Vía Crucis, Felix Anton Scheffler - 1757 Iglesia de San Martín - Ischl, Seeon (diócesis de Múnich) - Alemania NOVENA ESTACIÓN Jesús cae por tercera vez V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi. R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum. Lectura del profeta Habacuc 1, 12-13; 2, 2-3 C. ¿No eres tú, Señor, desde antiguo mi santo Dios que no muere? Tus ojos son demasiado puros para mirar el mal, no pueden contemplar la opresión. ¿Por qué contemplas en silencio a los bandidos, cuando el malvado devora al inocente? V. «Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acercará su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse». MEDITACIÓN Pascal ha hecho notar con agudeza: «Jesús estará en agonía hasta el fin del mundo; no hay que dormirse durante este tiempo».
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Mas, ¿dónde agoniza Jesús en este tiempo? La división del mundo en zonas de bienestar y en zonas de miseria... es la agonía de Cristo hoy. En efecto, en el mundo hay como dos salas: en una se derrocha en otra se perece; en una se muere de abundancia y en la otra se muere de indigencia; en una se tiene miedo de la obesidad y en la otra se implora la caridad. ¿Por qué no abrimos una puerta? ¿Por qué no formamos una mesa sola? ¿Por qué no entendemos que los pobres son la cura de los ricos? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué somos tan ciegos? ORACIÓN Señor Jesús, Tú has llamado necio al hombre que vive para acumular.
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Sí, es necio quien cree poseer alguna cosa, porque sólo uno es el Propietario del mundo. Señor Jesús, el mundo es tuyo, solamente tuyo. Y Tú se lo has dado a todos para que la tierra sea una casa en la que todos coman todos y a todos cobije. Acumular, pues, es robar si el amontonar inútil impide a otros vivir. Señor Jesús, haz que termine el escándalo que divide el mundo en palacetes y barracas. Señor, ¡edúcanos en la fraternidad! Todos: Pater noster, qui es in cælis: sanctificetur nomen tuum; adveniat regnum tuum; fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum cotidianum da nobis hodie; et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris; et ne nos inducas in tentationem; sed libera nos a malo. Eia, mater, fons amoris, me sentire vim doloris fac, ut tecum lugeam.
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B. Pascal, Pesées, 553 (ed. Brunschvicg).
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Lc 12, 20. © Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana |