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Viaggio Apostolico di Sua Santità Francesco a Cuba, negli Stati Uniti d’America e Visita alla sede dell’ONU, in occasione della partecipazione all’Incontro Mondiale delle Famiglie in Philadelphia (19-28 settembre 2015) – Saluto al Comitato organizzatore e Cerimonia di Congedo all’aeroporto di Philadelphia, 27.09.2015


Saluto al Comitato organizzatore, ai volontari e ai benefattori dell’Incontro Mondiale delle Famiglie all’aeroporto internazionale di Philadelphia

Cerimonia di congedo dagli Stati Uniti all’aeroporto internazionale di Philadelphia

Saluto al Comitato organizzatore, ai volontari e ai benefattori dell’Incontro Mondiale delle Famiglie all’aeroporto internazionale di Philadelphia

Saluto del Santo Padre

Traduzione in lingua spagnola

Traduzione in lingua italiana

Dopo la Messa al B. Franklyn Parkway, in serata il Santo Padre Francesco ha raggiunto l’aeroporto internazionale di Philadelphia, accolto dal Vice Presidente degli Usa.

Prima della partenza per far rientro a Roma, in un hangar dell’aeroporto il Papa ha incontrato i membri del Comitato Organizzatore, i volontari e i benefattori dell’Incontro Mondiale delle Famiglie e, dopo un momento di canti e testimonianze, ha rivolto ai presenti le parole di saluto che riportiamo di seguito:

Saluto del Santo Padre

Dear Friends,

My days with you have been brief. But they have been days of great grace for me and, I pray, for you too. Please know that as I prepare to leave, I do so with a heart full of gratitude and hope.

I am grateful to all of you and to the many others who worked so hard to make my visit possible and to prepare for the World Meeting of Families. In a particular way I thank the Archdiocese of Philadelphia, the civil authorities, the organizers, and all the many volunteers and benefactors who assisted in ways large and small.

I also thank the families who shared their witness during the Meeting. It is not so easy to speak openly of one’s life journey! But their honesty and humility before the Lord and each of us showed the beauty of family life in all its richness and diversity. I pray that our days of prayer and reflection on the importance of the family for a healthy society will inspire families to continue to strive for holiness and to see the Church as their constant companion, whatever the challenges they may face.

At the end of my visit, I would also like to thank all those who prepared for my stay in the Archdioceses of Washington and New York. It was particularly moving for me to canonize Saint Junípero Serra, who reminds us all of our call to be missionary disciples, and I was also very moved to stand with my brothers and sisters of other religions at Ground Zero, that place which speaks so powerfully of the mystery of evil. Yet we know with certainty that evil never has the last word, and that, in God’s merciful plan, love and peace triumph over all.

Mr. Vice-President, I ask you to renew my gratitude to President Obama and to the Members of Congress, together with the assurance of my prayers for the American people. This land has been blessed with tremendous gifts and opportunities. I pray that you may all be good and generous stewards of the human and material resources entrusted to you.

I thank the Lord that I was able to witness the faith of God’s people in this country, as manifested in our moments of prayer together and evidenced in so many works of charity. Jesus says in the Scriptures: “Truly, I say to you, as you did it to one of the least of these my brethren, you did it to me”. Your care for me and your generous welcome are a sign of your love for Jesus and your faithfulness to him. So too is your care for the poor, the sick, the homeless and the immigrant, your defense of life at every stage, and your concern for family life. In all of this, you recognize that Jesus is in your midst and that your care for one another is care for Jesus himself.

As I leave, I ask all of you, especially the volunteers and benefactors who assisted with the World Meeting of Families: do not let your enthusiasm for Jesus, his Church, our families, and the broader family of society run dry. May our days together bear fruit that will last, generosity and care for others that will endure! Just as we have received so much from God –gifts freely given us, and not of our own making – so let us freely give to others in return.

Dear friends, I embrace all of you in the Lord and I entrust you to the maternal care of Mary Immaculate, Patroness of the United States. I will pray for you and your families, and I ask you, please, to pray for me. May God bless you all. God bless America!

[01519-EN.02] [Original text: English]

Traduzione in lingua spagnola

Queridos amigos:

Los días que he pasado con ustedes se me han hecho cortos. Pero han sido para mí días de mucha gracia y pido al Señor que también lo hayan sido para ustedes. Quiero que sepan que, ahora que me preparo para partir, lo hago con el corazón lleno de gratitud y esperanza.

Estoy muy agradecido a todos ustedes y también a todos los que se han empleado a fondo para hacer posible mi visita y preparar el Encuentro Mundial de las Familias. De manera particular, doy las gracias a la Arquidiócesis de Filadelfia, a las Autoridades Civiles, a los organizadores y a los muchos voluntarios y bienhechores que han colaborado de una u otra manera.

Gracias también a las familias que han compartido su testimonio durante el Encuentro. ¡No es nada fácil hablar abiertamente de la propia vida! Sin embargo, su sinceridad y humildad ante el Señor y ante cada uno de nosotros nos han hecho ver la belleza de la vida familiar en toda su riqueza y variedad. Pido al Señor que estos días de oración y reflexión sobre la importancia de la familia para una sociedad sana, animará a las familias a seguir esforzándose en el camino de la santidad y a ver a la Iglesia como su segura compañera de camino, independientemente de los desafíos que tengan que afrontar.

Al finalizar mi visita, quisiera también agradecer a todos los que han colaborado en la preparación de mi permanencia en las Arquidiócesis de Washington y Nueva York. Para mí fue especialmente emotivo la canonización de san Junípero Serra, que nos recuerda a todos nuestro llamado a ser discípulos misioneros. También lo fue la visita, junto a mis hermanos y hermanas de otras religiones, a la Zona Cero, lugar que nos habla con fuerza del misterio del mal. Sin embargo, tenemos la certeza de que el mal no tiene nunca la última palabra y de que, en el plan misericordioso de Dios, el amor y la paz triunfarán sobre todo.

Señor Vicepresidente, le pido que reitere al Presidente Obama y a los miembros del Congreso mi gratitud, junto con la seguridad de mis oraciones por el pueblo estadounidense. Esta tierra ha sido bendecida con grandes dones y oportunidades. Ruego al Señor para que ustedes sean administradores buenos y generosos de los recursos humanos y materiales que les han sido confiados.

Doy gracias al Señor porque me ha concedido ser testigo de la fe del Pueblo de Dios en este País, como ha quedado manifestado en nuestros momentos comunitarios de oración y se puede ver en tantas obras de caridad. Dice Jesús en las Escrituras: «En verdad les digo que cada vez que lo hicieron con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron» (Mt 24,40). Sus atenciones conmigo y su generosa acogida son signo de su amor y fidelidad a Jesús. Lo son también sus atenciones para con los pobres, los enfermos, los sintecho y los inmigrantes, su defensa de la vida en todas sus etapas y su preocupación por la familia. En todos estos casos se ve que Jesús está en medio de ustedes y que el cuidado de los unos por los otros es el cuidado con que tratan al mismo Jesús.

Ahora que los dejo, les pido a todos, especialmente a los voluntarios y bienhechores que han asistido al Encuentro Mundial de las Familias: No dejen que su entusiasmo por Jesús, por la Iglesia, por nuestras familias y por la familia más amplia de la sociedad se apague. Quiera Dios que estos días que hemos compartido produzcan frutos abundantes y permanentes; que la generosidad y el cuidado por los demás perduren. Y ya que nosotros hemos recibido mucho de Dios –dones concedidos gratuitamente, y no por nuestros méritos–, que también nosotros seamos capaces de dar gratuitamente a los demás.

Queridos amigos, los saludo a todos en el Señor y los encomiendo al cuidado maternal de María Inmaculada, Patrona de los Estados Unidos. Los tendré presentes en mis oraciones a ustedes y a sus familias, y les pido, por favor, que recen por mí. Que Dios los bendiga. ¡Que Dios bendiga a América!

[01519-ES.02] [Texto original: Inglés]

Traduzione in lingua italiana

Cari amici,

i miei giorni tra voi sono stati brevi. Ma sono stati giorni di grande grazia per me e – lo spero – anche per voi. Sappiate che, mentre mi preparo a partire, lo faccio con il cuore pieno di gratitudine e di speranza.

Sono grato a tutti voi e ai tanti altri che hanno lavorato così intensamente per rendere possibile la mia visita e per preparare l’Incontro Mondiale delle Famiglie. Ringrazio in modo particolare l’Arcidiocesi di Filadelfia, le Autorità civili, gli organizzatori e tutti i numerosi volontari e benefattori che hanno contribuito secondo le loro possibilità.

Ringrazio inoltre le famiglie che hanno condiviso le loro testimonianze durante l’Incontro. Non è così facile parlare pubblicamente del proprio percorso di vita! Ma la loro sincerità e umiltà di fronte a Dio e a noi ha mostrato la bellezza della vita familiare in tutta la sua ricchezza e varietà. Prego che queste giornate di preghiera e riflessione sull’importanza della famiglia per una società sana incoraggeranno le famiglie a continuare ad impegnarsi per la santità e a vedere la Chiesa come una compagna fedele, qualsiasi prova dovranno affrontare.

Al termine della mia visita, vorrei ringraziare anche quanti si sono adoperati per la mia permanenza nelle Arcidiocesi di Washington e di New York. E’ stato particolarmente commovente per me canonizzare san Junipero Serra, il quale rammenta a tutti noi la chiamata ad essere discepoli missionari; come pure sostare personalmente, insieme a fratelli di altre religioni, a Ground Zero, luogo che parla in modo così forte del mistero del male; ma noi sappiamo con certezza che il male non ha mai l’ultima parola e che, nel piano misericordioso di Dio, l’amore e la pace trionferanno su tutto.

Signor Vice Presidente, Le chiedo di rinnovare l’espressione della mia gratitudine al Presidente Obama e ai Membri del Congresso, insieme con l’assicurazione delle mie preghiere per il popolo americano. Questa terra è stata benedetta con enormi doni ed opportunità. Prego affinché siate buoni e generosi custodi delle risorse umane e materiali che vi sono state affidate.

Ringrazio il Signore di aver potuto constatare la fede del popolo di Dio in questo Paese, come si è manifestata nei momenti di preghiera insieme e si è mostrata in tante opere di carità. Gesù dice nelle Scritture: «In verità vi dico: tutto ciò che avete fatto a uno solo di questi miei fratelli più piccoli, l’avete fatto a me» (Mt 25,40). Le vostre attenzioni nei miei confronti e la vostra accoglienza sono segno del vostro amore per Gesù e della vostra fedeltà a Lui. E altrettanto lo sono l’attenzione per i poveri, per i malati, i senzatetto e i migranti, la vostra difesa della vita in ogni sua fase, come pure la preoccupazione per la vita familiare. In tutto questo, riconoscete che Gesù è in mezzo a voi e che la vostra cura vicendevole è cura per Gesù stesso.

Nel congedarmi, chiedo a voi tutti, specialmente ai volontari e ai benefattori che si sono impegnati per l’Incontro Mondiale delle Famiglie: non si esaurisca il vostro entusiasmo per Gesù, per la sua Chiesa, per le nostre famiglie e la più grande famiglia della società. Possano i giorni trascorsi assieme portare frutto che rimanga, e la generosità e l’attenzione per gli altri possano continuare! Come abbiamo ricevuto tanto da Dio – doni dati a noi gratuitamente e non per le nostre forze –, così cerchiamo in cambio di donare gratuitamente agli altri.

Cari amici, vi abbraccio tutti nel Signore e vi affido alle materne cure di Maria Immacolata, Patrona degli Stati Uniti. Pregherò per voi e le vostre famiglie, e chiedo a voi, per favore, di pregare per me. Dio vi benedica tutti. Dio benedica l’America!

[01519-IT.02] [Testo originale: Inglese]

Al termine, dopo la benedizione finale e il saluto individuale di alcuni volontari e benefattori, il Santo Padre ha incontrato nel DOW Chemical Terminal il Vice-Presidente degli Stati Uniti, Sig. Joe Biden, con i famigliari.

Cerimonia di congedo dagli Stati Uniti all’aeroporto internazionale di Philadelphia

All’aeroporto internazionale di Philadelphia, il Santo Padre Francesco si è congedato questa sera dagli Stati Uniti, al termine del Suo 10° Viaggio Apostolico. Con il Vice-Presidente degli USA erano presenti Autorità civili ed ecclesiastiche e una rappresentanza di fedeli.
Dopo gli onori militari e il saluto delle Delegazioni, l’aereo – un B777 dell’American Airlines – con a bordo il Papa che partiva alla volta di Roma è decollato verso le 19.45 locali.

[01537-IT.01]

[B0731-XX.02]