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Vísperas en la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, 02.09.2016

Ayer tarde, en la basílica de San Pedro el Papa Francisco presidió la celebración de las vísperas en ocasión de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación.

La homilía fue pronunciada por el Predicador de la Casa Pontificia, padre Raniero Cantalamessa, O.F.M. Cap., que subrayó que la soberanía del ser humano sobre el cosmos no es un triunfalismo de especie sino una asunción de responsabilidad con los débiles, los pobres y los indefensos. “El Dios de la Biblia, pero también el de otras religiones –recordó- es un Dios que escucha el grito de los pobres…que no desprecia nada de lo que ha creado”.

“La encarnación del Verbo ha aportado una razón más para prestar cuidados al débil y al pobre, cualquiera que sea su raza o su religión. No es solamente que “Dios se hizo hombre”, sino también “qué hombre se hizo Dios”, es decir, que tipo de hombre eligió ser: ni rico ni potente, sino pobre, débil e indefenso…El modo de la encarnación no es menos importante que el hecho. Este fue el paso adelante que Francisco de Asís, con su experiencia de vida, hizo dar a la teología…Lo que en la Natividad conmueve al Poverello hasta hacerle llorar …es la humildad y la pobreza del Hijo de Dios que, de rico que era, se hizo pobre por nosotros. En él, el amor por la pobreza y el amor por la  creación se daban la mano y tenían una raíz común en su renuncia radical a querer poseer”, explicó el padre Cantalamessa.

“El Santo Padre recoge este mensaje cuando hace de la estrecha relación entre los pobres y la fragilidad del planeta uno de los ejes de su encíclica sobre el ambiente –destacó- ¿Qué es, de hecho, lo que produce al mismo tiempo el mayor daño al ambiente y la miseria de inmensas masas humanas sino el deseo insaciable de algunos de incrementar sin medida sus posesiones y beneficios? Hay que aplicar a la tierra lo que antiguamente se decía de la vida: “mancipio nulli datur, omnibus usu”: A ninguno es dado en propiedad, a todos en uso”.