“Ayer llegaron de Brasil las dramáticas noticias de la masacre sucedida en la cárcel de Manaus, donde un enfrentamiento muy violento entre bandas rivales ha causado decenas de muertos. Expreso mi dolor y mi preocupación por lo sucedido. Invito a rezar por los difuntos, por sus familiares, por todos los detenidos de aquella cárcel y por todos los que en ella trabajan. Y renuevo mi llamamiento para que los penitenciarios sean lugares de reeducación y reinserción social y las condiciones de vida de los detenidos sean dignas de seres humanos.

Os invito a rezar por estos detenidos, muertos y vivos, y también por todos los presos del mundo para que las cárceles sirvan para rehabilitar y no estén abarrotadas; que sean lugares de reinserción. Recemos a la Virgen, Madre de los encarcelados: Ave María”.