Esta mañana, a las 12,00, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en LIV Trofeo de Natación “Sette Colli” (Roma, 23- 25 junio 2017)
Publicamos a continuación el discurso que el Santo Padre ha dirigido a los presentes en la audiencia:
Discurso del Santo Padre
Queridos amigos de la Federación Italiana de Natación
y atletas participantes en el trofeo "Sette Colli", celebrado en Roma,
¡Buenos días y bienvenidos!
Doy las gracias al Presidente de la Federación por las palabras con las que ha introducido nuestro encuentro.
Son días de alegría y de entusiasmo para vosotros y para los deportistas que os siguen, porque el deporte es también fiesta. Una fiesta no carente de contenido, ya que transmite valores cada vez más necesarios en una sociedad como la nuestra, que se define"líquida", sin puntos de referencia sólidos. Vuestro deporte se realiza en el agua, pero no es "líquido", al contrario, es muy "sólido", requiere un esfuerzo constante y fortaleza.
Por vuestra familiaridad con el agua, me complace recordar las palabras de San Francisco de Asís Laudato si’, mi Signore, per sora acqua, la quale è molto utile et umile et pretiosa et casta»
¡Que vuestro desafiar, pugnar, vivir en contacto con el agua sea también una contribución a una cultura diferente del agua!: el agua es vida, sin agua no hay vida. Y hablar de vida es hablar de Dios, origen y fuente de la vida, e incluso nuestra vida cristiana comienza en el signo de agua, con el bautismo.
El agua en la que nadáis, buceáis, jugáis, competís, hace venir en mente una pluralidad de atenciones: el valor del cuerpo, que hay que cuidar y no idolatrar; la necesidad de la interioridad y la búsqueda de sentido en lo que hacéis; la fuerza y el valor para resistir al cansancio ; la visión clara de qué orilla hay que buscar en la vida y cómo llegar a ella; el valor de la autenticidad sinómino de transparencia, claridad, limpieza interior.
En contacto con el agua, aprendéis a reaccionar con repugnancia a todo lo que contamina, en el deporte y en la vida.
Queridos directivos y atletas, gracias por vuestra visita. Os deseo lo mejor para vuestra actividad, vuestras familias y vuestros proyectos. El Señor os bendiga y os dé siempre la alegría de practicar el deportes juntos en un espíritu de hermandad.