El monasterio de Khor Virap (Prisión profunda), fue la última etapa del viaje apostólico de Francisco en Armenia. Se trata de uno de los lugares más sagrados para la Iglesia Armenia, cerca de la frontera con Turquía, a los pies del Monte Ararat.

En sus orígenes era una ciudadela fortificada donde San Gregorio el Iluminador estuvo prisionero en un pozo profundo durante trece años por voluntad del rey Tiridates III que perseguía a los cristianos. Tiridates, aquejado de una grave enfermedad, fue curado por intercesión de San Gregorio y se convirtió al cristianismo con toda su familia y proclamó Armenia nación cristiana (301). En el siglo V se edifició  un monasterio en el lugar de la prisión y se instituyó una confraternidad. Del siglo XII al XIII el monasterio es sede de un renombrado seminario y de un centro de estudios donde se educan eminentes figuras de la vida religiosa y cultural y la iglesia construida sobre el pozo de san Gregorio ( 6,5 metros bajo el nivel del suelo) es meta de peregrinaciones continuas. Devastado por un violento terremoto en 1679  el monasterio se reconstruye gradualmente con varios añadidos como el campanario (mediados del siglo XIX).

Khor Virap está bajo la jurisdicción de la Sede Madre de Echmiadzin. San Juan Pablo II visitó el monasterio en 2011 también al final de su viaje de  tres días a Armenia.

Poco después de las 17, hora local, 15 hora italiana, el Superior del monasterio recibía al Papa y al Catholicos que después de entrar en procesión  subieron juntos dos pequeñas rampas de escaleras hasta la Sala del Pozo de San Gregorio donde encendieron una vela para desplazarse después a la capilla adyacente donde Su Santidad Karekin rezó en armenio y el Santo Padre en italiano. A continuación el Papa impartió la bendición y junto con el Catholicós subió a la terraza del monasterio donde ambos soltaron dos palomas en dirección del monte Ararat.

Desde Khor Virap ambos se desplazaron en automóvil hasta el aeropuerto de Yerevan donde fueron saludados por el Presidente de la República y después de los saludos de las delegaciones el Santo Padre se embarcó a las 16.30 hacia Roma donde su vuelo aterrizó hacia las 20.40 en el aeropuerto de Ciampino.