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Audiencia general , 05.04.2017

Catequesis del Santo Padre

Saludos en las diversas lenguas

Llamamiento del Santo Padre

La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar esta mañana a las 9,25 en la Plaza de San Pedro donde el Santo Padre Francisco ha encontrado  a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo.

En su discurso el Papa, ha centrado su meditación sobre la esperanza cristiana: “Dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (cfr 1Pt 3,8-17).Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes. Sucesivamente ha dirigido dos llamamientos por el atentado en San Petersburgo y la matanza en Siria.

La audiencia general ha terminado con el canto del  Pater Noster  y la  bendición apostólica

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La primera Carta  del apóstol Pedro lleva en sí una carga extraordinaria . Hay que leerla una, dos tres veces para entender esta carga extraordinaria: logra  infundir gran consuelo y  paz,  haciéndonos sentir  que el Señor está siempre a nuestro lado y nunca nos abandona, especialmente en los momentos más delicados y difíciles de nuestras vidas. Pero, ¿Cuál  el "secreto" de esta Carta, y en particular del pasaje que acabamos de escuchar?(cf. 1 P 3.8 a 17). Una pregunta. Sé que hoy vosotros tomaréis el Nuevo Testamento, buscaréis la primera Carta de Pedro y la leeréis despacito para entender el secreto y la fuerza de esta Carta. ¿Cuál es el secreto de esta Carta? .
 
El secreto radica en el hecho de que este texto hunde sus raíces directamente en la Pascua, en el corazón del misterio que estamos a punto de celebrar, haciendo así que percibamos toda la luz y la alegría que brotan de la muerte y resurrección de Cristo. Cristo ha resucitado verdaderamente, y este es un hermoso saludo para darnos el día de Pascua: “¡Cristo ha resucitado!, ¡Cristo ha resucitado!”, como hacen tantos pueblos. Acordarnos de que Cristo ha resucitado,  de que está vivo entre nosotros, está vivo y vive en cada uno de nosotros.  Por eso San Pedro nos invita firmemente a adorarlo  en nuestros corazones (cf. v. 16). Allí el Señor ha establecido su morada en el momento de nuestro bautismo, y desde allí nos sigue  renovando, a  nosotros  y a nuestras vidas, colmándonos de su amor y de la plenitud del Espíritu.  De ahí que  el apóstol nos pida que  demos respuesta de la esperanza  que hay en nosotros (cf. v. 16): ¡nuestra esperanza no es un concepto, no es un sentimiento, no es un celular, no es un montón de riquezas! Nuestra esperanza es una Persona, es el Señor Jesús, que reconocemos  vivo y  presente en nosotros y en nuestros hermanos porque Cristo ha resucitado. Los pueblos eslavos cuando se saludan en los días de Pascua en vez de decir “buenos días”, “buenas tardes”, se saludan con este “¡Cristo ha resucitado!”, “Christos voskrese”, se dicen; y están contentos de decirlo. Estos son los “buenos días” o las “buenas noches” que se dan: “¡Cristo ha resucitado!”.

Entendemos entonces que  de esta esperanza no se debe dar respuesta  tanto en ámbito teórico, con palabras, sino sobre todo con el testimonio de la vida, y esto sea dentro de la comunidad cristiana como fuera de ella. Si Cristo está vivo y vive en nosotros, en nuestro corazón, también  debemos dejar que sea  visible, no esconderlo,  y que actúe en nosotros. Esto significa que el Señor Jesús tiene que ser cada vez más nuestra  modelo: modelo de vida y que debemos aprender a comportarnos como Él lo hizo. Hacer lo que hacía Jesús. La esperanza que vive en nosotros, por lo tanto, no puede ocultarse en nuestro interior, en nuestro corazón : sería una esperanza débil, que no tiene el valor de salir y dejarse ver: nuestra esperanza , como se desprende del Salmo 33 citado por Pedro, debe emanar necesariamente, tomando la forma exquisita e inconfundible de la dulzura, del respeto y de la benevolencia hacia los demás, llegando incluso a  perdonar a los que nos hacen daño. Una persona que no tiene esperanza no logra perdonar; no logra dar el consuelo del perdón ni tener   el consuelo de perdonar. Sí, porque   Jesús lo hizo y lo sigue haciendo a través de los que le abren espacio  en sus corazones y en sus vidas, conscientes de que el mal no se vence con el mal, sino con la humildad, la misericordia y la mansedumbre. Los mafiosos piensan que el mal se puede vencer con el mal, y por eso se vengan y hacen tantas otras cosas que sabemos. Pero no conocen lo que es  humildad, misericordia y mansedumbre. Y ¿por qué? Porque los mafiosos no tienen esperanza. Pensadlo.

Por eso  San Pedro afirma que "más vale padecer por obrar el bien que por obrar el mal” (v. 17): no significa que  sufrir sea bueno, sino que cuando sufrimos por el bien, estamos en comunión con el Señor, que accedió a padecer y a ser clavado en la cruz por nuestra salvación.  También nosotros , en las tesituras más o menos grandes de nuestra vida, cuando  aceptamos sufrir por el bien, es como si sembráramos a nuestro alrededor semillas de  resurrección y semillas de vida e hiciéramos que resplandezca en la oscuridad  la luz de la Pascua. Por eso el apóstol nos exhorta a responder siempre "deseando el bien" (v. 9): la bendición no es una formalidad, no es sólo un signo de cortesía, sino  un gran don  que nosotros mismos, en primer lugar, hemos recibido  y que  tenemos la posibilidad de compartir con los hermanos. Es el anuncio del amor de Dios, un amor inmenso, que no se agota, que nunca falla, y que constituye el verdadero fundamento de nuestra esperanza.

Queridos amigos, entendemos por qué el apóstol Pedro nos llama "benditos" cuando  padecemos por la justicia (cf. v. 13). No es sólo una razón moral o ascética, sino porque cada vez que estamos al lado  de los últimos  y de los marginados o que no devolvemos  mal por  mal, sino que perdonamos, sin vengarnos, perdonamos  y bendecimos, cada vez que lo hacemos, resplandecemos  como signos vivos y luminosos  de esperanza, convirtiéndonos así en instrumentos de consuelo y de paz, conforme al corazón de Dios. Y así, sigamos adelante con la dulzura, la mansedumbre, la amabilidad y haciendo el bien incluso a aquellos que no nos quieren o nos hacen daño. ¡Adelante!

 

Saludos en las diversas lenguas

 

Saludos en francés

Me complace saludar a los peregrinos de lengua francesa, especialmente a los jóvenes de los colegios y liceos, así como a los fieles de las parroquias llegados de Francia y Bélgica. El Señor resucitado y vivo en nuestros corazones nos ayude a ser signos luminosos del amor con que  Dios nos ha colmado y de la esperanza que hay en nosotros, frente a todos, en particular con  los pequeños y los pobres. ¡Dios os bendiga!


Saludos en inglés

Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente a los procedentes de Inglaterra, Irlanda, Dinamarca, Países Bajos, Indonesia, Hong Kong, Malasia, Corea, Vietnam y Estados Unidos de América. Dirijo un saludo especial a los sacerdotes del Instituto para la Formación Permanente del Clero del Pontificio Colegio Norteamericano.  Deseo a todos que el camino de la Cuaresma nos lleve a la alegría de la Pascua con corazones purificados y renovados por la gracia del Espíritu Santo. Sobre vosotros y vuestras familias invoco la alegría y la paz en Cristo nuestro Redentor. ¡Dios os bendiga!

Saludos en alemán
Una cálida bienvenida a los peregrinos de los países de habla alemana y de los Países Bajos. Saludo a los jóvenes y a los numerosos escolares  especialmente a los de la Kardinal-von-Galen-Schule de Telgte y de la  Maria-Ward-Realschule en Neuburg an der Donau. Las celebraciones de Semana Santa nos ayudan a renovar nuestr fe pascual y a llevar la esperanza de Cristo resucitado a nuestros vecinos. ¡Dios os bendiga así como a vuestros seres queridos!.


Saludos en español

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los animo a vivir con intensidad los días de Semana Santa. Que la contemplación de la Pasión y Muerte de Jesús, nos asegure en la esperanza de la resurrección, y nos ayude a ser instrumentos de su consuelo y de su amor para todos nuestros hermanos. Que Dios los bendiga.

 Saludos en portugués

Dirijo un saludo especial a todos los peregrinos de lengua portuguesa, especialmente a los fieles de Estrela y a los estudiantes de Perafita. Queridos amigos, la fe en la Resurrección nos empuja a mirar hacia el futuro, fortalecidos por la esperanza en la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte que celebramos en la Pascua. ¡Dios os bendiga!

Saludos en árabe

Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de  lengua árabe, en particular a los provenientes de Oriente Medio. Queridos hermanos y hermanas, cada vez que nos ponemos al lado de los más pequeños y de los marginados o que no devolvemos mal por mal, sino que perdonamos y bendecimos, resplandecemos como signos vivos y  luminosos de esperanza, convirtiéndonos así en instrumentos de consuelo y de paz, conforme al corazón de Dios. ¡El Señor os bendiga!


Saludos en polaco

Saludo cordialmente a los compatriotas de Juan Pablo  II aquí presentes. En los primeros días de abril recordamos su regreso a la casa del Padre. Fue un gran testigo de Cristo, celoso defensor de la heredad de la fe. Dirigió al mundo los dos grandes mensajes de Jesús Misericordioso y de Fátima. El primero lo hemos  recordado durante el Jubileo Extraordinario de la Misericordia; el segundo, acerca del triunfo del Inmaculado Corazón de María sobre el mal, nos recuerda el centenario de las apariciones de Fátima. Acojamos  esos  mensajes  para que impregnen nuestros corazones y abramos las puertas a Cristo. ¡Alabado sea Jesucristo!


Saludos en italiano

Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana.  Saludo a los familiares de los militares caídos  en  las misiones de paz internacionales, acompañados por el Obispo Ordinario Militar,  Santo Marcianò, a la Comunidad de Ruanda en Italia y al Colegio Nacional de los Doctores  Agrónomos y Forestales.

Saludo a los participantes en la conferencia organizada por el Consejo Pontificio de la Cultura, animándoles a reflexionar sobre el futuro de la humanidad a la luz de las ciencias médicas y de los perennes valores morales. Saludo a la Comunidad Papa Juan XXIII y, mientras  exhorto a continuar la obra en favor de las jóvenes rescatadas de la prostitución, invito a los romanos a participar en el Via Crucis por las  mujeres crucificadas  el viernes, 7 de abril, en la Garbatella.


Por último, dirijo un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Hoy recordamos a San Vicente Ferrer, predicador dominico. Queridos jóvenes, aprended de su escuela a hablar con Dios y de Dios, evitando el habla inútil y perjudicial; queridos enfermos, aprended de su experiencia espiritual a confiar en toda circunstancia en Cristo crucificado; queridos recién casados, recurrid a su intercesión para asumir, con generoso compromiso, vuestra misión de padres.

 

Llamamiento del Santo Padre

Mi pensamiento se dirige en este momento al  grave atentado de  los últimos días en el metro de San Petersburgo, que ha causado  víctimas y desconcierto en la población. Mientras confío a la misericordia de Dios a los que han desaparecido trágicamente, expreso mi cercanía espiritual a sus familias y a todos aquellos que sufren a causa de este dramático suceso.

Asistimos horrorizados a los últimos acontecimientos en Siria. Expreso mi firme deploración por la matanza inaceptable de ayer en la provincia de Idlib, en la que han muerto decenas de personas inermes, entre ellas muchos niños. Rezo por las víctimas y sus familias, y apelo a la conciencia de aquellos que tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, para que cese esta tragedia y se conceda alivio a esa querida población, durante demasiado tiempo al extremo de sus fuerzas, por la guerra. Animo igualmente los esfuerzos de aquellos que, incluso entre la inseguridad y el malestar, se esfuerzan para que lleguen ayudas a los habitantes de esa región.