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Audiencia general , 16.10.2019

La audiencia general de este miércoles ha tenido lugar  en la Plaza de San Pedro donde el Papa ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

El Santo Padre ha proseguido el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, eligiendo esta vez el pasaje “Dios no hace acepción de personas" (Hechos 10:34). Pedro y la efusión del Espíritu sobre los paganos (Hechos de los Apóstoles 10, 34-36)

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Papa ha saludado a los grupos de fieles presentes. La audiencia general ha terminado con el canto del  Pater Noster  y la bendición apostólica.

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El viaje del Evangelio en el mundo, que San Lucas relata en los Hechos de los Apóstoles, va acompañado de la creatividad suprema de Dios que se manifiesta de manera sorprendente. Dios quiere que sus hijos superen todo particularismo para abrirse a la universalidad de la salvación. Este es el objetivo: superar los particularismos y abrirse a la universalidad de la salvación, porque Dios quiere salvar a todos. Los renacidos por el agua y el Espíritu –los bautizados- están llamados a salir de sí mismos y a abrirse a los demás, a vivir la cercanía, el estilo de vivir juntos, que transforma toda relación interpersonal en una experiencia de fraternidad (cf. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 87).

Testigo de este proceso de "fraternización" que el Espíritu quiere desencadenar en la historia es Pedro, protagonista de los Hechos de los Apóstoles junto con Pablo. Pedro vive un acontecimiento que marca un cambio decisivo para su existencia. Mientras reza, tiene una visión que actúa como una "provocación" divina, para provocar un cambio de mentalidad en él. Ve un gran lienzo que baja desde las alturas y que contiene varios animales: cuadrúpedos, reptiles y pájaros, y oye una voz que le invita a comer esa carne. Como buen judío, reacciona diciendo que nunca había comido nada impuro, como prescribe la Ley del Señor (cf. Lv 11). Entonces la voz repite con fuerza: "Lo que Dios ha purificado, no lo llames tu profano" (Hch 10,15).

Con este hecho el Señor quiere que Pedro ya no evalúe los acontecimientos y a las personas según las categorías de lo puro y lo impuro, sino que aprenda a ir más allá, a mirar a la persona y a las intenciones de su corazón. Lo que hace al hombre impuro, de hecho, no viene de fuera, sino sólo de dentro, del corazón (cf. Mc 7, 21). Jesús lo dice claramente.

Después de esa visión, Dios envía a Pedro a la casa de un desconocido incircunciso, Cornelio, "centurión de la cohorte Itálica, piadoso y temeroso de Dios", que da muchas limosnas al pueblo y continuamente ora a Dios (cf. Hch 10,1-2), pero no era judío.

En ese hogar de paganos, Pedro predica a Cristo crucificado y resucitado y el perdón de los pecados a cualquiera que crea en Él. Y mientras Pedro habla, el Espíritu Santo se derrama sobre Cornelio y su familia. Y Pedro los bautiza en el nombre de Jesucristo (Hechos 10:48).

Este hecho extraordinario –es la primera vez que paso algo así- se viene a saber en Jerusalén, donde los hermanos, escandalizados por el comportamiento de Pedro, se lo reprochan duramente (cf. Hch 11,1-3).  Pedro ha hecho algo que iba más allá de la costumbre, más allá de la ley, y por eso se lo reprochan. Pero después de su encuentro con Cornelio, Pedro está más libre de sí mismo y más en comunión con Dios y con los demás porque ha visto la voluntad de Dios en la acción del Espíritu Santo. Puede comprender, pues, que la elección de Israel no es una recompensa al mérito, sino el signo de la llamada gratuita a ser mediación de la bendición divina entre los pueblos paganos.

Queridos hermanos, del Príncipe de los Apóstoles aprendemos que un evangelizador no puede ser un impedimento para la obra creadora de Dios, que "quiere que todos los hombres se salven" (1 Tm 2,4), sino alguien que favorece el encuentro de los corazones con el Señor. Y nosotros ¿cómo nos comportamos con nuestros hermanos y hermanas, especialmente con los que no son cristianos? ¿Somos un impedimento para el encuentro con Dios? ¿Obstaculizamos su encuentro con el Padre o lo facilitamos?

Pidamos hoy  la gracia de dejarnos maravillar por las sorpresas de Dios, de no obstaculizar su creatividad, sino de reconocer y favorecer las formas siempre nuevas en que el Resucitado derrama su Espíritu en el mundo y atrae los corazones, dándose a conocer como " el Señor de todos". (Hechos 10.36). Gracias.

Saludos en español

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos hoy la gracia de dejarnos sorprender por Dios y de no ser obstáculos a su creatividad, reconociendo y favoreciendo los caminos siempre nuevos por los que Dios derrama su Espíritu en el mundo, para atraer a Él a toda la gente.

Que el Señor los bendiga.

Saludos en otros idiomas

El Papa saludó entre otros peregrinos de lengua inglesa a la delegación de la OTAN Defense College manifestándoles sus mejores deseos para su servicio en favor de la paz y pidió a los fieles portugueses que sus familias se reunieran para rezar el rosario todos los días con el fin de que en ellas “no se agote nunca el aceite de la fe y de la alegría que brota de la vida de sus miembros en comunión con Dios”.

También recordó a los polacos que hoy se conmemora la elección del cardenal Karol Wojtyla a la Sede de Pedro. “Demos gracias al Señor –dijo- por todo el bien que se ha hecho en la Iglesia, en el mundo y en los corazones humanos a través de las palabras de Juan Pablo II, de sus obras y de su santidad. Recordemos que su llamada a abrir los corazones a Cristo es siempre actual”.

Por último dedicó un pensamiento especial a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados. “Pasado mañana- observó- celebraremos la fiesta de san Lucas, el evangelista que revela mejor el corazón de Jesús y su misericordia. ¡Que esa fecha ayude a todos a redescubrir la alegría de ser cristianos, testigos de las bondades del Señor!”.