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Vía Crucis - Siglo XX
Archivo Casa Generalicia S.V.D.- Roma

TERCERA ESTACIÓN
Jesús es condenado por el Sanedrín
   

V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R. Quia por sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Del Evangelio según san Marcos 14, 55.61-62.64

Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte, y no lo encontraban. El sumo sacerdote lo interrogó preguntándole: «¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?». Jesús contestó: «Sí lo soy». Y todos lo declararon reo de muerte.

MEDITACIÓN

El Sanedrín era la corte de justicia del pueblo de Dios. Ahora, esta corte condena a Cristo, el Hijo de Dios bendito, y lo juzga reo de muerte.

El inocente es condenado «porque ha blasfemado», declaran los jueces rasgándose las vestiduras. Pero nosotros sabemos por el evangelista que lo hicieron por envidia y odio.

San Juan dice que, en el fondo, el sumo sacerdote habló en nombre de Dios: únicamente dejando condenar a su Hijo inocente, Dios Padre pudo salvar a sus hermanos culpables.

A lo largo de los siglos, multitud de inocentes han sido condenados a sufrimientos atroces. Hay quien clama justicia, pero son ellos, los inocentes, quienes expían los pecados del mundo, en comunión con Cristo, el Inocente.

ORACIÓN

Jesús, tú no te preocupas de hacer brillar tu inocencia, sólo has procurado volver a dar al hombre la justicia que perdió por el pecado.

Éramos tus enemigos; no había modo de cambiar nuestra condición. Tú te hiciste condenar para darnos el perdón. Salvador, no dejes que caigamos en la condenación en el último día. «Iudex ergo cum sedebit, quicquid latet apparebit; nil inultum remanebit. Iuste iudex ultionis, donum fac remissionis ante diem rationis»

.Todos:

Pater noster, qui es in cælis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.

O quam tristis et afflicta
fuit illa benedica
mater Unigeniti!

 

© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana

  

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