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Audiencia a los miembros de la Fundación "Missionszentrale der Franziskaner" (Alemania), 06.04.2019

El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia, en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico,  a los miembros de la Fundación "Missionszentrale der Franziskaner" (Alemania) y les ha dirigido el saludo que publicamos a continuación.


Saludo del Santo Padre

Queridos amigos,

Me alegra recibiros ya que habéis venido a Roma con motivo del cincuenta aniversario de la Missionszentrale der Franziskaner y agradezco las amables palabras del padre Matthias Maier. Es hermoso que vosotros, como comunidad de frailes religiosos y fieles laicos comprometidos, os dirijáis a todas las personas de buena voluntad para motivarlos a ayudar a los necesitados y marginados de todo el mundo a lograr un futuro mejor. Así, se cumple siempre de nuevo, de forma concreta,  la palabra de Jesús: "Todo lo que hicistéis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mt 25:40).

Vuestra iniciativa surgió de las actividades parroquiales en Bonn-Bad Godesberg. Hay que dar aquí un agradecimiento especial a primer Director desde hace tantos años, el Padre Andreas Müller, que gracias a Dios está presente hoy entre nosotros. Siempre habéis seguido el ejemplo de San Francisco de Asís, que quiso vivir pobre y se dejó tocar por la pobreza de la gente. Así encontró la paz de Cristo y se convirtió él mismo en uno de los dones de la Providencia. Con este espíritu, vuestro centro misionero, con sus modestos orígenes, ha tejido una red mundial de caridad, de solidaridad y de fraternidad.

El santo de Asís escuchó la petición de Jesús: "Francisco, ve y repara mi casa que, como puedes ver, está en ruinas". Él, a pesar de todas las experiencias de los límites de la Iglesia de entonces, se puso en camino para vivir el Evangelio con autenticidad. Hoy también nos hacen sufrir a veces las limitaciones de la Iglesia. Las palabras del Crucificado son una llamada para todos nosotros. La renovación se llevará a cabo solo escuchando al Señor, dejándonos transformar por Él y continuando a hacer el bien con Él. Precisamente frente a los retos del presente queremos comprometernos más para que haya un buen futuro para todos. Y con ese fin, vuestro centro misionero seguirá dando su valiosa contribución. ¡Ante todo con el testimonio de vuestra vida y vuestra fe!

Para vuestro jubileo os deseo una alegría y una confianza típicamente franciscanas. Perseverad en vuestro compromiso en favor del bien de todas las personas y de la protección de la creación. ¡Que Dios misericordioso os bendiga a todos, a vuestra comunidad religiosa en Bonn y a vuestras familias, y os mantenga en su amor!