Testo in lingua spagnola
Traduzione in lingua italiana
Testo in lingua spagnola
AMAZONÍA:
NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL
INSTRUMENTUM LABORIS
INDICE
INTRODUCCIÓN
PARTE I:
LA VOZ DE LA AMAZONÍA
Capítulo I: Vida
Amazonía, fuente de vida
Vida en abundancia
El “buen vivir”
Vida amenazada
Defender la vida, enfrentar la explotación
Clamor por vivir
Capítulo II: Territorio
Territorio, vida y revelación de Dios
Un territorio en donde todo está conectado
La belleza y la amenaza del Territorio
Territorio de esperanza y del “buen vivir”
Capítulo III: Tiempo (Kairós)
Tiempo de gracia
Tiempo de inculturación e interculturalidad
Tiempo de desafíos graves y urgentes
Tiempo de esperanza
Capítulo IV: Diálogo
Nuevos caminos de diálogo
Diálogo y misión
Diálogo con los pueblos amazónicos
Diálogo y aprendizaje
Diálogo y resistencia
Conclusión
PARTE II:
ECOLOGÍA INTEGRAL: EL CLAMOR DE LA TIERRA Y DE LOS POBRES
Capítulo I: Destrucción extractivista
El clamor amazónico
Ecología integral
Ecología integral en la Amazonía
No a la destrucción de la Amazonía
Sugerencias
Capítulo II: Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV): amenazas y protección
Pueblos en las periferias
Pueblos vulnerables
Sugerencias
Capítulo III: Migración
Pueblos amazónicos en salida
Causantes de la migración
Consecuencias de la migración
Sugerencias
Capítulo IV: Urbanización
Urbanización de la Amazonía
Cultura urbana
Desafíos urbanos
Sugerencias
Capítulo V: Familia y comunidad
Las familias amazónicas
Cambios sociales y vulnerabilidad familiar
Sugerencias
Capítulo VI: Corrupción
Corrupción en la Amazonía
Flagelo moral estructural
Sugerencias
Capítulo VII: La cuestión de la Salud Integral
Salud en la Amazonía
Valorización y profundización de las medicinas tradicionales
Sugerencias
Capítulo VIII: Educación Integral
Una Iglesia sinodal: discípula y maestra
Educación como encuentro
Educación en una ecología integral
Sugerencias
Capítulo IX: La conversión ecológica
Cristo nos llama a la conversión (cf. Mc 1,15)
Conversión integral
Conversión eclesial en la Amazonía
Sugerencias
PARTE III:
IGLESIA PROFÉTICA EN LA AMAZONÍA: DESAFÍOS Y ESPERANZAS
Capítulo I: Iglesia con rostro amazónico y misionero
Un rostro rico en expresiones
Un rostro local con dimensión universal
Un rostro desafiante ante las injusticias
Un rostro inculturado y misionero
Capítulo II: Desafíos de la inculturación y la interculturalidad
En camino hacia una iglesia con rostro amazónico e indígena
Sugerencias
La evangelización en las culturas
Sugerencias
Capítulo III: La celebración de la fe: una liturgia inculturada
Sugerencias
Capítulo IV: La organización de las comunidades
La cosmovisión de los indígenas
Distancias geográficas y pastorales
Sugerencias
Capítulo V: La evangelización en las ciudades
Misión urbana
Desafíos urbanos
Sugerencias
Capítulo VI: Diálogo ecuménico e interreligioso
Sugerencias
Capítulo VII: Misión de los medios de comunicación
Medios, ideologías y culturas
Medios de la Iglesia
Sugerencias
Capítulo VIII: El rol profético de la Iglesia y la promoción humana integral
Iglesia en salida
Iglesia en escucha
Iglesia y poder
Sugerencias
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
“El Sínodo de los Obispos debe convertirse cada vez más en un instrumento privilegiado para escuchar al Pueblo de Dios: «Pidamos ante todo al Espíritu Santo, para los padres sinodales, el don de la escucha: escucha de Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama»” (EC, 6)
1. El Papa Francisco anunció el día 15 de octubre de 2017 la convocatoria de un Sínodo Especial para la Amazonía, iniciando un proceso de escucha sinodal que comenzó en la misma Región Amazónica con su visita a Puerto Maldonado (19/01/2018). Este Instrumentum Laboris es fruto de ese largo proceso que incluye la redacción del Documento Preparatorio para el Sínodo en junio de 2018; y una amplia encuesta a las comunidades amazónicas[1].
2. La Iglesia tiene nuevamente hoy la oportunidad de ser oyente en esta zona donde tanto está en juego. La escucha implica reconocer la irrupción de la Amazonía como un nuevo sujeto. Este nuevo sujeto, que no ha sido considerado suficientemente en el contexto nacional o mundial ni en la vida de la Iglesia, ahora es un interlocutor privilegiado.
3. Pero la escucha no es nada fácil. Por un lado, la síntesis de las respuestas al cuestionario de parte de las Conferencias Episcopales y de las comunidades resultará siempre incompleta e insuficiente. Por otro, la tendencia a homologar los contenidos y propuestas requiere un proceso de conversión ecológica y pastoral para dejarse interpelar seriamente por las periferias geográficas y existenciales (cf. EG 20). Este proceso tiene que continuar durante y después del Sínodo, como un elemento central de la futura vida de la Iglesia. La Amazonía clama por una respuesta concreta y reconciliadora.
4. El Instrumentum laboris consta de tres partes: la primera, el ver-escuchar, se titula La voz de la Amazonía y tiene la finalidad de presentar la realidad del territorio y de sus pueblos. En la segunda parte, Ecología integral: el clamor de la tierra y de los pobres se recoge la problemática ecológica y pastoral, y en la tercera parte, Iglesia Profética en la Amazonía: desafíos y esperanzas, la problemática eclesiológica y pastoral.
5. De este modo, la escucha de los pueblos y de la tierra por parte de una Iglesia llamada a ser cada vez más sinodal, comienza por tomar contacto con la realidad contrastante de una Amazonía llena de vida y sabiduría. Continúa con el clamor provocado por la deforestación y la destrucción extractivista que reclama una conversión ecológica integral. Y concluye con el encuentro con las culturas que inspiran los nuevos caminos, desafíos y esperanzas de una Iglesia que quiere ser samaritana y profética a través de una conversión pastoral. Siguiendo la propuesta de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), el documento se estructura en base a las tres conversiones a las que nos invita el papa Francisco: la conversión pastoral a la que nos llama a través de la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium (ver-escuchar); la conversión ecológica a través de la Encíclica Laudato sì que orienta el rumbo (juzgar-actuar); y la conversión a la sinodalidad eclesial mediante la Constitución Apostólica Episcopalis Communio que estructura el caminar juntos (juzgar-actuar). Todo ello en un proceso dinámico de escucha y discernimiento de los nuevos caminos por los que la Iglesia en la Amazonía anunciará el Evangelio de Jesucristo en los próximos años.
PARTE I
LA VOZ DE LA AMAZONÍA
“Está bien que ahora sean ustedes mismos quienes se autodefinan
y nos muestren su identidad. Necesitamos escucharles” (Fr.PM)
6. La evangelización en América Latina fue un don de la Providencia que llama a todos a la salvación en Cristo. A pesar de la colonización militar, política y cultural, y más allá de la avaricia y la ambición de los colonizadores, hubo muchos misioneros que entregaron su vida para transmitir el Evangelio. El sentido misional no sólo inspiró la formación de comunidades cristianas, sino también una legislación como las Leyes de Indias que protegían la dignidad de los indígenas contra los atropellos de sus pueblos y territorios. Tales abusos produjeron heridas en las comunidades y opacaron el mensaje de la Buena Nueva; frecuentemente el anuncio de Cristo se realizó en connivencia con los poderes que explotaban los recursos y oprimían a las poblaciones.
7. Hoy día la Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse netamente de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su rol profético. La crisis socio ambiental abre nuevas oportunidades para presentar a Cristo en toda su potencialidad liberadora y humanizadora. Este primer capítulo se estructura en torno a cuatro conceptos claves íntimamente relacionados: vida, territorio, tiempo, diálogo, donde se encarna la Iglesia con rostro amazónico y misionero.
Capítulo I
Vida
“Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud” (Jn 10,10)
Amazonía, fuente de vida
8. Este Sínodo se desenvuelve en torno a la vida: la vida del territorio amazónico y de sus pueblos, la vida de la Iglesia, la vida del planeta. Tal como lo reflejan las consultas a las comunidades amazónicas, la vida en la Amazonía se identifica, entre otras cosas, con el agua. El río Amazonas es como una arteria del continente y del mundo, fluye como venas de la flora y fauna del territorio, como manantial de sus pueblos, de sus culturas y de sus expresiones espirituales. Como en Edén (Gn 2,6) el agua es fuente de vida, pero también conexión entre sus diferentes manifestaciones de vida, en la que todo está conectado (cf LS, 16, 91, 117, 138, 240). “El río no nos separa, nos une, nos ayuda a convivir entre diferentes culturas y lenguas”.[2]
9. La cuenca del río Amazonas y los bosques tropicales que la circundan nutren los suelos y regulan, a través del reciclado de humedad, los ciclos del agua, energía y carbono a nivel planetario. Sólo el río Amazonas arroja cada año en el océano Atlántico el 15% del total de agua dulce del planeta.[3] Por ello la Amazonía es esencial para la distribución de las lluvias en otras regiones remotas de América del Sur y contribuye a los grandes movimientos de aire alrededor del planeta. También nutre la naturaleza, la vida y culturas de miles de comunidades indígenas, campesinos, afro-descendientes, ribereños y de las ciudades. Pero cabe destacar que, según expertos internacionales, la Amazonía es la segunda área más vulnerable del planeta, después del Ártico, en relación con el cambio climático de origen antropogénico.
10. El territorio de la Amazonía comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Suriname y Guayana Francesa en una extensión de 7,8 millones de kilómetros cuadrados, en el corazón de América del Sur. Los bosques amazónicos cubren aproximadamente 5,3 millones de km2, lo que representa el 40% del área de bosque tropical global. Esto es apenas el 3,6% del área de tierras emergidas de la tierra, que ocupan unos 149 millones de kilómetros cuadrados, o sea, cerca del 30% de la superficie de nuestro planeta. El territorio amazónico contiene una de las biosferas geológicamente más ricas y complejas del planeta. La sobreabundancia natural de agua, calor y humedad hace que los ecosistemas de la Amazonía alberguen alrededor del 10 al 15% de la biodiversidad terrestre, almacenen entre 150 mil y 200 mil millones de toneladas de carbono cada año.
Vida en abundancia
11. Jesús ofrece una vida en plenitud (cf. Jn 10,10), una vida plena de Dios, vida salvífica (zōē), que comienza en la creación y se manifiesta ya en lo más elemental de la vida (bios). En la Amazonía, ella se refleja en su abundante bio-diversidad y culturas. Es decir, una vida plena e íntegra, una vida que canta, un canto a la vida, como el canto de los ríos. Es una vida que danza y que representa la divinidad y nuestra relación con ella. “Nuestro servicio pastoral”, como lo afirmaron los Obispos en Aparecida, es un servicio “a la vida plena de los pueblos indígenas [que] exige anunciar a Jesucristo y la Buena Nueva del Reino de Dios, denunciar las situaciones de pecado, las estructuras de muerte, la violencia y las injusticias internas y externas, fomentar el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico” (DAp. 95). A la luz de Jesucristo el Viviente (cf. Ap 1,18), plenitud de la revelación (cf. DV 2), discernimos tal anuncio y denuncia.
El “buen vivir”
12. La búsqueda de los pueblos indígenas amazónicos de la vida en abundancia, se concreta en lo que ellos llaman el “buen vivir”.[4] Se trata de vivir en “armonía consigo mismo, con la naturaleza, con los seres humanos y con el ser supremo, ya que hay una inter-comunicación entre todo el cosmos, en donde no hay excluyentes ni excluidos, y que entre todos podamos forjar un proyecto de vida plena”.[5]
13. Tal comprensión de la vida se caracteriza por la conectividad y armonía de relaciones entre el agua, el territorio y la naturaleza, la vida comunitaria y la cultura, Dios y las diversas fuerzas espirituales. Para ellos, “buen vivir” es comprender la centralidad del carácter relacional-trascendente de los seres humanos y de la creación, y supone un “buen hacer”. No se pueden desconectar las dimensiones materiales y espirituales. Este modo integral se expresa en su propia manera de organizarse, que parte de la familia y comunidad, y abraza un uso responsable de todos los bienes de la creación. Algunos de ellos hablan del caminar hacia la “tierra sin males” o en busca de “la loma santa”, imágenes que reflejan el movimiento y la noción comunitaria de la existencia.
Vida amenazada
14. Pero la vida en la Amazonía está amenazada por la destrucción y explotación ambiental, por la sistemática violación a los derechos humanos básicos de la población amazónica. En especial la violación de los derechos de los pueblos originarios, como ser el derecho al territorio, a la auto-determinación, a la demarcación de los territorios, y a la consulta y consentimiento previos. Según las comunidades participantes de esta escucha sinodal, la amenaza a la vida proviene de intereses económicos y políticos de los sectores dominantes de la sociedad actual, en especial de empresas extractivas, muchas veces en connivencia, o con la permisividad de los gobiernos locales, nacionales y autoridades tradicionales (de los mismos indígenas). Como afirma el papa Francisco, quienes persiguen tales intereses parecieran estar desconectados o ser indiferentes a los gritos de los pobres y de la tierra (cf. LS 49, 91).
15. Según surge de las múltiples consultas realizadas en muchas de las regiones amazónicas, las comunidades consideran que la vida en la Amazonía está sobre todo amenazada por: (a) la criminalización y asesinato de líderes y defensores del territorio; (b) apropiación y privatización de bienes de la naturaleza, como la misma agua; (c) concesiones madereras legales e ingreso de madereras ilegales; (d) caza y pesca predatorias, principalmente en ríos; (e) mega-proyectos: hidroeléctricas, concesiones forestales, tala para producir monocultivos, carreteras y ferrovías, proyectos mineros y petroleros; (f) contaminación ocasionadas por toda la industria extractiva que produce problemas y enfermedades, sobre todo a los niños/as y jóvenes; (g) narcotráfico; (h) los consecuentes problemas sociales asociados a estas amenazas como alcoholismo, violencia contra la mujer, trabajo sexual, tráfico de personas, pérdida de su cultura originaria y de su identidad (idioma, prácticas espirituales y costumbres), y toda condición de pobreza a las que están condenados los pueblos del amazonia (cf. Fr.PM).
16. En la actualidad, el cambio climático y el aumento de la intervención humana (deforestación, incendios y cambios en el uso de suelo) están conduciendo la Amazonía hacia un punto de no retorno, con altas tasas de deforestación, desplazamiento forzado de la población, y contaminación, poniendo en riesgo sus ecosistemas y ejerciendo presión sobre las culturas locales. Umbrales de 4oC de calentamiento o una deforestación del 40% son “puntos de inflexión” del bioma amazónico hacia la desertificación, lo cual significa una transición a un nuevo estado biológico generalmente irreversible. Y es preocupante que hoy en día estamos ya entre el 15 y el 20 % de deforestación.
Defender la vida, enfrentar la explotación
17. Las comunidades consultadas también han enfatizado el vínculo entre la amenaza a la vida biológica y la vida espiritual, es decir, una amenaza integral. Los impactos provocados por la destrucción múltiple de la cuenca panamazónica generan un desequilibrio del territorio local y global, en las estaciones y en el clima. Esto afecta, entre otras cosas, la dinámica de fertilidad y reproducción de la fauna y flora, y a su vez a todas las comunidades amazónicas. Por ejemplo, la destrucción y contaminación natural afectan a la producción, al acceso y a la calidad de los alimentos. Y en este sentido, para cuidar responsablemente la vida y el “buen vivir”, es urgente enfrentarse a tales amenazas, agresiones e indiferencias. El cuidado de la vida se opone a la cultura del descarte, de la mentira, de la explotación y de la opresión. Al mismo tiempo supone oponerse a una visión insaciable del crecimiento sin límites, de la idolatría del dinero, a un mundo desvinculado (de sus raíces, de su entorno), a una cultura de muerte. En síntesis, la defensa de la vida implica la defensa del territorio, de sus recursos o bienes naturales, pero también de la vida y la cultura de los pueblos, el fortalecimiento de su organización, la exigibilidad plena de sus derechos, y la posibilidad de ser escuchados. En palabras de los mismos indígenas: “nosotros indígenas de Guaviare (Colombia) somos-hacemos parte de la naturaleza porque somos agua, aire, tierra y vida del medio ambiente creado por Dios. Por lo tanto, pedimos que cesen los maltratos y exterminio de la ‘Madre Tierra’. La tierra tiene sangre y se está desangrando, las multinacionales le han cortado las venas a nuestra ‘Madre Tierra’. Queremos que nuestro clamor indígena sea escuchado por todo el mundo”.[6]
Clamor por vivir
18. Amenazas y agresiones a la vida generan clamores, tanto de los pueblos como de la tierra. Partiendo de estos clamores como lugar teológico (desde dónde pensar la fe), se pueden iniciar caminos de conversión, de comunión y de diálogo, caminos del Espíritu, de abundancia y del “buen vivir”. La imagen de la vida y del “buen vivir” como “camino a la loma santa” implica una comunión con los co-peregrinos y con la naturaleza en su conjunto, es decir, un camino de integración con la abundancia de la vida, con la historia y con el porvenir. Estos nuevos caminos se hacen necesarios ya que las grandes distancias geográficas y la mega-diversidad cultural de la Amazonía son realidades aún no resueltas en el ámbito pastoral. Los nuevos caminos se basan “en relaciones interculturales donde la diversidad no significa amenaza, no justifica jerarquías de poder de unos sobre otros, sino diálogo desde visiones culturales diferentes, de celebración, de interrelación y de reavivamiento de la esperanza” (DAp. 97).
Capítulo II
Territorio
“Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es sagrado” (Ex 3,5)
Territorio, vida y revelación de Dios
19. En la Amazonía, la vida está inserta, ligada e integrada al territorio, que como espacio físico vital y nutricio, es posibilidad, sustento y límite de la vida. Además, podemos decir que la Amazonía - u otro espacio territorial indígena o comunitario - no es solo un ubi (un espacio geográfico), sino que también es un quid, es decir, un lugar de sentido para la fe o la experiencia de Dios en la historia. El territorio es un lugar teológico desde donde se vive la fe, es también una fuente peculiar de revelación de Dios. Esos espacios son lugares epifánicos en donde se manifiesta la reserva de vida y de sabiduría para el planeta, una vida y sabiduría que hablan de Dios. En la Amazonía se manifiestan las “caricias de Dios” que se encarna en la historia (cf. LS 84).
Un territorio en donde todo está conectado
20. Una mirada contemplativa, atenta y respetuosa a los hermanos y hermanas, y también a la naturaleza - al hermano árbol, a la hermana flor, a las hermanas aves, a los hermanos peces, y hasta a las hermanitas pequeñas como las hormigas, las larvas, los hongos o los insectos (cf. LS 233) - permite a las comunidades amazónicas descubrir cómo todo está conectado, valorar cada creatura, ver el misterio de la belleza de Dios revelándose en todas ellas (cf. LS 84, 88), y convivir amigablemente.
21. En el territorio amazónico no existen partes que puedan subsistir por sí solas y solo externamente relacionadas, sino más bien dimensiones que constitutivamente existen en relación, formando un todo vital. De allí que el territorio amazónico ofrezca una vital enseñanza para comprender integralmente nuestras relaciones con los demás, con la naturaleza, y con Dios, como plantea el papa Francisco (cf. LS 66).
La belleza y la amenaza del territorio
22. Al contemplar la hermosura del territorio amazónico descubrimos la obra maestra de la creación del Dios de la Vida. Sus horizontes inacabables de belleza sin límites son un canto, un himno al Creador. “¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Vestido de majestad y esplendor, envuelto en un manto de luz” (Sal 104(3),1-2). Su expresión de vida múltiple es un mosaico del Dios que nos entrega una “herencia gratuita que recibimos para proteger […] el espacio precioso de la convivencia humana” y la responsabilidad compartida “para bien de todos” (DAp. 471). El papa Francisco en Puerto Maldonado nos invita a defender esta región amenazada, para preservarla y restaurarla para el bien de todos, nos da esperanza en nuestras capacidades para construir el bien común y la Casa Común.
23. La Amazonía hoy es una hermosura herida y deformada, un lugar de dolor y violencia, como lo señalan elocuentemente los informes de las Iglesias locales: “La selva no es un recurso para explotar, es un ser o varios seres con quienes relacionarse”.[7] “Nos duele la destrucción de la naturaleza, la destrucción de la selva, de la vida, nuestros hijos y las futuras generaciones”.[8] La destrucción múltiple de la vida humana y ambiental, las enfermedades y contaminación de ríos y tierras, la tala y quema de árboles, la pérdida masiva de la biodiversidad, la desaparición de especies (más de un millón de los ocho millones animales y vegetales a riesgo)[9], constituyen una cruda realidad que nos interpela a todos. Cunde la violencia, el caos y la corrupción. El territorio se ha convertido en un espacio de desencuentros y exterminio de pueblos, culturas y generaciones. Hay quienes se ven forzados a salir de su tierra; muchas veces caen en las redes de las mafias, del narcotráfico y de la trata de personas (en su mayoría mujeres), del trabajo y la prostitución infantil.[10] Es una realidad trágica y compleja, que se sitúa al margen de la ley y del derecho. El grito de dolor de la Amazonía es un eco del grito del pueblo esclavizado en Egipto al que Dios no abandona: “¡He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias! Voy a bajar para librarlo del poder de los egipcios” (Ex. 3, 7-8).
Territorio de esperanza y del “buen vivir”
24. La Amazonía es el lugar de la propuesta del “buen vivir”, de promesa y de esperanza para nuevos caminos de vida. La vida en la Amazonía está integrada y unida al territorio, no hay separación ni división entre las partes. Esta unidad comprende toda la existencia: el trabajo, el descanso, las relaciones humanas, los ritos y las celebraciones. Todo se comparte, los espacios privados - típicos de la modernidad - son mínimos. La vida es un camino comunitario donde las tareas y las responsabilidades se dividen y se comparten en función del bien común. No hay lugar para la idea de individuo desligado de la comunidad o de su territorio.
25. La vida de las comunidades amazónicas aún no afectadas por el influjo de la civilización occidental, se refleja en la creencia y en los ritos sobre el actuar de los espíritus, de la divinidad – llamada de múltiples maneras – con y en el territorio, con y en relación a la naturaleza. Esta cosmovisión se recoge en el ‘mantra’ de Francisco: “todo está conectado” (LS 16, 91, 117, 138, 240).
26. La integración de la creación, de la vida considerada como una totalidad que abarca toda la existencia, es la base de la cultura tradicional que se transmite de generación en generación a través de la escucha de la sabiduría ancestral, reserva viva de la espiritualidad y cultura indígena. Dicha sabiduría inspira el cuidado y respeto por la creación, con conciencia clara de sus límites, prohibiendo su abuso. Abusar de la naturaleza es abusar de los ancestros, de los hermanos y hermanas, de la creación, y del Creador, hipotecando el futuro.
27. Tanto las cosmovisiones amazónicas como la cristiana se encuentran en crisis por la imposición del mercantilismo, la secularización, la cultura del descarte y la idolatría del dinero (cf. EG 54-55). Esta crisis afecta sobre todo a los jóvenes y los contextos urbanos que pierden las sólidas raíces de la tradición.
Capítulo III
Tiempo (Kairós)
“En el tiempo favorable te escuché; en el día de la salvación te ayudé” (Is 49,8; 2Cor 6, 2)
Tiempo de gracia
28. La Amazonía está viviendo un momento de gracia, un Kairós. El Sínodo de la Amazonía es un signo de los tiempos donde el Espíritu Santo abre nuevos caminos que discernimos a través de un diálogo recíproco entre todo el pueblo de Dios. El diálogo ya comenzó hace tiempo, desde los más pobres, desde abajo hacia arriba asumiendo que “todo proceso de construcción es lento y difícil. Comprende el desafío de romper el propio espacio y abrirse para un trabajo en conjunto, vivir la cultura del encuentro, […] construir una iglesia hermana”.[11]
29. Los pueblos amazónicos originarios tienen mucho que enseñarnos. Reconocemos que desde hace miles de años ellos cuidan de su tierra, el agua y el bosque, y han logrado hasta hoy preservarlos para que la humanidad pueda beneficiarse del gozo de los dones gratuitos de la creación de Dios. Los nuevos caminos de evangelización han de construirse en diálogo con estas sabidurías ancestrales en las que se manifiestan semillas del Verbo.
Tiempo de inculturación e interculturalidad
30. La Iglesia de la Amazonía ha marcado con experiencias significativas su presencia de manera original, creativa e inculturada. Su programa evangelizador no corresponde a una mera estrategia ante las llamadas de la realidad, es la expresión de un camino que responde al Kairós que impulsa al pueblo de Dios a acoger su Reino en estas bio-socio-diversidades. La Iglesia se hizo carne montando su tienda - su “tapiri” - en la Amazonía.[12] Se confirma así un caminar que comenzó con el Concilio Vaticano II para toda la Iglesia, encontró su reconocimiento en el Magisterio Latinoamericano desde Medellín (1968) y se concretó para la Amazonía en Santarém (1972).[13] Desde entonces la Iglesia continúa buscando inculturar la Buena Nueva ante los desafíos del territorio y de sus pueblos en un diálogo intercultural. La diversidad original que ofrece la región amazónica – biológica, religiosa y cultural – evoca un nuevo Pentecostés.
Tiempo de desafíos graves y urgentes
31. El acelerado fenómeno de la urbanización, la expansión de la frontera agrícola por agronegocios y aún el abuso de los bienes naturales llevado a cabo por los mismos pueblos amazónicos se añaden a los ya mencionados grandes agravios. La explotación de la naturaleza y de los pueblos amazónicos (indígenas, mestizos, caucheros, ribereños e incluso de los que viven en las ciudades), provoca una crisis de esperanza.
32. Los procesos migratorios de los últimos años también han acentuado los cambios religiosos y culturales de la región. Frente a los rápidos procesos de transformación, la Iglesia ha dejado de ser el único punto de referencia para la toma de decisiones. Además, la nueva vida en la ciudad no siempre hace posible los sueños y aspiraciones, sino que muchas veces desorienta y abre espacios para mesianismos transitorios, desconectados, alienantes y vacíos de sentido.
Tiempo de esperanza
33. En contraste con esta realidad, el Sínodo de la Amazonía se convierte así en un signo de esperanza para el pueblo amazónico y para toda la humanidad. Es una gran oportunidad para que la Iglesia pueda descubrir la presencia encarnada y activa de Dios: en las más diversas manifestaciones de la creación; en la espiritualidad de los pueblos originarios; en las expresiones de la religiosidad popular; en las diferentes organizaciones populares que resisten a los grandes proyectos; y en la propuesta de una economía productiva, sostenible y solidaria que respeta la naturaleza. En los últimos años la misión de la Iglesia se ha realizado en alianza con las aspiraciones y luchas por la vida y el respeto a la naturaleza de los pueblos amazónicos y sus propias organizaciones.
34. Por la fuerza del Espíritu Santo, la Iglesia, identificada con esta historia de cruz y resurrección, quiere aprender, dialogar y responder con esperanza y alegría a los signos de los tiempos junto a los pueblos de la Amazonía. Esperamos que tal aprendizaje, diálogo y co-responsabilidad, puedan extenderse también a todos los rincones del planeta que aspiran a la plenitud integral de la vida en todos los sentidos. Creemos que este Kairós de la Amazonía, como tiempo de Dios, convoca y provoca, es un tiempo de gracia y liberación, de memoria y de conversión, de desafíos y de esperanza.
Capítulo IV
Diálogo
“Tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen” (Mc 8, 18)
Nuevos caminos de diálogo
35. El Papa Francisco nos plantea la necesidad de una nueva mirada que abra caminos de diálogo que nos ayuden a salir de la senda de la autodestrucción de la actual crisis socio-ambiental.[14] Refiriéndose a la Amazonía, el Papa considera que es “imprescindible realizar… un diálogo intercultural en el cual [los pueblos indígenas] sean los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. El reconocimiento y el diálogo será el mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación” (Fr.PM). Este diálogo local con el cual la Iglesia quiere implicarse, está al servicio de la vida y del “futuro del planeta” (LS 14).
Diálogo y misión
36. Como la Amazonía es un mundo pluriétnico, pluricultural y plurireligioso (cf. DAp. 86), la comunicación, y por tanto la evangelización, requiere encuentros y convivencias que favorezcan el diálogo. Lo contrario del diálogo es la falta de escucha y la imposición que impiden encontrarnos, comunicarnos, y, por tanto, convivir. Jesús fue un hombre de diálogo y de encuentro. Así lo vemos “con la mujer samaritana, en el pozo donde buscaba saciar su sed (cf. Jn 4,7-26)” (EG 72); “apenas salió de su diálogo con Jesús”, la samaritana regresó a su pueblo, “se convirtió en misionera, y muchos samaritanos creyeron en Jesús «por la palabra de la mujer» (Jn 4,39)” (EG 120). Fue capaz de dialogar y amar más allá de la particularidad de su herencia religiosa samaritana. La evangelización así se realiza en la vida ordinaria de Samaría, en la Amazonía, en todo el mundo. El diálogo es una comunicación gozosa “entre los que se aman” (EG 142).
37. Desde su encarnación, el encuentro con Jesucristo se ha producido siempre en el horizonte de un diálogo cordial, histórico y escatológico. Esto se realiza en los diferentes escenarios del mundo plural y entrelazado de la Amazonía. Abarca las relaciones políticas con los Estados, sociales con las comunidades, culturales con las diferentes formas de vivir, y ecológicas con la naturaleza y consigo mismo. El diálogo busca el intercambio, el consenso y la comunicación, los acuerdos y las alianzas, "pero sin perder la cuestión de fondo”, es decir, la "preocupación por una sociedad justa, capaz de memoria y sin exclusión" (EG 239). Por ello el diálogo tiene siempre una opción preferencial por los pobres, marginados y excluidos. Las causas de la justicia y de la alteridad, son causas del Reino de Dios. No defendemos "un proyecto de unos pocos a unos pocos, o de una minoría ilustrada" (EG 239). En el diálogo entretejemos "un acuerdo para vivir juntos, un pacto social y cultural" (EG 239). Para este pacto, la Amazonía representa un pars pro toto, un paradigma, una esperanza para el mundo. El diálogo es el método que se ha de aplicar siempre para alcanzar la buena vida de todos. Las grandes cuestiones de la humanidad que surgen en la Amazonía no encontrarán soluciones a través de la violencia o la imposición, sino a través del diálogo y la comunicación.
Diálogo con los pueblos amazónicos
38. Son los pueblos de la Amazonía, especialmente los pobres y los culturalmente diferentes, los principales interlocutores y protagonistas del diálogo. Ellos nos confrontan con la memoria del pasado y con las heridas causadas durante largos períodos de colonización. Por ello el papa Francisco pidió “humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”.[15] En este pasado la Iglesia a veces ha sido cómplice con los colonizadores, ello sofocó la voz profética del Evangelio. Muchos de los obstáculos a una evangelización dialógica y abierta a la alteridad cultural, son de carácter histórico y se esconden detrás de ciertas doctrinas petrificadas. El diálogo es un proceso de aprendizaje, facilitado por la "apertura a la trascendencia" (EG 205) y obstaculizado por las ideologías.
Diálogo y aprendizaje
39. Muchos pueblos amazónicos son constitutivamente dialógicos y comunicativos. Existe un amplio y necesario campo de diálogo entre las espiritualidades, credos y religiones amazónicas que exige una aproximación cordial a las diversas culturas. El respeto de este espacio no significa relativizar las propias convicciones, sino reconocer otros caminos que buscan desentrañar el misterio inagotable de Dios. La apertura no sincera al otro, así como una actitud corporativista, que reserva la salvación exclusivamente al propio credo, son destructivas de ese mismo credo. Así lo explicó Jesús al Doctor de la Ley en la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 30-37). El amor vivido en cualquier religión agrada a Dios. “A través de un intercambio de dones, el Espíritu puede llevarnos cada vez más a la verdad y al bien” (EG 246).
40. Un diálogo a favor de la vida está al servicio del “futuro del planeta” (LS 14), de la transformación de mentalidades estrechas, de la conversión de corazones endurecidos, y de compartir verdades con toda la humanidad. Podríamos decir que el diálogo es pentecostal, como lo es el nacimiento de la Iglesia, que camina en busca de su identidad hacia la unidad en el Espíritu Santo. Descubrimos nuestra identidad desde el encuentro con el otro, desde las diferencias y coincidencias que nos muestran la inabarcabilidad de la realidad y del misterio de la presencia de Dios.
Diálogo y resistencia
41. A menudo la disposición a dialogar encuentra resistencias. Los intereses económicos y un paradigma tecnocrático repelen toda tentativa de cambio. Sus partidarios están dispuestos a imponerse por la fuerza, transgrediendo derechos fundamentales de las poblaciones en el territorio, y las normas para la sustentabilidad y preservación de la Amazonía. En esos casos las posibilidades de diálogo y encuentro son muy reducidas hasta desaparecer en algunas situaciones. ¿Cómo reaccionar frente a ello? Por una parte, será necesario indignarse, no de modo violento, pero sí de modo firme y profético. Es la indignación de Jesús contra los fariseos (cf. Mc 3,5; Mt 23) o contra el mismo Pedro (Mt 16,23), lo que Tomás de Aquino llamaba “santa indignación”, provocada por las injusticias,[16] o asociada a promesas incumplidas o traiciones de todo tipo. Un paso siguiente es el de buscar acuerdos como lo sugiere el mismo Jesús (cf. Lc 14,31-32). Se trata de entablar un diálogo posible y nunca permanecer indiferentes ante las injusticias de la región o del mundo.[17]
42. Una Iglesia profética es aquella que escucha los gritos y cantos de dolor y de júbilo. El canto revela las situaciones de los pueblos, al mismo tiempo que inspira, e intuye posibilidades de solución y transformación. Hay pueblos que cantan su historia y también su presente, para que quien oye ese canto pueda vislumbrar, perfilar su futuro. En síntesis, una Iglesia profética en la Amazonía es aquella que dialoga, que sabe buscar acuerdos, y que, desde una opción por los pobres y de su testimonio de vida, busca propuestas concretas en favor de una ecología integral. Una Iglesia con capacidad de discernimiento y audacia frente a los atropellos de los pueblos y a la destrucción de sus territorios, que responda sin demora al clamor de la tierra y de los pobres.
Conclusión
43. La vida en la Amazonía, entretejida por el agua, el territorio, y las identidades y espiritualidades de sus pueblos, invita al diálogo y al aprendizaje de su diversidad biológica y cultural. La Iglesia participa y genera procesos de aprendizaje que abren caminos de una formación permanente sobre el sentido de la vida integrada a su territorio y enriquecida por sabidurías y experiencias ancestrales. Tales procesos invitan a responder con honradez y estilo profético al clamor por la vida de los pueblos y de la tierra amazónica. Ello implica un renovado sentido de la misión de la Iglesia en la Amazonía que, partiendo del encuentro con Cristo, sale al encuentro con el otro iniciando procesos de conversión. En este contexto se abren nuevos espacios para recrear ministerios adecuados a este momento histórico. Es el momento de escuchar la voz de la Amazonía y de responder como Iglesia profética y samaritana.
PARTE II
ECOLOGÍA INTEGRAL: EL CLAMOR DE LA TIERRA Y DE LOS POBRES
“Propongo que nos detengamos ahora a pensar
en los distintos aspectos de una ecología integral…
ambiental, económica y social” (LS, 137-8)
44. La segunda parte afronta los graves problemas causados por los atentados contra la vida en el territorio amazónico. La agresión a esta zona vital de la ‘Madre Tierra’ y a sus pobladores amenaza su subsistencia, su cultura y su espiritualidad. Ello también afecta la vida de la humanidad entera, de modo particular a los pobres, los excluidos, los marginados, los perseguidos. La actual situación pide urgentemente una conversión ecológica integral.
Capítulo I
Destrucción extractivista
“Hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en […] las diversas formas de violencia y maltrato, el abandono de los más frágiles, los ataques a la naturaleza” (LS 66)
El clamor amazónico
45. “Probablemente los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora” (Fr.PM). Los proyectos extractivos y agropecuarios que explotan inconsideradamente la tierra están destruyendo este territorio (cf. LS 4, 146), que corre el riesgo de “sabanizarse”.[18] La Amazonía está siendo disputada desde varios frentes. Uno responde a los grandes intereses económicos, ávidos de petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales, etc. Otro es el de un conservacionismo ecológico que se preocupa del bioma pero ignora a los pueblos amazónicos. Ambos producen heridas en la tierra y en sus pueblos: “Estamos siendo afectados por los madereros, ganaderos y otros terceros. Amenazados por actores económicos que implementan un modelo ajeno en nuestros territorios. Las empresas madereras entran al territorio para explotar el bosque, nosotros cuidamos el bosque para nuestros hijos, tenemos la carne, pesca, remedios vegetales, árboles frutales […] La construcción de hidroeléctricas y el proyecto de hidrovías impacta sobre el río y sobre los territorios […] Somos una región de territorios robados.”[19]
46. Conforme las consultas realizadas, los clamores amazónicos reflejan tres grandes causas de dolor: (a) la falta de reconocimiento, demarcación y titulación de los territorios de los indígenas que son parte integral de sus vidas; (b) la invasión de los grandes proyectos llamados de “desarrollo”, pero que en realidad destruyen territorios y pueblos (Ej.: hidroeléctricas, minería - legal e ilegal -, asociada a los garimpeiros ilegales [mineros informales que extraen el oro], hidrovías -que amenazan los principales afluentes del Río Amazonas-, actividades hidrocarburíferas, actividades pecuarias, deforestación, monocultivo, agroindustria y grilagem [apropiación de tierras valiéndose de documentación falsa] de tierra). Muchos de estos proyectos destructivos en nombre del progreso son apoyados por los gobiernos locales, nacionales y extranjeros; y (c) la contaminación de sus ríos, de su aire, de sus suelos, de sus bosques y el deterioro de su calidad de vida, culturas y espiritualidades. Por ello “hoy no podemos dejar de reconocer queun verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (LS 49). Esto es lo que el papa Francisco llama ecología integral.
Ecología integral
47. La ecología integral se basa en el reconocimiento de la relacionalidad como categoría humana fundamental. Ello significa que nos desarrollamos como seres humanos en base a nuestras relaciones con nosotros mismos, con los demás, con la sociedad en general, con la naturaleza/ambiente, y con Dios. Esta integralidad vincular fue sistemáticamente enfatizada durante las consultas a las comunidades amazónicas.
48. La encíclica Laudato Si’ (nn. 137-142), introduce este paradigma relacional de la ecología integral como articulación fundamental de los vínculos que hacen posible un verdadero desarrollo humano. Los seres humanos somos parte de los ecosistemas que facilitan las relaciones dadoras de vida a nuestro planeta, por lo que el cuidado de dichos ecosistemas es esencial. Y es fundamental tanto para promover la dignidad de la persona humana y el bien común de la sociedad, como para el cuidado ambiental. La noción de ecología integral ha resultado iluminadora para las distintas miradas que abordan la complejidad de la interacción entre lo ambiental y lo humano, entre el manejo de los bienes de la creación y las propuestas de desarrollo y evangelización.
Ecología integral en la Amazonía
49. Para cuidar la Amazonía, las comunidades aborígenes son indispensables interlocutores, pues son precisamente ellos quienes normalmente mejor cuidan sus territorios (cf. LS 149). De allí que, al comienzo del proceso sinodal, el papa Francisco, en su primera visita a tierras amazónicas, se dirigió a los líderes indígenas locales diciéndoles: “he querido venir a visitarlos y escucharlos, para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus desafíos y con ustedes reafirmar una opción sincera por la defensa de la vida, defensa de la tierra y defensa de las culturas” (Fr.PM). Las comunidades amazónicas comparten esta perspectiva de la integralidad ecológica: “Toda la actividad de la iglesia en la Amazonía debe partir de la integralidad del ser humano (vida, territorio y cultura)”.[20]
50. Ahora bien, para promover una ecología integral en la vida cotidiana de la Amazonía, es preciso comprender también la noción de justicia y comunicación inter-generacional, que comprende la transmisión de la experiencia ancestral, cosmologías, espiritualidades y teologías de los pueblos indígenas, en torno al cuidado de la Casa Común.[21] “En la lucha debemos confiar en la fuerza de Dios, porque la creación es de Dios, porque Dios continúa la obra. La lucha de nuestros antepasados para luchar por estos ríos, por nuestros territorios para luchar por un mundo mejor para nuestros hijos”.[22]
No a la destrucción de la Amazonía
51. En concreto, el clamor amazónico nos habla de luchas contra quienes quieren destruir la vida concebida integralmente. Estos últimos son guiados por un modelo económico vinculado a la producción, la comercialización y el consumo, donde se prioriza la maximización del lucro sobre las necesidades humanas y ambientales. Es decir, son luchas contra quienes no respetan los derechos humanos y de la naturaleza en la Amazonía.
52. Otro atentado contra los derechos humanos es la penalización de las protestas contra la destrucción del territorio y de sus comunidades, ya que algunas leyes de la región las califican de “ilegales”.[23] Otro abuso es el rechazo generalizado por parte de los estados a respetar el derecho de consulta y consentimiento previo a los grupos indígenas y locales antes de establecer concesiones y contratos de explotación territorial, aunque tal derecho esté explícitamente reconocido por la Organización Internacional del Trabajo: "Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural”,[24] y por algunas constituciones de países amazónicos.
53. El drama de los habitantes de la Amazonía no sólo se manifiesta en la pérdida de sus tierras por el desplazamiento forzado, sino también en ser víctimas de la seducción del dinero, los sobornos y la corrupción por parte de los agentes del modelo tecno-económico de la “cultura del descarte” (cf. LS 22), especialmente en los jóvenes. La vida está ligada e integrada al territorio, por ello la defensa de la vida es defensa del territorio, no existe separación entre ambos aspectos. Este es el reclamo que se repite en las escuchas “nos están quitando nuestra tierra, ¿a dónde iremos?” Porque quitar este derecho es quedarse sin posibilidades de defenderse frente a los que amenazan su subsistencia.
54. La tala masiva de árboles, el exterminio del bosque tropical por incendios forestales intencionados, la expansión de la frontera agrícola y los monocultivos son causa de los actuales desequilibrios regionales del clima, con efectos evidentes en el clima global, con dimensiones planetarias tales como las grandes sequías e inundaciones cada vez más frecuentes. El papa Francisco menciona las cuencas del Amazonas y el Congo como ‘el pulmón del mundo’, subrayando la urgencia de protegerlas (LS 38).
55. En el libro del Génesis la creación se presenta como manifestación de la vida, sustento, posibilidad y límite. En el primer relato (Gn 1,1-2,4ª) el ser humano es invitado a relacionarse con la creación del mismo modo como lo hace Dios. El segundo relato (Gn 2,4b-25) profundiza esta perspectiva con el mandato de “cultivar” (en hebreo también significa “servir”) y “guardar” (actitud de protección y amor) el jardín (Gn 2,15). “Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza” (LS 67) que supone asumir el límite propio de la creaturalidad y por tanto una actitud de humildad puesto que no somos dueños absolutos (Gn 3,3).
Sugerencias
56. El desafío que se presenta es grande: ¿Cómo recuperar el territorio amazónico, rescatarlo de la degradación neocolonialista y devolverle su sano y auténtico bienestar? Le debemos a las comunidades aborígenes el cuidado y el cultivo de la Amazonía desde hace miles de años. En su sabiduría ancestral han cultivado la convicción que toda la creación está conectada, lo cual merece nuestro respeto y responsabilidad. La cultura de la Amazonía, que integra los seres humanos con la naturaleza, se constituye en un referente para construir un nuevo paradigma de la ecología integral. La Iglesia debería asumir en su misión el cuidado de la Casa Común:
a) Proponiendo líneas de acción institucionales que promuevan el respeto del ambiente.
b) Proyectando programas de formación formales e informales sobre el cuidado de la Casa Común para sus agentes pastorales y sus fieles, abiertos a toda la comunidad en “un esfuerzo de concientización de la población” (LS 214) en base a los cap. V y VI de la Encíclica Laudato sì.
c) Denunciando la violación de los derechos humanos y la destrucción extractivista.
Capítulo II
Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV): amenazas y protección
“Estoy pensando en los [...] pueblos indígenas en aislamiento voluntario (PIAV).
Sabemos que son los más vulnerables de entre los vulnerables” (Fr.PM)
Pueblos en las periferias
57. En el territorio de la Amazonía existen, según datos de instituciones especializadas de la Iglesia (Ej. CIMI) y otras, entre 110 y 130 distintos Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario o “pueblos libres”. Ellos viven al margen de la sociedad o en contacto esporádico con ella. No conocemos sus nombres propios, idiomas o culturas. Por eso también los llamamos “pueblos aislados”, “libres”, “autónomos” o “pueblos sin contacto”. Estos pueblos viven en profunda conexión con la naturaleza. Muchos de ellos han elegido aislarse por haber sufrido traumas anteriores; otros han sido forzados violentamente por la explotación económica de la Amazonía. Los PIAV resisten al actual modelo de desarrollo económico depredador, genocida y ecocida, optando por el cautiverio para vivir en libertad (cf. Fr.PM).
58. Algunos “pueblos aislados” habitan en tierras exclusivamente indígenas, otros en tierras indígenas compartidas con los “pueblos contactados”, otros en unidades de conservación, y algunos en territorios fronterizos.
Pueblos vulnerables
59. Los PIAV son vulnerables ante las amenazas provenientes de los sectores de la agroindustria y aquellos que explotan clandestinamente los minerales, la madera y otros recursos naturales. Son víctimas también del narcotráfico, de los mega-proyectos de infraestructura como las hidroeléctricas y las carreteras internacionales y de las actividades ilegales vinculadas al modelo de desarrollo extractivista.
60. El riesgo de la violencia contra las mujeres de estos pueblos se incrementó por la presencia de colonos, madereros, soldados, empleados de las empresas extractivas, todos en su mayoría hombres. En algunas regiones de la Amazonía, el 90% de los indígenas asesinados en las poblaciones aisladas han sido mujeres. Tal violencia y discriminación impacta gravemente en la capacidad de estos pueblos indígenas para sobrevivir, tanto física, espiritual como culturalmente.
61. A esto se suma la falta de reconocimiento de los derechos territoriales de los indígenas y de los PIAV. La criminalización de las protestas de sus aliados y el recorte de los presupuestos para la protección de sus tierras facilitan enormemente la invasión de sus territorios con la consiguiente amenaza a sus vidas vulnerables.
Sugerencias
62. Ante esta dramática situación, y ante semejantes gritos de la tierra y de los pobres (cf. LS 49), sería oportuno:
a) Exigir a los respectivos gobiernos que garanticen los recursos necesarios para la protección efectiva de los pueblos indígenas aislados. Es preciso que los gobiernos implementen todas las medidas necesarias para proteger su integridad física y la de sus territorios, basadas en el principio de precaución, u otros mecanismos de protección de acuerdo con el derecho internacional como las Recomendaciones específicas definidas por la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos/OEA) y contenidas en el último capítulo del Informe "Los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y en contacto inicial en las Américas" (2013). También es necesario que se garantice su libertad para salir del aislamiento cuando así lo deseen.
b) Reclamar la protección de las áreas/ reservas naturales donde se encuentran, sobre todo en cuanto a su demarcación/ titulación para prevenir la invasión de los lugares donde habitan.
c) Promover la actualización del censo y mapeo de los territorios donde estos pueblos habitan.
d) Formar equipos específicos en las diócesis y parroquias y planear una pastoral de conjunto en regiones de frontera porque hay pueblos que se mueven.
e) Informar sobre sus derechos a los pueblos indígenas y a la ciudadanía acerca de su situación.
Capítulo III
Migración
“Mi padre era un arameo errante…” (Dt 26,5)
Pueblos amazónicos en salida
63. En la Amazonía, el fenómeno migratorio en busca de una vida mejor ha sido una constante histórica. Existe migración pendular (van y vienen),[25] desplazamiento forzado dentro del mismo país y hacia el exterior, migración voluntaria de áreas rurales hacia las ciudades y migración internacional. Esta trashumancia[26] amazónica no ha sido bien comprendida ni suficientemente trabajada desde el punto de vista pastoral. El papa Francisco, en Puerto Maldonado, se refirió a esta realidad: “Varias personas han emigrado hacia la Amazonia buscando techo, tierra y trabajo. Vinieron buscando un futuro mejor para sí mismas y para sus familias. Abandonaron sus vidas humildes, pobres pero dignas. Muchas de ellas, por la promesa de que determinados trabajos pondrían fin a situaciones precarias, se basaron en el brillo prometedor de la extracción del oro. Pero no olvidemos que el oro se puede convertir en un falso dios que exige sacrificios humanos.[27]”.
Causantes de la migración
64. La Amazonía figura entre las regiones con mayor movilidad interna e internacional en América Latina. Existen causantes sociopolíticas, climáticas, de persecución étnica, y económicas. Estas últimas son inducidas en su mayoría por los proyectos políticos, los megaproyectos y empresas extractivas, que atraen trabajadores pero que a la vez expulsan a los habitantes de los territorios afectados. La agresión contra el ambiente en nombre del “desarrollo”,[28] ha empeorado dramáticamente la calidad de vida de los pueblos amazónicos, tanto de poblaciones urbanas como rurales, debido a la contaminación y pérdida de fertilidad del territorio.
65. Debido a estas causantes, la región se ha convertido ‘de hecho’ en un corredor migratorio. Tales migraciones ocurren entre países amazónicos (como la creciente ola de migración proveniente de Venezuela) o hacia otras regiones (Ej. hacia Chile y Argentina).[29]
Consecuencias de la migración
66. El movimiento migratorio, desatendido tanto política como pastoralmente, ha contribuido a la desestabilización social en las comunidades amazónicas. Las ciudades de la región, que reciben permanentemente a un gran número de personas que migran hacia ellas, no alcanzan a proporcionar los servicios básicos que los migrantes necesitan. Esto ha llevado a muchas personas a deambular y dormir en centros urbanos sin trabajo, sin comida, sin techo. Entre ellas muchas pertenecen a los pueblos indígenas forzados a abandonar sus tierras. “Las ciudades parecen ser una tierra sin dueño. Son el destino al que se dirige la gente, después de haber sido desalojada de sus territorios. La ciudad debe entenderse desde este modelo de explotación que vacía los territorios para apropiarse de ellos, desplaza a las poblaciones y las expulsa hacia la ciudad”.[30]
67. Este fenómeno desestabiliza, entre otras cosas, a las familias, cuando alguno de los padres sale en busca de trabajo en lugares lejanos, dejando que los niños y jóvenes crezcan sin la figura paterna y/o materna. También los jóvenes se desplazan en busca de empleo o subempleo para ayudar a mantener lo que queda de la familia, abandonando sus estudios primarios, sometiéndose a todo tipo de abuso y explotación. En muchas regiones de la Amazonía, estos jóvenes son víctimas del tráfico de drogas, de la trata de personas o de la prostitución (masculina y femenina).[31]
68. La omisión de los gobiernos para implementar políticas públicas de calidad en el interior, principalmente en educación y salud, permite que este proceso de movilidad se acreciente cada día más. Si bien la Iglesia ha acompañado este flujo migratorio, ha dejado vacíos pastorales en el interior de la Amazonía que requieren ser atendidos.
Sugerencias
69. ¿Qué esperan los migrantes de la Iglesia? ¿Cómo ayudarlos en modo más eficaz? ¿De qué modo promover la integración entre migrantes y la comunidad local?
a) Se necesita una mayor comprensión de los mecanismos que han llevado a un crecimiento desproporcionado de los centros urbanos y a un vaciamiento del interior, porque ambas dinámicas forman parte del mismo sistema (todo está conectado). Todo esto requerirá la preparación de cabeza y corazón de los agentes pastorales para afrontar esta crítica situación.
b) Es necesario trabajar en equipo, cultivando una mística misionera, coordinados por personas con competencias diversas y complementarias en vistas a una acción eficaz. El problema migratorio necesita ser afrontado en manera coordinada sobre todo por las iglesias de las fronteras.
c) Articular un servicio de acogida en cada comunidad urbana que estuviera alerta a los que llegan de modo imprevisto con necesidades urgentes y también poder ofrecer protección frente al peligro de las organizaciones criminales.
d) Promover proyectos agrofamiliares en las comunidades rurales.
e) Presionar como comunidad eclesial frente a los poderes públicos para que respondan a las necesidades y derechos de los migrantes.
f) Promover la integración entre migrantes y comunidades locales respetando la propia identidad cultural, como indica el papa Francisco: "La integración, que no es ni asimilación ni incorporación, es un proceso bidireccional, que se funda esencialmente sobre el mutuo reconocimiento de la riqueza cultural del otro: no es aplanamiento de una cultura sobre la otra, y tampoco aislamiento recíproco, con el riesgo de nefastas y peligrosas “guetizaciones”. [32]
Capítulo IV
Urbanización
“La ciudad produce una suerte de permanente ambivalencia, porque, al mismo tiempo que ofrece a sus ciudadanos infinitas posibilidades, también aparecen numerosas dificultades para el pleno desarrollo de la vida de muchos” (EG 74)
Urbanización de la Amazonía
70. A pesar de hablar hoy de la Amazonía como el pulmón del planeta (cf. LS 38) y del granero del mundo, la devastación de la región y la pobreza han provocado un gran desplazamiento de la población en pos de una vida mejor. El resultado de este “éxodo en busca de la tierra prometida” es el crecimiento del fenómeno de la urbanización en la región[33] que hace de la ciudad una realidad ambivalente. La Biblia nos muestra esta ambigüedad cuando presenta Caín como fundador de ciudades después del pecado (Gn 4,17), pero también cuando presenta a la humanidad encaminada hacia el cumplimiento de la promesa de la Jerusalén celestial, morada de Dios con los hombres (Ap. 21,3).
71. Según las estadísticas, la población urbana de la Amazonía ha aumentado de modo exponencial; actualmente entre el 70 y el 80 % de la población reside en ciudades.[34] Muchas de ellas carecen de infraestructura y de recursos públicos necesarios para afrontar las necesidades de la vida urbana. Mientras aumenta el número de ciudades disminuye el número de habitantes de las poblaciones rurales.
Cultura urbana
72. Sin embargo, la cuestión de la urbanización no abarca sólo el desplazamiento espacial y el crecimiento de las ciudades, sino también la transmisión de un estilo de vida configurado por la metrópolis. Tal modelo se extiende hasta el mundo rural, modificando hábitos, costumbres, y formas tradicionales de vivir. La cultura, la religión, la familia, la educación de los niños y jóvenes, el empleo y otros aspectos de la vida cambian rápidamente para responder a las nuevas llamadas de la ciudad.
Desafíos urbanos
73. El proyecto de introducir la Amazonía en el mercado globalizado produjo más exclusión, así como también una urbanización de la pobreza. Según las respuestas al Cuestionario del Documento Preparatorio, los principales problemas que han surgido con la urbanización son los siguientes:
a) Aumento de la violencia en todos los sentidos.
b) Abuso y explotación sexual, prostitución, trata de seres humanos sobre todo de la mujer.
c) Tráfico y consumo de drogas.
d) Tráfico de armas.
e) Movilidad humana y crisis de identidad.
f) Descomposición familiar.[35]
g) Conflictos culturales y falta de sentido de la vida.
h) Ineficiencia de los servicios de salud/saneamiento.[36]
i) Falta de calidad en la educación y abandono escolar.[37]
j) Falta de respuesta del poder público en materia de infraestructura y la promoción del empleo.
k) Falta de respeto por el derecho de la autodeterminación y la autonomía de las poblaciones.
l) Corrupción administrativa.[38]
Sugerencias
74. Se sugiere:
a. Promover un entorno urbano donde se revitalicen los espacios públicos, con plazas y centros culturales bien distribuidos.
b. Promover el acceso universal a la educación y la cultura.
c. Promover una conciencia ambiental, el reciclaje de la basura, evitando la quema.
d. Promover un sistema de saneamiento del ambiente y de acceso universal a la salud.
e. Discernir cómo ayudar a apreciar mejor la vida rural, con alternativas de supervivencia como la agricultura familiar.
f. Generar espacios de interacción entre la sabiduría de los pueblos indígenas, ribereños y quilombolas insertados en la ciudad, y la sabiduría de la población urbana para lograr un diálogo e integración en torno al cuidado de la vida.
Capítulo V
Familia y comunidad
“Jesús mismo nace en una familia modesta que pronto debe huir a una tierra extranjera” (AL 21)
Las familias amazónicas
75. En las familias se palpita la cosmovivencia. Se trata de diversos conocimientos y prácticas milenarias en distintos campos como agricultura, medicina, caza y pesca, en armonía con Dios, la naturaleza y la comunidad. También en familia se trasmiten valores culturales, como el amor a la tierra, la reciprocidad, la solidaridad, la vivencia del presente, el sentido de familia, la sencillez, el trabajo comunitario, la organización propia, la medicina y la educación ancestral. Además la cultura oral (historias, creencias y cantos), con sus colores, vestimentas, alimentación, lenguas y ritos forman parte de esta herencia que se trasmite en familia. En definitiva, es en la familia dónde se aprende a vivir en armonía: entre pueblos, entre generaciones, con la naturaleza, en diálogo con los espíritus.[39]
Cambios sociales y vulnerabilidad familiar
76. La familia en la Amazonía ha sido víctima del colonialismo en el pasado y de un neo-colonialismo en el presente. La imposición de un modelo cultural occidental inculcaba un cierto desprecio hacia el pueblo y las costumbres del territorio amazónico, incluso se las calificaba como “salvajes” o “primitivas”. Actualmente la imposición de un modelo económico occidental extractivista vuelve a afectar a las familias al invadir y destruir sus tierras, sus culturas, sus vidas, forzándolas a emigrar hacia las ciudades y sus periferias.
77. Los actuales cambios acelerados afectan la familia amazónica. Así encontramos nuevos formatos familiares: familias monoparentales bajo la responsabilidad de la mujer, aumento de familias separadas, de uniones consensuales y familias ensambladas, disminución de matrimonios institucionales. Además, se constata todavía el sometimiento de la mujer en el seno familiar, aumenta la violencia intrafamiliar, hay niños con padres ausentes, crece el número de embarazos de adolescentes y de abortos.
78. La familia en la ciudad es un lugar de síntesis entre la cultura tradicional y la moderna. Sin embargo, muchas veces las familias sufren la pobreza, la precariedad de la vivienda, la falta de trabajo, el aumento del consumo de drogas y alcohol, la discriminación, el suicidio juvenil. Además, en la vida familiar falta el diálogo entre las generaciones, las tradiciones y el lenguaje se pierden. Las familias también se enfrentan a las nuevas problemáticas de salud, que exigen una adecuada educación sobre la maternidad. Se constata además la falta de atención a la mujer en el embarazo, en el pre-parto y en el post-parto.[40]
Sugerencias
79. La multiculturalidad de la Panamazonía es riquísima y por eso la mayor contribución es seguir luchando para preservar su belleza a través del fortalecimiento de la estructura comunitaria-familiar de los pueblos. Para ello la Iglesia deberá valorar y respetar las identidades culturales. En particular, se debería:
a) Respetar el modo propio de organización comunitaria. Dado que muchas políticas públicas afectan la identidad familiar y colectiva, se requiere iniciar y acompañar procesos que partan desde la familia/ clan/ comunidad para promover el bien común, ayudando a superar las estructuras que alienan: «Nosotros debemos organizarnos desde nuestra casa».[41]
b) Escuchar el canto que se aprende en familia como modo de expresar la profecía en el mundo amazónico.
c) Promover el rol de la mujer reconociendo su papel fundamental en la formación y continuidad de las culturas, en la espiritualidad, en las comunidades y familias. Se exige asumir el rol del liderazgo femenino dentro de la Iglesia.
d) Articular una pastoral familiar que siga las indicaciones de la Exhortación apostólica Amoris laetitia:
i. Una pastoral familiar que acompañe integre y no excluya a la familia herida.
ii. Una pastoral sacramental que fortalezca y consuele a todos sin excluir a nadie.
iii. Una formación permanente de agentes pastorales que tenga presente los recientes sínodos y la realidad familiar de la Amazonía.
iv. Una pastoral familiar donde la familia es sujeto y protagonista.
Capítulo VI
Corrupción
“Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones— cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes” (EG 60).
Corrupción en la Amazonía
80. La corrupción en la Amazonía afecta seriamente la vida de sus pueblos y territorios. Existen al menos dos tipos de corrupción: la que existe fuera de la ley y la que se ampara en una legislación que traiciona el bien común.
81. En las últimas décadas se ha acelerado la inversión en la explotación de las riquezas de la Amazonía por parte de grandes compañías. Muchas de ellas persiguen el lucro a toda costa sin importarles el daño socio ambiental que provocan. Los gobiernos que autorizan tales prácticas, necesitados de divisas para promover sus políticas públicas, no siempre cumplen su deber de custodiar el ambiente y los derechos de sus poblaciones. Así la corrupción alcanza a las autoridades políticas, judiciales, legislativas, sociales, eclesiales y religiosas que reciben beneficios para permitir el accionar de estas compañías (cf. DAp. 77). Hay casos en que grandes compañías y gobiernos han organizado sistemas de corrupción. Vemos gente que ocupó puestos públicos y que hoy están siendo juzgados, están en la cárcel o se han dado a la fuga. Como dice el Documento de Aparecida: «Es también alarmante el nivel de la corrupción en las economías, que involucra tanto al sector público como al sector privado, a lo que se suma una notable falta de transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía. En muchas ocasiones, la corrupción está vinculada al flagelo del narcotráfico o del narconegocio y, por otra parte, viene destruyendo el tejido social y económico en regiones enteras» (DAp. 70).
Flagelo moral estructural
82. Se crea así una cultura que envenena al estado y sus instituciones, permeando todos los estamentos sociales, incluso las comunidades indígenas. Se trata de un verdadero flagelo moral; como resultado se pierde la confianza en las instituciones y en sus representantes, lo cual desprestigia totalmente la política y las organizaciones sociales. Los pueblos amazónicos no son ajenos a la corrupción, y se convierten en sus principales víctimas.
Sugerencias
83. Considerando la situación de carencia de medios económicos de las Iglesias particulares en Amazonía, se debe prestar una especial atención a la procedencia de donaciones u otra clase de beneficios, así como a las inversiones realizadas por las instituciones eclesiásticas o los cristianos. Las Conferencias episcopales podrían ofrecer un servicio de asesoramiento y de acompañamiento, de consulta y de promoción de estrategias comunes frente a la corrupción generalizada y también frente a la necesidad de generar e invertir recursos para apoyar la pastoral. Se precisa un atento análisis frente al accionar del narcotráfico.
a. Implementar una preparación adecuada del clero para afrontar la complejidad, sutileza y gravedad de los urgentes problemas vinculados a la corrupción y al ejercicio del poder.
b. Promover una cultura de la honestidad, del respeto por el otro y por el bien común.
c. Acompañar, promover y formar laicos para una presencia pública significativa en la política, la economía, en la vida académica y en toda forma de liderazgo (cf. DAp. 406).
d. Acompañar a los pueblos en sus luchas por el cuidado de sus territorios y el respeto por sus derechos.
e. Discernir cómo se genera y cómo se invierte el dinero en la Iglesia superando posturas ingenuas a través de un sistema de administración y de auditoría comunitarias, respetando la normativa eclesial vigente.
f. Acompañar las iniciativas de la Iglesia con otras instancias para exigir a las empresas que asuman responsabilidades sobre los impactos socio-ecológicos de sus acciones, según los parámetros jurídicos de los propios estados.
Capítulo VII
La Cuestión de la Salud Integral
“Estas aguas fluyen hacia oriente, bajan al Arabá, y desembocan en el mar Muerto, cuyas aguas quedarán saneadas … Sus frutos servirán de alimento y su follaje de medicina” (Ez 47, 8.12)
Salud en la Amazonía
84. La región Amazónica hoy contiene la diversidad de la flora y la fauna más importante del mundo, y su población autóctona posee un sentido integral de la vida no contaminado por un materialismo economicista. La Amazonía es un territorio saludable en su larga y fructífera historia, aunque no faltaron enfermedades. Sin embargo, con la movilidad de los pueblos, con la invasión de industrias contaminantes sin control, por las condiciones de cambio climático, y ante una total indiferencia de las autoridades públicas sanitarias han aparecido nuevas enfermedades y han resurgido patologías que habían sido superadas. El modelo de un desarrollo que se limita sólo a explotar económicamente la riqueza forestal, minera e hidro-carburífera de la Panamazonía, afecta la salud de los biomas amazónicos, de sus comunidades, ¡y la de todo el planeta! El daño aqueja no sólo a la salud física sino también a la cultura y la espiritualidad de los pueblos, es un daño a su ‘salud integral’. Los pobladores amazónicos tienen derecho a la salud y a ‘vivir saludablemente’ lo cual supone una armonía «con lo que nos ofrece la madre tierra».[42]
Valorización y profundización de las medicinas tradicionales
85. Frente a la ‘cultura del descarte’ (cf. LS 22) los discípulos de Cristo están llamados a promover una cultura del cuidado y de la salud. Por consiguiente, el compromiso por el cuidado de la salud exige urgentes cambios en los estilos de vida personal y en las estructuras.
86. La riqueza de la flora y la fauna de la selva contienen verdaderas ‘farmacopeas vivas’ y principios genéticos inexplorados. La deforestación amazónica impedirá contar con tales riquezas, empobreciendo a las próximas generaciones. Actualmente, la tasa de extinción de especies en la Amazonía, debido a las actividades humanas, es mil veces mayor que el proceso natural. El único camino para preservar esta riqueza es el cuidado del territorio y de la selva amazónica y el empoderamiento de los indígenas y ciudadanos.
87. Los rituales y ceremonias indígenas son esenciales para la salud integral pues integran los diferentes ciclos de la vida humana y de la naturaleza. Crean armonía y equilibrio entre los seres humanos y el cosmos. Protegen la vida contra los males que pueden ser provocados tanto por seres humanos como por otros seres vivos. Ayudan a curar las enfermedades que perjudican el medio ambiente, la vida humana y otros seres vivos.
Sugerencias
88. El cuidado de la salud de los pobladores implica un conocimiento detallado de las plantas medicinales y otros elementos tradicionales que son parte de procesos de curación. Para ello, los pueblos indígenas cuentan con personas que a lo largo de sus vidas se especializan en la observación de la naturaleza, escuchando y recogiendo el conocimiento de los mayores, sobre todo de las mujeres. Pero por causa de la contaminación ambiental, tanto la naturaleza como los cuerpos de las personas de la Amazonía se están deteriorando. El contacto con nuevos elementos tóxicos como el mercurio, provoca la aparición de nuevas enfermedades hasta ahora desconocidas por los ancianos sanadores. Todo ello pone en riesgo aquella sabiduría ancestral. Por eso es que las respuestas al Documento Preparatorio enfatizan la necesidad de preservar y transmitir los saberes de la medicina tradicional.[43] Se propone ayudar a los pueblos de la Amazonía a mantener, recuperar, sistematizar y divulgar ese saber para la promoción de una salud integral.
89. Frente a estas nuevas enfermedades, los pobladores se ven forzados a comprar medicamentos elaborados por compañías farmacéuticas con las mismas plantas de la Amazonía. Una vez comercializados, estos medicamentos están fuera del alcance de sus posibilidades económicas debido, entre otras causas, a la patentación de los fármacos y a los sobreprecios. Por lo cual se propone valorar la medicina tradicional, la sabiduría de los ancianos y los rituales indígenas, y a la vez facilitar el acceso a las medicinas que curan las nuevas enfermedades.
90. Pero no son sólo las hierbas medicinales y las medicinas las que ayudan a sanar. El agua y el aire limpios, y la alimentación sana, fruto de sus propios cultivos y de la recolección, de la caza y de la pesca, son condición necesaria para la salud integral de los pueblos indígenas.[44] Por lo cual, se propone exigir a los gobiernos una estricta regulación de las industrias y la denuncia de aquellas que contaminan el ambiente. Por otra parte, se sugiere generar espacios de intercambio y acompañamiento educativo para recuperar los hábitos del “buen vivir”, generando así una cultura del cuidado y de la prevención.
91. Finalmente, se propone evaluar las estructuras sanitarias de la Iglesia, como hospitales y centros de salud a la luz de una salud integral accesible a todos los pobladores, que asuman la medicina tradicional como parte de sus programas de salud.
Capítulo VIII
Educación Integral
“Los jóvenes hemos ido perdiendo nuestra identidad cultural y nuestra lengua en especial. Nos olvidamos de que tenemos nuestras raíces, que pertenecemos a un pueblo originario y nos dejamos llevar por la tecnología. No es malo caminar con los dos pies, saber lo moderno y también cuidar lo tradicional. Siempre en el lugar donde estés tener las dos cosas presentes,tener presente tus raíces, de dónde vienes y no olvidarlo” (Slendy Grefa, Doc. Consulta, Ecuador)
Una Iglesia sinodal: discípula y maestra
92. A través de la mutua escucha de los pueblos y de la naturaleza, la Iglesia se transforma en una Iglesia en salida, tanto geográfica como estructural; en una Iglesia hermana y discípula a través de la sinodalidad. Así lo expresó el papa Francisco en la Constitución Apostólica Episcopalis Communio: “El Obispo es, simultáneamente, maestro y discípulo [...]. Es discípulo, cuando él, sabiendo que el Espíritu es concedido a cada bautizado, se coloca a la escucha de la voz de Cristo que habla a través de todo el Pueblo de Dios” (EC 5). Él mismo se hizo discípulo en Puerto Maldonado al expresar su voluntad de escuchar la voz de la Amazonía.
Educación como encuentro
93. La educación implica un encuentro y un intercambio en el que se asimilan valores. Cada cultura es rica y pobre al mismo tiempo. Por ser histórica, la cultura tiene siempre una dimensión pedagógica de aprendizaje y perfeccionamiento. «Cuando algunas categorías de la razón y de las ciencias son acogidas en el anuncio del mensaje, esas mismas categorías se convierten en instrumentos de evangelización; es el agua convertida en vino. Es aquello que, asumido, no sólo es redimido, sino que se vuelve instrumento del Espíritu para iluminar y renovar el mundo» (EG 132). El encuentro es la «capacidad del corazón que hace posible la proximidad» (EG 171) y los múltiples aprendizajes.
94. Esta educación, que se desenvuelve a través del encuentro, es diferente de una educación que procura imponer al otro (y especialmente a los pobres y vulnerables) las propias cosmovisiones que precisamente son causa de su pobreza y vulnerabilidad. La educación en la Amazonía no significa imponer a los pueblos amazónicos parámetros culturales, filosofías, teologías, liturgias y costumbres extrañas. Hoy, «algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una “educación” que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos» (EG 60). «Por consiguiente, se vuelve necesaria una educación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores» (EG 64), una educación abierta a la interculturalidad.
Educación en una ecología integral
95. La cosmovisión de los pueblos indígenas amazónicos incluye el llamado a liberarse de una visión fragmentaria de la realidad, que no es capaz de percibir las múltiples conexiones, inter-relaciones e interdependencias. La educación en una ecología integral asume todas las relaciones constitutivas de las personas y los pueblos. Para comprender esta visión de la educación, vale aplicar el mismo principio que en la salud: la meta es observar el cuerpo entero y las causas de la enfermedad y no solamente los síntomas. Una ecología sostenible para las futuras generaciones «no se puede reducir a una serie de respuestas urgentes y parciales a los problemas que van apareciendo en torno a la degradación del ambiente, al agotamiento de las reservas naturales y a la contaminación. Debería ser una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo» (LS 111). Una educación sólo en base a soluciones técnicas para problemas ambientales complejos esconde «los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial» (LS 111).
96. Se trata entonces de una educación para la solidaridad nacida de «la conciencia de un origen común» y de un «futuro compartido por todos» (LS 202). Los pueblos indígenas tienen un método de enseñanza-aprendizaje basado en la tradición oral y la práctica vivencial que dentro de cada etapa tiene un proceso pedagógico contextualizado. El desafío es integrar este método en el diálogo con otras propuestas educativas. Para ello se requiere «replantear los itinerarios pedagógicos de una ética ecológica, de manera que ayuden efectivamente a crecer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado basado en la compasión» (LS 210). La Amazonía nos invita a descubrir la tarea educativa como un servicio integral para toda la humanidad en vistas de una «ciudadanía ecológica» (LS 211).
97. Dicha educación une el compromiso por el cuidado de la tierra al compromiso por los pobres, y suscita actitudes de sobriedad y respeto vividas a través de «una austeridad responsable, para la contemplación agradecida del mundo, para el cuidado de la fragilidad de los pobres y del ambiente» (LS 214). Tal educación «necesita traducirse en nuevos hábitos» (LS 209) teniendo en cuenta los valores culturales. La educación, en perspectiva ecológica y en clave amazónica, promueve el ‘buen vivir’, el ‘buen convivir’ y el ‘buen hacer’, que debe ser persistente y audible para tener un impacto significativo en la Casa Común.
Sugerencias
98. Se sugiere:
a) La formación de los agentes pastorales laicos adultos que los ayude a crecer en responsabilidad y creatividad.
b) La formación de los ministros ordenados:
1. Los planes de formación deben responder a una cultura filosófico-teológica adaptada a las culturas amazónicas capaz de ser comprendida y por tanto de suscitar la vida cristiana. Por ello se sugiere integrar la teología indígena y la ecoteología que los prepare a la escucha y al diálogo abierto en donde acontece la evangelización.
2. Se propone la reforma de las estructuras de los seminarios para favorecer la integración de los candidatos al sacerdocio en las comunidades.
c) Los centros de formación:
1. Las escuelas: se necesitan planes educativos con enfoque de educación según las propias culturas, que respeten las lenguas nativas, una educación integral que responda a la propia realidad, para hacer frente a la deserción escolar y al analfabetismo, sobre todo femenino.
2. La universidad: es necesario promover no solo la inter-disciplinariedad sino además afrontar las cuestiones según la trans-disciplinariedad, es decir con un enfoque que restituya al saber humano unitariedad en la diversidad, en la linea del estudio de una ecología integral según el prólogo de la Constitución Apostólica Veritatis gaudium.
3. Se pide la enseñanza de la teología indígena panamazónica en todas las instituciones educativas.
d) Teología india Amazónica:
1. Se pide profundizar en una teología india amazónica ya existente, que permitirá una mejor y mayor comprensión de la espiritualidad indígena para evitar cometer los errores históricos que atropellaron muchas culturas originarias.
2. Se pide, por ejemplo, tener en cuenta los mitos, tradiciones, símbolos, saberes, ritos y celebraciones originarios que incluyen las dimensiones trascendentes, comunitarias y ecológicas.
Capítulo IX
La conversión ecológica
“Les hace falta entonces una conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea” (LS 217)
Cristo nos llama a la conversión (cf. Mc 1,15)
99. Un aspecto fundamental de la raíz del pecado del ser humano está en desvincularse de la naturaleza y no reconocerla como parte suya, explotarla sin límites, rompiendo así la alianza originaria con la creación y con Dios (cf. Gn 3, 5). «La armonía entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber pretendido ocupar el lugar de Dios, negándonos a reconocernos como criaturas limitadas» (LS 66). Después de la ruptura del pecado y del diluvio universal, Dios restablece la alianza con el mismo hombre y con la creación (cf. Gn 9,9-17), llamando al ser humano a custodiarla.
100. La reconciliación con la creación a la que nos invita el papa Francisco (cf. LS 218), supone superar ante todo una actitud pasiva que renuncia, como el Rey David, a hacerse cargo de su misión (cf. 2 Sam 11,1). El proceso del pecado del Rey David comienza por una omisión personal (se queda en su palacio cuando el ejército está en el campo de batalla), se concreta en la comisión de actos reprobables a los ojos de Dios (adulterio, mentira y asesinato) que involucran a otros creando una red de complicidades (2 Sam 11,3-25). También la Iglesia puede ser tentada de permanecer encerrada en sí misma, renunciando a su misión de anunciar el evangelio y de hacer presente el Reino de Dios. Por el contrario, una Iglesia en salida es una iglesia que se confronta con el pecado de este mundo del cual ella misma no es ajena (cf. EG 20-24). Este pecado, como decía san Juan Pablo II, no es sólo personal sino también social y estructural (Cf. RP 16; SRS 36; SD 243; DAp. 92) y como advierte Francisco, «todo está conectado» (LS 138). Cuando «el ser humano se declara autónomo de la realidad y se constituye en dominador absoluto, la misma base de su existencia se desmorona» (LS 117). Cristo redime la creación entera sometida por el ser humano al pecado (cf. Rom 8,19-22).
Conversión integral
101.Por ello también la conversión ha de tener los mismos niveles de concreción: personal, social y estructural teniendo presente las diversas dimensiones de relacionalidad. Se trata de una “conversión íntegra de la persona” que brota del corazón y se abre a una “conversión comunitaria” reconociendo sus vínculos sociales y ambientales, es decir, una “conversión ecológica” (cf. LS 216-221). Esta conversión implica reconocer la complicidad personal y social en las estructuras de pecado, desenmascarando las ideologías que justifican un estilo de vida que agrede la creación. Frecuentemente se escuchan relatos que justifican el accionar destructivo de grupos de poder que explotan la naturaleza, ejercen un dominio despótico sobres sus habitantes (cf. LS 56, 200) e ignoran el grito de dolor de la tierra y de los pobres (cf. LS 49).
Conversión eclesial en la Amazonía
102. El proceso de conversión a la que la Iglesia está llamada implica desaprender, aprender y reaprender. Este camino requiere de una mirada crítica y autocrítica que nos permita identificar aquello que necesitamos desaprender, aquello que daña a la Casa Común y a sus pueblos. Necesitamos hacer un camino interior para reconocer las actitudes y mentalidades que impiden conectarse con uno mismo, con los demás y con la naturaleza; como dijo el papa Benedicto XVI, “los desiertos exteriores se multiplican porque se han extendido los desiertos interiores”.[45] Este proceso continúa dejándose sorprender por la sabiduría de los pueblos indígenas. Su vida cotidiana es un testimonio de contemplación, cuidado y relación con la naturaleza. Ellos nos enseñan a reconocernos parte del bioma y corresponsables de su cuidado para hoy y para el futuro. Por lo tanto, hemos de reaprender a entretejer vínculos que asuman todas las dimensiones de la vida y a asumir una ascesis personal y comunitaria que nos permita «madurar en una feliz sobriedad» (LS 225).
103. En la Sagrada Escritura la conversión es presentada como un movimiento que va del pecado a la amistad con Dios en Jesucristo, por eso es parte del proceso de la fe (cf. Mc 1,15). Nuestra mirada creyente a la realidad amazónica nos ha hecho apreciar la obra de Dios en la creación y en sus pueblos, pero también la presencia del mal a diversos niveles: colonialismo (dominio), mentalidad economicista-mercantilista, consumismo, utilitarismo, individualismo, tecnocracia, cultura del descarte.
· Una mentalidad que se expresó históricamente en un sistema de dominio territorial, político, económico y cultural que persiste hasta el día de hoy de diversas formas que perpetúan el colonialismo.
· Una economía basada exclusivamente en el lucro como único fin, que excluye y atropella a los más débiles y a la naturaleza, se constituye en ídolo que siembra destrucción y muerte (cf. EG 53-56).
· Una mentalidad utilitarista concibe a la naturaleza como mero recurso y a los seres humanos como meros productores-consumidores, rompiendo el valor intrínseco y la relacionalidad de las creaturas.
· «El individualismo debilita los vínculos comunitarios» (DAp. 44) eclipsando la responsabilidad frente al prójimo, a la comunidad y a la naturaleza.
· El desarrollo tecnológico ha traído grandes beneficios a la humanidad, pero junto a ello su absolutización ha llevado a ser un instrumento de posesión, dominio y manipulación (cf. LS 106) de la naturaleza y del ser humano. Todo ello ha generado una cultura global predominante que el papa Francisco ha llamado “paradigma tecnocrático” (LS 109).
· El resultado es una pérdida del horizonte trascendente y humanitario donde se transmite la lógica del «usa y tira» (LS 123) generando una «cultura del descarte» (LS 22) que agrede la creación.
Sugerencias
104.Se sugiere:
a. Desenmascarar las nuevas formas de colonialismo presentes en la Amazonía.
b. Identificar las nuevas ideologías que justifican el ecocidio amazónico para analizarlas críticamente.
c. Denunciar las estructuras de pecado que actúan en territorio amazónico.
d. Identificar las razones con las cuales justificamos nuestra participación en las estructuras de pecado para analizarlas críticamente.
e. Favorecer una iglesia como institución de servicio no autoreferencial corresponsable en el cuidado de la Casa Común y en la defensa de los derechos de los pueblos.
f. Promover mercados eco-solidarios, un consumo justo y una «feliz sobriedad» (LS 224-225) que respete la naturaleza y los derechos de los trabajadores. «Comprar es siempre un acto moral y no sólo económico» (CV 66; LS 206).
g. Promover hábitos de comportamiento, de producción y de consumo, de reciclaje y de reutilización de desechos.
h. Recuperar mitos y actualizar ritos y celebraciones comunitarias que contribuyan significativamente al proceso de conversión ecológica.
i. Agradecer a los pueblos originarios por el cuidado del territorio a través del tiempo y reconocer en esto la sabiduría ancestral que forma la base para una buena comprensión de la ecología integral.
j. Crear itinerarios pastorales orgánicos desde una ecología integral para la protección de la Casa Común teniendo como guía los capítulos 5 y 6 de la Encíclica Laudato sì.
k. Reconocimiento formal por parte de la Iglesia particular como ministerio especial al agente pastoral promotor del cuidado de la Casa Común.
PARTE III
IGLESIA PROFETICA EN LA AMAZONIA: DESAFÍOS Y ESPERANZAS
“¡Ojalá que todo el pueblo profetizara, y el Señor infundiera en todos su Espíritu! (Nm 11,29)
105.El anuncio de Jesucristo y la realización de un encuentro profundo con Él a través de la conversión y de la vivencia eclesial de la fe, supone una Iglesia acogedora y misionera que se encarna en las culturas. Ella ha de hacer memoria de los pasos que se han dado para responder a los temas desafiantes de la centralidad del kerigma y de la misión en el ámbito amazónico. Este paradigma de la acción eclesial inspira los ministerios, la catequesis, la liturgia, y la pastoral social tanto en la zona rural como urbana.
106.Los nuevos caminos para la pastoral de la Amazonía requieren “relanzar con fidelidad y audacia” la misión de la Iglesia (DAp. 11) en el territorio y profundizar el «proceso de inculturación» (EG 126) e interculturalidad (cf. LS 63, 143, 146) que exige a la Iglesia en la Amazonía propuestas «valientes», lo cual supone coraje y pasión, como nos pide el papa Francisco. La evangelización en la Amazonía es un banco de prueba para la Iglesia y para la sociedad.[46]
Capítulo I
Iglesia con rostro amazónico y misionero
“Que tu rostro resplandezca sobre tu siervo” (Sal 31(30),17)
Un rostro rico en expresiones
107.El rostro amazónico de la Iglesia encuentra su expresión en la pluralidad de sus pueblos, culturas y ecosistemas. Esta diversidad necesita de una opción por una Iglesia en salida y misionera, encarnada en todas sus actividades, expresiones y lenguajes. Los Obispos en Santo Domingo nos propusieron la meta de una evangelización inculturada, que "será siempre la salvación y liberación integral de un pueblo o grupo humano determinado, que fortalecerá su identidad y confianza en su futuro específico, oponiéndose a los poderes de la muerte" (DSD, Conclusiones 243). Y el papa Francisco formula claramente esa necesitad de una Iglesia inculturada e intercultural: “necesitamos que los pueblos originarios moldeen culturalmente las Iglesias locales amazónicas” (Fr.PM).
108.Inculturación e interculturalidad no se oponen, sino que se complementan. Así como Jesús se encarnó en una cultura determinada (inculturación), sus discípulos misioneros siguen sus pasos. Por ello, los cristianos de una cultura salen al encuentro de personas de otras culturas (interculturalidad). Esto ocurrió desde los comienzos de la Iglesia cuando los apóstoles hebreos llevaron la Buena Noticia a culturas diferentes, como la griega, descubriendo allí “semillas del Verbo”.[47] Desde ese encuentro y diálogo entre culturas surgieron nuevos caminos del Espíritu. Hoy día, en el encuentro y diálogo con las culturas amazónicas, la Iglesia escruta los nuevos caminos.
109.Según el Documento de Aparecida, la opción preferencial por los pobres es el criterio hermenéutico para analizar las propuestas de construcción de la sociedad (cf. 501, 537, 474, 475), y criterio de autocomprensión de la Iglesia. Es también uno de los rasgos que marca la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña (cf. 391, 524, 533), y de todas sus estructuras, desde la parroquia hasta sus centros educativos y sociales (cf. 176, 179, 199, 334, 337, 338, 446, 550). El rostro amazónico es el de una Iglesia con una clara opción por (y con) los pobres[48] y por el cuidado de la creación. Desde los pobres, y desde la actitud de cuidado de los bienes de Dios, se abren nuevos caminos de la Iglesia local y se continúan hacia la Iglesia universal.
Un rostro local con dimensión universal
110.Una Iglesia con rostro amazónico en sus pluriformes matices procura ser una Iglesia "en salida" (cf. EG 20-23), que deja atrás una tradición colonial monocultural, clericalista e impositiva, que sabe discernir y asumir sin miedos las diversas expresiones culturales de los pueblos. Dicho rostro nos advierte del riesgo de "pronunciar una palabra única [o] proponer una solución con valor universal" (cf. OA 4; EG 184). Ciertamente la realidad sociocultural compleja, plural, conflictiva y opaca impide que se pueda aplicar "una doctrina monolítica defendida por todos sin matices" (EG 40). La universalidad o catolicidad de la Iglesia, por lo tanto, se ve enriquecida con «la belleza de este rostro pluriforme» (NMI 40) de las diferentes manifestaciones de las iglesias particulares y sus culturas, conformando una Iglesia poliédrica (Cf. EG 236).
Un rostro desafiante ante las injusticias
111.Moldear una Iglesia con rostro amazónico posee una dimensión eclesial, social, ecológica y pastoral, muchas veces conflictiva. En efecto, la organización política y jurídica no siempre ha tenido en cuenta el rostro cultural de la justicia de los pueblos y sus instituciones. La Iglesia no es ajena a esta tensión. A veces se tiende a imponer una cultura ajena a la Amazonía que impide comprender a sus pueblos y apreciar sus cosmovisiones.
112.La realidad de las iglesias locales necesita de una Iglesia participativa, que se haga presente en la vida social, política, económica, cultural y ecológica de sus habitantes; de una Iglesia acogedora de la diversidad cultural, social y ecológica para poder servir sin discriminación de personas o de colectivos; de una Iglesia creativa, que pueda acompañar en la construcción de nuevas respuestas a necesidades urgentes con su pueblo; y de una Iglesia armoniosa, que fomente los valores de la paz, misericordia y la comunión.
Un rostro inculturado y misionero
113.La diversidad cultural reclama una encarnación más real para asumir diversos modos de vida y culturas. “Continúa válido, en el orden pastoral, el principio de la encarnación formulado por san Ireneo: ‘Lo que no es asumido no es redimido’”.[49] Los impulsos e inspiraciones importantes para esa inculturación anhelada se encuentran en el magisterio de la Iglesia y en el caminar eclesial latinoamericano, de sus Conferencias Episcopales (Medellín, 1968, Puebla, 1979, Santo Domingo, 1992, Aparecida, 2007) y de sus comunidades, y de sus santos y de sus mártires.[50]. Una realidad importante de este proceso ha sido el surgimiento de una teología latinoamericana, en especial de la Teología India
114.La construcción de una Iglesia misionera con rostro local significa avanzar en la edificación de una Iglesia inculturada, que sabe trabajar y articularse (como los ríos en el Amazonas) con lo culturalmente disponible, en todos sus campos de actuación y presencia. «Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios» (EG 114), encarnado «en los pueblos de la tierra» y en sus culturas (cf. EG 115).
Capítulo II
Desafíos de la inculturación y la interculturalidad [51]
“En los distintos pueblos, que experimentan el don de Dios según su propia cultura, la Iglesia expresa su genuina catolicidad y muestra «la belleza de este rostro pluriforme»” (EG 116)
En camino hacia una Iglesia con rostro amazónico e indígena
115.La misión de la Iglesia es anunciar el evangelio de Jesús de Nazaret, el Buen Samaritano (cf. Lc 10, 25-36), que se compadece de la humanidad herida y abandonada. La Iglesia anuncia el misterio de su muerte y resurrección a todas las culturas y a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cf. Mt 28,19). Siguiendo el ejemplo de san Pablo que quiso hacerse griego con los griegos tratando de adaptarse “lo más posible a todos” (cf. 1 Cor 9,19-23), la Iglesia ha hecho un gran esfuerzo por evangelizar a todos los pueblos a lo largo de la historia. Ella ha tratado de realizar este mandato misionero encarnando y traduciendo el mensaje del Evangelio en las distintas culturas, en medio de dificultades de todo tipo, políticas, culturales, geográficas. Pero todavía queda mucho por hacer.
116.La Iglesia desde hace siglos intenta compartir el Evangelio con los pueblos amazónicos, muchos de los cuales integran la comunidad eclesial. Misioneros y misioneras tienen una historia de profunda relación con esta región. Dejaron profundas huellas en el alma del pueblo católico de la Amazonía. La Iglesia ha recorrido un largo camino que debe ser profundizado y actualizado hasta poder llegar a ser una Iglesia con rostro indígena y amazónico.
117.Sin embargo, tal como surge de los encuentros territoriales, existe una herida aún abierta por abusos del pasado. Justamente, en el año 1912 el papa Pio X reconoció la crueldad con la que fueron tratados los indígenas en la Encíclica Lacrimabili Statu Indorum. El episcopado latinoamericano en Puebla aceptó la existencia de «un enorme proceso de dominaciones» lleno de «contradicciones y desgarramientos» (DP 6). En Aparecida, los obispos pidieron “descolonizar las mentes” (DAp. 96). El papa Francisco recordó en el Encuentro con los pueblos de la Amazonía en Puerto Maldonado las palabras de Santo Toribio de Mogrovejo: “no solamente en tiempos pasados se les hayan hecho a estos pobres tantos agravios y fuerzas con tanto exceso, sino también hoy muchos procuran hacer lo mismo”[52]. Dado que todavía persiste una mentalidad colonial y patriarcal, es necesario profundizar un proceso de conversión y reconciliación.[53]
Sugerencias
118.Las comunidades consultadas esperan que la Iglesia se comprometa por el cuidado de la Casa Común y de sus habitantes,“[…] defienda los territorios, que ayude a los pueblos indígenas a denunciar lo que provoca muerte y amenaza los territorios”.[54] Una Iglesia profética no puede dejar de clamar por los descartados y por los que sufren (cf. Fr.PM).
119.La escucha de la voz del Espíritu en el clamor de los pueblos amazónicos y en el magisterio del papa Francisco, supone un proceso de conversión pastoral y misionera (cf. EG 25). Para ello se sugiere:
a) Evitar la homogeneización cultural para reconocer y promover el valor de las culturas amazónicas.
b) Rechazar la alianza con la cultura dominante y el poder político y económico para promover las culturas y los derechos de los indígenas, de los pobres y del territorio.
c) Superar cualquier clericalismo para vivir la fraternidad y el servicio como valores evangélicos que animan la relación entre la autoridad y los miembros de la comunidad.
d) Superar posiciones rígidas que no tienen suficientemente en cuenta la vida concreta de las personas y la realidad pastoral, para ir al encuentro de las necesidades reales de los pueblos y culturas indígenas.
La evangelización en las culturas [55]
120.El Espíritu creador que llena el universo (cf. Sab 1,7) es el que durante siglos ha alimentado la espiritualidad de estos pueblos aún antes del anuncio del Evangelio y el que les mueve a aceptarlo desde sus propias culturas y tradiciones. Dicho anuncio ha de tener en cuenta las “semillas del Verbo”[56] presentes en ellas. También reconoce que en muchos de ellos la semilla ya ha crecido y dado frutos. Presupone una escucha respetuosa, que no imponga formulaciones de la fe expresadas desde otros referentes culturales que no responden a su contexto vital. Sino por el contrario, escuche “la voz de Cristo que habla a través de todo el pueblo de Dios” (EC 5).
121.Hay que captar lo que el Espíritu del Señor a través de los siglos ha enseñado a estos pueblos: la fe en el Dios Padre-Madre Creador, el sentido de comunión y armonía con la tierra, el sentido de solidaridad con sus compañeros, el proyecto del “buen vivir”, la sabiduría de civilizaciones milenarias que poseen los ancianos y que influye en la salud, la convivencia, la educación, el cultivo de la tierra, la relación viva con la naturaleza y la ‘Madre Tierra’, la capacidad de resistencia y resiliencia en particular de las mujeres, los ritos y las expresiones religiosas, las relaciones con los antepasados, la actitud contemplativa y el sentido de gratuidad, de celebración y de fiesta, y el sentido sagrado del territorio.
122.La inculturación de la fe no es un proceso de arriba hacia abajo ni una imposición exterior, sino de un mutuo enriquecimiento de las culturas en diálogo (interculturalidad).[57] El sujeto activo de la inculturación son los mismos pueblos indígenas. Como ha afirmado el papa Francisco “la gracia supone la cultura” (EG 115).
Sugerencias
123.Sería oportuno:
a) Partir de la espiritualidad vivida por los pueblos indígenas en contacto con la naturaleza y su cultura, para que puedan ser iluminados por la novedad de Cristo muerto y resucitado y en El alcanzar la plenitud.
b) Reconocer la espiritualidad indígena como fuente de riqueza para la experiencia cristiana.
c) Dado que la narratividad es una característica de los pueblos originarios, mediante la cual ellos transmiten su sabiduría milenaria, se sugiere una catequesis que asuma el lenguaje y el sentido de las narraciones de las culturas indígena y afroa-descendiente en sintonía con las narraciones bíblicas.
d) Del mismo modo, sería oportuna una predicación homilética que responda a las experiencias vitales y a la realidad socio ambiental (cf. EG 135-144) en un estilo narrativo. Se espera que suscite el interés y la participación de los fieles y tenga presente la cosmovisión integral indígena, motivando una conversión pastoral en vistas de una ecología integral.
e) Frente a una invasión colonizadora de medios de comunicación masivo, las comunidades han pedido con insistencia comunicaciones alternativas desde sus propias lenguas y culturas. Por ello es conveniente que los propios sujetos indígenas se hagan presentes en los medios de comunicación ya existentes.[58]
f) También sería oportuna la creación de nuevas emisoras radiofónicas de la Iglesia promotoras del evangelio y de las culturas, tradiciones y lenguas originarias.[59]
Capítulo III
La celebración de la fe: una liturgia inculturada
“La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien” (EG 24)
124. Sacrosanctum Concilium (cf. 37-40, 65, 77, 81) propone la inculturación de la liturgia en los pueblos indígenas. Ciertamente la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia sino que expresa su genuina catolicidad mostrando “la belleza de este rostro pluriforme” (EG 116). Por eso “hay que atreverse a encontrar los nuevos signos, los nuevos símbolos, una nueva carne para la trasmisión de la Palabra, las formas diversas de belleza que se valoran en diferentes ámbitos culturales…” (EG 167). Sin esta inculturación la liturgia puede reducirse a una “pieza de museo” o “una posesión de pocos” (EG 95).
125.La celebración de la fe debe realizarse de manera inculturada para que sea expresión de la propia experiencia religiosa y vínculo de comunión de la comunidad que celebra. Una liturgia inculturada será también caja de resonancia para las luchas y aspiraciones de las comunidades e impulso transformador hacia una “tierra sin males”.
Sugerencias
126.Se sugiere tener presente lo siguiente:
a) Se constata la necesidad de un proceso de discernimiento respecto a los ritos, símbolos y estilos celebrativos de las culturas indígenas en contacto con la naturaleza que necesitan ser asumidos en el ritual litúrgico y sacramental. Hay que estar atentos a recoger el verdadero sentido del símbolo que trasciende lo meramente estético y folclórico, concretamente en la iniciación cristiana y en el matrimonio. Se sugiere que las celebraciones sean festivas con la propia música y danza, en lenguas y con vestimentas autóctonas, en comunión con la naturaleza y con la comunidad. Una liturgia que responda a su propia cultura para que pueda ser fuente y culmen de su vida cristiana (cf. SC 10) y ligada a sus luchas y sufrimientos y alegrías.
b) Los sacramentos deben ser fuente de vida y remedio accesible a todos (cf. EG 47), especialmente a los pobres (cf. EG 200). Se pide superar la rigidez de una disciplina que excluye y aleja, por una sensibilidad pastoral que acompaña e integra (cf. AL 297, 312).
c) Las comunidades tienen dificultad para celebrar frecuentemente la Eucaristía por la falta de sacerdotes. “La Iglesia vive de la Eucaristía” y la Eucaristía edifica la Iglesia.[60] Por ello se pide que, en vez de dejar a las comunidades sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla.
d) En función de una “saludable ‘descentralización’” de la Iglesia (cf. EG 16) las comunidades piden que las Conferencias Episcopales adapten el ritual eucarístico a sus culturas.
e) Las comunidades piden un mayor aprecio, acompañamiento y promoción de la piedad con la que el pueblo pobre y sencillo expresa su fe a través de imágenes, símbolos, tradiciones, ritos y demás sacramentales. Todo esto se da a través de asociaciones comunitarias que organizan diversos eventos como oraciones, peregrinaciones, visitas a santuarios, procesiones y fiestas patronales. Se trata de una manifestación de una sabiduría y espiritualidad que constituye un auténtico lugar teológico con un gran potencial evangelizador (cf. EG 122-126).
Capítulo IV
La organización de las comunidades
“Es justo reconocer que existen iniciativas esperanzadoras que surgen de vuestras bases mismas y de vuestras organizaciones” (Fr.PM)
La cosmovisión de los indígenas
127.La Iglesia se ha de encarnar en las culturas amazónicas que poseen un alto sentido de comunidad, igualdad y de solidaridad por lo que no se acepta el clericalismo en sus diversas formas de manifestarse. Los pueblos originarios poseen una rica tradición de organización social donde la autoridad es rotativa y con un profundo sentido de servicio. Desde esta experiencia de organización sería oportuno reconsiderar la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden .
Distancias geográficas y pastorales
128.Además de la pluralidad de culturas dentro de la Amazonía, las distancias generan un problema pastoral grave que no se puede resolver solamente con instrumentos mecánicos y tecnológicos. Las distancias geográficas manifiestan también distancias culturales y pastorales que, por lo tanto, exigen el paso de una “pastoral de visita” a una “pastoral de presencia”, para reconfigurar la iglesia local en todas sus expresiones: ministerios, liturgia, sacramentos, teología y servicios sociales.
Sugerencias
129.Las siguientes sugerencias de las comunidades recuperan aspectos de la Iglesia primitiva cuando respondía a sus necesidades creando los ministerios oportunos (cf. Hch 6,1-7; 1 Tim 3,1-13):
a) Nuevos ministerios para responder de modo más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos:
1. Promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres. Se trata de indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural. Hay que partir de una “Iglesia que visita” a una “Iglesia que permanece”, acompaña y está presente a través de ministros que surgen de sus mismos habitantes.
2. Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana.
3. Identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica.
b) Rol de los laicos:
1. Las comunidades indígenas son participativas con un alto sentido de corresponsabilidad. Por ello se pide valorar el protagonismo de los cristianos laicos y laicas y reconocerles su espacio para que sean sujetos de la Iglesia en salida.
2. Ofrecer caminos de formación integral para asumir su rol de animadores de comunidades con credibilidad y corresponsabilidad.
3. Crear itinerarios formativos a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia con enfoque amazónico para laicos y laicas que trabajan en territorios amazónicos, en especial en ámbitos de ciudadanía y política.
4. Abrir nuevos cauces de procesos sinodales, con la participación de todos los fieles, de cara a la organización de la comunidad cristiana para la trasmisión de la fe.
c) Rol de la mujer:
1. En el campo eclesial la presencia femenina en las comunidades no es siempre valorada. Se reclama el reconocimiento de las mujeres desde sus carismas y talentos. Ellas piden recuperar el espacio dado por Jesús a las mujeres, “en donde todos-todas cabemos”.[61]
2. También se propone que las mujeres tengan garantizado su liderazgo, así como espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuelas de fe y política.
3. También se pide que se escuche la voz de las mujeres, que sean consultadas y participen en las tomas de decisiones, y puedan así contribuir con su sensibilidad a la sinodalidad eclesial.
4. Que la Iglesia acoja cada vez más el estilo femenino de actuar y de comprender los acontecimientos.
d) Rol de la vida consagrada:
1. “Los pueblos latinoamericanos y caribeños esperan mucho de la vida consagrada [… que muestra] el rostro materno de la Iglesia. Su anhelo de escucha, acogida y servicio, y su testimonio de valores alternativos del Reino, muestran que una nueva sociedad latinoamericana y caribeña, fundada en Cristo, es posible” (DAp. 224). Por ello se propone promover una vida consagrada alternativa y profética, inter congregacional, inter-institucional, con un sentido de disposición para estar donde nadie quiere estar y con quien nadie quiere estar.
2. Apoyar la inserción y la itinerancia de los consagrados y consagradas junto a los más empobrecidos y excluidos, y la incidencia política para transformar la realidad.
3. Proponer a los religiosos y religiosas que vienen de fuera tener una disponibilidad para compartir la vida local con corazón, cabeza y manos para desaprender modelos, recetas, esquemas y estructuras prefijados, para aprender lenguas, culturas, tradiciones de sabidurías, cosmologías y mitologías autóctonas.
4. Dadas las urgencias pastorales, y frente a la tentación del activismo inmediatista, se recomienda dar tiempo al aprendizaje de la lengua y de la cultura para generar vínculos y desarrollar una pastoral integral.
5. Se recomienda que la formación a la vida religiosa incluya procesos formativos enfocados desde la interculturalidad, inculturación y diálogo entre espiritualidades y cosmovisiones amazónicas.
6. Se sugiere dar prioridad a las necesidades de los pueblos locales sobre las de las congregaciones religiosas.
e) Rol de los jóvenes:
1. Urge un diálogo con los jóvenes para escuchar sus necesidades.
2. Es necesario acompañar procesos de transmisión y recepción de la herencia cultural y lingüística en las familias[62] para superar las dificultades en la comunicación intergeneracional.
3. Los jóvenes se encuentran entre dos mundos, entre la mentalidad indígena y la atracción de la mentalidad moderna, sobre todo cuando emigran a las ciudades. Se necesita, por un lado, programas para fortalecer su identidad cultural frente a la pérdida de sus valores, idiomas y relación con la naturaleza; por otro lado, programas para ayudarlos a entrar en diálogo con la cultura urbana moderna.
4. Urge hacer frente al problema de la migración de jóvenes hacia las ciudades. [63]
5. Se necesita un mayor énfasis en la defensa y la recuperación de los que son víctimas de las redes de narcotráfico y trata de personas, así como de la adicción a las drogas y el alcohol.
f) Diócesis de fronteras:
1. La frontera es una categoría fundamental de la vida de los pueblos amazónicos. Es el lugar por excelencia de la agudización de los conflictos y violencias, donde no se respeta la ley y la corrupción mina el control del Estado, dejando campo libre a muchas empresas para una explotación indiscriminada. Por todo ello es necesario un trabajo que ayude a ver la Amazonía como una casa de todos, que merece el cuidado de todos. Se propone una acción pastoral conjunta entre las Iglesias fronterizas para afrontar los problemas comunes como la explotación del territorio, la delincuencia, el narcotráfico, el tráfico de personas, la prostitución, etc.
2. Es conveniente incentivar y fortalecer el trabajo en redes de pastoral de fronteras como camino de acción pastoral social y ecológica más eficaz continuando el servicio de la REPAM.
3. Dadas las características propias del territorio amazónico, se sugiere considerar la necesidad de una estructura episcopal Amazónica que lleve a cabo la aplicación del Sínodo.
4. Se pide la creación de un fondo económico de apoyo a la evangelización, promoción humana y ecología integral sobre todo para la implementación de las propuestas del Sínodo.
Capítulo V
La evangelización en las ciudades[64]
“Una cultura inédita late y se elabora en la ciudad” (EG 73)
Misión urbana
130. San Juan Pablo II nos lo advirtió: "Hoy, la imagen de la misión ad gentes quizás está cambiando: los lugares privilegiados deberían ser las grandes ciudades, donde surgen nuevas costumbres y modelos de vida, nuevas formas de cultura, que luego influyen sobre la población" (RM, 37b). La Iglesia necesita estar en diálogo permanente con la realidad urbana, que exige respuestas diferentes y creativas. Para esto, es necesario que los sacerdotes, religiosos y religiosas, y laicos de los diferentes ministerios, movimientos, comunidades y grupos de una misma ciudad o diócesis, estén cada vez más unidos en la realización de una acción misionera conjunta, inteligente, capaz de unir fuerzas. La misión urbana sólo avanzará mientras haya una gran comunión entre los trabajadores de la viña del Señor, porque, frente a la complejidad de la ciudad, la acción pastoral individual y aislada pierde eficacia.
Desafíos urbanos
131. La ciudad aún con sus desafíos puede transformarse en explosión de la vida. Las ciudades son parte del territorio, por ello deben cuidar la foresta y respetar a los indígenas. Contrariamente muchos de los habitantes de las ciudades amazónicas consideran a los indígenas un obstáculo para su progreso y viven de espaldas a la foresta.
132. El indígena en la ciudad es un migrante, un ser humano sin tierra y un sobreviviente de una batalla histórica por la demarcación de su tierra, con su identidad cultural en crisis. En los centros urbanos, los organismos gubernamentales a menudo eluden su responsabilidad de garantizarles sus derechos, negándoles su identidad y condenándolos a la invisibilidad. Algunas parroquias, por su parte, aún no han asumido su plena responsabilidad en el mundo multicultural que espera una pastoral específica, misionera y profética.
133. Un fenómeno importante a tener en cuenta es el vertiginoso crecimiento de las recientes iglesias evangélicas de origen pentecostal, especialmente en las periferias.[65]
134. Todo esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué estructura parroquial puede responder mejor al mundo urbano, donde el anonimato, el influjo de los medios de comunicación y la evidente desigualdad social reinan de manera suprema? ¿Qué clase de educación pueden promover las instituciones católicas a nivel formal e informal?
Sugerencias
135.Sería conveniente:
a. Promover una pastoral específica de los indígenas que viven en la ciudad en la cual sean ellos mismos protagonistas.
b. Promover la integración de los indígenas en las diferentes actividades pastorales de la parroquia con seguimiento y formación, valorando cada día más su aporte.
c. Proyectar una estrategia de trabajo pastoral común en las ciudades.[66]
d. Repensar las estructuras eclesiales superando las formas culturales desactualizadas que hemos adquirido a lo largo de los siglos.[67]
e. Promover espacios de formación integral.[68]
f. Concientizar acerca de la importancia vital de la inserción de la ciudad en el territorio y del aprecio de la foresta y de sus habitantes. Promover los cambios necesarios en las estructuras sociales y económicas para que el desarrollo de la ciudad no sea una amenaza.
g. Sensibilizar a la comunidad sobre las luchas sociales, apoyando a los distintos movimientos sociales para promover una ciudadanía ecológica y defender los derechos humanos.[69]
h. Impulsar una iglesia misionera y evangelizadora, visitando y escuchando la realidad presente en los nuevos barrios.
i. Actualizar la opción por los jóvenes[70], procurando una pastoral donde ellos mismos sean protagonistas.[71]
j. Hacerse presente en los medios de comunicación para evangelizar y promover las culturas originarias.[72]
Capítulo VI
diálogo ecuménico e interreligioso
“Intentemos ahora delinear grandes caminos de diálogo que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo” (LS 163)
136. El diálogo ecuménico se realiza entre personas que comparten la fe en Jesucristo como Hijo de Dios y Salvador, y a partir de las Sagradas Escrituras procuran dar un testimonio común. El diálogo interreligioso se lleva a cabo entre creyentes que comparten sus vidas, sus luchas, sus preocupaciones y sus experiencias de Dios, haciendo de sus diferencias un estímulo para crecer y profundizar la propia fe.
137. Algunos grupos propagan una teología de la prosperidad y del bienestar en base a una lectura propia de la Biblia.Hay tendencias fatalistas que buscan inquietar, y con una visión negativa del mundo ofrecen un puente de salvación segura. Unos por la vía del miedo y otros por la búsqueda del éxito, impactan negativamente en grupos amazónicos.
138. Sin embargo, otros grupos están presentes en medio de la selva amazónica junto a los más pobres realizando una labor de evangelización y de educación; son muy atrayentes para los pueblos a pesar de no valorar positivamente sus culturas. Su presencia ha permitido que ellos enseñen y divulguen la Biblia traducida a las lenguas originarias. En gran parte estos movimientos se han extendido por la falta de la presencia de ministros católicos. Sus pastores han formado pequeñas comunidades con rostro humano, donde la gente se siente valorada personalmente. Otro factor positivo es la presencia local, cercana y concreta de los pastores que visitan, acompañan, consuelan, conocen y oran por las necesidades concretas de las familias. Son personas como las demás, fáciles de encontrar, que viven los mismos problemas y se vuelven “más cercanas” y menos “diferentes” al resto de la comunidad. Ellos nos están mostrando otro modo de ser iglesia donde el pueblo se siente protagonista y donde los fieles pueden expresarse libremente sin censura ni dogmatismos o disciplinas rituales.
Sugerencias
139. Sería oportuno:
a. Buscar elementos comunes a través de encuentros periódicos para trabajar juntos por el cuidado de la Casa Común, y para luchar de modo mancomunado por el bien común frente a las agresiones externas.
b. Plantearse qué aspectos de ser iglesia nos enseñan y cuáles necesitan ser incorporados en los nuevos caminos de la Iglesia amazónica.
c. Incentivar la traducción de la Biblia a las lenguas originales de la Amazonía.
d. Promover encuentros con teólogos cristianos evangélicos.
Capítulo VII
Misión de los medios de comunicación
“La Iglesia dará mayor importancia a los medios de comunicación social y los empleará para la Evangelización” (DP 158)
Medios, ideologías y culturas
140. Uno de los grandes desafíos de la Iglesia es pensar de qué modo ubicarse en este mundo interconectado. Los medios de comunicación social masiva transmiten patrones de conducta, estilos de vida, valores, mentalidades que influyen vehiculando una cultura que tiende a imponerse y uniformar nuestro mundo interconectado. Es el problema de la seducción ideológica de la mentalidad consumista, que afecta sobre todo a la juventud. En muchos casos, los jóvenes son llevados a no valorar - e incluso rechazar - su propia cultura y sus tradiciones, aceptando de manera acrítica el modelo cultural imperante. Esto provoca el desarraigo y la pérdida de identidad.
Medios de la Iglesia
141.La Iglesia cuenta con una infraestructura de medios, sobre todo de emisoras radiales las cuales son el medio de comunicación principal. Los medios pueden ser un instrumento muy importante para trasmitir el estilo de vida evangélico, sus valores y sus criterios. También son espacios para informar lo que ocurre en la Amazonía sobre todo respecto a las consecuencias de un estilo de vida que destruye, y que los medios en manos de grandes corporaciones ocultan. Ya existen algunos centros de comunicación social gestados por los mismos indígenas que experimentan la alegría de poder expresar sus propias palabras, su propia voz no sólo a sus mismas comunidades, sino también hacia fuera. El mundo indígena muestra valores que el mundo moderno no tiene. Por eso es importante que el empoderamiento de los medios de comunicación llegue a los mismos nativos. Su contribución puede tener resonancia y ayudar a la conversión ecológica de la Iglesia y del planeta. Se trata de que la realidad amazónica salga de la Amazonía y tenga repercusión planetaria.
Sugerencias (cf. DAp. 486)
142.Se sugiere:
a. La formación integral de comunicadores autóctonos especialmente indígenas para fortalecer las narrativas propias del territorio.
b. La presencia de agentes pastorales en medios de comunicación masiva.
c. La constitución, promoción y fortalecimiento de nuevas emisoras de radio y TV con contenidos apropiados a la realidad amazónica.
d. La presencia de la Iglesia en Internet y demás redes de comunicación para dar a conocer la realidad amazónica al mundo.
e. La articulación de los diversos medios de comunicación en manos de la Iglesia y de los que trabajan en otros medios, en un plan pastoral específico.
f. Generar y difundir contenidos sobre la relevancia de la Amazonía, sus pueblos y culturas para el mundo, a ser promovidos en las estructuras y canales de la Iglesia universal.
Capítulo VIII
El rol profético de la Iglesia y la promoción humana integral
“Desde el corazón del evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora” (EG 178)
Iglesia en salida
143. La Iglesia tiene la misión de evangelizar, la cual implica al mismo tiempo comprometerse para promover el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas. En efecto, cuando estos pueblos se reúnen hablan de espiritualidad, así como también de lo que a ellos les sucede y de sus problemas sociales. La Iglesia no puede dejar de preocuparse por la salvación integral de la persona humana, que comporta favorecer la cultura de los pueblos indígenas, hablar de sus exigencias vitales, acompañar los movimientos y reunir fuerzas para luchar por sus derechos.
Iglesia en escucha
144. En la voz de los pobres está el Espíritu; por eso la Iglesia debe escucharlos, son lugar teológico. Al escuchar el dolor, el silencio se hace necesidad para poder escuchar la voz del Espíritu de Dios. La voz profética implica una nueva mirada contemplativa capaz de misericordia y compromiso. Como parte del pueblo amazónico la Iglesia recrea su profecía, desde la tradición indígena y cristiana. Pero también significa ver con conciencia crítica una serie de conductas y realidades de los pueblos indígenas que van contra el Evangelio. El mundo amazónico le pide a la Iglesia que sea su aliada.
Iglesia y poder
145. Ser Iglesia en la Amazonía de modo realista significa plantear proféticamente el problema del poder, porque en esta región la gente no tiene posibilidad de hacer valer sus derechos frente a grandes corporaciones económicas e instituciones políticas. Hoy en día, cuestionar el poder en la defensa del territorio y de los derechos humanos es arriesgar la vida, abriendo un camino de cruz y martirio. El número de mártires en la Amazonía es alarmante (Ej. sólo en Brasil entre 2003 y 2017 se registraron 1.119 indígenas asesinados por defender sus territorios).[73] La Iglesia no puede ser indiferente, por el contrario ha de apoyar a la protección de las/los defensores de derechos humanos, y hacer memoria de sus mártires, entre ellas mujeres líderes como la Hna Dorothy Stang.
Sugerencias
146. Como comunidad solidaria a nivel mundial, la Iglesia reacciona responsablemente ante la situación global de injusticia, pobreza, desigualdad, violencia y exclusión en la Amazonía. El presupuesto fundamental es el reconocimiento de relaciones injustas. Por ello es necesario:
a. Asumir la denuncia contra modelos extractivistas que dañan el territorio y violan los derechos de las comunidades. Levantar la voz frente a proyectos que afectan al medio ambiente y promueven la muerte.
b. Aliarse a los movimientos sociales de base, para anunciar proféticamente una agenda de justicia agraria que promueva una reforma agraria profunda, apoyando la agricultura orgánica y agro-forestal. Asumir la causa de la agroecología incorporándola en sus procesos formativos en vistas a una concientización mayor de las mismas poblaciones indígenas.[74]
c. Promover la formación, defensa y exigibilidad de los derechos humanos de los pueblos de la Amazonía, de las otras poblaciones y de la naturaleza. Defender a las minorías y a los más vulnerables.
d. Escuchar el grito de la ‘Madre Tierra’ agredida y gravemente herida por el modelo económico de desarrollo depredador y ecocida, que mata y saquea, destruye y despeja, expulsa y descarta, pensado e impuesto desde fuera y al servicio de poderosos intereses externos.
e. Promover la dignidad e igualdad de la mujer en la esfera pública, privada y eclesial, asegurando cauces de participación, combatiendo la violencia física, doméstica y psicológica, el femicido, el aborto, la explotación sexual y la trata, comprometiéndose a luchar para garantizar sus derechos y para superar cualquier clase de estereotipo.
f. Promover una nueva conciencia ecológica, que nos lleve a cambiar nuestros hábitos de consumo, a impulsar el uso de energías renovables, evitando materiales dañinos e implementando otros itinerarios de acción conforme a la Encíclica Laudato sì.[75] Promover alianzas para combatir la deforestación e impulsar la reforestación.
g. Asumir sin miedo la implementación de la opción preferencial por los pobres en la lucha de los pueblos indígenas, comunidades tradicionales, migrantes y jóvenes para configurar la fisionomía de la Iglesia amazónica.
h. Crear redes de colaboración en los espacios de incidencia regional, global e internacional, en los que la Iglesia participa orgánicamente para que los propios pueblos puedan expresar sus denuncias a la vulneración de sus derechos humanos.
CONCLUSIÓN
147. En este largo recorrido del Instrumentum Laboris, se ha escuchado la voz de la Amazonía a la luz de la fe (I Parte) y se ha intentado responder al clamor del pueblo y del territorio amazónico por una ecología integral (II Parte) y por los nuevos caminos para una profética en la Amazonía (III Parte). Estas voces amazónicas interpelan a dar una nueva respuesta a las diversas situaciones y a buscar nuevos caminos que posibilitan un kairós para la Iglesia y el mundo. Concluimos bajo el amparo de María, venerada con diversas advocaciones en toda la Amazonía. Esperamos que este Sínodo sea una expresión concreta de la sinodalidad de una Iglesia en salida, para que la vida plena que Jesús vino a traer al mundo (cf. Jn 10,10) llegue a todos, especialmente a los pobres.
*.*.*
SIGLAS
AG Decreto Ad Gentes: Sobre la Actividad Misionera de la Iglesia, Pablo VI, Concilio Vaticano II, 1965.
AL Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, Francisco, 2016.
CIMI Consejo Indigenista Misionero, CNBB, Brasil.
CNBB Conferencia de los Obispos del Brasil.
CV Encíclica Caritas in veritate, Benedicto XVI, 2009.
DAp. Documento de la V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE (CELAM), Aparecida, Brasil, 2007.
DM Documento de la II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE (CELAM), Medellín, Colombia, 1968.
Doc. Bolivia Doc. Bolivia: Informe país: consulta pre-sinodal. Bolivia 2019.
Doc. Eje de Fronteras Doc. Eje de Fronteras (2019). Preparação ao SINODO para a Amazônia. Tabatinga, Brasil, 11 a 13 de fevereiro de 2019
Doc. Manaos Documento da Assembleia dos Regionais Norte 1 e 2 da CNBB, “A Igreja e faz carne e arma sua tenda na Amazônia”, Manaus, 1997, en: CONFERÊNCIA NACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL, Desafio missionário. Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, 2014, pág. 67-84.
Doc. Preparatorio Documento Preparatorio del Sínodo para la Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral, Secretaría General del Sínodo de los Obispos, 2018.
Doc. Venezuela Doc.Venezuela. CEV. Respuestas asambleas (2019).
DP Documento de la III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE (CELAM), Puebla, México, 1979.
DSD Documento de la IV CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE (CELAM), Santo Domingo, República Dominicana, 1992.
DV Constitución dogmática Dei Verbum (sobre la divina revelación). Concilio Vaticano II, 1965.
EC Constitución Apostólica Episcopalis Communio, Francisco, 2018.
EG Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, Francisco 2013.
Fr.PM Discurso del Santo Padre Francisco con motivo del “Encuentro con los Pueblos de la Amazonía”. Coliseo Madre de Dios (Puerto Maldonado), 19 de enero de 2018.
IBGE Instituto Brasiliero de Geografia e Estatistica
LS Carta Encíclica Laudato Si’: sobre el cuidado de la casa común, Francisco, 2015.
NMI Carta Apostólica Novo Millenio Ineunte, Juan Pablo II, 2001.
OA Carta Apostólica Octogesima Adveniens, Pablo VI, 1971.
PIAV Pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
RM Carta Encíclica Redemptoris Missio, Juan Pablo II, 1990.
RP Exhortación Apostólica Post-sinodal Reconciliatio et paenitentia, Juan Pablo II, 1984.
SC Constitución Sacrosanctum Concilium (sobre la sagrada liturgia), Concilio Vaticano II, 1963.
Sint. REPAM AAVV., “Sistematización de aportes esenciales desde las voces de los actores territoriales” en REPAM, Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para la Ecología Integral. Síntesis general de la red eclesial Panamazónica –REPAM- Asambleas Territoriales, Foros Temáticos, Contribuciones especiales y escuchas sobre el sínodo, Secretaría Ejecutiva de la REPAM, Quito 2019.
SRS Carta Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, Juan Pablo II, 1987.
VG Constitución Apostólica Veritatis Gaudium sobre las Universidades y Facultades Eclesiásticas, Francisco, 2017.
__________________________
[1] Al margen de este proceso oficial, se han celebrado numerosos seminarios en Washington D.C., Roma y Bogotá, con expertos en distintas áreas y con representantes de pueblos amazónicos, para reflexionar sobre las cuestiones aquí analizadas.
[2] Doc. Eje de Fronteras, pág. 3.
[3] Cf. Nobre, C. A., Sampaio, G., Borma, L. S., Castilla-Rubio, J. C., Silva, J. S., Cardoso, M., et al. (2016). “The Fate of the Amazon Forests: land-use and climate change risks and the need of a novel sustainable development paradigm”. Proceedings of the National Academy of Sciences U.S.A., 113(39),September 2016.
[4] En sus lenguas se encuentra en diferentes expresiones, como Sumak Kawsay en quechua, o Suma Qamaña en aymara, o Teko Porã en guaraní. En la filosofía africana, la palabra ubuntu significa algo comparable al sumak kawsay quechua: generosidad, solidaridad, compasión con los necesitados, y el deseo sincero de felicidad y armonía entre todos.
[5] Cf. “El grito del sumak kawsay en la Amazonia”, Declaración de los pueblos y nacionalidades indígenas de las regiones de meso América, Andina Caribe, Cono Sur y Amazonía, reunidos en la ciudad de Pujili-Cotopaxi con el objetivo de profundizar el verdadero sentido del sumak kawsay, en: home-page del Vicariato de Aguarico; Acosta, Alberto (2008). El Buen Vivir, una oportunidad por construir, Ecuador Debate: Quito; cf. “Sumak Kawsa, Suma Qamaña, Teko Porã. O Bem-Viver” (Ano X, n. 340, del 23.08.2010), en: IHUOnlineEdicao 340.pdf
[6] Doc. Diócesis de San José del Guaviare y Arquidiócesis de Villavicencio y Granada (Colombia, Frontera Brasil, Colombia y Perú.
[7] Doc. Bolivia, pág. 36.
[8] Doc. Venezuela, pág. 1.
[9] IPBES, Nature’s Dangerous Decline ‘Unpredented’ Species Extintion Rates ‘Accelerating’.
[10] Cf. Parte II, Cap.III: Migración.
[11] Doc. Eje Fronteras, pág. 1.
[12] Documento da Assembleia dos Regionais Norte 1 e 2 da CNBB, “A Igreja e faz carne e arma sua tenda na Amazônia”, Manaus, 1997, en: CONFERÊNCIANACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL, Desafio missionário. Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, 2014, pág. 67-84.
[13] Los Documento de Santarém (1972) y Manaos (1997) se encuentran en: CNBB (2014). Desafio missionário. Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, pp. 9-28 y 67-84.
[14] Cf. LS 163 y Doc. Preparatorio, n. 13.
[15] Papa Francisco, Discurso con motivo del II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 9 de julio de 2015. Cf. Parte II, cap. I: Destrucción extractivista, p.41, n. 113.
[16] Cf. ST II-II, Q 158, Art 1.
[17] Cf. Sint. REPAM, pág 135.
[18] Se refiere a la transformación de la selva en una sabana.
[19] Cf. Sint. REPAM – Brasil, pág 120.
[20] Cf. Sint. REPAM, pag 43.
[21] Cf. Sint. REPAM, pag 86.
[22] Cf. Sint. REPAM, Antonio, Brasil, pag 57.
[23] Cf. Parte II, Cap. II. (PIAV)
[24] Organización Internacional del Trabajo (OIT), 1989. Convenio 169: Sobre Pueblos Indígenas y Tribales, art. 7.
[25] Algunos migran a las ciudades para comercializar productos de primera necesidad u obtener algún trabajo temporal en busca de dinero para sustentar a sus familias (Ej. migración pendular interna peruana para trabajar con las madereras).
[26] La práctica de la trashumancia tiene su base en dos fenómenos naturales inter-relacionados: las diferencias en producción primaria provocadas por las estaciones y la migración animal. La trashumancia humana se vincula entonces, a la ecología integral: necesidad humana de producir, y a la situación ecológica que provoca la migración de algunos grupos humanos.
[27] Francisco, Encuentro con la población Instituto Jorge Basadre Grohmann (Puerto Maldonado, 19 enero 2018).
[28] Cf. Parte I, Cap. I, punto 14; Parte II, Cap. I, punto 48.
[29] Discípulos Missionários na Amazônia, 2007. Documento do IX Encontro de Bispos da Amazônia, Manaus (2007). En: CNBB (2014), Desafio missionário: Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, pp. 161-216 (269).
[30] Cf. Sínt. REPAM, pág.124.
[31] Cf. Doc. Venezuela, Resumen Final, pág. 4.
[32] Discurso del Santo Padre Francisco a los Participantes en el Foro Internacional sobre “Migraciones y Paz” (21 de febrero de 2017).
[33] Cf. Parte II, cap. III: Migración.
[34] Cf. Documento Preparatorio, pag.6.
[35] Cf. Parte II, cap. V: Familia y comunidad.
[36] Cf. Parte II, cap. VII: La cuestión de la salud integral.
[37] Cf. Parte II, cap. VIII: Educación integral.
[38] Cf. Parte II, cap. VI: Corrupción.
[39] Sint. REPAM, pag 42.
[40] Cf. Sint. REPAM, pag 71, y Part II, Cap. VII: La cuestión de la salud integral.
[41] Sint. REPAM, pag.57.
[42] Cf. Sint. REPAM, pag 161.
[43] Cf. Sint. REPAM, pag 125.
[44] Cf. Sint. REPAM, pag 125.
[45] Benedicto XVI, Homilía en el solemne inicio del ministerio petrino (24 abril 2005).
[46] Francisco, Discurso al episcopado brasileño (27 de julio de 2013).
[47] Cf. San Justino, II Apologia, 7,3; 8,1; 13, 2-3; 13, 6; Ad Gentes 11; DP 401, 403.
[48] Cf. Magisterio latinoamericano en las Asambleas Generales; san Juan Pablo II en Sollicitudo Rei Socialis 42 y Centesimus anus 11.57; Benedicto XVI en el Discurso en la sesión inaugural de los trabajos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (2007); y Francisco en Evangelii Gaudium, 197-201.
[49] Cf. San Ireneo de León, Contra Herejes, V, praef; I, 6, 1; DP 400.
[50] Entre otros pueden citarse: Rodolfo Lunkenbein SDB y Simão Bororo (1976), Marçal de Souza Tupã-i (1983, Guaraní), Ezequiel Ramin (1985, Comboniano), Hna. Cleusa Carolina Rody (1985, misionera Agustina Recoleta), Josimo Moraes Tavavares (1986, sacerdote diocesano), Vicente Cañas SJ (1987), Mons. Alejandro Labaka y Hna. Inés Arango (1987, ambos capuchinos), Chico Mendes (1988, ecologista), Galdino Jesus dos Santos (1997, Pataxó Hã-Hã-Hãe), Ademir Federici (2001), Hna. Dorothy Mae Stang (2005, Hermana. de N. S. de Namur).
[51] Cf. EG 68-70, 116, 122, 126, 129.
[52] Concilio Limense, Ses. III, c.3.
[53] Cf. Documento Preparatorio, 4; Parte I, cap. IV: Diálogo.
[54] Sint. REPAM, pág. 58.
[55] Cf. Parte I, cap. III: Tiempo (Kairós), n. 30; Parte III, cap.I: Iglesia con rostro amazónico y misionero, nn. 106-107, 113.
[56] Cf. cf. San Justino, Apología II, 8; Ad Gentes, n. 11;
[57] Cf. Parte III, Cap I: Iglesia con rostro amazónico y misionero, n. 107.
[58] Cf. Parte III, Cap. VI: Misión de los medios de comunicación.
[59] Cf. Idem.
[60] Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia (2003), 1. Cap.II.
[61] Cf. Sint. REPAM, pág. 78.
[62] Cf. Parte II, cap. V: Familia y comunidad.
[63] Cf. Parte II, cap. III: Migración.
[64] Cf. Parte II, cap. IV: Urbanización.
[65] Cf. Parte III, cap. V: Diálogo ecuménico e interreligioso.
[66] Cf. Parte II, cap. IV: Urbanización.
[67] Cf. Parte III, cap. IV: La organización de las comunidades.
[68] Cf. Parte II, cap. VIII: Educación integral.
[69] Cf. Parte III, cap. VII: El rol profético de la Iglesia y la promoción humana integral.
[70] Cf. DP 1166-1205; Documento final de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional; Francisco, Exhortación apostólica post-sinodal Christus vivit (25 marzo 2019).
[71] Cf. Parte III, cap. IV: La organización de las comunidades.
[72] Cf. Parte III, cap. II: Desafíos de la inculturación e interculturalidad.
[73] Cf. CIMI, “Relatório de violência contra os Povos Indígenas no Brasil”.
[74] Ver Sint. REPAM, pág. 142, 146.
[75] Cf. Parte II, Cap. IX: La conversión ecológica.
[01081-ES.01] [Texto original: Español]
Traduzione in lingua italiana
AMAZZONIA:
NUOVI CAMMINI PER LA CHIESA E PER UNA ECOLOGIA INTEGRALE
INSTRUMENTUM LABORIS
INDICE
INTRODUZIONE
PARTE I:
LA VOCE DELL’AMAZZONIA
Capitolo I: Vita
Amazzonia, fonte di vita
Vita in abbondanza
Il “buon vivere”
Vita minacciata
Difendere la vita, combattere lo sfruttamento
Grido per la vita
Capitolo II: Territorio
Territorio, vita e rivelazione di Dio
Un territorio dove tutto è connesso
La bellezza e la minaccia del territorio
Territorio di speranza e del “buon vivere”
Capitolo III: Tempo (Kairós)
Tempo di grazia
Tempo di inculturazione e interculturalità
Tempo di sfide serie e urgenti
Tempo di speranza
Capitolo IV: Dialogo
Nuovi cammini di dialogo
Dialogo e missione
Dialogo con i popoli amazzonici
Dialogo e apprendimento
Dialogo e resistenza
Conclusione
PARTE II:
ECOLOGIA INTEGRALE: IL GRIDO DELLA TERRA E DEI POVERI
Capitolo I: Distruzione Estrattivista
Il grido amazzonico
Ecologia integrale
Ecologia integrale in Amazzonia
No alla distruzione dell’Amazzonia
Suggerimenti
Capitolo II: Popoli Indigeni in Isolamento Volontario (PIAV): minacce e protezione
Popoli nelle periferie
Popoli vulnerabili
Suggerimenti
Capitolo III: Migrazione
Popoli amazzonici in uscita
Cause della migrazione
Conseguenze della migrazione
Suggerimenti
Capitolo IV: Urbanizzazione
Urbanizzazione dell’Amazzonia
Cultura urbana
Sfide urbane
Suggerimenti
Capitolo V: Famiglia e comunità
Le famiglie amazzoniche
Cambiamenti sociali e vulnerabilità familiare
Suggerimenti
Capitolo VI: Corruzione
Corruzione in Amazzonia
Piaga morale strutturale
Suggerimenti
Capitolo VII: La questione della Salute Integrale
Salute in Amazzonia
Valorizzazione e approfondimento delle medicine tradizionali
Suggerimenti
Capitolo VIII: Educazione Integrale
Una Chiesa sinodale: discepola e maestra
Educazione come incontro
Educazione ad una ecologia integrale
Suggerimenti
Capitolo IX: La conversione ecologica
Cristo ci chiama alla conversione (cf. Mc 1,15)
Conversione integrale
Conversione ecclesiale in Amazzonia
Suggerimenti
PARTE III:
CHIESA PROFETICA IN AMAZZONIA: SFIDE E SPERANZE
Capitolo I: Chiesa dal volto amazzonico e missionario
Un volto ricco di espressioni
Un volto locale di dimensione universale
Un volto di sfida dinanzi alle ingiustizie
Un volto inculturato e missionario
Capitolo II: Sfide dell’inculturazione e dell’interculturalità
In cammino verso una Chiesa dal volto amazzonico e indigeno
SuggerimentiL’evangelizzazione nelle culture
Suggerimenti
Capitolo III: La celebrazione della fede: una liturgia inculturata
Suggerimenti
Capitolo IV: L’organizzazione delle comunità
La cosmovisione degli indigeni
Distanze geografiche e pastorali
Suggerimenti
Capitolo V: L’evangelizzazione nelle città
Missione urbana
Sfide urbane
Suggerimenti
Capitolo VI: Dialogo ecumenico e interreligioso
Suggerimenti
Capitolo VII: Missione dei mezzi di comunicazione
Media, ideologie e culture
I media della Chiesa
Suggerimenti
Capitolo VIII: Il ruolo profetico della Chiesa e la promozione umana integrale
Chiesa in uscita
Chiesa in ascolto
Chiesa e potere
Suggerimenti
CONCLUSIONE
INTRODUZIONE
“Il Sinodo dei Vescovi deve sempre più diventare uno strumento privilegiato di ascolto del Popolo di Dio: «Dallo Spirito Santo per i Padri sinodali chiediamo, innanzitutto, il dono dell’ascolto: ascolto di Dio, fino a sentire con Lui il grido del Popolo; ascolto del Popolo, fino a respirarvi la volontà a cui Dio ci chiama»” (EC, 6)
1. Il 15 ottobre 2017, Papa Francesco ha annunciato la convocazione di un Sinodo Speciale per
l’Amazzonia, avviando un processo di ascolto sinodale che è iniziato nella stessa Regione Amazzonica con la sua visita a Puerto Maldonado (19/01/2018). L’Instrumentum Laboris è il frutto di questo lungo processo che comprende la stesura del Documento preparatorio per il Sinodo del giugno 2018 e un ampio sondaggio tra le comunità amazzoniche[1].
2. La Chiesa ha di nuovo oggi l’opportunità di stare in ascolto in questa zona in cui tanto è in gioco. Ascoltare implica riconoscere l’irruzione dell’Amazzonia come nuovo soggetto. Questo nuovo soggetto, che non è stato sufficientemente considerato nel contesto nazionale o mondiale né nella vita della Chiesa, è ora un interlocutore privilegiato.
3. Ma ascoltare non è facile. Da un lato, la sintesi delle risposte al questionario da parte delle Conferenze Episcopali e delle comunità risulterà sempre incompleta e insufficiente. Dall’altro, la tendenza ad omologare i contenuti e le proposte richiede un processo di conversione ecologica e pastorale per lasciarsi interrogare seriamente dalle periferie geografiche ed esistenziali (cf. EG 20). Questo processo deve continuare durante e dopo il Sinodo come elemento centrale della vita futura della Chiesa. L’Amazzonia chiede a gran voce una risposta concreta e riconciliatrice.
4. L’Instrumentum laboris si compone di tre parti: la prima, il vedere-ascoltare, è intitolata La voce dell’Amazzonia e ha lo scopo di presentare la realtà del territorio e dei suoi popoli. Nella seconda parte, Ecologia integrale: il grido della terra e dei poveri, si raccoglie la problematica ecologica e pastorale, e nella terza parte, Chiesa profetica in Amazzonia: sfide e speranze, la problematica ecclesiologica e pastorale.
5. In questo modo, l’ascolto dei popoli e della terra da parte di una Chiesa chiamata ad essere sempre più sinodale, inizia entrando in contatto con la realtà contrastante di un’Amazzonia piena di vita e di saggezza. Continua con il grido provocato dalla deforestazione e dalla distruzione estrattivista che esige una conversione ecologica integrale. E si conclude con l’incontro con le culture che ispirano nuovi cammini, sfide e speranze di una Chiesa che vuole essere samaritana e profetica attraverso la conversione pastorale. Seguendo la proposta della Rete Ecclesiale Panamazzonica (REPAM), il documento è strutturato sulla base delle tre conversioni a cui Papa Francesco ci invita: la conversione pastorale a cui ci chiama attraverso l’Esortazione Apostolica Evangelii gaudium (vedere-ascoltare); la conversione ecologica attraverso l’Enciclica Laudato si’ che orienta il cammino (giudicare-agire); e la conversione alla sinodalità ecclesiale attraverso la Costituzione Apostolica Episcopalis Communio che struttura il camminare insieme (giudicare-agire). Tutto questo in un processo dinamico di ascolto e discernimento dei nuovi cammini attraverso i quali la Chiesa in Amazzonia annuncerà il Vangelo di Gesù Cristo nei prossimi anni.
PARTE I
LA VOCE DELL’AMAZZONIA
“È bene che adesso siate voi stessi ad autodefinirvi e a mostrarci la vostra identità. Abbiamo bisogno di ascoltarvi” (Fr.PM)
6. L’evangelizzazione in America Latina è stata un dono della Provvidenza che chiama tutti alla salvezza in Cristo. Nonostante la colonizzazione militare, politica e culturale, e al di là dell’avidità e dell’ambizione dei colonizzatori, ci sono stati molti missionari che hanno dato la loro vita per trasmettere il Vangelo. Il senso missionario ha ispirato non solo la formazione di comunità cristiane, ma anche una legislazione come le Leggi delle Indie che proteggevano la dignità degli indigeni contro i soprusi ai loro popoli e territori. Tali abusi hanno causato ferite nelle comunità e offuscato il messaggio della Buona Novella; spesso l’annuncio di Cristo è stato fatto in connivenza con i poteri che sfruttavano le risorse e opprimevano le popolazioni.
7. Oggi la Chiesa ha l’opportunità storica di differenziarsi nettamente dalle nuove potenze colonizzatrici ascoltando i popoli amazzonici per poter esercitare in modo trasparente il suo ruolo profetico. La crisi socio-ambientale apre nuove opportunità per presentare Cristo in tutta la sua potenzialità liberatrice e umanizzante. Questo primo capitolo è strutturato intorno a quattro concetti chiave strettamente correlati: vita, territorio, tempo, dialogo, nei quali si incarna la Chiesa dal volto amazzonico e missionario.
Capitolo I
Vita
“Io sono venuto perché abbiano la vita e l’abbiano in abbondanza” (Gv 10,10)
Amazzonia, fonte di vita
8. Questo Sinodo ruota attorno alla vita: la vita del territorio amazzonico e dei suoi popoli, la vita della Chiesa, la vita del pianeta. Come si evince dalle consultazioni con le comunità amazzoniche, la vita in Amazzonia si identifica, tra le altre cose, con l’acqua. Il Rio delle Amazzoni è come un’arteria del continente e del mondo, scorre come vene della flora e della fauna del territorio, come sorgente dei suoi popoli, delle sue culture e delle sue espressioni spirituali. Come nell’Eden (cf. Gen 2,6), l’acqua è fonte di vita, ma anche connessione tra le sue diverse manifestazioni di vita, nella quale tutto è connesso (cf. LS, 16, 91, 117, 138, 240). “Il fiume non ci separa, ci unisce, ci aiuta a vivere insieme tra culture e lingue diverse”.[2]
9. Il bacino del Rio delle Amazzoni e le foreste tropicali che lo circondano nutrono i suoli e regolano, attraverso il riciclo dell’umidità, i cicli dell’acqua, dell’energia e del carbonio a livello planetario. Solo il Rio delle Amazzoni getta ogni anno il 15% di acqua dolce totale del pianeta nell’Oceano Atlantico.[3] Ecco perché l’Amazzonia è essenziale per la distribuzione delle piogge in altre regioni remote del Sud America e contribuisce ai grandi movimenti dell’aria in tutto il pianeta. Nutre anche la natura, la vita e le culture di migliaia di comunità indigene, contadini, afro-discendenti, popolazioni che vivono sulle rive dei fiumi e delle città. Ma va notato che, secondo esperti internazionali, l’Amazzonia è la seconda area più vulnerabile del pianeta, dopo l’Artico, in relazione ai cambiamenti climatici di origine antropica.
10. Il territorio dell’Amazzonia comprende parte di Brasile, Bolivia, Perù, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname e Guyana francese in un’area di 7,8 milioni di kmq, nel cuore del Sud America. Le foreste amazzoniche coprono circa 5,3 milioni di kmq, che rappresentano il 40% della superficie globale delle foreste tropicali. Questo è solo il 3,6% della superficie delle terre emerse della terra, che occupano circa 149 milioni di chilometri quadrati, ovvero circa il 30% della superficie del nostro pianeta. Il territorio amazzonico contiene una delle biosfere geologicamente più ricche e complesse del pianeta. La sovrabbondanza naturale di acqua, calore e umidità fa sì che gli ecosistemi dell’Amazzonia ospitino dal 10 al 15% circa della biodiversità terrestre ed immagazzinino tra i 150 e i 200 miliardi di tonnellate di carbonio ogni anno.
Vita in abbondanza
11. Gesù offre una vita in abbondanza (cf. Gv 10,10), una vita piena di Dio, vita salvifica (zōē), che inizia nella creazione e si manifesta già nel suo grado più elementare della vita (bios). In Amazzonia, essa si riflette nella sua ricchezza di biodiversità e culture. Ovvero, una vita piena e integra, una vita che canta, un canto alla vita, come il canto dei fiumi. È una vita che danza e che rappresenta la divinità e il nostro rapporto con essa. “Il nostro servizio pastorale”, come hanno affermato i Vescovi ad Aparecida, è un servizio “alla vita piena dei popoli indigeni [che] esige di annunciare Gesù Cristo e la Buona Novella del Regno di Dio, di denunciare le situazioni di peccato, le strutture di morte, la violenza e le ingiustizie interne ed esterne, di favorire il dialogo interculturale, interreligioso ed ecumenico.” (DAp. 95). Alla luce di Gesù Cristo il Vivente (cf. Ap 1,18), pienezza della rivelazione (cf. DV 2), discerniamo tale annuncio e denuncia.
Il “buon vivere”
12. La ricerca della vita in abbondanza da parte dei popoli indigeni amazzonici si concretizza in quello che essi chiamano il “buon vivere”.[4] Si tratta di vivere in “armonia con sé stessi, con la natura, con gli esseri umani e con l’essere supremo, perché esiste un’intercomunicazione tra tutto il cosmo, dove non esiste chi esclude né chi è escluso, e che tra tutti si possa forgiare un progetto di vita piena”.[5]
13. Tale comprensione della vita è caratterizzata dalla connessione e dall’armonia dei rapporti tra l’acqua, il territorio e la natura, la vita comunitaria e la cultura, Dio e le varie forze spirituali. Per loro, “buon vivere” significa comprendere la centralità del carattere relazionale-trascendente degli esseri umani e del creato, e presuppone il “fare bene”. Le dimensioni materiali e spirituali non possono essere separate. Questa modalità integrale si esprime nel proprio modo di organizzarsi, che parte dalla famiglia e dalla comunità e abbraccia un uso responsabile di tutti i beni del creato. Alcuni di loro parlano del camminare verso la "terra senza mali" o alla ricerca della “collina santa”, immagini che riflettono il movimento e la nozione comunitaria dell’esistenza.
Vita minacciata
14. Ma la vita in Amazzonia è minacciata dalla distruzione e dallo sfruttamento ambientale, dalla sistematica violazione dei diritti umani fondamentali della popolazione amazzonica. In particolare, la violazione dei diritti dei popoli originari, come il diritto al territorio, all’autodeterminazione, alla delimitazione dei territori, alla consultazione e al consenso previo. Secondo le comunità che hanno partecipato a questo ascolto sinodale, la minaccia alla vita deriva da interessi economici e politici dei settori dominanti della società odierna, in particolare delle compagnie estrattive, spesso in connivenza, o con la permissività dei governi locali e nazionali e delle autorità tradizionali (degli stessi indigeni). Come afferma Papa Francesco, coloro che perseguono tali interessi sembrano essere disconnessi o indifferenti alle grida dei poveri e della terra (cf. LS 49, 91).
15. Come emerge dalle numerose consultazioni condotte in molte delle regioni amazzoniche, le comunità ritengono che la vita in Amazzonia sia minacciata soprattutto da: a) la criminalizzazione e l’assassinio di leader e difensori del territorio; (b) l’appropriazione e la privatizzazione di beni naturali, come l’acqua stessa; (c) le concessioni a imprese di disboscamento legali e l’ingresso di imprese di disboscamento illegali; (d) caccia e pesca predatorie, soprattutto nei fiumi; (e) megaprogetti: idroelettrici, concessioni forestali, disboscamento per produrre monocolture, strade e ferrovie, progetti minerari e petroliferi; (f) inquinamento provocato dall’intera industria estrattiva che crea problemi e malattie, in particolare ai bambini/e e ai giovani; (g) il narcotraffico; (h) i conseguenti problemi sociali associati a tali minacce come l’alcolismo, la violenza contro la donna, il lavoro sessuale, il traffico di esseri umani, la perdita della loro cultura originaria e della loro identità (lingua, pratiche spirituali e costumi), e l’intera condizione di povertà a cui sono condannati i popoli dell’Amazzonia (cfr. Fr.PM).
16. Attualmente, i cambiamenti climatici e l’aumento degli interventi umani (deforestazione, incendi e cambiamenti nell’uso del suolo) stanno portando l’Amazzonia a un punto di non ritorno, con alti tassi di deforestazione, spostamenti forzati della popolazione e inquinamento, mettendo a rischio i suoi ecosistemi ed esercitando pressione sulle culture locali. Soglie di 4°C di riscaldamento o 40% di deforestazione sono "punti di svolta" del bioma amazzonico verso la desertificazione, il che significa una transizione verso un nuovo stato biologico generalmente irreversibile. Ed è preoccupante trovarsi oggi già tra il 15 e il 20% di deforestazione.
Difendere la vita, combattere lo sfruttamento
17. Le comunità consultate hanno anche sottolineato il legame tra la minaccia alla vita biologica e quella alla vita spirituale, cioè una minaccia integrale. Gli impatti causati dalla distruzione multipla del bacino panamazzonico generano uno squilibrio del territorio locale e globale, nelle stagioni e nel clima. Ciò influenza, tra l’altro, la dinamica della fertilità e della riproduzione della fauna e della flora e, a sua volta, in tutte le comunità amazzoniche. Ad esempio, la distruzione e l’inquinamento naturale incidono sulla produzione, sull’accesso e sulla qualità degli alimenti. E in questo senso, per prendersi cura responsabile della vita e del “buon vivere”, è urgente affrontare tali minacce, aggressioni e indifferenze. La cura della vita si oppone alla cultura dello scarto, della menzogna, dello sfruttamento e dell’oppressione. Allo stesso tempo, implica l’opporsi ad una visione insaziabile di crescita illimitata, di idolatria del denaro, ad un mondo distaccato (dalle sue radici, dal suo ambiente), ad una cultura della morte. In breve, la difesa della vita implica la difesa del territorio, delle sue risorse o beni naturali, ma anche della vita e della cultura dei popoli, il rafforzamento della loro organizzazione, il pieno esercizio dei loro diritti e la possibilità di essere ascoltati. Con le parole degli stessi indigeni: “noi indigeni di Guaviare (Colombia) siamo-facciamo parte della natura perché siamo acqua, aria, terra e vita nell’ambiente creato da Dio. Pertanto, chiediamo che cessino i maltrattamenti e lo sterminio della ‘Madre Terra’. La terra possiede sangue e si sta dissanguando, le multinazionali hanno tagliato le vene della nostra ‘Madre Terra’. Vogliamo che il nostro grido indigeno sia ascoltato da tutto il mondo”.[6]
Grido per la vita
18. Minacce e aggressioni alla vita generano grida, sia dei popoli che della terra. Partendo da queste grida come luogo teologico (da dove pensare la fede), si possono iniziare cammini di conversione, di comunione e di dialogo, cammini dello Spirito, di abbondanza e del “buon vivere”. L’immagine della vita e del “buon vivere” come “cammino alla collina santa” implica una comunione con i co-pellegrini e con la natura nel suo insieme, cioè un cammino di integrazione con l’abbondanza della vita, con la storia e con il futuro. Questi nuovi cammini si rendono necessari perché le grandi distanze geografiche e la mega diversità culturale dell’Amazzonia sono realtà non ancora risolte in ambito pastorale. I nuovi cammini si basano “su relazioni interculturali dove la diversità non significa minaccia, non giustifica gerarchie di potere degli uni sugli altri, ma dialogo a partire da visioni culturali diverse, di celebrazione, di interrelazione e di rinascita della speranza” (DAp. 97).
Capitolo II
Territorio
“Togliti i sandali dai piedi, perché il luogo sul quale tu stai è suolo santo” (Es 3,5)
Territorio, vita e rivelazione di Dio
19. In Amazzonia la vita è inserita, collegata e integrata al territorio che, in quanto spazio fisico vitale e in grado di nutrire, è possibilità, sostentamento e limite della vita. Inoltre, possiamo dire che l’Amazzonia - o un altro spazio territoriale indigeno o comunitario - non è solo un ubi (uno spazio geografico), ma anche un quid, cioè un luogo di significato per la fede o l’esperienza di Dio nella storia. Il territorio è un luogo teologico da cui si vive la fede ed è anche una fonte peculiare della rivelazione di Dio. Questi spazi sono luoghi epifanici dove si manifesta la riserva di vita e di saggezza per il pianeta, una vita e una saggezza che parlano di Dio. In Amazzonia si manifestano le “carezze di Dio” che si incarna nella storia (cf. LS 84).
Un territorio dove tutto è connesso
20. Uno sguardo contemplativo, attento e rispettoso sui fratelli e sulle sorelle, ma anche sulla natura - sul fratello albero, sul fratello fiore, sui fratelli uccelli, sui fratelli pesci, fino alle piccole sorelline, come le formiche, le larve, i funghi o gli insetti (cf. LS 233) - permette alle comunità amazzoniche di scoprire come tutto è connesso, di valorizzare ogni creatura, di vedere il mistero della bellezza di Dio che si rivela in tutte loro (cf. LS 84, 88) e di vivere insieme amichevolmente.
21. Nel territorio amazzonico non ci sono parti che possano sussistere da sole e solo esternamente collegate, ma piuttosto dimensioni che esistono costitutivamente in relazione, formando un tutto vitale. Il territorio amazzonico offra quindi un insegnamento vitale per una comprensione integrale dei nostri rapporti con gli altri, con la natura e con Dio, come propone Papa Francesco (cf. LS 66).
La bellezza e la minaccia del territorio
22. Quando contempliamo la bellezza del territorio amazzonico scopriamo il capolavoro della creazione del Dio della Vita. I suoi infiniti orizzonti di illimitata bellezza sono un canto, un inno al Creatore. “Sei tanto grande, Signore, mio Dio! Sei rivestito di maestà e di splendore, avvolto di luce come di un manto” (Sal 104(3),1-2). La sua espressione molteplice di vita è un mosaico di Dio che ci consegna una “gratuita eredità che riceviamo per proteggere […] lo spazio prezioso della convivenza umana” e la responsabilità condivisa “per il bene di tutti” (DAp. 471). Papa Francesco a Puerto Maldonado ci invita a difendere questa regione minacciata, a preservarla e restaurarla per il bene di tutti, ci dà speranza nelle nostre capacità di costruire il bene comune e la Casa Comune.
23. L’Amazzonia oggi è una bellezza ferita e deformata, un luogo di dolore e violenza, come sottolineano eloquentemente i rapporti delle Chiese locali: “La foresta non è una risorsa da sfruttare, è un essere o più esseri con cui relazionarsi”.[7] “Siamo feriti dalla distruzione della natura, dalla distruzione della foresta, della vita, dei nostri figli e delle generazioni future”.[8] La molteplice distruzione della vita umana e ambientale, le malattie e l’inquinamento di fiumi e terre, l’abbattimento e l’incendio di alberi, la massiccia perdita della biodiversità, la scomparsa delle specie (più di un milione degli otto milioni di animali e piante a rischio)[9], costituiscono una cruda realtà che chiama in causa tutti. La violenza, il caos e la corruzione dilagano. Il territorio è diventato uno spazio di scontri e di sterminio di popoli, culture e generazioni. C’è chi è costretto a lasciare la propria terra; molte volte cade nelle reti delle mafie, del narcotraffico e della tratta di esseri umani (soprattutto donne), del lavoro e della prostituzione minorile[10]. È una realtà tragica e complessa, che si colloca al di fuori della legge e del diritto. Il grido di dolore dell’Amazzonia è un’eco del grido del popolo schiavo in Egitto che Dio non abbandona: “Ho osservato la miseria del mio popolo in Egitto e ho udito il suo grido a causa dei suoi sovrintendenti: conosco le sue sofferenze. Sono sceso per liberarlo dal potere dell’Egitto” (Es. 3, 7-8).
Territorio di speranza e del “buon vivere”
24. L’Amazzonia è il luogo della proposta del “buon vivere”, della promessa e della speranza di nuovi cammini di vita. La vita in Amazzonia è integrata e unita al territorio, non c’è separazione o divisione tra le parti. Questa unità comprende tutta l’esistenza: il lavoro, il riposo, le relazioni umane, i riti e le celebrazioni. Tutto è condiviso, gli spazi privati - tipici della modernità - sono minimi. La vita è un cammino comunitario dove i compiti e le responsabilità sono divisi e condivisi in funzione del bene comune. Non c’è posto per l’idea di un individuo distaccato dalla comunità o dal suo territorio.
25. La vita delle comunità amazzoniche non ancora colpite dall’influenza della civiltà occidentale, si riflette nelle credenze e nei riti in merito all’agire degli spiriti, della divinità - chiamata in tantissimi modi - con e nel territorio, con e in relazione alla natura. Questa cosmovisione è raccolta nel ‘mantra’ di Francesco: “tutto è collegato” (LS 16, 91, 117, 138, 240).
26. L’integrazione della creazione, della vita considerata come una totalità che abbraccia tutta l’esistenza, è alla base della cultura tradizionale che si trasmette di generazione in generazione attraverso l’ascolto della saggezza ancestrale, riserva viva della spiritualità e della cultura indigena. Tale saggezza ispira cura e rispetto per la creazione, con una chiara consapevolezza dei suoi limiti, proibendone l’abuso. Abusare della natura significa abusare degli antenati, dei fratelli e delle sorelle, della creazione e del Creatore, ipotecando il futuro.
27. Tanto le cosmovisioni amazzoniche che quella cristiana sono in crisi a causa dell’imposizione del mercantilismo, della secolarizzazione, della cultura dello scarto e dell’idolatria del denaro (cf. EG 54-55). Questa crisi colpisce soprattutto i giovani e i contesti urbani che perdono le solide radici della tradizione.
Capitolo III
Tempo (Kairós)
“Al tempo della benevolenza ti ho risposto; nel giorno della salvezza ti ho aiutato”
(Is 49,8; 2 Cor 6, 2)
Tempo di grazia
28. L’Amazzonia sta vivendo un momento di grazia, un Kairós. Il Sinodo dell’Amazzonia è un segno dei tempi in cui lo Spirito Santo apre nuovi cammini che discerniamo attraverso un dialogo reciproco tra tutto il popolo di Dio. Il dialogo è iniziato qualche tempo fa, dai più poveri, dal basso verso l’alto, partendo dal presupposto che “ogni processo di costruzione è lento e difficile. Comprende la sfida di rompere il proprio spazio e aprirsi per lavorare insieme, per vivere la cultura dell’incontro, […] per costruire una chiesa sorella”.[11]
29. I popoli amazzonici originari hanno molto da insegnarci. Riconosciamo che per migliaia di anni si sono presi cura della loro terra, dell’acqua e della foresta, e sono riusciti a preservarli fino ad oggi, affinché l’umanità possa beneficiare della gioia dei doni gratuiti della creazione di Dio. I nuovi cammini di evangelizzazione devono essere costruiti in dialogo con queste sapienze ancestrali in cui si manifestano semi del Verbo.
Tempo di inculturazione e interculturalità
30. La Chiesa dell’Amazzonia ha segnato con significative esperienze la sua presenza in maniera originale, creativa e inculturata. Il suo programma di evangelizzazione non corrisponde ad una mera strategia di fronte ai richiami della realtà; è l’espressione di un cammino che risponde al Kairós che spinge il popolo di Dio ad accogliere il suo Regno in queste bio-socio-diversità. La Chiesa si è fatta carne montando la sua tenda - il suo “tapiri” – in Amazzonia.[12] Si conferma così un cammino che è cominciato con il Concilio Vaticano II per tutta la Chiesa, ha trovato il suo riconoscimento nel Magistero latinoamericano a partire da Medellín (1968) e si è concretizzato per l’Amazzonia a Santarém (1972).[13] Da allora la Chiesa continua a cercare di inculturare la Buona Novella dinanzi alle sfide del territorio e dei suoi popoli in un dialogo interculturale. La diversità originale offerta dalla regione amazzonica - biologica, religiosa e culturale - evoca una nuova Pentecoste.
Tempo di sfide serie e urgenti
31. Tanto l’accelerato fenomeno dell’urbanizzazione che l’espansione della frontiera agricola da parte delle aziende agricole e persino l’abuso di beni naturali da parte degli stessi popoli amazzonici si aggiungono ai gravi mali già citati. Lo sfruttamento della natura e dei popoli amazzonici (indigeni, meticci, lavoratori della gomma, coloro che vivono sulle rive dei fiumi e persino quelli che vivono nelle città) provoca una crisi di speranza.
32. I processi migratori degli ultimi anni hanno anche accentuato i cambiamenti religiosi e culturali della regione. Di fronte ai rapidi processi di trasformazione, la Chiesa ha cessato di essere l’unico punto di riferimento nel processo decisionale. Inoltre, la nuova vita in città non sempre rende possibili i sogni e le aspirazioni, ma spesso disorienta e apre spazi a messianismi transitori, disconnessi, alienanti e senza senso.
Tempo di speranza
33. In contrasto con questa realtà, il Sinodo dell’Amazzonia diventa così un segno di speranza per il popolo amazzonico e per tutta l’umanità. È una grande opportunità per la Chiesa di scoprire la presenza incarnata e attiva di Dio: nelle più diverse manifestazioni della creazione; nella spiritualità dei popoli originari; nelle espressioni della religiosità popolare; nelle diverse organizzazioni popolari che resistono ai grandi progetti; nella proposta di un’economia produttiva, sostenibile e solidale che rispetti la natura. Negli ultimi anni la missione della Chiesa si è svolta in alleanza con le aspirazioni e le lotte per la vita e il rispetto per la natura dei popoli amazzonici e delle loro stesse organizzazioni.
34. Attraverso la forza dello Spirito Santo, la Chiesa, identificata con questa storia di croce e di risurrezione, vuole imparare, dialogare e rispondere con speranza e gioia ai segni dei tempi insieme ai popoli dell’Amazzonia. Ci auguriamo che tale apprendimento, dialogo e corresponsabilità possano essere estesi anche a tutti gli angoli del pianeta che aspirano alla pienezza integrale della vita in tutti i sensi. Crediamo che questo Kairós dell’Amazzonia, come tempo di Dio, convochi e provochi, sia un tempo di grazia e liberazione, di memoria e di conversione, di sfide e di speranza.
Capitolo IV
Dialogo
“Avete occhi e non vedete, avete orecchi e non udite?” (Mc 8, 18)
Nuovi cammini di dialogo
35. Papa Francesco pone la necessità di un nuovo sguardo che apra cammini di dialogo che ci aiutino ad uscire dal cammino verso l’autodistruzione dell’attuale crisi socio-ambientale[14]. Riferendosi all’Amazzonia, il Papa considera imprescindibile realizzare “un dialogo interculturale in cui [i popoli indigeni siano] «i principali interlocutori, soprattutto nel momento in cui si procede con grandi progetti che interessano i [loro] spazi». Il riconoscimento e il dialogo saranno la via migliore per trasformare le antiche relazioni segnate dall’esclusione e dalla discriminazione” (Fr.PM). Questo dialogo locale in cui la Chiesa vuole essere coinvolta è al servizio della vita e del “futuro del pianeta” (LS 14).
Dialogo e missione
36. Essendo l’Amazzonia un mondo plurietnico, pluriculturale e plurireligioso (cf. DAp. 86), la comunicazione, e quindi l’evangelizzazione, richiede incontri e convivenze che favoriscano il dialogo. L’opposto del dialogo è la mancanza di ascolto e l’imposizione che ci impedisce di incontrarci, di comunicare e, quindi, di vivere insieme. Gesù era un uomo di dialogo e di incontro. Così lo vediamo “con la Samaritana, presso il pozzo, dove lei cercava di saziare la sua sete (cfr Gv 4,7-26)” (EG 72); “non appena terminato il suo dialogo con Gesù”, la samaritana tornò al suo villaggio, “divenne missionaria, e molti samaritani credettero in Gesù «per la parola della donna» (Gv 4,39)” (EG 120). Seppe dialogare e amare al di là della particolarità della sua eredità religiosa samaritana. L’evangelizzazione si realizza così nella vita ordinaria di Samaria, in Amazzonia, in tutto il mondo. Il dialogo è una comunicazione gioiosa “tra coloro che si vogliono bene” (EG 142).
37. Fin dalla sua incarnazione, l’incontro con Gesù Cristo si è sempre svolto nell’orizzonte di un dialogo cordiale, storico ed escatologico. Ciò avviene nei diversi scenari del mondo pluralista e intrecciato dell’Amazzonia. Comprende le relazioni politiche con gli Stati, le relazioni sociali con le comunità, le relazioni culturali con i diversi modi di vivere e le relazioni ecologiche con la natura e con sé stessi. Il dialogo cerca lo scambio, il consenso e la comunicazione, gli accordi e le alleanze, ma senza perdere la questione fondamentale, cioè, la “preoccupazione per una società giusta, capace di memoria e senza esclusioni” (EG 239). Per questo motivo, il dialogo ha sempre un’opzione preferenziale per i poveri, gli emarginati e gli esclusi. Le cause della giustizia e dell’alterità sono cause del Regno di Dio. Non difendiamo "un progetto di pochi indirizzato a pochi, o di una minoranza illuminata" (EG 239). Nel dialogo si intrecciano "un accordo per vivere insieme, un patto sociale e culturale" (EG 239). Per questo patto, l’Amazzonia rappresenta una pars pro toto, un paradigma, una speranza per il mondo. Il dialogo è il metodo che va sempre applicato per ottenere una buona vita per tutti. Le grandi questioni dell’umanità che emergono in Amazzonia non troveranno soluzioni attraverso la violenza o l’imposizione, ma attraverso il dialogo e la comunicazione.
Dialogo con i popoli amazzonici
38. Sono i popoli dell’Amazzonia, soprattutto i poveri e i culturalmente diversi, i principali interlocutori e protagonisti del dialogo. Ci mettono di fronte alla memoria del passato e alle ferite provocate durante lunghi periodi di colonizzazione. Per questo Papa Francesco ha chiesto “umilmente perdono, non solo per le offese della propria Chiesa, ma per i crimini contro le popolazioni indigene durante la cosiddetta conquista dell’America”.[15] In questo passato la Chiesa è stata a volte complice dei colonizzatori e ciò ha soffocato la voce profetica del Vangelo. Molti degli ostacoli ad un’evangelizzazione dialogica e aperta all’alterità culturale sono di carattere storico e si nascondono dietro alcune dottrine pietrificate. Il dialogo è un processo di apprendimento, facilitato dall’"apertura alla trascendenza" (EG 205) e ostacolato dalle ideologie.
Dialogo e apprendimento
39. Molti popoli amazzonici sono costituzionalmente dialogici e comunicativi. C’è un ampio e necessario campo di dialogo tra le spiritualità, i credo e le religioni amazzoniche che richiede un avvicinamento amichevole alle diverse culture. Il rispetto per questo spazio non significa relativizzare le proprie convinzioni, ma riconoscere altre vie che cercano di svelare l’inesauribile mistero di Dio. L’apertura non sincera all’altro, così come un atteggiamento corporativo che riserva la salvezza esclusivamente al proprio credo, sono distruttivi di quello stesso credo. Questo è quanto Gesù ha spiegato al Dottore della Legge nella parabola del Buon Samaritano (cf. Lc 10,30-37). L’amore vissuto in ogni religione piace a Dio. “Attraverso uno scambio di doni, lo Spirito può condurci sempre di più alla verità e al bene” (EG 246).
40. Un dialogo a favore della vita è al servizio del “futuro del pianeta” (LS 14), della trasformazione di mentalità ristrette, della conversione di cuori induriti e della condivisione di verità con tutta l’umanità. Potremmo dire che il dialogo è pentecostale, così come la nascita della Chiesa, che cammina alla ricerca della sua identità verso l’unità nello Spirito Santo. Scopriamo la nostra identità a partire dall’incontro con l’altro, dalle differenze e dalle coincidenze che ci mostrano l’incomprensibilità della realtà e del mistero della presenza di Dio.
Dialogo e resistenza
41. La disponibilità a dialogare incontra spesso resistenze. Gli interessi economici e un paradigma tecnocratico respingono ogni tentativo di cambiamento. I suoi sostenitori sono disposti ad imporsi con la forza, trasgredendo i diritti fondamentali delle popolazioni presenti nel territorio e le norme per la sostenibilità e la conservazione dell’Amazzonia. In questi casi le possibilità di dialogo e di incontro sono molto ridotte fino a scomparire in alcune situazioni. Come reagire di fronte a questo? Da un lato, sarà necessario indignarsi, non in modo violento, ma fermo e profetico. È l’indignazione di Gesù contro i farisei (cf. Mc 3,5; Mt 23) o contro lo stesso Pietro (cf. Mt 16, 23), quella che Tommaso d’Aquino chiamava “santa indignazione”, provocata dalle ingiustizie[16] o associata a promesse non mantenute o a tradimenti di ogni genere. Un passo successivo è quello di cercare accordi come suggerisce Gesù stesso (cf. Lc 14,31-32). Si tratta di stabilire un possibile dialogo e di non rimanere mai indifferenti di fronte alle ingiustizie della regione o del mondo.[17]
42. Una Chiesa profetica è quella che ascolta le grida e i canti di dolore e di gioia. Il canto rivela le situazioni dei popoli, allo stesso tempo che ispira, e intuisce possibili soluzioni e trasformazioni. Ci sono popoli che cantano la loro storia e anche il loro presente, affinché chiunque ascolti questo canto possa intravedere, delineare il proprio futuro. In breve, una Chiesa profetica in Amazzonia è una Chiesa che dialoga, che sa cercare accordi e che, da un’opzione per i poveri e dalla loro testimonianza di vita, cerca proposte concrete a favore di un’ecologia integrale. Una Chiesa con capacità di discernimento e audacia di fronte ai soprusi contro i popoli e alla distruzione dei loro territori, che risponda senza indugio al grido della terra e dei poveri.
Conclusione
43. La vita in Amazzonia, intessuta di acqua, territorio, ed identità e spiritualità dei suoi popoli, invita al dialogo e all’apprendimento della sua diversità biologica e culturale. La Chiesa partecipa e genera processi di apprendimento che aprono cammini per una formazione permanente sul senso della vita integrata al suo territorio e arricchita da saggezze ed esperienze ancestrali. Tali processi invitano a rispondere con onestà e stile profetico al grido per la vita dei popoli e della terra amazzonica. Ciò implica un rinnovato senso della missione della Chiesa in Amazzonia che, a partire dall’incontro con Cristo, va incontro all’altro iniziando processi di conversione. In questo contesto, si aprono nuovi spazi per ricreare ministeri adeguati a questo momento storico. È il momento di ascoltare la voce dell’Amazzonia e di rispondere come Chiesa profetica e samaritana.
PARTE II
ECOLOGIA INTEGRALE: IL GRIDO DELLA TERRA E DEI POVERI
“Propongo di soffermarci adesso a riflettere sui diversi elementi di una ecologia integrale…
ambientale, economica e sociale” (LS, 137-138)
44. La seconda parte tratta i gravi problemi causati dagli attentati alla vita nel territorio amazzonico. L’aggressione a quest’area vitale della ‘Madre Terra’ e ai suoi abitanti minaccia la loro sussistenza, la loro cultura e la loro spiritualità. Colpisce anche la vita di tutta l’umanità, in particolare dei poveri, degli esclusi, degli emarginati, dei perseguitati. La situazione attuale richiede con urgenza una conversione ecologica integrale.
Capitolo I
Distruzione estrattivista
“Oggi il peccato si manifesta con tutta la sua forza di distruzione nelle […] diverse forme di violenza e maltrattamento, nell’abbandono dei più fragili,
negli attacchi contro la natura” (LS 66)
Il grido amazzonico
45. “Probabilmente i popoli originari dell’Amazzonia non sono mai stati tanto minacciati nei loro territori come lo sono ora” (Fr.PM). I progetti estrattivi, agricoli o di allevamento che sfruttano sconsideratamente la terra stanno distruggendo questo territorio (cf. LS 4, 146), che corre il rischio di “savanizzazione”.[18] L’Amazzonia è oggetto di contesa su più fronti. Uno risponde ai grandi interessi economici, avidi di petrolio, gas, legno, oro, monocolture agro-industriali, ecc. Un altro è quello di un conservatorismo ecologico che si preoccupa del bioma ma ignora i popoli amazzonici. Entrambi producono ferite alla terra e alle sue popolazioni: “Siamo colpiti da commercianti di legname, allevatori di bestiame e altre parti terze. Minacciati da attori economici che implementano un modello estraneo ai nostri territori. Le imprese forestali entrano nel territorio per sfruttare la foresta, noi abbiamo cura della foresta per i nostri figli, abbiamo carne, pesce, farmaci vegetali, alberi da frutto […]. La costruzione di impianti idroelettrici e il progetto dei corsi d’acqua ha un impatto sul fiume e sui territori […]. Siamo una regione di territori rubati.”[19]
46. Secondo le consultazioni effettuate, le grida amazzoniche riflettono tre grandi cause di dolore: (a) la mancanza di riconoscimento, demarcazione e titolarità dei territori degli indigeni, che sono parte integrante della loro vita; (b) l’invasione dei grandi progetti chiamati di “sviluppo”, ma che in realtà distruggono territori e popoli (es. impianti idroelettrici, estrazione mineraria - legale e illegale - associata ai garimpeiros illegali [minatori informali che estraggono oro], idrovie - che minacciano i principali affluenti del Rio delle Amazzoni -, attività idrocarbonifere, attività zootecniche, deforestazione, monocoltura, agroindustria e grilagem [appropriazione indebita di terre avvalendosi di documentazione falsa]. Molti di questi progetti distruttivi in nome del progresso sono sostenuti da governi locali, nazionali e stranieri; e (c) l’inquinamento dei fiumi, dell’aria, dei suoli, delle foreste e il deterioramento della qualità della vita, delle culture e delle spiritualità. Ecco perché “oggi non possiamo fare a meno di riconoscere che un vero approccio ecologico diventa sempre un approccio sociale, che deve integrare la giustizia nelle discussioni sull’ambiente, per ascoltare tanto il grido della terra quanto il grido dei poveri” (LS 49). Questo è ciò che Papa Francesco chiama ecologia integrale.
Ecologia integrale
47. L’ecologia integrale si basa sul riconoscimento della relazionalità come categoria umana fondamentale. Ciò significa che ci sviluppiamo come esseri umani sulla base dei nostri rapporti con noi stessi, con gli altri, con la società in generale, con la natura/ambiente e con Dio. Questa integralità vincolante è stata sistematicamente sottolineata durante le consultazioni con le comunità amazzoniche.
48. L’enciclica Laudato Si’ (nn. 137-142), introduce questo paradigma relazionale dell’ecologia integrale come articolazione fondamentale dei legami che rendono possibile un vero sviluppo umano. Gli esseri umani fanno parte di ecosistemi che facilitano le relazioni che donano vita al nostro pianeta, per cui la cura di tali ecosistemi è essenziale. Ed è fondamentale sia per promuovere la dignità della persona umana e il bene comune della società, sia per la tutela dell’ambiente. La nozione di ecologia integrale è stata illuminante per i diversi punti di vista che affrontano la complessità dell’interazione tra l’aspetto ambientale e quello umano, tra la gestione dei beni della creazione e le proposte di sviluppo e di evangelizzazione.
Ecologia integrale in Amazzonia
49. Per prendersi cura dell’Amazzonia, le comunità aborigene sono interlocutori indispensabili, poiché sono proprio loro che normalmente si prendono meglio cura dei propri territori (cfr. LS 149). Per questo, all’inizio del processo sinodale, Papa Francesco, nella sua prima visita nelle terre amazzoniche, si è rivolto ai leader indigeni locali dicendo: “ho voluto venire a visitarvi e ascoltarvi, per stare insieme nel cuore della Chiesa, unirci alle vostre sfide e con voi riaffermare un’opzione sincera per la difesa della vita, per la difesa della terra e per la difesa delle culture” (Fr.PM). Le comunità amazzoniche condividono questa prospettiva di integralità ecologica: “Tutta l’attività della Chiesa in Amazzonia deve partire dall’integralità dell’essere umano (vita, territorio e cultura)”.[20]
50. Tuttavia, per promuovere un’ecologia integrale nella vita quotidiana dell’Amazzonia, è anche necessario comprendere la nozione di giustizia e di comunicazione intergenerazionale, che include la trasmissione dell’esperienza ancestrale, delle cosmologie, delle spiritualità e delle teologie dei popoli indigeni, attorno alla cura della Casa Comune.[21] “Nella lotta dobbiamo confidare nella forza di Dio, perché la creazione è di Dio, perché Dio continua l’opera. La lotta dei nostri antenati per combattere per questi fiumi, per i nostri territori, per lottare per un mondo migliore per i nostri figli”.[22]
No alla distruzione dell’Amazzonia
51. In particolare, il grido amazzonico ci parla di lotte contro coloro che vogliono distruggere la vita concepita integralmente. Questi ultimi sono guidati da un modello economico legato alla produzione, alla commercializzazione e al consumo, dove la massimizzazione del profitto è prioritaria rispetto alle necessità umane e ambientali. In altre parole, sono lotte contro coloro che non rispettano i diritti umani e della natura in Amazzonia.
52. Un altro attacco ai diritti umani è la criminalizzazione delle proteste contro la distruzione del territorio e delle sue comunità, poiché alcune leggi della regione le definiscono “illegali”.[23] Un altro abuso è il diffuso rifiuto degli Stati a rispettare il diritto alla consultazione e al consenso previo dei gruppi indigeni e locali prima di stabilire concessioni e contratti di sfruttamento territoriale, anche se tale diritto è esplicitamente riconosciuto dall’Organizzazione Internazionale del Lavoro (“I popoli interessati devono avere il diritto di decidere le proprie priorità in ciò che riguarda il processo di sviluppo, nella misura in cui esso incida sulla loro vita, sulle loro credenze, le loro istituzioni ed il loro benessere spirituale e sulle terre che essi occupano od in altro modo utilizzano, ed esercitare per quanto possibile un controllo sul proprio sviluppo economico, sociale e culturale”,[24]) e da alcune costituzioni dei paesi amazzonici.
53. Il dramma degli abitanti dell’Amazzonia si manifesta non solo nella perdita delle loro terre per lo spostamento forzato, ma anche nell’essere vittime della seduzione del denaro, delle tangenti e della corruzione da parte di agenti del paradigma tecno-economico della “cultura dello scarto” (cf. LS 22), soprattutto tra i giovani. La vita è legata e integrata al territorio; quindi, la difesa della vita è la difesa del territorio, non c’è separazione tra i due aspetti. Questa è la richiesta che si ripete in ciò che abbiamo ascoltato: “ci stanno togliendo la nostra terra, dove andremo?” Perché togliere questo diritto è restare senza possibilità di difendersi di fronte a coloro che minacciano la loro sussistenza.
54. L’abbattimento massivo degli alberi, la distruzione della foresta tropicale per mezzo di incendi boschivi intenzionali, l’espansione della frontiera agricola e delle monocolture sono la causa degli attuali squilibri climatici regionali, con evidenti effetti sul clima globale, di dimensioni planetarie quali le grandi siccità e inondazioni sempre più frequenti. Papa Francesco cita i bacini dell’Amazzonia e del Congo come il ‘polmone del pianeta’, sottolineando l’urgenza di proteggerli (cf. LS 38).
55. Nel libro della Genesi la creazione è presentata come manifestazione di vita, sostentamento, possibilità e limite. Nel primo racconto (cf. Gen 1,1-2,4a) l’essere umano è invitato a relazionarsi con la creazione allo stesso modo di Dio. Il secondo racconto (cf. Gen 2,4b-25) approfondisce questa prospettiva con il mandato di “coltivare” (in ebraico significa anche “servire”) e “conservare” (atteggiamento di protezione e amore) il giardino (Gen 2,15). “Ciò implica una relazione di reciprocità responsabile tra essere umano e natura” (LS 67) che presuppone di assumere il limite che è proprio della creaturalità e quindi un atteggiamento di umiltà, dal momento che non siamo padroni assoluti (cf. Gen 3,3).
Suggerimenti
56. La sfida che si presenta è grande: come recuperare il territorio amazzonico, salvarlo dal degrado neocolonialista e restituirgli il suo benessere sano e autentico? Dobbiamo alle comunità aborigene la cura e la coltivazione dell’Amazzonia da migliaia di anni. Nella loro saggezza ancestrale hanno coltivato la convinzione che tutta la creazione è connessa, che merita il nostro rispetto e la nostra responsabilità. La cultura amazzonica, che integra gli esseri umani alla natura, diventa un punto di riferimento per la costruzione di un nuovo paradigma di ecologia integrale. La Chiesa dovrebbe assumere nella sua missione la cura della Casa Comune:
a) Proponendo linee d’azione istituzionali che promuovano il rispetto per l’ambiente.
b) Progettando programmi di formazione formali e informali sulla cura della Casa Comune per i suoi agenti pastorali e i suoi fedeli, aperti a tutta la comunità in “uno sforzo di formazione delle coscienze” (LS 214) sulla base dei capitoli V e VI dell’Enciclica Laudato si’.
c) Denunciando la violazione dei diritti umani e la distruzione estrattivista.
Capitolo II
Popoli Indigeni in Isolamento Volontario (PIAV): minacce e protezione
“Sto pensando ai […] Popoli Indigeni in Isolamento Volontario (PIAV).
Sappiamo che sono i più vulnerabili tra i vulnerabili” (Fr.PM)
Popoli nelle periferie
57. Secondo i dati di istituzioni ecclesiastiche specializzate (es. CIMI) ed altre, nel territorio amazzonico ci sono tra 110 e 130 diversi Popoli Indigeni in Isolamento Volontario o “popoli liberi”. Loro vivono ai margini della società o in contatto sporadico con essa. Non conosciamo i loro nomi, le loro lingue o culture. Per questo li chiamiamo anche “popoli isolati”, “liberi”, “autonomi” o “popoli senza contatto”. Questi popoli vivono in un profondo legame con la natura. Molti di loro hanno scelto di isolarsi perché hanno subito traumi precedenti; altri sono stati costretti violentemente a causa dello sfruttamento economico dell’Amazzonia. I PIAV resistono all’attuale modello di sviluppo economico predatore, genocida ed ecocida, scegliendo la cattività per vivere in libertà (cf. Fr.PM).
58. Alcuni “popoli isolati” vivono in terre esclusivamente indigene, altri in terre indigene condivise con i “popoli contattati”, altri in aree protette e alcuni in territori di confine.
Popoli vulnerabili
59. I PIAV sono vulnerabili alle minacce provenienti dai settori agroindustriali e da quelli che sfruttano clandestinamente minerali, legname e altre risorse naturali. Sono anche vittime del narcotraffico, di mega progetti infrastrutturali come gli impianti idroelettrici e le autostrade internazionali e di attività illegali legate al modello di sviluppo estrattivista.
60. Il rischio di violenza contro le donne di questi popoli è aumentato per la presenza di coloni, commercianti di legname, soldati, dipendenti delle compagnie estrattive, tutti per lo più uomini. In alcune regioni dell’Amazzonia, il 90% degli indigeni uccisi nelle popolazioni isolate sono state donne. Tale violenza e discriminazione ha un grave impatto sulla capacità di questi popoli indigeni di sopravvivere, tanto fisicamente e spiritualmente quanto culturalmente.
61. A ciò si aggiunge il mancato riconoscimento dei diritti territoriali degli indigeni e dei PIAV. La criminalizzazione delle proteste dei loro sostenitori e il taglio del budget per la protezione delle loro terre facilitano enormemente l’invasione dei loro territori con la conseguente minaccia alle loro vulnerabili vite.
Suggerimenti
62. Di fronte a questa drammatica situazione e di fronte a simili grida della terra e dei poveri (cf. LS 49), sarebbe opportuno:
a) Richiedere ai rispettivi governi di garantire le risorse necessarie per l’effettiva protezione dei popoli indigeni isolati. I governi dovrebbero attuare tutte le misure necessarie per proteggere la loro integrità fisica e quella dei loro territori, sulla base del principio di precauzione, o altri meccanismi di protezione in conformità con il diritto internazionale, come le Raccomandazioni specifiche definite dalla CIDH (La Commissione Interamericana dei Diritti Umani /OEA) e contenute nell’ultimo capitolo del Rapporto "Popoli indigeni in isolamento e in contatto iniziale nelle Americhe” (2013). È inoltre necessario garantire loro la libertà di uscire dall’isolamento se lo desiderano.
b) Esigere la protezione delle aree/riserve naturali in cui si trovano, in particolare per quanto riguarda la loro delimitazione/titolarità, al fine di prevenire l’invasione dei luoghi in cui vivono.
c) Promuovere l’aggiornamento del censimento e della mappatura dei territori in cui questi popoli vivono.
d) Formare gruppi specifici nelle diocesi e nelle parrocchie e pianificare una pastorale comune nelle regioni di confine, essendoci popoli che si spostano.
e) Informare i popoli indigeni sui loro diritti e la cittadinanza sulla sua situazione.
Capitolo III
Migrazione
“Mio padre era un arameo errante…” (Dt 26,5)
Popoli amazzonici in uscita
63. In Amazzonia, il fenomeno migratorio alla ricerca di una vita migliore è stato una costante storica. Esiste la migrazione pendolare (vanno e vengono),[25] lo spostamento forzato all’interno del paese stesso e all’estero, la migrazione volontaria dalle zone rurali verso le città e la migrazione internazionale. Questa transumanza[26] amazzonica non è stata ben compresa né sufficientemente analizzata dal punto di vista pastorale. Papa Francesco, a Puerto Maldonado, ha fatto riferimento a questa realtà: “Diverse persone sono emigrate verso l’Amazzonia cercando un tetto, una terra e un lavoro. Sono venute a cercare un futuro migliore per sé stesse e per le loro famiglie. Hanno abbandonato la loro vita umile, povera ma dignitosa. Molte di loro, con la promessa che certi lavori avrebbero messo fine a situazioni precarie, si sono basate sul luccichio promettente dell’estrazione dell’oro. Però non dimentichiamo che l’oro può diventare un falso dio che pretende sacrifici umani”.[27]
Cause della migrazione
64. L’Amazzonia è tra le regioni con la maggiore mobilità interna e internazionale in America Latina. Ci sono cause socio-politiche, climatiche, di persecuzione etnica ed economiche. Queste ultime sono indotte per lo più da progetti politici, grandi opere e imprese estrattive, che attraggono lavoratori ma allo stesso tempo allontanano gli abitanti dei territori interessati. L’aggressione all’ambiente in nome dello “sviluppo”[28] ha drammaticamente peggiorato la qualità della vita delle popolazioni amazzoniche, sia urbane che rurali, a causa della contaminazione e della perdita di fertilità del territorio.
65. A causa di ciò, la regione è diventata ‘di fatto’ un corridoio migratorio. Tali migrazioni avvengono tra paesi amazzonici (come l’ondata crescente di migrazione dal Venezuela) o verso altre regioni (es. verso il Cile e l’Argentina).[29]
Conseguenze della migrazione
66. Il movimento migratorio, trascurato tanto politicamente quanto pastoralmente, ha contribuito alla destabilizzazione sociale delle comunità amazzoniche. Le città della regione, che ricevono in modo permanente un gran numero di persone che migrano verso di loro, non sono in grado di fornire i servizi essenziali di cui i migranti hanno bisogno. Questo ha portato molte persone a vagare e a dormire nei centri urbani senza lavoro, senza cibo, senza riparo. Tra questi molti appartengono a popoli indigeni costretti ad abbandonare le loro terre. “Le città sembrano essere una terra senza padrone. Sono la destinazione cui si dirige la gente dopo essere stata cacciata dai suoi territori. La città deve essere interpretata come questo modello di sfruttamento che svuota i territori per appropriarsene, sposta le popolazioni e le espelle verso la città”.[30]
67. Questo fenomeno destabilizza, tra l’altro, le famiglie quando uno dei genitori parte in cerca di lavoro in luoghi lontani, lasciando i figli e i giovani a crescere senza la figura paterna e/o materna. Anche i giovani si spostano in cerca di occupazione o sottoccupazione per aiutare a mantenere ciò che resta della famiglia, abbandonando gli studi primari, sottoponendosi a ogni tipo di abuso e sfruttamento. In molte regioni dell’Amazzonia, questi giovani sono vittime del traffico di droga, della tratta di esseri umani o della prostituzione (maschile e femminile).[31]
68. L’omissione da parte dei governi dell’attuazione di politiche pubbliche di qualità per le zone interne, soprattutto nel campo dell’istruzione e della salute, permette a questo processo di mobilità di aumentare ogni giorno di più. Anche se la Chiesa ha accompagnato questo flusso migratorio, ha lasciato all’interno dell’Amazzonia delle lacune pastorali che devono essere colmate.
Suggerimenti
69. Cosa si aspettano i migranti dalla Chiesa? Come aiutarli nel modo più efficace? Come possiamo promuovere l’integrazione tra i migranti e la comunità locale?
a) Occorre comprendere meglio i meccanismi che hanno portato ad una crescita sproporzionata dei centri urbani e allo svuotamento delle zone interne, perché entrambe le dinamiche fanno parte dello stesso sistema (tutto è connesso). Tutto questo richiederà la preparazione della testa e del cuore degli agenti pastorali per affrontare questa situazione critica.
b) È necessario lavorare in équipe, coltivando una mistica missionaria, coordinati da persone con competenze diverse e complementari in vista di un’azione efficace. Il problema della migrazione deve essere affrontato in modo coordinato, soprattutto dalle chiese di frontiera.
c) Articolare in ogni comunità urbana un servizio di accoglienza che sia attento a chi arriva inaspettatamente con necessità urgenti e sia in grado di offrire protezione di fronte al pericolo delle organizzazioni criminali.
d) Promuovere progetti agrofamiliari nelle comunità rurali.
e) Come comunità ecclesiale, fare pressione sulle autorità pubbliche perché rispondano ai bisogni e ai diritti dei migranti.
f) Promuovere l’integrazione tra migranti e comunità locali nel rispetto della propria identità culturale, come indica Papa Francesco: "L’integrazione, che non è né assimilazione né incorporazione, è un processo bidirezionale, che si fonda essenzialmente sul mutuo riconoscimento della ricchezza culturale dell’altro: non è appiattimento di una cultura sull’altra, e nemmeno isolamento reciproco, con il rischio di nefaste quanto pericolose ‘ghettizzazioni’".[32]
Capitolo IV
Urbanizzazione
“La città produce una sorta di permanente ambivalenza, perché, mentre offre ai suoi cittadini infinite possibilità,
appaiono anche numerose difficoltà per il pieno sviluppo della vita di molti” (EG 74)
Urbanizzazione dell’Amazzonia
70. Nonostante oggi si parli dell’Amazzonia come il polmone del pianeta (cfr. LS 38) e il granaio del mondo, la devastazione della regione e la povertà hanno causato un grande spostamento della popolazione in cerca di una vita migliore. Il risultato di questo “esodo alla ricerca della terra promessa” è la crescita del fenomeno di urbanizzazione nella regione[33] che rende la città una realtà ambivalente. La Bibbia ci mostra questa ambiguità quando presenta Caino come il fondatore delle città dopo il peccato (cf. Gen 4,17), ma anche quando presenta l’umanità sulla via del compimento della promessa della Gerusalemme celeste, dimora di Dio con gli uomini (cf. Ap. 21,3).
71. Secondo le statistiche, la popolazione urbana dell’Amazzonia è aumentata in modo esponenziale; attualmente tra il 70 e l’80% della popolazione risiede nelle città.[34] Molte di esse non dispongono delle infrastrutture e delle risorse pubbliche necessarie per soddisfare le necessità della vita urbana. Mentre il numero di città aumenta, il numero di abitanti delle popolazioni rurali diminuisce.
Cultura urbana
72. Tuttavia, la questione dell’urbanizzazione comprende non solo lo spostamento spaziale e la crescita delle città, ma anche la trasmissione di uno stile di vita modellato dalla metropoli. Tale modello si estende al mondo rurale, cambiando abitudini, costumi e stili di vita tradizionali. La cultura, la religione, la famiglia, l’educazione dei bambini e dei giovani, l’occupazione e altri aspetti della vita cambiano rapidamente per rispondere alle nuove richieste della città.
Sfide urbane
73. Il progetto di introdurre l’Amazzonia nel mercato globalizzato ha prodotto maggiore esclusione, così come anche un’urbanizzazione della povertà. Secondo le risposte al questionario del Documento Preparatorio, i principali problemi sorti con l’urbanizzazione sono i seguenti:
a) Aumento della violenza in tutti i sensi.
b) Abuso e sfruttamento sessuale, prostituzione, tratta di esseri umani, in particolare delle donne.
c) Traffico e consumo di droghe.
d) Traffico di armi.
e) Mobilità umana e crisi di identità.
f) Dissoluzione della famiglia.[35]
g) Conflitti culturali e mancanza di significato della vita.
h) Inefficienza dei servizi sanitari/igienici.[36]
i) Mancanza di qualità dell’istruzione e abbandono scolastico.[37]
j) Mancanza di risposta da parte delle autorità pubbliche in materia di infrastrutture e promozione dell’occupazione.
k) Mancanza di rispetto per il diritto all’autodeterminazione e all’autonomia delle popolazioni.
l) Corruzione amministrativa.[38]
Suggerimenti
74. Si suggerisce:
a. Promuovere un ambiente urbano dove siano rilanciati gli spazi pubblici, con piazze e centri culturali ben distribuiti.
b. Promuovere l’accesso universale all’istruzione e alla cultura.
c. Promuovere una coscienza ambientale e il riciclaggio dei rifiuti, evitandone l’incenerimento.
d. Promuovere un sistema di igiene ambientale e di accesso universale ai servizi sanitari.
e. Discernere come aiutare ad apprezzare meglio la vita rurale, favorendo alternative di sopravvivenza come l’agricoltura familiare.
f. Generare spazi di interazione tra la saggezza dei popoli indigeni, che vivono lungo i fiumi, e dei quilombolas, inseriti in città, e la saggezza della popolazione urbana, per raggiungere un dialogo e un’integrazione in merito alla cura della vita.
Capitolo V
Famiglia e comunità
“Gesù stesso nasce in una famiglia modesta, che ben presto deve fuggire in una terra straniera” (AL 21)
Le famiglie amazzoniche
75. Nelle famiglie pulsa l’esperienza cosmica. Si tratta di diverse conoscenze e di pratiche millenarie in svariati campi come l’agricoltura, la medicina, la caccia e la pesca, in armonia con Dio, la natura e la comunità. Nella famiglia si trasmettono anche valori culturali come l’amore per la terra, la reciprocità, la solidarietà, il vivere nel presente, il senso della famiglia, la semplicità, il lavoro comunitario, l’organizzazione interna, la medicina e l’educazione ancestrale. Inoltre, la cultura orale (storie, credenze e canti), con i suoi colori, abiti, cibo, lingue e riti fa parte di questa eredità che si trasmette in famiglia. Insomma, è nella famiglia che si impara a vivere in armonia: tra i popoli, tra le generazioni, con la natura, in dialogo con gli spiriti.[39]
Cambiamenti sociali e vulnerabilità familiare
76. La famiglia amazzonica è stata vittima del colonialismo nel passato e di un neocolonialismo nel presente. L’imposizione di un modello culturale occidentale ha inculcato un certo disprezzo per il popolo e i costumi del territorio amazzonico, definendoli addirittura “selvaggi” o “primitivi”. Oggi, l’imposizione di un modello economico estrattivista occidentale colpisce ancora una volta le famiglie invadendo e distruggendo le loro terre, le loro culture, le loro vite, costringendole ad emigrare nelle città e nelle loro periferie.
77. I rapidi cambiamenti attuali incidono sulla famiglia amazzonica. Troviamo così nuovi formati di famiglia: famiglie monoparentali sotto la responsabilità della donna, aumento delle famiglie separate, delle unioni consensuali e delle famiglie assemblate, diminuzione dei matrimoni istituzionali. Inoltre, si constata ancora la sottomissione della donna all’interno della famiglia, l’aumento della violenza domestica, ci sono bambini con genitori assenti e cresce il numero di gravidanze adolescenziali e di aborti.
78. La famiglia in città è un luogo di sintesi tra la cultura tradizionale e quella moderna. Tuttavia, le famiglie spesso soffrono per la povertà, gli alloggi precari, la mancanza di lavoro, l’aumento del consumo di droghe e alcol, la discriminazione, il suicidio minorile. Inoltre, nella vita familiare manca il dialogo tra le generazioni, le tradizioni e la lingua si perdono. Le famiglie si trovano anche di fronte a nuovi problemi di salute, che richiedono un’adeguata educazione alla maternità. Si rileva anche una mancanza di attenzione per le donne in gravidanza, nel periodo prima e dopo il parto.[40]
Suggerimenti
79. La multiculturalità della Panamazzonia è ricchissima, e per questo motivo il contributo maggiore è quello di continuare la lotta per preservare la sua bellezza rafforzando la struttura comunitaria e familiare dei popoli. A tal fine, la Chiesa deve valorizzare e rispettare le identità culturali. In particolare, si dovrebbe:
a) Rispettare il modello proprio di organizzazione comunitaria. Dato che molte politiche pubbliche riguardano l’identità familiare e collettiva, è necessario avviare e accompagnare processi che partano dalla famiglia/clan/comunità per promuovere il bene comune, aiutando a superare le strutture che allontanano: «Dobbiamo organizzarci a partire dalla nostra casa».[41]
b) Ascoltare il canto che si impara in famiglia come modo di esprimere la profezia nel mondo amazzonico.
c) Promuovere il ruolo della donna riconoscendo la sua funzione fondamentale nella formazione e nella continuità delle culture, nella spiritualità, nelle comunità e nelle famiglie. Si richiede di assumere il ruolo di leadership femminile all’interno della Chiesa.
d) Articolare una pastorale familiare che segua le indicazioni dell’Esortazione Apostolica Amoris laetitia:
i. Una pastorale familiare che accompagni, integri e non escluda la famiglia ferita.
ii. Una pastorale sacramentale che rafforzi e conforti tutti senza escludere nessuno.
iii. Una formazione permanente di agenti pastorali che tenga conto dei recenti Sinodi e della realtà familiare amazzonica.
iv. Una pastorale familiare in cui la famiglia sia soggetto e protagonista.
Capitolo VI
Corruzione
“Questo diventa ancora più irritante se gli esclusi vedono crescere questo cancro sociale che è la corruzione profondamente radicata in molti Paesi - nei governi, nell’imprenditoria e nelle istituzioni – qualunque sia l’ideologia politica dei governanti”
(EG 60).
Corruzione in Amazzonia
80. La corruzione in Amazzonia incide gravemente sulla vita dei suoi popoli e territori. Ci sono almeno due tipi di corruzione: quella che esiste al di fuori della legge e quella che è protetta da una legislazione che tradisce il bene comune.
81. Negli ultimi decenni, l’investimento nello sfruttamento delle ricchezze dell’Amazzonia da parte delle grandi imprese ha subito un’accelerazione. Molte di loro perseguono il profitto a tutti i costi, indipendentemente dal danno socio-ambientale che provocano. I governi che autorizzano tali pratiche, che hanno bisogno di valuta estera per promuovere le loro politiche pubbliche, non sempre adempiono al loro dovere di proteggere l’ambiente e i diritti delle loro popolazioni. La corruzione raggiunge così le autorità politiche, giudiziarie, legislative, sociali, ecclesiali e religiose che ricevono benefici per consentire a queste società di operare (cf. DAp. 77). Ci sono casi in cui grandi aziende e governi hanno organizzato sistemi di corruzione. Vediamo persone che hanno ricoperto cariche pubbliche e che ora sono sotto processo, in prigione o si sono dati alla fuga. Come dice il Documento di Aparecida: «È allarmante anche il livello di corruzione nelle economie, che coinvolge sia il settore pubblico che quello privato, a cui si aggiunge una notevole mancanza di trasparenza e responsabilità nei confronti dei cittadini. In molte occasioni, la corruzione è legata alla piaga del traffico o del commercio di droga e, d’altro canto, sta distruggendo il tessuto sociale ed economico di intere regioni» (DAp. 70).
Piaga morale strutturale
82. Si crea così una cultura che avvelena lo Stato e le sue istituzioni, permeando tutti gli strati sociali, comprese le comunità indigene. Si tratta di una vera e propria piaga morale; di conseguenza, si perde la fiducia nelle istituzioni e nei suoi rappresentanti, il che scredita totalmente la politica e le organizzazioni sociali. I popoli amazzonici non sono estranei alla corruzione e ne diventano le principali vittime.
Suggerimenti
83. Considerando la situazione di carenza di mezzi economici delle Chiese particolari in Amazzonia, si deve prestare particolare attenzione all’origine delle donazioni o di altri tipi di benefici, così come agli investimenti fatti dalle istituzioni ecclesiastiche o dai cristiani. Le Conferenze Episcopali potrebbero offrire un servizio di consulenza e accompagnamento, di consultazione e promozione di strategie comuni di fronte alla corruzione diffusa e anche di fronte alla necessità di generare e investire risorse per sostenere la pastorale. È necessaria un’accurata analisi di fronte alle azioni del narcotraffico.
a. Attuare una preparazione adeguata del clero per affrontare la complessità, l’acutezza e la gravità dei problemi urgenti legati alla corruzione e all’esercizio del potere.
b. Promuovere una cultura dell’onestà, del rispetto per gli altri e del bene comune.
c. Accompagnare, promuovere e formare laici per una significativa presenza pubblica nella politica, nell’economia, nella vita accademica e in tutte le forme di leadership (cf. DAp. 406).
d. Accompagnare i popoli nelle loro lotte per la cura dei loro territori e il rispetto dei loro diritti.
e. Discernere come si genera e come si investe il denaro nella Chiesa, superando posizioni ingenue attraverso un sistema di amministrazione comunitaria e di audit, rispettando le norme ecclesiali in vigore.
f. Affiancare le iniziative della Chiesa ad altri organismi affinché le imprese si assumano le responsabilità degli impatti socio-ecologici delle loro azioni, secondo i parametri giuridici degli Stati stessi.
Capitolo VII
La questione della salute integrale
“Queste acque scorrono verso la regione orientale, scendono nell’Araba ed entrano nel mare: sfociate nel mare,
ne risanano le acque…
I loro frutti serviranno come cibo e le foglie come medicina” (Ez 47, 8.12)
Salute in Amazzonia
84. La regione amazzonica contiene oggi la più importante diversità di flora e fauna del mondo e la sua popolazione autoctona ha un senso integrale della vita non inquinato dal materialismo economico. L’Amazzonia è un territorio sano nella sua lunga e fruttuosa storia, anche se non sono mancate malattie. Tuttavia, con la mobilità dei popoli, con l’invasione di industrie inquinanti senza controllo, a causa delle condizioni del cambiamento climatico e di fronte ad una totale indifferenza delle autorità sanitarie pubbliche sono comparse nuove malattie e sono riapparse patologie che erano state superate. Il modello di sviluppo limitato solo allo sfruttamento economico della ricchezza forestale, mineraria e idrocarbonifera della Panamazzonia incide sulla salute dei biomi amazzonici, delle sue comunità e dell’intero pianeta! Il danno affligge non solo la salute fisica, ma anche la cultura e la spiritualità dei popoli, è un danno alla loro ‘salute integrale’. Gli abitanti dei villaggi amazzonici hanno diritto alla salute e a ‘vivere in salute’ il che presuppone un’armonia «con ciò che la ‘Madre Terra’ ci offre».[42]
Valorizzazione e approfondimento delle medicine tradizionali
85. Di fronte alla ‘cultura dello scarto’ (cf. LS 22) i discepoli di Cristo sono chiamati a promuovere una cultura della cura e della salute. L’impegno per la cura della salute richiede pertanto cambiamenti urgenti negli stili di vita personali e nelle strutture.
86. La ricchezza della flora e della fauna della foresta contiene vere e proprie ‘farmacopee viventi’ e principi genetici inesplorati. La deforestazione dell’Amazzonia ci impedirà di fare affidamento su tali ricchezze, impoverendo le generazioni future. Attualmente, il tasso di estinzione delle specie in Amazzonia, dovuto alle attività umane, è mille volte superiore al processo naturale. L’unico modo per preservare questa ricchezza è prendersi cura del territorio e della foresta amazzonica e dare potere agli indigeni e ai cittadini.
87. I rituali e le cerimonie indigene sono essenziali per la salute integrale perché integrano i diversi cicli della vita umana e della natura. Creano armonia ed equilibrio tra gli esseri umani e il cosmo. Proteggono la vita dai mali che possono essere causati sia dagli esseri umani che da altri esseri viventi. Aiutano a curare le malattie che danneggiano l’ambiente, la vita umana e altri esseri viventi.
Suggerimenti
88. Prendersi cura della salute degli abitanti implica una conoscenza approfondita delle piante medicinali e di altri elementi tradizionali che fanno parte dei processi di guarigione. A tal fine, le popolazioni indigene si affidano a persone che, nel corso della loro vita, si specializzano nell’osservazione della natura, nell’ascolto e nella raccolta di conoscenze dagli anziani, specialmente dalle donne. Ma a causa dell’inquinamento ambientale, sia la natura che i corpi delle persone in Amazzonia si stanno deteriorando. Il contatto con nuovi elementi tossici come il mercurio provoca la comparsa di nuove malattie finora sconosciute agli anziani guaritori. Tutto ciò mette a rischio questa saggezza ancestrale. Per questo motivo le risposte al Documento Preparatorio sottolineano la necessità di preservare e trasmettere i saperi della medicina tradizionale.[43] Si propone di aiutare i popoli dell’Amazzonia a mantenere, recuperare, sistematizzare e diffondere questa conoscenza per la promozione di una salute integrale.
89. Di fronte a queste nuove malattie, gli abitanti dei villaggi sono costretti ad acquistare medicinali prodotti da aziende farmaceutiche con le stesse piante dell’Amazzonia. Una volta commercializzati, questi farmaci sono al di fuori delle loro possibilità economiche a causa, tra l’altro, della brevettabilità dei farmaci e del sovrapprezzo. Si propone quindi di valorizzare la medicina tradizionale, la saggezza degli anziani e i rituali indigeni e, allo stesso tempo, di facilitare l’accesso a farmaci che curano le nuove malattie.
90. Ma non sono solo le erbe medicinali e le medicine che aiutano a guarire. L’acqua e l’aria pulita e il cibo sano, frutto delle proprie coltivazioni e raccolte, della caccia e della pesca, sono condizioni necessarie per la salute integrale dei popoli indigeni.[44] Si propone pertanto di chiedere ai governi una rigorosa regolamentazione delle industrie e la denuncia di quelle che inquinano l’ambiente. Inoltre, si suggerisce di generare spazi di scambio e di accompagnamento educativo per recuperare le abitudini del “buon vivere”, generando così una cultura della cura e della prevenzione.
91. Infine, si propone di valutare le strutture sanitarie della Chiesa, come gli ospedali e i centri sanitari, alla luce di una salute integrale accessibile a tutti gli abitanti dei villaggi, affinché assumano la medicina tradizionale come parte dei loro programmi sanitari.
Capitolo VIII
Educazione integrale
“Noi giovani abbiamo perso la nostra identità culturale e la nostra lingua in particolare. Dimentichiamo di avere le nostre radici, di appartenere ad un popolo originario e ci siamo fatti prendere dalla tecnologia. Non è male tenere il piede in due staffe, conoscere il moderno e conservare anche la tradizione. Dove ti trovi tieni sempre presente entrambe le cose, tieni presente le tue radici, da dove vieni e non dimenticarlo” (Slendy Grefa, Doc. Consulta, Ecuador)
Una Chiesa sinodale: discepola e maestra
92. Attraverso l’ascolto reciproco dei popoli e della natura, la Chiesa si trasforma in una Chiesa in uscita, sia geografica che strutturale; in una Chiesa sorella e discepola attraverso la sinodalità. Come ha espresso Papa Francesco nella Costituzione Apostolica Episcopalis Communio: “Il Vescovo è contemporaneamente maestro e discepolo [...]. È discepolo quando, sapendo che lo Spirito è elargito a ogni battezzato, si pone in ascolto della voce di Cristo che parla attraverso l’intero popolo di Dio” (EC 5). Egli stesso è diventato un discepolo a Puerto Maldonado quando ha espresso la sua volontà di ascoltare la voce dell’Amazzonia.
Educazione come incontro
93. L’educazione implica un incontro e uno scambio in cui i valori sono assimilati. Ogni cultura è ricca e povera allo stesso tempo. Essendo storica, la cultura ha sempre una dimensione pedagogica di apprendimento e perfezionamento. «Quando alcune categorie della ragione e delle scienze vengono accolte nell’annuncio del messaggio, quelle stesse categorie diventano strumenti di evangelizzazione; è l’acqua trasformata in vino. È ciò che, una volta assunto, non solo viene redento, ma diventa strumento dello Spirito per illuminare e rinnovare il mondo» (EG 132). L’incontro è la «capacità del cuore che rende possibile la prossimità» (EG 171) e i molteplici apprendimenti.
94. Questa educazione, che si sviluppa attraverso l’incontro, è diversa da un’educazione che cerca di imporre all’altro (e soprattutto ai poveri e vulnerabili) le proprie cosmovisioni che sono esattamente la causa della loro povertà e vulnerabilità. L’educazione in Amazzonia non significa imporre ai popoli amazzonici parametri culturali, filosofie, teologie, liturgie e costumi estranei. Oggi, «alcuni semplicemente si compiacciono incolpando i poveri e i paesi poveri dei propri mali, con indebite generalizzazioni, e pretendono di trovare la soluzione in una ‘educazione’ che li tranquillizzi e li trasformi in esseri addomesticati e inoffensivi» (EG 60). «Di conseguenza, si rende necessaria un’educazione che insegni a pensare criticamente e che offra un percorso di maturazione nei valori» (EG 64), un’educazione aperta all’interculturalità.
Educazione ad una ecologia integrale
95. La cosmovisione dei popoli indigeni amazzonici comprende la chiamata a liberarsi da una visione frammentata della realtà, incapace di percepire le molteplici connessioni, interrelazioni e interdipendenze. L’educazione ad un’ecologia integrale assume tutte le relazioni costitutive delle persone e dei popoli. Per comprendere questa visione dell’educazione, vale la pena di applicare lo stesso principio della salute: l’obiettivo è quello di osservare tutto il corpo e le cause della malattia e non solo i sintomi. Un’ecologia sostenibile per le generazioni future «non si può ridurre a una serie di risposte urgenti e parziali ai problemi che si presentano riguardo al degrado ambientale, all’esaurimento delle riserve naturali e all’inquinamento. Dovrebbe essere uno sguardo diverso, un pensiero, una politica, un programma educativo» (LS 111). Un’educazione basata solo su soluzioni tecniche a problemi ambientali complessi nasconde «i veri e più profondi problemi del sistema mondiale» (LS 111).
96. Si tratta quindi di un’educazione alla solidarietà che nasce da una «coscienza di un’origine comune» e di un «futuro condiviso da tutti» (LS 202). I popoli indigeni hanno un metodo di insegnamento-apprendimento basato sulla tradizione orale e sulla pratica esperienziale, che ha un processo pedagogico contestualizzato in ogni fase. La sfida è integrare questo metodo nel dialogo con altre proposte educative. Per questo è necessario «reimpostare gli itinerari pedagogici di un’etica ecologica, in modo che aiutino effettivamente a crescere nella solidarietà, nella responsabilità e nella cura basata sulla compassione» (LS 210). L’Amazzonia ci invita a scoprire il compito educativo come servizio integrale per tutta l’umanità in vista di una «cittadinanza ecologica» (LS 211).
97. Tale educazione unisce l’impegno per la cura della terra con l’impegno per i poveri e suscita atteggiamenti di sobrietà e rispetto vissuti attraverso «un’austerità responsabile, [la] contemplazione riconoscente del mondo, [la] cura per la fragilità dei poveri e dell’ambiente» (LS 214). Tale educazione «deve tradursi in nuove abitudini» (LS 209) tenendo conto dei valori culturali. L’educazione, in una prospettiva ecologica e in chiave amazzonica, promuove il ‘buon vivere’, il ‘buon convivere’ e il ‘fare bene’, che deve essere persistente e percepibile per avere un impatto significativo sulla Casa Comune.
Suggerimenti
98. Si suggerisce:
a) La formazione degli agenti pastorali laici adulti per aiutarli a crescere nella responsabilità e nella creatività.
b) La formazione dei ministri ordinati:
1. I progetti formativi devono rispondere ad una cultura filosofico-teologica adattata alle culture amazzoniche capace di essere compresa e quindi di suscitare la vita cristiana. Per questo motivo si suggerisce di integrare la teologia indigena e l’ecoteologia, in modo che siano preparati all’ascolto e al dialogo aperto dove avviene l’evangelizzazione.
2. Si propone la riforma delle strutture dei seminari per favorire l’integrazione dei candidati al sacerdozio nelle comunità.
c) I centri di formazione:
1. Le scuole: c’è bisogno di piani educativi che si concentrino sull’educazione secondo le proprie culture, che rispettino le lingue native, un’educazione integrale che risponda alla propria realtà, per affrontare l’abbandono scolastico e l’analfabetismo, soprattutto femminile.
2. L’università: è necessario non solo promuovere l’interdisciplinarità, ma anche affrontare le questioni secondo la transdisciplinarietà, cioè con un approccio che restituisca al sapere umano unità nella diversità, in linea con lo studio di un’ecologia integrale secondo il prologo della Costituzione apostolica Veritatis gaudium.
3. È richiesto l’insegnamento della teologia indigena pan-amazzonica in tutte le istituzioni educative.
d) Teologia India Amazzonica:
1. Si chiede di approfondire una teologia india amazzonica già esistente, che permetterà una migliore e maggiore comprensione della spiritualità indigena per evitare di commettere gli errori storici che hanno travolto molte culture originarie.
2. Si chiede, ad esempio, di prendere in considerazione i miti, le tradizioni, i simboli, i saperi, i riti e le celebrazioni originarie che includono le dimensioni trascendenti, comunitarie ed ecologiche.
Capitolo IX
La conversione ecologica
“Manca loro dunque una conversione ecologica, che comporta il lasciar emergere tutte le conseguenze dell’incontro con Gesù nelle relazioni con il mondo che li circonda” (LS 217)
Cristo ci chiama alla conversione (cf. Mc 1,15)
99. Un aspetto fondamentale della radice del peccato dell’essere umano sta nello staccarsi dalla natura e non riconoscerla come parte di sé stessi, sfruttarla senza limiti, rompendo così l’alleanza originaria con la creazione e con Dio (cf. Gen 3, 5). «L’armonia tra il Creatore, l’umanità e tutto il creato è stata distrutta per avere noi preteso di prendere il posto di Dio, rifiutando di riconoscerci come creature limitate» (LS 66). Dopo la rottura del peccato e il diluvio universale, Dio ristabilisce l’alleanza con l’uomo stesso e con la creazione (cf. Gen 9,9-17), chiamando l’essere umano a custodirla.
100. La riconciliazione con la creazione a cui ci invita Papa Francesco (cfr. LS 218) presuppone il superamento soprattutto di un atteggiamento passivo che, come il Re Davide, rinuncia a farsi carico della sua missione (cfr. 2 Sam 11,1). Il processo del peccato del re Davide inizia con un’omissione personale (rimane nel suo palazzo quando l’esercito è sul campo di battaglia), prende la forma del compimento di atti riprovevoli agli occhi di Dio (adulterio, menzogna e omicidio) che coinvolgono altri creando una rete di complicità (2 Sam 11,3-25). Anche la Chiesa può essere tentata di rimanere chiusa in sé stessa, rinunciando alla sua missione di annunciare il Vangelo e rendere presente il Regno di Dio. Al contrario, una Chiesa in uscita è una Chiesa che si confronta con il peccato di questo mondo al quale essa stessa non è estranea (cf. EG 20-24). Questo peccato, come ha detto San Giovanni Paolo II, non è solo personale, ma anche sociale e strutturale (cf. RP 16; SRS 36; SD 243; DAp. 92) e, come avverte Francesco, «tutto è collegato» (LS 138). Quando «l’essere umano si dichiara autonomo dalla realtà e si costituisce dominatore assoluto, la stessa base della sua esistenza si sgretola» (LS 117). Cristo redime l’intera creazione sottomessa dall’essere umano al peccato (cf. Rom 8,19-22).
Conversione integrale
101. Per questo la conversione deve avere anche gli stessi livelli di concretezza: personale, sociale e strutturale, tenendo conto delle diverse dimensioni della relazionalità. È una “conversione integrale della persona” che scaturisce dal cuore e si apre ad una “conversione comunitaria” riconoscendo i suoi legami sociali e ambientali, cioè una “conversione ecologica” (cf. LS 216-221). Questa conversione implica riconoscere la complicità personale e sociale nelle strutture di peccato, smascherando le ideologie che giustificano uno stile di vita che aggredisce la creazione. Frequentemente si sentono storie che giustificano l’azione distruttiva di gruppi di potere che sfruttano la natura, esercitano un dominio dispotico sui suoi abitanti (cf. LS 56, 200) e ignorano il grido di dolore della terra e dei poveri (cf. LS 49).
Conversione ecclesiale in Amazzonia
102. Il processo di conversione a cui è chiamata la Chiesa implica disimparare, imparare e rimparare. Questo cammino richiede uno sguardo critico e autocritico che ci permetta di identificare ciò che dobbiamo disimparare, ciò che danneggia la Casa Comune e i suoi popoli. Bisogna fare un viaggio interiore per riconoscere gli atteggiamenti e le mentalità che impediscono la connessione con sé stessi, con gli altri e con la natura; come diceva papa Benedetto XVI, “I deserti esteriori si moltiplicano nel mondo, perché i deserti interiori sono diventati così ampi”.[45] Questo processo si lascia ancora sorprendere dalla saggezza dei popoli indigeni. La loro vita quotidiana è testimonianza di contemplazione, cura e rapporto con la natura. Loro ci insegnano a riconoscerci come parte del bioma e corresponsabili della sua cura oggi e nel futuro. Dobbiamo quindi reimparare a tessere legami che assumano tutte le dimensioni della vita e ad assumere un’ascesi personale e comunitaria che ci permetta di «maturare in una felice sobrietà» (LS 225).
103. Nella Sacra Scrittura la conversione è presentata come un movimento che va dal peccato all’amicizia con Dio in Gesù Cristo; per questo fa parte del processo della fede (cf. Mc 1,15). Il nostro sguardo credente sulla realtà amazzonica ci ha fatto apprezzare l’opera di Dio nella creazione e nei suoi popoli, ma anche la presenza del male a diversi livelli: colonialismo (dominio), mentalità economico-mercantilista, consumismo, utilitarismo, individualismo, tecnocrazia, cultura dello scarto.
● Una mentalità che si è espressa storicamente in un sistema di dominazione territoriale, politica, economica e culturale che persiste ancora oggi in varie forme che perpetuano il colonialismo.
● Una economia basata esclusivamente sul profitto come unico fine, che esclude e calpesta i più deboli e la natura, si costituisce in idolo che semina distruzione e morte (cf. EG 53-56).
● Una mentalità utilitaristica concepisce la natura come mera risorsa e gli esseri umani come meri produttori-consumatori, rompendo il valore intrinseco e la relazionalità delle creature.
● «L’individualismo indebolisce i legami comunitari» (DAp. 44) facendo passare in secondo piano la responsabilità verso il prossimo, la comunità e la natura.
● Lo sviluppo tecnologico ha portato grandi benefici all’umanità, ma, allo stesso tempo, la sua assolutizzazione lo ha portato ad essere strumento di possesso, dominio e manipolazione (cf. LS 106) della natura e dell’essere umano. Tutto questo ha generato una cultura globale predominante che Papa Francesco ha definito “paradigma tecnocratico” (LS 109).
● Il risultato è una perdita dell’orizzonte trascendente e umanitario dove si trasmette la logica dell’«usa e getta» (LS 123) generando una «cultura dello scarto» (LS 22) che aggredisce la creazione.
Suggerimenti
104. Si suggerisce:
a. Smascherare le nuove forme di colonialismo presenti in Amazzonia.
b. Identificare le nuove ideologie che giustificano l’ecocidio amazzonico per analizzarle criticamente.
c. Denunciare le strutture di peccato che agiscono in territorio amazzonico.
d. Identificare le ragioni con cui giustifichiamo la nostra partecipazione alle strutture di peccato per analizzarle criticamente.
e. Favorire una chiesa come istituzione di servizio non autoreferenziale, corresponsabile nella cura della Casa Comune e nella difesa dei diritti dei popoli.
f. Promuovere mercati ecosolidali, un consumo equo e una «felice sobrietà» (LS 224-225) che rispetti la natura e i diritti dei lavoratori. «Acquistare è sempre un atto morale, oltre che economico» (CV 66; LS 206).
g. Promuovere modelli di comportamento, di produzione e di consumo, di riciclaggio e di riutilizzo dei rifiuti.
h. Recuperare i miti e attualizzare i riti e le celebrazioni comunitarie che contribuiscono in modo significativo al processo di conversione ecologica.
i. Ringraziare i popoli originari per la cura del territorio nel tempo e riconoscere in questo la saggezza ancestrale che costituisce la base per una buona comprensione dell’ecologia integrale.
j. Creare itinerari pastorali organici a partire da un’ecologia integrale per la tutela della Casa Comune avendo come guida i capitoli 5 e 6 dell’Enciclica Laudato si’.
k. Riconoscimento formale, da parte della Chiesa particolare, dell’agente pastorale come ministero speciale che promuove la cura della Casa Comune.
PARTE III
CHIESA PROFETICA IN AMAZZONIA: SFIDE E SPERANZE
“Fossero tutti profeti nel popolo del Signore e volesse il Signore porre su di loro il suo spirito!”(Nm 11,29)
105. L’annuncio di Gesù Cristo e la realizzazione di un incontro profondo con Lui attraverso la conversione e l’esperienza ecclesiale della fede presuppone una Chiesa accogliente e missionaria che si incarna nelle culture. Essa deve fare memoria dei passi compiuti per rispondere ai temi impegnativi della centralità del kerygma e della missione nell’area amazzonica. Questo paradigma di azione ecclesiale ispira i ministeri, la catechesi, la liturgia e la pastorale sociale tanto nell’area rurale quanto in quella urbana.
106. I nuovi cammini per la pastorale in Amazzonia richiedono di “rilanciare con fedeltà e audacia” la missione della Chiesa (DAp. 11) sul territorio e approfondire il «processo di inculturazione» (EG 126) e l’interculturalità (cf. LS 63, 143, 146) che esige dalla Chiesa in Amazzonia proposte «coraggiose», il che presuppone audacia e passione, come ci chiede Papa Francesco. L’evangelizzazione in Amazzonia è un banco di prova per la Chiesa e per la società.[46]
Capitolo I
Chiesa dal volto amazzonico e missionario
“Sul tuo servo fa’ splendere il tuo volto” (Sal 31(30),17)
Un volto ricco di espressioni
107. Il volto amazzonico della Chiesa trova la sua espressione nella pluralità dei suoi popoli, culture ed ecosistemi. Questa diversità richiede un’opzione per una Chiesa in uscita e missionaria, incarnata in tutte le sue attività, espressioni e linguaggi. I Vescovi di Santo Domingo ci hanno proposto la meta di una evangelizzazione inculturata, che "sarà sempre la salvezza e la liberazione integrale di un popolo o gruppo umano determinato, che rafforzerà la sua identità e fiducia nel suo futuro specifico, opponendosi alle forze della morte" (DSD, Conclusioni 243). E Papa Francesco formula chiaramente questo bisogno di una Chiesa inculturata e interculturale: “abbiamo bisogno che i popoli originari plasmino culturalmente le Chiese amazzoniche locali” (Fr.PM).
108. Inculturazione e interculturalità non si contrappongono, ma si completano a vicenda. Così come Gesù si è incarnato in una cultura determinata (inculturazione), i suoi discepoli missionari ne seguono le orme. Per questo motivo, i cristiani di una cultura vanno ad incontrare persone di altre culture (interculturalità). Questo è accaduto fin dall’inizio della Chiesa, quando gli apostoli ebrei hanno portato la Buona Novella a culture differenti, come la greca, scoprendovi “semi del Verbo”.[47] Da questo incontro e dialogo tra le culture, sono emersi nuovi cammini dello Spirito. Oggi, nell’incontro e nel dialogo con le culture amazzoniche, la Chiesa scruta nuove vie.
109. Secondo il Documento di Aparecida, l’opzione preferenziale per i poveri è il criterio ermeneutico per analizzare le proposte per la costruzione della società (cf. 501, 537, 474, 475), e il criterio di autocomprensione della Chiesa. È anche una delle caratteristiche che contraddistingue la fisionomia della Chiesa latinoamericana e caraibica (cf. 391, 524, 533), e di tutte le sue strutture, dalla parrocchia ai suoi centri educativi e sociali (cf. 176, 179, 199, 334, 337, 338, 446, 550). Il volto amazzonico è quello di una Chiesa con una chiara opzione per (e con) i poveri[48] e per la cura del creato. A partire dai poveri, e dall’atteggiamento di cura dei beni di Dio, si aprono nuovi cammini per la Chiesa locale che si allargano alla Chiesa universale.
Un volto locale di dimensione universale
110. Una Chiesa dal volto amazzonico nelle sue molteplici sfumature cerca di essere una Chiesa "in uscita" (cf. EG 20-23), che si lascia alle spalle una tradizione coloniale monoculturale, clericale e impositiva e sa discernere e assumere senza timori le diverse espressioni culturali dei popoli. Tale volto ci avverte del rischio di "pronunciare una parola unica [o] proporre una soluzione di valore universale" (cf. OA 4; EG 184). Certamente la complessa, plurale, conflittuale e opaca realtà socio-culturale impedisce l’applicazione di "una dottrina monolitica difesa da tutti senza sfumature" (EG 40). L’universalità o cattolicità della Chiesa, quindi, è arricchita dalla «bellezza di questo volto pluriforme» (NMI 40) dovuto alle diverse manifestazioni delle Chiese particolari e delle loro culture, formando una Chiesa poliedrica (cf. EG 236).
Un volto di sfida dinanzi alle ingiustizie
111. Dare forma ad una Chiesa dal volto amazzonico ha una dimensione ecclesiale, sociale, ecologica e pastorale, spesso conflittuale. Infatti, l’organizzazione politica e giuridica non sempre ha tenuto conto del volto culturale della giustizia dei popoli e delle loro istituzioni. La Chiesa non è estranea a questa tensione. A volte c’è la tendenza ad imporre una cultura estranea all’Amazzonia che ci impedisce di comprendere i suoi popoli e di apprezzare le loro cosmovisioni.
112. La realtà delle chiese locali ha bisogno di una Chiesa partecipativa, che si renda presente nella vita sociale, politica, economica, culturale ed ecologica dei suoi abitanti; di una Chiesa accogliente verso la diversità culturale, sociale ed ecologica per poter servire senza discriminazione persone o gruppi; di una Chiesa creativa, che possa accompagnare assieme al suo popolo la costruzione di nuove risposte ai bisogni urgenti; e di una Chiesa armoniosa, che promuova i valori della pace, della misericordia e della comunione.
Un volto inculturato e missionario
113. La diversità culturale richiede un’incarnazione più reale per assumere modi di vivere e culture diversi. “Rimane valido, nell’ordine pastorale, il principio dell’incarnazione formulato da sant’Ireneo: ‘Ciò che non è stato assunto non è stato redento’”.[49] Gli impulsi e le ispirazioni importanti per questa desiderata inculturazione si trovano nel magistero della Chiesa e nel cammino ecclesiale latinoamericano, delle sue Conferenze Episcopali (Medellín, 1968, Puebla, 1979, Santo Domingo, 1992, Aparecida, 2007), delle sue comunità e dei suoi santi e martiri.[50]. Una realtà importante di questo processo è stato l’emergere di una teologia latinoamericana, soprattutto della Teologia India.
114. La costruzione di una Chiesa missionaria dal volto locale esprime l’avanzamento nella costruzione di una Chiesa inculturata, che sappia lavorare e articolarsi (come i fiumi dell’Amazzonia) con ciò che è culturalmente disponibile, in tutti i suoi campi di azione e presenza. «Essere Chiesa significa essere popolo di Dio» (EG 114), incarnato «nei popoli della terra» e nelle sue culture (cf. EG 115).
Capitolo II
Sfide dell’inculturazione e dell’interculturalità [51]
“Nei diversi popoli che sperimentano il dono di Dio secondo la propria cultura, la Chiesa esprime la sua autentica cattolicità e mostra «la bellezza di questo volto pluriforme»” (EG 116)
In cammino verso una Chiesa dal volto amazzonico e indigeno
115. La missione della Chiesa è annunciare il Vangelo di Gesù di Nazareth, il Buon Samaritano (cf. Lc 10,25-36), che ha compassione per l’umanità ferita e abbandonata. La Chiesa proclama il mistero della sua morte e risurrezione a tutte le culture e a tutti i popoli, battezzandoli nel nome del Padre e del Figlio e dello Spirito Santo (cf. Mt 28,19). Seguendo l’esempio di san Paolo che ha voluto farsi greco con i greci, cercando di adattarsi “il più possibile a tutti” (cf. 1 Cor 9,19-23), la Chiesa ha fatto un grande sforzo per evangelizzare tutti i popoli nel corso della storia. Ha cercato di realizzare questo mandato missionario incarnando e traducendo il messaggio del Vangelo nelle diverse culture, in mezzo a difficoltà di ogni genere, politiche, culturali, geografiche. Ma c’è ancora molto da fare.
116. Da secoli la Chiesa cerca di condividere il Vangelo con i popoli amazzonici, molti dei quali sono membri della comunità ecclesiale. I missionari e le missionarie hanno una storia di profonda relazione con questa regione. Hanno lasciato tracce profonde nell’anima del popolo cattolico dell’Amazzonia. La Chiesa ha percorso un lungo cammino che deve essere approfondito e aggiornato perché possa diventare una Chiesa dal volto indigeno e amazzonico.
117. Tuttavia, come emerge dagli incontri territoriali, c’è ancora una ferita aperta per gli abusi passati. Giustamente, nel 1912 Papa Pio X ha riconosciuto la crudeltà con cui gli indigeni sono stati trattati nell’Enciclica Lacrimabili Statu Indorum. L’episcopato latinoamericano a Puebla ha accettato l’esistenza di «un gigantesco processo di dominazioni» pieno di «contraddizioni e lacerazioni» (DP 6). Ad Aparecida, i vescovi hanno chiesto di “decolonizzare le menti” (DAp. 96). Nell’Incontro con i popoli dell’Amazzonia a Puerto Maldonado, Papa Francesco ha ricordato le parole di San Turibio de Mogrovejo: “non solo nei tempi passati sono state fatte a questi poveri tante offese e violenze con tanti eccessi, ma […] anche oggi molti continuano a fare le stesse cose”[52]. Poiché persiste ancora una mentalità coloniale e patriarcale, è necessario approfondire un processo di conversione e riconciliazione.[53]
Suggerimenti
118. Le comunità consultate si aspettano che la Chiesa si impegni nella cura della Casa Comune e dei suoi abitanti,“[…] difenda i territori, che aiuti i popoli indigeni a denunciare ciò che causa morte e minaccia i territori”.[54] Una Chiesa profetica non può smettere di gridare per i diseredati e per coloro che soffrono (cf. Fr.PM).
119. L’ascolto della voce dello Spirito nel grido dei popoli amazzonici e nel magistero di Papa Francesco presuppone un processo di conversione pastorale e missionaria (cf. EG 25). Per questo si suggerisce:
a) Evitare l’omogeneizzazione culturale per riconoscere e promuovere il valore delle culture amazzoniche.
b) Rifiutare l’alleanza con la cultura dominante e il potere politico ed economico per promuovere le culture e i diritti degli indigeni, dei poveri e del territorio.
c) Superare ogni clericalismo per vivere la fraternità e il servizio come valori evangelici che animano il rapporto tra l’autorità e i membri della comunità.
d) Superare posizioni rigide che non tengono sufficientemente conto della vita concreta delle persone e della realtà pastorale, per andare incontro alle reali necessità dei popoli e delle culture indigene.
L’evangelizzazione nelle culture [55]
120. Lo Spirito creatore che riempie l’universo (cf. Sap 1,7) è lo Spirito che per secoli ha nutrito la spiritualità di questi popoli anche prima dell’annuncio del Vangelo e li spinge ad accettarlo a partire dalle loro culture e tradizioni. Tale annuncio deve tener conto dei “semi del Verbo”[56] presenti in esse. Riconosce inoltre che in molti di loro il seme è già cresciuto e ha dato frutti. Presuppone un ascolto rispettoso che non imponga formulazioni di fede espresse da altri riferimenti culturali che non rispondono al loro contesto vitale. Ma al contrario, ascolta “la voce di Cristo che parla attraverso l’intero popolo di Dio” (EC 5).
121. È necessario cogliere ciò che lo Spirito del Signore ha insegnato a questi popoli nel corso dei secoli: la fede in Dio Padre-Madre Creatore, il senso di comunione e di armonia con la terra, il senso di solidarietà con i propri compagni, il progetto del “buon vivere”, la saggezza di civiltà millenarie che gli anziani possiedono e che ha effetti sulla salute, sulla convivenza, sull’educazione e sulla coltivazione della terra, il rapporto vivo con la natura e la ‘Madre Terra’, la capacità di resistenza e resilienza delle donne in particolare, i riti e le espressioni religiose, i rapporti con gli antenati, l’atteggiamento contemplativo e il senso di gratuità, di celebrazione e di festa e il senso sacro del territorio.
122. L’inculturazione della fede non è un processo dall’alto verso il basso o un’imposizione esterna, ma un arricchimento reciproco delle culture in dialogo (interculturalità).[57] Il soggetto attivo dell’inculturazione sono gli stessi popoli indigeni. Come ha affermato Papa Francesco, “la grazia suppone la cultura” (EG 115).
Suggerimenti
123. Sarebbe opportuno:
a) Partire dalla spiritualità vissuta dai popoli indigeni a contatto con la natura e dalla loro cultura, affinché possano essere illuminati dalla novità di Cristo morto e risorto e in Lui raggiungere la pienezza.
b) Riconoscere la spiritualità indigena come fonte di ricchezza per l’esperienza cristiana.
c) Poiché la narratività è una caratteristica dei popoli originari, attraverso la quale essi trasmettono la loro millenaria saggezza, si suggerisce una catechesi che assuma il linguaggio e il significato delle narrazioni delle culture indigene e afro-discendenti in sintonia con le narrazioni bibliche.
d) Allo stesso modo, sarebbe opportuna una predicazione omiletica che risponda alle esperienze vitali e alla realtà socio-ambientale (cf. EG 135-144) in uno stile narrativo. Si spera che susciti l’interesse e la partecipazione dei fedeli e tenga presente la cosmovisione indigena integrale, motivando una conversione pastorale in vista di un’ecologia integrale.
e) Di fronte all’invasione colonizzatrice dei mezzi di comunicazione di massa, le comunità hanno insistito nel chiedere comunicazioni alternative a partire dalle proprie lingue e culture. Per questo motivo, è conveniente che gli stessi soggetti indigeni siano presenti nei mezzi di comunicazione già esistenti.[58]
f) Sarebbe anche opportuno creare nuove stazioni radio della Chiesa che promuovano il Vangelo e le culture, le tradizioni e le lingue originarie.[59]
Capitolo III
La celebrazione della fede: una liturgia inculturata
“L’evangelizzazione gioiosa si fa bellezza nella liturgia in mezzo all’esigenza quotidiana di far progredire il bene” (EG 24)
124. La Sacrosanctum Concilium (cf. 37-40, 65, 77, 81) propone l’inculturazione della liturgia tra i popoli indigeni. Certamente la diversità culturale non minaccia l’unità della Chiesa, ma esprime la sua autentica cattolicità mostrando “la bellezza di questo volto pluriforme” (EG 116). Por questo “bisogna avere il coraggio di trovare i nuovi segni, i nuovi simboli, una nuova carne per la trasmissione della Parola, le diverse forme di bellezza che si manifestano in vari ambiti culturali…” (EG 167). Senza questa inculturazione la liturgia può ridursi in un “pezzo da museo” o in “un possesso di pochi” (EG 95).
125. La celebrazione della fede deve avvenire con l’inculturazione perché sia espressione della propria esperienza religiosa e del legame di comunione della comunità che celebra. Una liturgia inculturata sarà anche una cassa di risonanza per le lotte e le aspirazioni delle comunità e un impulso trasformatore verso una “terra senza mali”.
Suggerimenti
126. Si suggerisce di tenere presente quanto segue:
a) Si constata la necessità di un processo di discernimento riguardo ai riti, ai simboli e agli stili celebrativi delle culture indigene a contatto con la natura che devono essere assunti nel rituale liturgico e sacramentale. È necessario stare attenti a raccogliere il vero significato del simbolo che trascende ciò che è puramente estetico e folcloristico, in particolare nell’iniziazione cristiana e nel matrimonio. Si suggerisce che le celebrazioni siano di tipo festivo con la propria musica e la propria danza, nelle lingue e nei vestiti autoctoni, in comunione con la natura e con la comunità. Una liturgia che risponda alla propria cultura perché sia fonte e culmine della loro vita cristiana (cf. SC 10) e legata alle loro lotte, sofferenze e gioie.
b) I sacramenti devono essere fonte di vita e rimedio accessibile a tutti (cf. EG 47), specialmente ai poveri (cf. EG 200). Occorre superare la rigidità di una disciplina che esclude e aliena, attraverso una sensibilità pastorale che accompagna e integra (cf. AL 297, 312).
c) Le comunità hanno difficoltà a celebrare frequentemente l’Eucaristia per la mancanza di sacerdoti. “La Chiesa vive dell’Eucaristia” e l’Eucaristia edifica la Chiesa.[60] Per questo, invece di lasciare le comunità senza l’Eucaristia, si cambino i criteri di selezione e preparazione dei ministri autorizzati a celebrarla.
d) In funzione di una “salutare ‘decentralizzazione’” della Chiesa (cf. EG 16) le comunità chiedono che le Conferenze Episcopali adattino il rito eucaristico alle loro culture.
e) Le comunità chiedono una maggiore valorizzazione, accompagnamento e promozione della pietà con cui il popolo povero e semplice esprime la sua fede attraverso immagini, simboli, tradizioni, riti e altri sacramentali. Tutto questo avviene attraverso associazioni comunitarie che organizzano vari eventi come preghiere, pellegrinaggi, visite ai santuari, processioni e feste patronali. Si tratta di una manifestazione di una saggezza e di una spiritualità che costituisce un autentico luogo teologico con un grande potenziale evangelizzatore (cf. EG 122-126).
Capitolo IV
L’organizzazione delle comunità
“È giusto riconoscere che esistono iniziative di speranza che sorgono
dalle vostre stesse realtà locali e dalle vostre organizzazioni” (Fr.PM)
La cosmovisione degli indigeni
127. La Chiesa deve incarnarsi nelle culture amazzoniche che possiedono un alto senso di comunità, uguaglianza e solidarietà, per cui il clericalismo non è accettato nelle sue varie forme di manifestarsi. I popoli indigeni posseggono una ricca tradizione di organizzazione sociale dove l’autorità è a rotazione e con un profondo senso del servizio. A partire da questa esperienza di organizzazione sarebbe opportuno riconsiderare l’idea che l’esercizio della giurisdizione (potere di governo) deve essere collegato in tutti gli ambiti (sacramentale, giudiziario, amministrativo) e in modo permanente al Sacramento dell’Ordine.
Distanze geografiche e pastorali
128. Oltre alla pluralità delle culture all’interno dell’Amazzonia, le distanze generano un grave problema pastorale che non può essere risolto con i soli mezzi meccanici e tecnologici. Le distanze geografiche manifestano anche distanze culturali e pastorali che, quindi, richiedono il passaggio da una “pastorale della visita” a una “pastorale della presenza”, per riconfigurare la Chiesa locale in tutte le sue espressioni: ministeri, liturgia, sacramenti, teologia e servizi sociali.
Suggerimenti
129. I seguenti suggerimenti delle comunità recuperano aspetti della Chiesa primitiva quando rispondeva alle sue necessità creando ministeri appropriati (cf. Atti 6,1-7; 1 Tim 3,1-13):
a) Nuovi ministeri per rispondere in maniera efficace ai bisogni dei popoli amazzonici:
1. Promuovere vocazioni autoctone di uomini e donne in risposta ai bisogni di un’attenzione pastorale sacramentale; il loro contributo decisivo sta nell’impulso ad un’autentica evangelizzazione dal punto di vista indigeno, secondo i loro usi e costumi. Si tratta di indigeni che predicano agli indigeni con una profonda conoscenza della loro cultura e della loro lingua, capaci di comunicare il messaggio del Vangelo con la forza e l’efficacia di chi ha il loro bagaglio culturale. È necessario passare da una “Chiesa che visita” ad una “Chiesa che rimane”, accompagna ed è presente attraverso ministri che emergono dai suoi stessi abitanti.
2. Affermando che il celibato è un dono per la Chiesa, si chiede che, per le zone più remote della regione, si studi la possibilità di ordinazione sacerdotale di anziani, preferibilmente indigeni, rispettati e accettati dalla loro comunità, sebbene possano avere già una famiglia costituita e stabile, al fine di assicurare i Sacramenti che accompagnano e sostengono la vita cristiana.
3. Identificare il tipo di ministero ufficiale che può essere conferito alle donne, tenendo conto del ruolo centrale che esse svolgono oggi nella Chiesa amazzonica.
b) Ruolo dei laici:
1. Le comunità indigene sono partecipative ed hanno un alto senso di corresponsabilità. Per questo si chiede di valorizzare il protagonismo dei laici e delle laiche cristiani e di riconoscere il loro spazio perché siano soggetti della Chiesa in uscita.
2. Offrire cammini di formazione integrale perché assumano il loro ruolo di animatori di comunità in maniera credibile e corresponsabile.
3. Creare itinerari formativi alla luce della Dottrina Sociale della Chiesa focalizzati sull’Amazzonia per i laici e le laiche che lavorano nei territori amazzonici, in particolare negli ambiti della cittadinanza e della politica.
4. Aprire nuove possibilità di processi sinodali, con la partecipazione di tutti i fedeli, in vista dell’organizzazione della comunità cristiana per la trasmissione della fede.
c) Ruolo della donna:
1. In campo ecclesiale, la presenza delle donne nelle comunità non è sempre valorizzata. Viene chiesto il riconoscimento delle donne a partire dai loro carismi e talenti. Esse chiedono di recuperare lo spazio dato da Gesù alle donne, “dove tutti/tutte possiamo ritrovarci”.[61]
2. Si propone inoltre di garantire alle donne la loro leadership, nonché spazi sempre più ampi e rilevanti nel campo della formazione: teologia, catechesi, liturgia e scuole di fede e di politica.
3. Si chiede anche che la voce delle donne sia ascoltata, che siano consultate e partecipino ai processi decisionali, e che possano così contribuire con la loro sensibilità alla sinodalità ecclesiale.
4. Che la Chiesa accolga sempre più lo stile femminile di agire e di comprendere gli avvenimenti.
d) Ruolo della vita consacrata:
1. “I popoli dell’America Latina e dei Caraibi si aspettano molto dalla vita consacrata [… che mostra] il volto materno della Chiesa. Il loro desiderio di ascolto, accoglienza e servizio, e la loro testimonianza dei valori alternativi del Regno, dimostrano che una nuova società latinoamericana e caraibica, fondata in Cristo, è possibile” (DAp. 224). Si propone quindi di promuovere una vita consacrata alternativa e profetica, intercongregazionale, interistituzionale, con un senso di disponibilità a stare dove nessuno vuole stare e con chi nessuno vuole stare.
2. Sostenere l’inserimento e l’itineranza delle persone consacrate vicino ai più poveri ed esclusi e la partecipazione politica per trasformare la realtà.
3. Proporre ai religiosi e alle religiose che vengono dall’estero di essere disponibili a condividere la vita locale con il cuore, la testa e le mani per disimparare modelli, ricette, schemi e strutture prefissate e per imparare lingue, culture, tradizioni di saggezza, cosmologie e mitologie autoctone.
4. Date le urgenze pastorali, e di fronte alla tentazione dell’attivismo immediato, si raccomanda di dare tempo all’apprendimento della lingua e della cultura per generare legami e sviluppare una pastorale integrale.
5. Si raccomanda che la formazione alla vita religiosa includa processi formativi focalizzati sull’interculturalità, l’inculturazione e il dialogo tra le spiritualità e le cosmovisioni amazzoniche.
6. Si suggerisce di dare priorità alle necessità delle popolazioni locali rispetto a quelle delle congregazioni religiose
e) Ruolo dei giovani:
1. È urgente un dialogo con i giovani per ascoltare le loro necessità.
2. È necessario accompagnare processi di trasmissione e ricezione del patrimonio culturale e linguistico nelle famiglie[62] per superare le difficoltà di comunicazione intergenerazionale.
3. I giovani si trovano tra due mondi, tra la mentalità indigena e l’attrazione della mentalità moderna, soprattutto quando migrano verso le città. Da un lato, sono necessari programmi per rafforzare la loro identità culturale di fronte alla perdita dei loro valori, delle loro lingue e del loro rapporto con la natura; dall’altro, sono necessari programmi per aiutarli ad entrare in dialogo con la cultura urbana moderna.
4. È urgente affrontare il problema della migrazione dei giovani verso le città.[63]
5. È necessario porre maggiormente l’accento sulla difesa e il recupero di coloro che sono vittime delle reti del narcotraffico e del traffico di esseri umani, nonché della dipendenza dalla droga e dall’alcol.
f) Diocesi di frontiera:
1. La frontiera è una categoria fondamentale della vita dei popoli amazzonici. È il luogo per eccellenza dell’acuirsi dei conflitti e delle violenze, dove la legge non viene rispettata e la corruzione mina il controllo dello Stato, lasciando campo libero a molte imprese per uno sfruttamento indiscriminato. Per tutti questi motivi, è necessario un lavoro che aiuti a vedere l’Amazzonia come una casa di tutti, che merita la cura di tutti. Si propone un’azione pastorale congiunta tra le Chiese di confine per affrontare problemi comuni come lo sfruttamento del territorio, la delinquenza, il narcotraffico, il traffico di esseri umani, la prostituzione, ecc.
2. È opportuno incoraggiare e rafforzare il lavoro nelle reti della pastorale di confine come cammino per un’azione pastorale sociale ed ecologica più efficace, continuando il servizio della REPAM.
3. Date le caratteristiche specifiche del territorio amazzonico, si suggerisce di considerare la necessità di una struttura episcopale amazzonica per realizzare l’applicazione del Sinodo.
4. È richiesta la creazione di un fondo economico a sostegno dell’evangelizzazione, della promozione umana e dell’ecologia integrale, soprattutto per l’attuazione delle proposte del Sinodo.
Capitolo V
L’evangelizzazione nelle città[64]
“Una cultura inedita palpita e si progetta nella città” (EG 73)
Missione urbana
130. San Giovanni Paolo II ci ha avvertito: “Oggi l’immagine della missione ad gentes sta forse cambiando: luoghi privilegiati dovrebbero essere le grandi città, dove sorgono nuovi costumi e modelli di vita, nuove forme di cultura e comunicazione, che poi influiscono sulla popolazione” (RM, 37b). La Chiesa deve essere in dialogo permanente con la realtà urbana, che richiede risposte diverse e creative. Per questo è necessario che sacerdoti, religiosi e religiose, e laici dei diversi ministeri, movimenti, comunità e gruppi della stessa città o diocesi, siano sempre più uniti nella realizzazione di un’azione missionaria congiunta, intelligente, capace di unire le forze. La missione urbana progredirà solo se ci sarà una grande comunione tra i lavoratori della vigna del Signore, perché, di fronte alla complessità della città, l’azione pastorale individuale e isolata perde efficacia.
Sfide urbane
131. La città, anche con le sue sfide, può trasformarsi in un’esplosione di vita. Le città fanno parte del territorio, quindi devono prendersi cura della foresta e rispettare gli indigeni. Al contrario, molti abitanti delle città amazzoniche considerano gli indigeni un ostacolo al loro progresso e vivono voltando le spalle alla foresta.
132. L’indigeno in città è un migrante, un essere umano senza terra e un sopravvissuto a una storica battaglia per la delimitazione della sua terra, con la sua identità culturale in crisi. Nei centri urbani, le agenzie governative spesso si sottraggono alla responsabilità di garantire i loro diritti, negando la loro identità e condannandoli all’invisibilità. Alcune parrocchie, da parte loro, non hanno ancora assunto la loro piena responsabilità nel mondo multiculturale che richiede una pastorale specifica, missionaria e profetica.
133. Un fenomeno importante da tenere in considerazione è la rapida crescita delle recenti chiese evangeliche di origine pentecostale, soprattutto nelle periferie.[65]
134. Tutto questo ci porta a chiederci: quale struttura parrocchiale può meglio rispondere al mondo urbano, dove l’anonimato, l’influenza dei mezzi di comunicazione e la evidente disuguaglianza sociale regnano sovrane? Che tipo di educazione possono promuovere le istituzioni cattoliche a livello formale e informale?
Suggerimenti
135. Sarebbe auspicabile:
a. Promuovere una pastorale specifica per gli indigeni che vivono nella città in cui essi stessi siano protagonisti.
b. Promuovere l’integrazione degli indigeni nelle varie attività pastorali della parrocchia attraverso l’affiancamento e la formazione, valorizzando ogni giorno di più il loro contributo.
c. Progettare una strategia di lavoro pastorale comune nelle città.[66]
d. Ripensare le strutture ecclesiali, superando le forme culturali antiquate che abbiamo acquisito nel corso dei secoli.[67]
e. Promuovere spazi per la formazione integrale.[68]
f. Favorire la consapevolezza dell’importanza vitale dell’inserimento della città nel territorio e della valorizzazione della foresta e dei suoi abitanti. Promuovere i necessari cambiamenti nelle strutture sociali ed economiche affinché lo sviluppo della città non sia una minaccia.
g. Sensibilizzare la comunità alle lotte sociali, sostenendo i diversi movimenti sociali per promuovere una cittadinanza ecologica e difendere i diritti umani.[69]
h. Promuovere una chiesa missionaria ed evangelizzatrice, visitando ed ascoltando la realtà presente nei nuovi quartieri.
i. Aggiornare l’opzione per i giovani [70], cercando una pastorale in cui essi stessi siano protagonisti.[71]
j. Essere presenti nei mezzi di comunicazione per evangelizzare e promuovere le culture originarie.[72]
Capitolo VI
dialogo ecumenico e interreligioso
“Proviamo ora a delineare dei grandi percorsi di dialogo
che ci aiutino ad uscire dalla spirale di autodistruzione in cui stiamo affondando” (LS 163)
136. Il dialogo ecumenico si svolge tra persone che condividono la fede in Gesù Cristo come Figlio di Dio e Salvatore, e a partire dalle Sacre Scritture cercano di dare una testimonianza comune. Il dialogo interreligioso si svolge tra credenti che condividono la loro vita, le loro lotte, le loro preoccupazioni e le loro esperienze di Dio, facendo delle loro differenze uno stimolo per crescere e per approfondire la propria fede.
137. Alcuni gruppi diffondono una teologia della prosperità e del benessere sulla base della propria lettura della Bibbia. Ci sono tendenze fataliste che cercano di turbare le persone, e, con una visione negativa del mondo, offrono un ponte per una salvezza certa. Gli uni tramite la paura e gli altri attraverso la ricerca del successo, hanno un impatto negativo sui gruppi amazzonici.
138. Tuttavia, altri gruppi sono presenti in mezzo alla foresta amazzonica vicino ai più poveri, svolgendo un’attività di evangelizzazione e di educazione; sono molto capaci di attirare i popoli nonostante non valorizzino positivamente la loro cultura. L’essere presenti ha permesso loro di insegnare e diffondere la Bibbia tradotta nelle lingue originarie. Per la maggior parte questi movimenti si sono diffusi a causa della mancanza di ministri cattolici. I loro pastori hanno formato piccole comunità dal volto umano, dove la gente si sente apprezzata personalmente. Un altro fattore positivo è la presenza locale, vicina e concreta dei pastori che visitano, accompagnano, confortano, conoscono e pregano per i bisogni concreti delle famiglie. Sono persone come gli altri, facili da trovare, che vivono gli stessi problemi e diventano più "vicini", e meno "diversi", al resto della comunità. Ci mostrano un altro modo di essere chiesa dove il popolo si sente protagonista e dove i fedeli possono esprimersi liberamente senza censura, dogmatismo o discipline rituali.
Suggerimenti
139. Sarebbe opportuno:
a. Cercare elementi comuni attraverso incontri periodici per lavorare insieme alla cura della Casa Comune e lottare in maniera congiunta per il bene comune contro le aggressioni esterne.
b. Mettere a fuoco quali aspetti dell’essere Chiesa ci educano e quali devono essere incorporati nei nuovi cammini della Chiesa in Amazzonia.
c. Incoraggiare la traduzione della Bibbia nelle lingue originali dell’Amazzonia.
d. Promuovere incontri con teologi cristiani evangelici.
Capitolo VII
Missione dei mezzi di comunicazione
“La Chiesa darà maggiore importanza
ai mezzi di comunicazione sociale e li utilizzerà per l’evangelizzazione” (DP 158)
Media, ideologia e culture
140. Una delle grandi sfide della Chiesa è pensare a come posizionarsi in questo mondo interconnesso. I mezzi di comunicazione sociale di massa trasmettono modelli di comportamento, stili di vita, valori, mentalità che influenzano, trasmettendo una cultura che tende ad imporsi e ad uniformare il nostro mondo interconnesso. È il problema della seduzione ideologica della mentalità consumistica, che colpisce soprattutto la gioventù. In molti casi, i giovani sono portati a non valorizzare - o addirittura rifiutare - la propria cultura e le proprie tradizioni, accettando acriticamente il modello culturale imperante. Questo porta allo sradicamento e alla perdita di identità.
I media della Chiesa
141. La Chiesa possiede un’infrastruttura di mezzi di comunicazione, in particolare di stazioni radio, che sono i suoi principali mezzi. I media possono essere uno strumento molto importante per trasmettere lo stile di vita evangelico, i suoi valori e i suoi criteri. Sono anche spazi per informare su ciò che sta accadendo in Amazzonia, soprattutto per quanto riguarda le conseguenze di uno stile di vita che distrugge e che i media che sono nelle mani delle grandi corporazioni nascondono. Esistono già alcuni centri di comunicazione sociale gestiti dagli stessi indigeni che sperimentano la gioia di poter far sentire le proprie parole, la propria voce non solo alle loro stesse comunità, ma anche all’esterno. Il mondo indigeno mostra valori che il mondo moderno non ha. Per questo motivo è importante che il rafforzamento dei mezzi di comunicazione raggiunga i nativi stessi. Il loro contributo può avere grande risonanza e aiutare la conversione ecologica della Chiesa e del pianeta. Bisogna che la realtà amazzonica esca dall’Amazzonia e abbia ripercussione planetaria.
Suggerimenti (cf. DAp. 486)
142. Si suggerisce:
a. La formazione integrale di comunicatori autoctoni, in particolare di indigeni, al fine di rafforzare le narrazioni proprie del territorio.
b. La presenza di agenti pastorali nei mezzi di comunicazione di massa.
c. La costituzione, la promozione e il rafforzamento di nuove emittenti radiofoniche e televisive con contenuti adeguati alla realtà amazzonica.
d. La presenza della Chiesa in Internet e in altre reti di comunicazione per far conoscere al mondo la realtà amazzonica.
e. L’articolazione dei diversi mezzi di comunicazione nelle mani della Chiesa e di coloro che lavorano in altri media, in uno specifico piano pastorale.
f. Produrre e diffondere contenuti sulla rilevanza dell’Amazzonia, dei suoi popoli e delle sue culture per il mondo, da promuovere nelle strutture e nei canali della Chiesa universale.
Capitolo VIII
Il ruolo profetico della Chiesa e la promozione umana integrale
“Dal cuore del Vangelo riconosciamo l’intima connessione
tra evangelizzazione e promozione umana,
che deve necessariamente esprimersi e svilupparsi in tutta l’azione evangelizzatrice”
(EG 178)
Chiesa in uscita
143. La Chiesa ha la missione di evangelizzare, il che implica allo stesso tempo un impegno a promuovere il compimento dei diritti delle popolazioni indigene. Infatti, quando questi popoli si incontrano, parlano di spiritualità, così come di ciò che gli accade e dei loro problemi sociali. La Chiesa non può non preoccuparsi della salvezza integrale della persona umana, che comporta promuovere la cultura dei popoli indigeni, parlare dei loro bisogni vitali, accompagnare i movimenti e unire le forze per difendere i loro diritti.
Chiesa in ascolto
144. Nella voce dei poveri è lo Spirito; per questo la Chiesa deve ascoltarli, sono un luogo teologico. Nell’ascolto del dolore, il silenzio diventa necessario per poter ascoltare la voce dello Spirito di Dio. La voce profetica implica un nuovo sguardo contemplativo capace di misericordia e di impegno. Come parte del popolo amazzonico, la Chiesa ricrea la sua profezia, a partire dalla tradizione indigena e cristiana. Ma significa anche vedere con coscienza critica una serie di comportamenti e realtà dei popoli indigeni che vanno contro il Vangelo. Il mondo amazzonico chiede alla Chiesa di essere sua alleata.
Chiesa e potere
145. Essere Chiesa in Amazzonia in modo realistico significa porre profeticamente il problema del potere, perché in questa regione le persone non hanno la possibilità di far valere i loro diritti contro le grandi imprese economiche e le istituzioni politiche. Oggi, mettere in discussione il potere nella difesa del territorio e dei diritti umani è mettere a rischio la propria vita, aprendo un cammino di croce e martirio. Il numero di martiri in Amazzonia è allarmante (p. es., solo in Brasile, tra il 2003 e il 2017, 1.119 indigeni sono stati uccisi per aver difeso i loro territori).[73] La Chiesa non può rimanere indifferente a tutto questo; al contrario, deve sostenere la protezione dei difensori dei diritti umani e ricordare i suoi martiri, tra cui donne leader come Suor Dorothy Stang.
Suggerimenti
146. Come comunità solidale a livello mondiale, la Chiesa reagisce responsabilmente alla situazione globale di ingiustizia, povertà, disuguaglianza, violenza ed esclusione in Amazzonia. Il presupposto fondamentale è il riconoscimento di relazioni non eque. Ecco perché è necessario:
a. Farsi carico della denuncia contro modelli estrattivisti che danneggiano il territorio e violano i diritti delle comunità. Alzare la voce contro progetti che hanno un impatto sull’ambiente e promuovono la morte.
b. Allearsi ai movimenti sociali di base, per annunciare profeticamente un programma di giustizia agraria che promuova una profonda riforma agraria, sostenendo l’agricoltura biologica e agroforestale. Assumere la causa dell’agroecologia incorporandola ai loro processi formativi per una maggiore consapevolezza delle stesse popolazioni indigene.[74]
c. Promuovere la formazione, la difesa e l’esecutività dei diritti umani dei popoli dell’Amazzonia, di altre popolazioni e della natura. Difendere le minoranze e i più vulnerabili.
d. Ascoltare il grido della "Madre Terra" attaccata e gravemente ferita dal modello economico di sviluppo predatorio ed ecocida, che uccide e saccheggia, distrugge e sgombra, allontana e scarta, pensato e imposto dall’esterno e al servizio di potenti interessi esterni.
e. Promuovere la dignità e l’uguaglianza della donna nella sfera pubblica, privata ed ecclesiale, assicurando canali di partecipazione, combattendo la violenza fisica, domestica e psicologica, il femminicidio, l’aborto, lo sfruttamento sessuale e la tratta, impegnandosi a lottare per garantire i suoi diritti e per superare ogni tipo di stereotipo.
f. Promuovere una nuova coscienza ecologica, che ci porti a cambiare le nostre abitudini di consumo, a promuovere l’uso di energie rinnovabili, evitando materiali nocivi e attuando altri percorsi di azione secondo l’Enciclica Laudato si’.[75] Promuovere alleanze per combattere la deforestazione e promuovere il rimboschimento.
g. Farsi carico senza paura dell’attuazione dell’opzione preferenziale per i poveri nella lotta dei popoli indigeni, delle comunità tradizionali, dei migranti e dei giovani per configurare la fisionomia della Chiesa in Amazzonia.
h. Creare reti di collaborazione negli spazi di impatto regionale, globale e internazionale, in cui la Chiesa partecipi organicamente affinché i popoli stessi possano presentare le loro denunce di violazione dei loro diritti umani.
Conclusione
147. In questo lungo percorso dell’Instrumentum Laboris, la voce dell’Amazzonia è stata ascoltata alla luce della fede (Parte I), si è cercato di rispondere al grido del popolo e del territorio amazzonico per una ecologia integrale (Parte II) e per nuovi cammini al fine di favorire una capacità di profezia in Amazzonia (Parte III). Queste voci amazzoniche ci interpellano a dare una nuova risposta alle diverse situazioni e a cercare nuovi cammini che rendano possibile un kairós per la Chiesa e per il mondo. Concludiamo sotto la protezione di Maria, venerata con vari titoli in tutta l’Amazzonia. Ci auguriamo che questo Sinodo sia espressione concreta della sinodalità di una Chiesa in uscita, affinché la vita piena che Gesù è venuto a portare nel mondo (cf. Gv 10,10) possa raggiungere tutti, specialmente i poveri.
*.*.*
SIGLE
AG Decreto Ad Gentes: Sull’Attività Missionaria della Chiesa, Paolo VI, Concilio Vaticano II, 1965.
AL Esortazione Apostolica Post-sinodale Amoris Laetitia, Francesco, 2016.
CIMI Consiglio Indigenista Missionario, CNBB, Brasile.
CNBB Conferenza Nazionale dei Vescovi del Brasile.
CV Enciclica Caritas in veritate, Benedetto XVI, 2009.
DAp. Documento della V CONFERENZA GENERALE DELL’EPISCOPATO LATINOAMERICANO E DEL CARIBE (CELAM), Aparecida, Brasile, 2007.
DM Documento della II CONFERENZA GENERALE DELL’EPISCOPATO LATINOAMERICANO E DEL CARIBE (CELAM), Medellín, Colombia, 1968.
Doc. Bolivia Doc. Bolivia: Informe país: consulta pre-sinodal. Bolivia 2019.
Doc. Eje de Fronteras Doc. Eje de Fronteras (2019). Preparação ao SINODO para a Amazônia. Tabatinga, Brasil, 11 a 13 de fevereiro de 2019
Doc. Manaos Documento dell’Assemblea delle Regioni Nord 1 e 2 della CNBB, “A Igreja e faz carne e arma sua tenda na Amazônia”, Manaus, 1997, en: CONFERÊNCIA NACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL, Desafio missionário. Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, 2014, pp. 67-84.
Doc. Preparatorio. Documento Preparatorio del Sinodo per l’Amazzonia: Nuovi Cammini per la Chiesa e per una Ecologia Integrale, Segreteria Generale del Sinodo dei Vescovi, 2018.
Doc. Venezuela Doc. Venezuela. CEV. Respuestas asambleas (2019).
DP Documento della III CONFERENZA GENERALE DELL’EPISCOPATO LATINOAMERICANO E DEL CARIBE (CELAM), Puebla, Messico, 1979.
DSD Documento della IV CONFERENZA GENERALE DELL’EPISCOPATO LATINOAMERICANO E DEL CARIBE (CELAM), Santo Domingo, Repubblica Dominicana, 1992.
DV Costituzione dogmatica Dei Verbum (sulla Divina Rivelazione). Concilio Vaticano II, 1965.
EC Costituzione Apostolica Episcopalis Communio, Francesco, 2018.
EG Esortazione Apostolica Evangelii Gaudium, Francesco 2013.
Fr.PM Discorso del Santo Padre Francesco in occasione dell’Incontro con i Popoli dell’Amazzonia. Coliseo Madre de Dios (Puerto Maldonado), 19 gennaio 2018.
IBGE Istituto Brasiliano di Geografia e Statistica.
LS Lettera Enciclica Laudato Si’: sulla cura della casa comune, Francesco, 2015.
NMI Lettera Apostolica Novo Millenio Ineunte, Giovanni Paolo II, 2001.
OA Lettera Apostolica Octogesima Adveniens, Paolo VI, 1971.
PIAV Popoli Indigeni in Isolamento Volontario.
RM Lettera Enciclica Redemptoris Missio, Giovanni Paolo II, 1990.
RP Esortazione Apostolica Post-sinodale Reconciliatio et paenitentia, Giovanni Paolo II, 1984.
SC Costituzione Sacrosanctum Concilium (sulla Sacra Liturgia), Concilio Vaticano II, 1963.
Sint. REPAM AAVV., “Sistematización de aportes esenciales desde las voces de los actores territoriales” en REPAM, Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para la Ecología Integral. Síntesis general de la red eclesial Panamazónica –REPAM- Asambleas Territoriales, Foros Temáticos, Contribuciones especiales y escuchas sobre el sínodo, Segreteria Esecutiva della REPAM, Quito 2019.
SRS Lettera Enciclica Sollicitudo Rei Socialis, Giovanni Paolo II, 1987.
VG Costituzione Apostolica Veritatis Gaudium circa le Università e le Facoltà Ecclesiastiche, Francesco, 2017.
_____________________
[1] A margine di questo processo ufficiale, si sono tenuti numerosi seminari a Washington D.C., Roma e Bogotá, con esperti di diversi settori e rappresentanti dei popoli amazzonici, per riflettere sulle questioni qui analizzate.
[2] Doc. Eje de Fronteras, pag. 3.
[3] Cf. Nobre, C. A., Sampaio, G., Borma, L. S., Castilla-Rubio, J. C., Silva, J. S., Cardoso, M., et al. (2016). “The Fate of the Amazon Forests: land-use and climate change risks and the need of a novel sustainable development paradigm”. Proceedings of the National Academy of Sciences U.S.A., 113(39),Settembre 2016.
[4] Nelle loro lingue si trova in diverse espressioni, come Sumak Kawsay in quechua, o Suma Qamaña in aymara, o Teko Porã in guaraní. Nella filosofia africana, la parola ubuntu è qualcosa di paragonabile al sumak kawsay quechua: generosità, solidarietà, compassione per chi ha bisogno, e il sincero desiderio di felicità e armonia fra tutti.
[5] Cf. “El grito del sumak kawsay en la Amazonia”, Dichiarazione dei popoli e delle nazionalità indigene delle regioni mesoamericane, andina e del Caribe, del Cono Sud e dell’Amazzonia, riuniti nella città di Pujili-Cotopaxi con l’obiettivo di approfondire il vero significato del sumak kawsay, in: home-page del Vicariato di Aguarico; Acosta, Alberto (2008). El Buen Vivir, una oportunidad por construir, Ecuador Debate: Quito; cf. “Sumak Kawsa, Suma Qamaña, Teko Porã. O Bem-Viver” (Ano X, n. 340, del 23.08.2010), en: IHUOnlineEdicao 340.pdf
[6] Doc. Diocesi di San José del Guaviare e Arcidiocesi di Villavicencio e Granada (Colombia, Frontiera Brasile, Colombia e Perù.
[7] Doc. Bolivia, pag. 36.
[8] Doc. Venezuela, pag. 1.
[9] IPBES, Nature’s Dangerous Decline ‘Unpredented’ Species Extintion Rates ‘Accelerating’
[10] Cf. Parte II, Cap.III: Migrazione.
[11] Doc. Eje Fronteras, pag. 1.
[12] Documento dell’Assemblea delle Regioni del Nord 1 e 2 della CNBB, “A Igreja e faz carne e arma sua tenda na Amazônia”, Manaus, 1997, en: CONFERÊNCIA NACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL, Desafio missionário. Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, 2014, pp. 67-84.
[13] I Documenti di Santarém (1972) e Manaos (1997) si trovano in: CNBB (2014). Desafio missionário. Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, pp. 9-28 e 67-84.
[14] Cf. LS 163 e Doc. Preparatorio, n. 13.
[15] Papa Francesco, Discorso in occasione del II Incontro Mondiale dei Movimenti Popolari, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 9 luglio 2015. Cf. Parte II, cap. I: Distruzione estrattivista, p.41, n. 113.
[16] Cf. ST II-II, Q 158, Art 1.
[17] Cf. Sint. REPAM, pag. 135.
[18] Si riferisce alla trasformazione della foresta in savana.
[19] Cf. Sint. REPAM – Brasile, pag. 120.
[20] Cf. Sint. REPAM, pag. 43.
[21] Cf. Sint. REPAM, pag. 86.
[22] Cf. Sint. REPAM, Antonio, Brasile, pag. 57.
[23] Cf. Parte II, Cap. II. (PIAV)
[24] Organizzazione Internazionale del Lavoro (ILO), 1989. Convenzione 169: Sui Popoli Indigeni e Tribali, art. 7.
[25] Alcuni emigrano nelle città per il commercio di beni di prima necessità o per ottenere un lavoro temporaneo in cerca di denaro che sostenga le loro famiglie (es. la migrazione pendolare interna peruviana per lavorare con le compagnie di legname).
[26] La pratica della transumanza si basa su due fenomeni naturali tra loro correlati: le differenze sulla produzione primaria provocate dalle stagioni e dalla migrazione degli animali. La transumanza umana è quindi legata all'ecologia integrale: al bisogno umano di produrre e alla situazione ecologica che provoca la migrazione di alcuni gruppi umani.
[27] Francesco, Incontro con la popolazione nell’Istituto Jorge Basadre Grohmann (Puerto Maldonado, 19 gennaio 2018)
[28] Cf. Parte I, Cap. I, punto 14; Parte II, Cap. I, punto 48.
[29] Discípulos Missionários na Amazônia, 2007. Documento do IX Encontro de Bispos da Amazônia, Manaus (2007). En: CNBB (2014), Desafio missionário: Documentos da Igreja na Amazônia. Coletânea, Ed. CNBB, Brasília, pp. 161-216 (269).
[30] Cf. Sínt. REPAM, pag.124.
[31] Cf. Doc. Venezuela, Resumen Final, pag. 4.
[32] Discorso del Santo Padre Francesco ai Partecipanti al Foro Internazionale su “Migrazioni e Pace” (21 febbraio 2017).
[33] Cf. Parte II, cap. III: Migrazione.
[34] Cf. Documento Preparatorio, pag.6.
[35] Cf. Parte II, cap. V: Famiglia e comunità.
[36] Cf. Parte II, cap. VII: La questione della salute integrale.
[37] Cf. Parte II, cap. VIII: Educazione integrale.
[38] Cf. Parte II, cap. VI: Corruzione.
[39] Sint. REPAM, pag. 42.
[40] Cf. Sint. REPAM, pag. 71, e Part II, Cap. VII: La questione della salute integrale.
[41] Sint. REPAM, pag.57.
[42] Cf. Sint. REPAM, pag. 161.
[43] Cf. Sint. REPAM, pag. 125.
[44] Cf. Sint. REPAM, pag. 125.
[45] Benedetto XVI, Omelia nel solenne inizio del ministero petrino (24 aprile 2005).
[46] Francesco, Discorso all’episcopato brasiliano (27 luglio 2013).
[47] Cf. San Giustino, II Apologia, 7,3; 8,1; 13, 2-3; 13, 6; Ad Gentes 11; DP 401, 403.
[48] Cf. Magistero latinoamericano alle Assemblee Generali; san Giovanni Paolo II in Sollicitudo Rei Socialis 42 e Centesimus annus 11.57; Benedetto XVI nel Discorso nella sessione inaugurale dei lavori della V Conferenza Generale dell’Episcopato Latinoamericano e del Caribe (2007); e Francesco nell’Evangelii Gaudium, 197-201.
[49] Cf. Sant’Ireneo di Lione, Contro le eresie, V, praef; I, 6, 1; DP 400.
[50] Tra gli altri si possono citare: Rodolfo Lunkenbein SDB e Simão Bororo (1976), Marçal de Souza Tupã-i (1983, Guaraní), Ezequiel Ramin (1985, Comboniano), Suor Cleusa Carolina Rody (1985, missionaria Agustina Recoleta), Josimo Moraes Tavavares (1986, sacerdote diocesano), Vicente Cañas SJ (1987), Mons. Alejandro Labaka e Suor Inés Arango (1987, entrambi cappuccini), Chico Mendes (1988, ecologista), Galdino Jesus dos Santos (1997, Pataxó Hã-Hã-Hãe), Ademir Federici (2001), Suor Dorothy Mae Stang (2005, Sorella di N. S. di Namur).
[51] Cf. EG 68-70, 116, 122, 126, 129.
[52] Concilio di Lima, Ses. III, c. 3.
[53] Cf. Documento Preparatorio, 4; Parte I, cap. IV: Dialogo.
[54] Sint. REPAM, pag. 58.
[55] Cf. Parte I, cap. III: Tempo (Kairos), n. 30; Parte III, cap. I: Chiesa dal volto amazzonico e missionario, nn. 107-108 e 114.
[56] Cf. San Giustino, Apologia II, 8; Ad Gentes, n. 11;
[57] Cf. Parte III, Cap I: Chiesa dal volto amazzonico e missionario, n. 107.
[58] Cf. Parte III, Cap. VI: Missione dei mezzi di comunicazione.
[59] Cf. Idem.
[60] Giovanni Paolo II, Ecclesia de Eucharistia (2003), 1. Cap.II.
[61] Cf. Sint. REPAM, pag. 78.
[62] Cf. Parte II, cap. V: Famiglia e comunità.
[63] Cf. Parte II, cap. III: Migrazione.
[64] Cf. Parte II, cap. IV: Urbanizzazione.
[65] Cf. Parte III, cap. V: Dialogo ecumenico e interreligioso.
[66] Cf. Parte II, cap. IV: Urbanizzazione.
[67] Cf. Parte III, cap. IV: L’organizzazione delle comunità.
[68] Cf. Parte II, cap. VIII: Educazione integrale.
[69] Cf. Parte III, cap. VII: Il ruolo profetico della Chiesa e la promozione umana integrale.
[70] Cf. DP 1166-1205; Documento finale della XV Assemblea Generale Ordinaria del Sinodo dei Vescovi su I giovani, la fede e il discernimento vocazionale; Francesco, Esortazione apostolica post-sinodale Christus vivit (25 marzo 2019).
[71] Cf. Parte III, cap. IV: L’organizzazione delle comunità.
[72] Cf. Parte III, cap. II: Sfide dell’inculturazione e dell’interculturalità.
[73] Cf. CIMI, “Relatório de violência contra os Povos Indígenas no Brasil”.
[74] Vedi Sint. REPAM, pag. 142, 146.
[75] Cf. Parte II, Cap. IX: La conversione ecologica.