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Audiencia a los empresarios que participan en un encuentro con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, 01.09.2018

A las 12.10, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia un grupo de empresarios que participan en un encuentro con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación.

Publicamos a continuación el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes durante la audiencia:

Discurso del Santo Padre

Sr. Presidente,

Sr. Ministro

Distinguidos Sres. y Sras. :

Una cordial bienvenida a todos vosotros y gracias por este encuentro.

Me alegra el hecho de que os hayáis puesto en camino para  reflexionar este fin de semana, particularmente hoy, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, con ocasión de vuestro "Foro Romano", sobre la encíclica Laudato si ', así como para comprometeros todavía más en favor de la sostenibilidad. Agradezco de todo corazón al Sr. Peter Kurth sus cordiales palabras de saludo.

Seguimos a San Francisco como ejemplo por excelencia "del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad." (Enc. Laudato si ', 10). Para Francisco, cada contacto con las personas y las cosas concretas se convertía en un encuentro con el Creador. De su fe en Dios derivaba su misión por la justicia, la paz y el respeto por la creación.

Cada uno de nosotros también tiene una responsabilidad con los demás y con el futuro de nuestro planeta. Del mismo modo, la economía debe servir al hombre, no explotarlo y robarle sus recursos. Hoy estamos llamados a aprovechar las posibilidades que la tecnología nos brinda, con un buen uso de los recursos, ayudando en particular a los países más afectados por la pobreza y la degradación a emprender el camino de la renovación y del desarrollo sostenible e integral.

Mi esperanza es que los hombres y mujeres de nuestro tiempo, reconociéndose unos a otros como hijos e hijas del Padre y Creador que está en los cielos, contribuyan cada vez más y cada vez más concretamente a que todos puedan compartir los recursos preciosos de la tierra. Os animo a que continuéis  aportando vuestra contribución específica  este propósito, y por  ello invoco la bendición del Señor sobre vosotros  y vuestro trabajo. ¡Muchas gracias y rezad por mí!