Sempre. Invece, chi è quello che semina tristezza, che semina sfiducia, che semina invidia, che semina i cattivi desideri? Come si chiama? Il diavolo. Il diavolo semina sempre tristezza, perché non vuole che siamo felici, non vuole che sogniamo. Dove c’è gioia c’è sempre Gesù, perché Gesù è gioia e vuole aiutarci perché questa gioia duri tutti i giorni.

Prima di lasciarvi vorrei darvi un “compito a casa” – va bene? E’ una richiesta semplice ma molto importante: non dimenticatevi di pregare per me, perché io possa condividere con tante persone la gioia di Gesù. E preghiamo anche perché molti possano godere di questa gioia che avete voi quando vi sentite accompagnati, aiutati, consigliati, anche se ci sono problemi, però c’è questa pace nel cuore, perché Gesù non ci abbandona.

Che Dio benedica tutti e ciascuno di voi, e che e la Madonna vi protegga. Grazie.

[Parole a braccio rivolte ai bambini]
Non sapete cantare qualcosa? Voi, non sapete cantare? Vediamo, chi è più coraggioso…
[due donne cantano]
Grazie. Tante grazie!
Bene, una canzone e poi tutti insieme preghiamo il Padre nostro.
[canto]
Grazie! E ora preghiamo. Tutti insieme preghiamo il Padre nostro.
Padre nostro…
[Benedizione]
E pregate per me. Non dimenticate il compito a casa!

[01511-IT.02] [Testo originale: Spagnolo]

Al termine, all’esterno della scuola, il Santo Padre ha salutato le famiglie e i bambini che non hanno trovato posto nella palestra dell’istituto. Quindi si è trasferito in auto al Madison Square Garden di New York per la Celebrazione della Santa Messa.

[B0720-XX.02]