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A la Pontificia Academia para la Vida: La vida humana se defiende cuando se conoce y se muestra su belleza, 03.03.2016

Ciudad del Vaticano, 3 de marzo de 2016 .-El estudio de las virtudes en la ética de la vida es el tema elegido por la Pontificia Academia para la Vida para su Asamblea General que se celebra en estos días. Un tema de interés académico -como afirmó el Papa en el discurso que dirigió esta mañana a sus miembros, recibiéndolos en la Sala Clementina- que aporta un importante mensaje a la cultura contemporánea: el bien que hace una persona no es el resultado de cálculos o estrategias, ni tampoco el producto de una constitución genética o de un condicionamiento social, sino el fruto de un corazón bien dispuesto, de la libre elección, que tiende al bien verdadero.

''La Sagrada Escritura de diversas formas -explicó Francisco- nos dice que las intenciones buenas o malas no entran en el ser humano desde fuera, sino que brotan de su "corazón"... En la Biblia, el corazón no es solamente el órgano de los afectos sino también el de las facultades espirituales, de la razón y la voluntad; es la sede de las decisiones, del modo de pensar y de actuar. La sabiduría de las decisiones, abierta al movimiento del Espíritu Santo, también implica al corazón''.

''En nuestro tiempo, algunas pautas culturales ya no reconocen la huella de la sabiduría divina en lo creado y tampoco en los seres humanos -continuó el Pontífice- La naturaleza humana se reduce así a la mera materia, maleable según cualquier diseño. ¡Nuestra humanidad, sin embargo, es única y preciosa a los ojos de Dios! Por eso la primera naturaleza que hay que custodiar, para que dé fruto, es nuestra propia humanidad... que florecerá así en una gran variedad de virtudes''. Y la virtud es ''la expresión más auténtica de lo bueno que el hombre, con la ayuda de Dios, es capaz de realizar... no es sólo un hábito, sino la capacidad siempre renovada de elegir el bien,...es la expresión más elevada de la libertad humana,... lo mejor que ofrece el corazón del hombre. Cuando el corazón se aparta del bien y de la verdad contenida en la Palabra de Dios, corre muchos peligros, carece de orientación y es probable que llame al mal bien y al bien mal... cae en el error moral y se siente oprimido por una creciente angustia existencial''.

La Biblia nos muestra la dinámica del corazón endurecido: cuanto más se inclina el corazón al egoísmo y al mal, más difícil es que cambie. Como dice Jesús "Todo aquel que comete pecado es esclavo del pecado". Y cuando el corazón se corrompe también son graves las consecuencias para la vida social, como recuerda el profeta Jeremías. ''Esta condición -observó el Papa- no puede cambiar ni por las teorías, ni por el efecto de las reformas sociales o políticas. Sólo la obra del Espíritu Santo puede reformar nuestro corazón, si colaboramos: Dios mismo, de hecho, ha asegurado su gracia eficaz para los que buscan y los que se convierten "de todo corazón".

A continuación, Francisco recordó que hoy en día son muchas las instituciones comprometidas en el servicio a la vida, a través de la investigación o de la asistencia y promueven no solamente buenas acciones, sino también la pasión por el bien. Pero también hay tantas estructuras más preocupadas por los intereses económicos que por el bien común. ''Hablar de virtud -recalcó- significa afirmar que la elección del bien involucra y compromete a toda la persona; No es una cuestión "cosmética", un embellecimiento exterior, que no daría frutos: se trata de desarraigar del corazón los deseos deshonestos y de buscar el bien con sinceridad. También en el ámbito de la ética de la vida las normas necesarias, que sancionan el respeto de las personas, no son de por sí suficientes para realizar plenamente el bien del hombre. Las virtudes de los que trabajan en la promoción de la vida son la garantía última de que el bien será respetado realmente. Hoy en día no faltan ni conocimientos científicos ni herramientas técnicas capaces de apoyar a la vida humana en las situaciones en que se presenta débil. Pero a veces se echa de menos la humanidad. La buena acción no es la correcta aplicación de los saberes éticos; presupone un interés real en la persona frágil. Los médicos y todos los profesionales de la salud no deben descuidar jamás cómo conjugar ciencia, tecnología y humanidad'.

En este contexto, el Santo Padre exhortó a las universidades a tener en cuenta estos presupuestos en sus programas de formación, para que los estudiantes maduren ''la disposición del corazón y de la mente indispensable para acoger a la vida humana y cuidarla, de acuerdo con la dignidad que le pertenece, en todas las circunstancias''. De igual modo invitó a los directores de las estructuras sanitarias y de investigación a asegurar que los que trabajan en ellas consideren como parte integral de su importante servicio el trato humano. ''En cualquier caso -afirmó- que los que se dedican a la defensa y a la promoción de la vida muestren ante todo su belleza. De hecho, "la Iglesia no crece por proselitismo sino por ''atracción'' por lo que la vida humana se defiende y promueve eficazmente sólo cuando su belleza se conoce y se muestra''.

En conclusión de su discurso, el Papa destacó que la cultura contemporánea ''aún conserva las premisas para afirmar que el hombre, cualquiera que sean sus condiciones de vida, es un valor que debe ser protegido''. ''Sin embargo -puntualizó- a menudo esa cultura es víctima de incertidumbres morales, que no le consienten defender la vida de forma eficaz. Además, no pocas veces, puede suceder que bajo el nombre de virtudes se enmascaren "espléndidos vicios". Por eso, no solamente hace falta que las virtudes informen realmente los pensamientos y las acciones del hombre, sino que se cultiven a través del discernimiento continuo y estén radicadas en Dios, fuente de toda virtud''.

''Y quisiera reiterar algo que he dicho en diversas ocasiones -finalizó- : tenemos que prestar atención a las nuevas colonizaciones ideológicas que se infiltran en el pensamiento humano, incluso cristiano, bajo forma de virtudes, de modernidad, de actitudes nuevas, pero son colonizaciones; es decir quitan la libertad y son ideológicas, es decir temen la realidad tal y como Dios la ha creado''.